La denominación China para el arte de la Geomancia es Feng-Shui, que significa literalmente Viento-Agua; tomando el nombre de los elementos que actúan sobre un lugar determinado: El viento sobre las colinas y entre los árboles y el agua en la lluvia, los ríos, arroyos o bajo el suelo. Para ellos hay tres cosas que deben coincidir para lograr un lugar armónico: El Cielo, mediante la astrología; La Tierra, con su geología, y por supuesto el Factor Humano.
Desde muy antiguo se consulta a los geománticos al planificar una edificación, el emplazamiento de una tumba o cualquier otra alteración que pueda modificar el paisaje. Según el Feng-Shui la suerte de las personas dependerá de la correcta ubicación de sus moradas y podrán superar sus limitaciones si viven en armonía con la naturaleza, equilibrando adecuadamente el yin y el yang.
Este equilibrio se manifiesta en el ch’i, o “aliento cósmico” benéfico, y el desequilibrio se manifiesta como sha ch’i o “aliento de la desgracia”.
La geomancia busca favorecer al primero y neutralizar al segundo. Para que todo marche bien lo ideal es estar situado en el lugar adecuado, orientarse en la dirección correcta y hacer lo necesario en el momento oportuno, lo que en conjunto es: Estar en armonía con el Universo.
¿Cómo se logra? Existen cinco factores determinantes: Loong, el Dragón, que se manifiesta en las colinas y ondulaciones del terreno; Xue, la Oquedad, representada por los cimientos, el tipo de terreno y la estabilidad del suelo; Sha, la Arena, refiriéndose al paisaje que rodea el lugar; Shui, el Agua, conformada por las corrientes que pasen por allí o estén en las cercanías; y Xiang, la Orientación, que indicará la dirección en la que deberá apuntar la construcción.
Los dos primeros aspectos son los más importantes, el Dragón y la Oquedad; la Arena, el Agua y la Orientación son secundarios, e interactúan con los demás para dar o no un emplazamiento favorable. Hay 27 tipos de Arena y 9 de Agua. Para finalizar se añade la Astrología y el resultado será el esperado; según el horóscopo de quien la ocupe deberá orientarse la vivienda, existe una “brújula” geomántica en la que se señala la fecha y hora de nacimiento de la persona y ésta indicará la orientación que tendrá la estructura.
A la decoración también se le da un significado concreto y una función simbólica. Los dragones en los techos simbolizan la fuerza y el poder de los dioses, desviando las malas influencias. Los dragones-peces en un edificio serán símbolo de éxito. Hay, además, “guardianes del bien”, como el tigre blanco del oeste y el dragón azul del este. Las palabras se consideran buenos amuletos, entonces escriben en el lado izquierdo: loong yin, el dragón habla; y en el derecho: hu xiao, el tigre ruge.
También valorizan mucho el color, el mejor es el rojo pues representa el yang, principio activo que atrae bendiciones y felicidad a los ocupantes del hogar. El amarillo simboliza la tierra y representa el yin o principio pasivo que protege contra las influencias malignas. El verde augura un buen crecimiento, lozanía y longevidad. El blanco simboliza la penitencia y el luto así que se evita pintar con él.
A pesar de ser originario de allí el gobierno comunista chino prohibió el arte del Feng-Shui, pero no pudieron detenerlo, éste se ha propagado por todo el planeta. El efecto de este arte maravilloso en la estética de los paisajes y edificios se constata a simple vista, y en las comunidades chinas repartidas por el mundo sigue siendo una tradición viva que enriquece la vida cotidiana de sus habitantes.