El Cebollín

Conocemos como Cebollín, o Ciboulette, a una de las variedades de la cebolla de verdeo, cuyo nombre científico es Allium schoenoprasum. Pertenece a la familia Aliaceae. Es originaria del norte de Europa. Su suave aroma y su sabor particular enriquecen las comidas que la tienen como ingrediente. Se utilizan sus hojas frescas preferentemente (aunque se las comercializa también cocidas y deshidratadas) y con menor frecuencia los pequeños bulbos. 

En estado silvestre se suele hallar una variedad que es más resistente y de mayor tamaño, la Allium schoenoprasum var. Sibiricum, desde el nivel del mar hasta los dos mil quinientos metros. Da hermosas flores de color lila o púrpura, reunidas en una inflorescencia de tipo umbela. Soporta bien las bajas temperaturas. Gusta de lugares que van desde sol pleno a media sombra. 

Se adapta a todos los suelos siempre que tengan buen drenaje y sean sueltos y bien aireados para evitar problemas a los bulbos, que si padecen anegamientos reiterados serán presas de los hongos. Puede germinar de semilla, pero es más común proceder a la división de matas. Se colocan en hileras distanciadas unos veinticinco o treinta centímetros y a unos diez centímetros entre ellas. Se cubren bien, con abundante tierra, el bulbo y unos 2 o 3 cm del tallo, presionando con fuerza. 

Luego de trasplantada se aletarga un poco y tarda unos meses en recuperar su follaje habitual. Para consumir se cortan las hojas, que miden entre veinte y treinta centímetros, a unos dos tercios de su largo, para no dañar los brotes nuevos que están creciendo aún. Cada dos años conviene renovar todo el sembradío, más aún si dieron una producción exhaustiva. Si no se guardarán para semilla, es mejor cortar las varas florales, para que no se derive a ellas la vitalidad de la planta. 

Si se decide sembrar hay que ubicar, hacia finales del invierno, algunas en bandejas con compartimientos, cubiertas con un vidrio o similar. Contiene vitaminas A, B y C y su componente básico, la alicina, es un excelente agente antibacterial; externamente se la usa como desinfectante y antimicótica. No la afectan mucho las plagas pero no está de más sembrar cerca de ellas algunas plantitas de perejil porque éste mantendrá alejadas a las pequeñas moscas de las cebollas.

La Bergamot orange

Recibe el nombre común de Bergamot orange , y el científico de Monarda didyma, una planta herbácea anual originaria de América del Norte, miembro de la familia Lamiaceae, al igual que la Menta. Su nombre proviene del botánico español Nicolás Monardus. 

De ella se obtiene un importante aceite esencial utilizado en Perfumería. También se usan sus flores y sus hojas porque exhalan un exquisito perfume a naranja; sirven para aromatizar tes y helados, saborizar platos e incorporarlas en ensaladas. 

Tiene el tallo y las ramificaciones pubescentes. Las hojas son pecioladas, lanceoladas, opuestas y con bordes ligeramente dentados, de un color verde grisáceo. La infusión preparada con ellas sirve para bajar la fiebre, menguar dolores estomacales y conciliar el sueño. 

Las flores son tubulares, con largos estambres que sobresalen. La corola es bilabiada, con el labio superior angosto, entero y pubescente y el inferior más ancho. Se reúnen en inflorescencias terminales al tope de cada tallo floral. Se reproduce por semillas, por división de los rizomas o por esquejes. 

En estado silvestre la hallamos en praderas y bosques de las tierras altas. Para recolectar las semillas hay que cortar los tallos con el receptáculo una vez que se hallan secado en la planta; dejándolos algunos días más en lugar cubierto, fresco y seco; luego se introducen en una bolsa de papel y se los sacude para que caigan las semillas dentro. 

Se siembran en interior a mediados de invierno, en una mezcla de tierra común y arena con algún fertilizante, en dos semanas germinan. Regar recién al ver que la tierra está seca. A los dos meses se trasplantan al jardín, cuando haya pasado el peligro de heladas. 

Para propagar por esquejes elegir ramas tiernas, despejar su parte inferior de hojas e introducirlas en una mezcla de arena y perlita, al mes ya estarán bien enraizados. La división de matas se hace cada dos años, pues de otra forma las plantas adquieren más tamaño del aconsejable y no se ven saludables. Una vez hecha la división del rizoma replantar de inmediato en tierra común con agregado de compost.

