Hacia el año 1900 se lo comienza a domesticar y se seleccionan los mejores ejemplares. Es cultivado principalmente por su fruto, al que se le conoce como aguacate, o palta. Se lo ingiere tanto crudo (solo o en ensaladas) como en platos culinarios difundidos a nivel mundial, tal el caso del “Guacamole”. Ya lo consumían en el Imperio Inca. En la crónica de la conquista de América los españoles lo nombran por primera vez a principios del siglo XVI.
El delicado fruto es una baya con pulpa de consistencia cremosa y una sola semilla en su interior; la piel, de color verde oscuro, puede ser lisa o rugosa dependiendo la variedad. No madura hasta que se lo separa de la planta madre; algunas plantas los dan morados y otras parduzcos, miden entre diez y quince centímetros de largo y su ancho varía, pues a pesar de que la mayoría son ovales los hay más redondeados y también con forma de pera.
Al consumirlo incorporamos a nuestro organismo vitaminas, proteínas, minerales y ácidos grasos. En la industria cosmética se emplean los frutos y los aceites obtenidos de ellos para elaborar productos para el cuidado del cabello y de la piel. Tiene hojas pecioladas que se ubican de manera alterna; son grandes, ovaladas, acuminadas y con la superficie muy brillante; con ellas se preparan jarabes expectorantes.
Las flores aparecen reunidas en inflorescencias de tipo racimo y se abren en distinto momento, por ello no pueden autofecundarse. Los órganos femeninos están activos un tiempo, luego la flor se cierra y vuelve a abrirse cuando entran en actividad los órganos masculinos. Sólo el 0,1% de su gran cantidad de flores se transforma en fruto.
Las heladas intensas lo perjudican, y más si está en plena floración. Las variedades mexicanas son más resistentes al frío, luego las de Guatemala y las Antillas en orden decreciente.
La multiplicación se realiza mediante semillas e injertos.
Necesita suelos permeables y con mucha profundidad (a pesar de que tiene raíces relativamente superficiales); preferentemente arenosos, pues los calcáreos y clorados no le agradan. El exceso de humedad acaba con estos árboles pues su principal predador es el hongo Phytophthora cinnamomi; para controlarlo se usan pies de injerto de una especie más resistente y se emplean fungicidas directamente en el terreno.
Se lo cultiva hasta una altitud de dos mil quinientos metros y es preferible hacerlo a no menos de ochocientos metros sobre el nivel del mar, para que el agua corra fluidamente. El principal productor mundial es México, lo siguen Estados Unidos y Chile.