La Caña flecha

La denominada científicamente Gynerium sagitatum y comúnmente llamada “Caña flecha” es una planta gramínea parecida al esparto. Obtuvo su nombre de la costumbre de los nativos de fabricar flechas de caza y arpones de pesca con ella (también la empleaban para partes de sus viviendas e instrumentos musicales). Es originaria de América, donde la encontramos desde México hasta Argentina y forma parte de la familia Poaceae. 

Su hábitat natural son las orillas de los ríos y las zonas pantanosas costeras. Alcanza los seis metros de alto y la caña mide entre dos y cuatro centímetros de diámetro, brota desde un rizoma subterráneo que tiene raíces flexibles pero no muy resistentes. 

Las hojas son largas y lanceoladas, llegan a medir tres metros, sus bordes están finamente serrados y son filosos. Con las nervaduras centrales se realizan artesanías tan conocidas mundialmente como el “sombrero vueltiao” de Colombia. 

De minúsculas flores reunidas en una inflorescencia terminal de tipo panícula que llega a medir hasta un metro de largo (muy parecida a la de la caña de azúcar). La espiga se usa como ornamento luego de teñirla de diversos colores. Casi no se reproduce por semillas, la reproducción se lleva a cabo entonces a partir de los brotes nuevos que surgen del rizoma. 

Por culpa del uso desmedido su población silvestre disminuyó de manera alarmante, entonces se está buscando acelerar el desarrollo de las estacas agregándoles suplementos, usando un sistema similar al que se utiliza con el bambú. La medicina no tradicional le atribuye propiedades diuréticas, antianémicas y antiinflamatorias. 

Hay quienes acostumbran darla como forraje a los animales. Según la región, se la conoce como Caña brava, Zacuara y en lengua quechua se la denomina Pintoc. También se la cultiva en las costas marítimas aprovechando las orillas de las albuferas.