Es originario de Sudamérica, donde lo hallamos desde el Ecuador a los subtrópicos, formando parte de la vegetación selvática entre los seiscientos y los dos mil metros sobre el nivel del mar; allí donde las precipitaciones anuales estan dentro del rango de los mil cien a dos mil quinientos milímetros anuales.
Se lo emplea como ornamento en parques y jardines. Su madera no es muy resistente pero sí fácil de moldear; se la emplea para la fabricación de canoas livianas y para la obtención de pulpa para hacer papel. Posee hojas compuestas, bipinnadas y alternas (formadas por cerca de diez pares de folíolos opuestos, constituidos a su vez por otros diez pares de folíolos más); pueden llegar a medir hasta un metro y medio de largo.
Da pequeñas flores zigomórficas, hermafroditas, de color amarillo, reunidas en inflorescencias de tipo panícula, de unos treinta centímetros de longitud. Las conforman un cáliz tubular, verde y persistente (que luego permanecerá adherido al fruto) y una corola de cinco pétalos; por su abundante néctar es útil para la producción de miel.
Los frutos son vainas dehiscentes de unos diez centímetros de largo que contienen una sola semilla (de casi diez milímetros de diámetro) oscura y aplanada, que conserva su viabilidad durante tres años; se recolectan sacudiendo la planta pues de esa manera caen las legumbres a tierra.
Todas sus partes aéreas efectúan fotosíntesis, por lo que su tronco también es verdoso y está recubierto por una corteza de entre medio y un centímetro de espesor. El sistema radicular es profundo y ayuda a fijar el nitrógeno al suelo. Se lo utiliza como soporte para plantas trepadoras útiles, como la pimienta y la vainilla. Se autopoda soltando sus grandes hojas que van dejando cicatrices en el tronco.