El Guanandí

Es conocido popularmente como Guanandí, o Árbol de Santa María, y científicamente como Calophyllum brasiliense, un miembro de la familia Clusiaceae. Es originario de América, donde forma parte de la vegetación selvática de los trópicos, distribuyéndose entre el nivel del mar y los mil setecientos metros de altitud, en zonas donde las lluvias rondan de 1500 a 4000 milímetros anuales y la temperatura media oscila entre los 20 y los 28 grados. 

Tiene gran porte, pudiendo llegar a los cuarenta metros; gracias a ello se lo aprovecha como cortador de vientos en las tierras de cultivo (merced a que también es resistente a los herbicidas). Por su aspecto y su madera es muy similar a la Caoba. Posee un tronco cilíndrico que ronda el medio metro de diámetro y ramifica a partir de los dos o tres metros; lo recubre una corteza grisácea surcada por vetas amarillas de la que se extrae una tintura oscura. 

La savia es de color amarillo-verdoso. La copa es redondeada y frondosa. Las hojas son simples, con margen entero y aspecto coriáceo; se ubican de manera opuesta en las ramas; el reverso (en el cual se destacan más las nervaduras) es de un verde más claro que el anverso. Los bordes se presentan ondulados. Las flores son pequeñas, blancas, con un ligero tinte amarillento; se agrupan en inflorescencias de tipo racimo; en algunas plantas sólo hay flores masculinas mientras que en otras se encuentran de ambos sexos. 

Los frutos son bayas globosas, carnosas y de pulpa agradablemente aromática; miden unos dos centímetros de diámetro y con ellos se alimenta gran parte de la fauna de los bosques. Contienen una sola semilla con grueso y oscuro recubrimiento; de ellas se extrae aceite. Para recolectarlas se espera a que los frutos tomen color amarillo; no se las puede almacenar por mucho tiempo porque se deshidratan rápido y dejan de ser viables; lo mejor es sembrarlas de inmediato (en lechos de arena, para su posterior trasplante a los cinco o seis meses) para que la germinación arroje un buen resultado. 

Su corteza, las hojas y la resina que exuda tienen efectos medicinales, se los utiliza en casos de diabetes, dermatitis y úlceras. Con la madera se realizan pisos y muebles; se la usa para fabricar embarcaciones (dado que resiste bien a las termitas y ampliamente a los hongos) y para el tallar diversos objetos, desde mangos para herramientas hasta instrumentos musicales. Es también una gran fuente de celulosa para hacer papel. 

Se lo utiliza tanto que mermó considerablemente la cantidad de ejemplares dentro del hábitat natural y se lo ha comenzado a cultivar previendo su escasez. Necesita suelos ácidos y húmedos (tolera los anegamientos), ricos en hierro pero con poco potasio y fósforo. Se adapta bien a la sombra; necesita fertilizantes nitrogenados y se lo debe podar una vez al año.