La Oreja de elefante

Conocemos por el nombre común de Oreja de elefante, y por el científico de Colocasia esculenta, a una planta perenne que en climas fríos se cultiva como anual. Pertenece a la familia Caladium. Recibe ese nombre por sus grandes hojas, cuya forma es similar a la de las orejas de los paquidermos. Su hábitat original son las zonas tropicales y subtropicales; probablemente de Malasia e India; desde allí se difundió a Egipto, Grecia y Roma (donde ya era especie cultivable). 

Su tamaño oscila entre un metro y un metro y medio de alto. Es de cultivo sencillo. Precisa ubicaciones con mucho sol y bastante humedad. Le agradan los suelos ricos, algo ácidos, con adición de abono orgánico y buen drenaje; una vez al mes conviene aplicarle algún fertilizante nitrogenado. 

Da una flor similar a la de la Cala, pero más alargada y de color amarillo. Posee tallos subterráneos, o cormos, y es a través de ellos que se propaga. Cuando la parte aérea muere al llegar el tiempo frío los cormos se retiran del suelo para guardarlos en lugares secos, frescos y bien ventilados, hasta que regrese el calor. En zonas donde las temperaturas no sean muy bajas pueden dejarse en la tierra y cubrirlos con paja. 

Es cultivada con fines ornamentales porque el tamaño y el color de sus hojas son muy llamativos; aunque, para muchos, es una planta comestible, centrándose la atención en este caso en los cormos, que reciben el nombre popular de “taro” o “coco yam” (ingrediente muy estimado en la cocina de Hawái). Los cormos, al igual que se hace con otros tallos de este tipo, son pelados y hervidos, luego congelados y embolsados o colocados en latas; la toxina que contienen se destruye durante la cocción y los vuelve aptos para el consumo alimenticio. 

Las hojas tienen un gran contenido de vitaminas y minerales. Para que no se transformen en invasivas hay que controlar su crecimiento; también en las macetas hay que vigilar la expansión. Precisan tierra con mucho compost y materia orgánica. Si son molestadas por los insectos basta con un buen insecticida genérico.