Las hojas, de un verde intenso, son sésiles, alternas, parecidas a la gramilla común; miden unos dos centímetros de ancho por treinta de largo. Sus hermosas flores aparecen durante el verano reunidas en largas y pobladas espigas en lo alto de los tallos (que son glabros o apenas pubescentes), puede ser blancas, lavanda, púrpura o violeta. Atraen poderosamente a las abejas, las mariposas y las aves.
Los frutos son capsulares.
Se reproduce libremente esparciendo sus semillas, si queremos guardarlas para una siembra posterior hay que sacarlas de la planta antes de que comiencen a desperdigarse. La germinación tarda tres semanas, y las plantas obtenidas no florecen hasta su segundo año de vida. Es resistente a la sequía. Necesita riego regular, pero detesta los anegamientos. Prefiere suelos mixtos y ligeramente ácidos, con buen drenaje; es ideal para los jardines rocosos.
Las plagas no le representan un problema grave, aunque sí puede ser atacada por hongos si le falta luz solar y hay poca circulación de aire. Admite ser cultivada en maceta, pero ésta debe tener el tamaño adecuado previendo el gran desarrollo de la planta. También se propaga mediante división de sus rizomas, o cormos, durante la primavera y el otoño. En estado silvestre habita en los claros de los bosques y en las praderas.