El Anacahuite

Recibe el nombre de Anacahuite, Palo de rosa, o Cordia alliodora, un árbol caducifolio miembro de la familia Boraginaceae, originario de Centroamérica; donde se adaptó a diversas temperaturas, altitudes y terrenos, pero se desarrolla mejor en climas cálidos y con abundantes precipitaciones (tropical húmedo). Mide de 10 a 30 metros de alto, con una circunferencia de tronco cercana al metro; la corteza presenta grietas y su grosor es de un centímetro y medio. La copa es raleada, lo que permite el paso de bastante luz. 

Se lo cultiva, principalmente, por su madera; hasta se lo ha exportado a los continentes africano y asiático buscando adaptarlo. Es de crecimiento rápido, en menos de quince años llega a su altura definitiva (lo cual significa ganar de uno a dos metros por año); florece al llegar a los cuatro años de edad y recién a los cinco sus semillas se encuentran aptas para generar nuevos individuos. Tiene una raíz principal gruesa y de ella salen numerosas raicillas secundarias en forma de cabellera, a veces se mantienen cerca de la superficie y otras penetran profundamente en la tierra. 

Posee hojas largas, simples, con forma lanceolada y borde entero, que se ubican de manera alterna en las ramas y despiden un característico olor a ajo del cual deriva su nombre científico (con la savia ocurre otro tanto). Las hojas, al caer, tardan mucho tiempo en descomponerse, por ello son ideales para usar como abono verde. Sus pequeñas flores blancas, actinomórficas y hermafroditas, se reúnen en inflorescencias paniculares (tanto terminales como axilares), de más de veinte centímetros de largo; abren por la noche durante la estación seca; la polinización la efectúan el viento y los insectos. 

Los frutos son drupas cilíndricas comestibles que se mantienen enracimadas, conservando la corola adherida; contienen una sola semilla blancuzca que mantiene su viabilidad un mes sin tratamiento y hasta tres si son tratadas; son dispersadas por el viento; les lleva entre dos y tres semanas germinar y un ochenta por ciento de ellas lo consigue. Para recolectarlas se espera hasta que los frutos maduren y se sacuden las ramas para que caigan en redes o lonas colocadas bajo los árboles. 

Precisa abundante luz solar y suelos con buen drenaje, resiste bien los vientos fuertes y las plagas; aunque las epífitas (como algunos muérdagos) lo debilitan hasta provocar su muerte. Crece en relación de mutualismo con la hormiga  Azteca longiceos que establece sus colonias en los nudos de sus ramas, donde hay receptáculos especiales adaptados para ese fin. Dentro del marco de la medicina no tradicional sus hojas se emplean en infusiones como tónico expectorante en casos de catarro y mediante el pulverizado de las semillas se fabrica un ungüento que se aplica sobre lesiones cutáneas.