Sedum sediforme

Conocemos como Sedum sediforme, a una suculenta perenne, de escaso porte (mide entre 30 y 50 centímetros de alto), miembro de la familia Crassulaceae. Aunque es originaria de África en la actualidad está distribuida en las franjas de clima templado de ambos hemisferios, norte y sur. 

Sus hojas sésiles se ubican de manera alterna en los talluelos; son carnosas, de color verde muy claro y forma oblonga, en ellas acumula el agua que recibe y esto le sirve para soportar después prolongadas épocas de sequía. 

Se la usa como ornamento en los jardines pues queda muy bien componiendo rocallas, también sirve para bordear y establecer límites. Precisa mucho sol. Se desarrolla mejor en suelos fértiles y algo alcalinos; con buen drenaje aún sin ser profundos, pero se adapta a todo tipo de terreno. 

Hay que regarla dos veces a la semana en primavera y verano y sólo una durante el otoño y el invierno; los excesos de agua la perjudican. Sus flores aparecen en verano. Son pequeñas y hermafroditas, con cinco pétalos blancos y cinco largos estambres con anteras amarillas; se reúnen en inflorescencias terminales erguidas sobre largos tallos de hasta medio metro de largo. 

Se la multiplica tanto mediante esquejes de tallos como de hojas y echa raíces con mucha facilidad. Cultivada en tiestos o macetas se la debe abonar a principios del verano, antes de la floración; y cada dos años, al llegar la primavera, conviene cambiarla a un recipiente de mayor tamaño.