El Aliso

El árbol denominado comúnmente Aliso, cuyo nombre científico es Alnus acuminata, es miembro de la familia Betulaceae. Es de mediano porte, llega a medir unos veinte metros de alto con un tronco de unos cincuenta centímetros de diámetro. Se halla distribuido por todo el continente americano. Crece unos dos metros al año. 

La madera que proporciona es de muy buena calidad, suave al tacto y de densidad media, liviana pero a su vez muy resistente; empleada como leña arde bien y de forma pareja. Su corteza escamosa es de color gris claro y por el alto contenido de tanino que tiene es útil para el curtido del cuero. 

Dependiendo del clima donde se encuentre su follaje puede ser caducifolio o perenne. Su hábitat natural se ubica entre los mil quinientos y los tres mil metros de altitud, donde las precipitaciones vayan desde los seiscientos a los mil doscientos milímetros anuales; no tolera la sequía. 

Precisa suelos profundos debido a que su raíz es pivotante, y ubicaciones a pleno sol, aunque puede soportar bajas temperaturas y hasta algunas nevadas. A través de microorganismos simbióticos, los Actinomicetes, que forman nódulos en sus raíces, a pesar de no ser una leguminosa (pero sí dicotiledónea), fija el nitrógeno al suelo. 

Sus hojas son simples, pecioladas, ovales, acuminadas y con bordes serrados; se ubican de manera alterna en las ramas y miden entre ocho y quince centímetros de largo; dentro del marco de la medicina no tradicional se las deja macerar en alcohol y con el preparado se hacen friegas que dicen alivian el dolor reumático. La hojarasca que cae y queda en su base se recolecta y sirve como abono orgánico gracias a su rápida descomposición. 

Todos los ejemplares poseen flores femeninas y masculinas; las primeras están protegidas por brácteas y se agrupan en un cono, las segundas se reúnen en una inflorescencia de tipo amento pendular. La gran cantidad de polen que producen atrae a las abejas. Las semillas, unas cien por cada cono, son aladas y cuando maduran las disemina el viento, por ello es que hay que recolectarlos estando aún cerrados. 

Se lo reproduce a través de la simiente (que tarda entre quince y treinta días en germinar) o mediante estacas de unos veinte centímetros. Hay que administrarles abono foliar durante los dos primeros meses de vida y proteger a las plántulas de las malas hierbas circundantes.