El Farolito

El conocido comúnmente en su hábitat natural como “Farolito”, o “Chaquiue”, y que está registrado científicamente como Crinodendron hookerianum, es un árbol de aspecto arbustivo con follaje siempre verde originario de Sudamérica, crece en lugares húmedos y con mucha sombra, cercanos a cursos de agua. Pertenece a la familia Elaeocarpaceae. 

Puede llegar a medir ocho metros de alto y el tronco alcanza los treinta centímetros de diámetro. Su corteza es grisácea. La belleza de su floración, de la que toma su nombre en griego, lo convierte en un ornamento ideal para los jardines (el resto del nombre científico le fue dado por William Hooker, botánico inglés dedicado a estudiar la flora de Chile). 

Tiene hojas pecioladas, lanceoladas y con bordes dentados, se ubican de manera alterna en las ramas, miden entre cuatro y ocho centímetros de largo, son de color verde oscuro en el frente y más claras y pubescentes en la cara posterior. 

Sus flores son hermafroditas, axilares y solitarias, el color de las mismas varía de rosa a rojo; el pedicelo que las sostiene mide entre tres y seis centímetros; el cáliz está formado por cinco sépalos verdes fusionados y la corola (con forma de tulipa) tiene cinco pétalos libres que culminan en un ápice tridentino; la cantidad de estambres es considerable, de quince a dieciocho y tiene un estilo que es más largo que ellos. 

Los frutos son capsulares y están divididos en tres o cinco compartimentos; hay que dejarlos secar en la planta para poder extraer las semillas que son blancas, redondas y de superficie brillante. Prefiere los suelos ligeramente ácidos. Resiste temperaturas muy bajas. 

Hay que usar una vez al mes fertilizantes naturales para su cuidado en la época de floración, en la cual habrá también que regarlo con más frecuencia. Por el contrario, si es la temporada de lluvias o la zona es en sí es muy lluviosa habrá que aplicar un fungicida sistémico por prevención.

El Ciruelo

Se le da el nombre común de Ciruelo, y el científico de Prunus domestica, a un árbol caducifolio que pertenece a la familia Rosaceae. Es originario del oeste asiático y no sobrepasa los seis metros de alto. Se lo cultiva tanto para producir fruta como para servir de ornamento en plazas y jardines. Posee una corteza brillante, de color pardo-azulado, que puede presentarse lisa o con grietas longitudinales indistintamente. 

Sus ramas son alternas, cortas y delgadas; y la copa es esférica. Las hojas son ovales, con bordes aserrados, lisas en la parte superior y pubescentes en la inferior, hay variedades con hojas verdes y otras con hojas rojizas. Da hermosas flores blancas o rosadas de cinco pétalos, con numerosos estambres y sostenidas por cortos pedúnculos; surgen a la par de las hojas. Aunque se autofertilizan siempre es preferible que haya otros ejemplares compatibles cerca para obtener una fertilización cruzada para mejorar la especie. 

Los frutos son drupas comestibles, redondas u ovales, con el mesocarpio blando expandido y la semilla contenida dentro de un hueso o carozo de consistencia leñosa. La piel de estas ciruelas puede ser amarilla, roja, púrpura oscuro o azul violáceo. Se consumen frescas, en conserva, transformadas en mermeladas o jaleas o bien convertidas en pasas. Aportan a nuestro organismo agua, hidratos de carbono, calcio, potasio, fósforo, hierro y vitaminas B1 yB2. Con ellas se pueden preparar jugos o zumos y la industria farmacéutica las utiliza para preparar laxantes. 

El Ciruelo es un árbol rústico y de fácil cultivo. Se desarrolla bien en climas fríos porque puede resistir muy bajas temperaturas, incluso las heladas tardías. Sufre ante la escasez de agua y los vientos fuertes quiebran sus delicadas ramas. Se adapta hasta a los suelos calizos, húmedos, poco profundos y compactados gracias a su sistema radicular que es bastante superficial. Precisa abonos a base de Fósforo y Potasio; y se le aplica abono nitrogenado luego del aclareo de los frutos y también tras la cosecha, para favorecer el crecimiento de nuevas yemas. 

Algunas veces presenta carencia de magnesio, calcio, zinc y manganeso. Se lo poda despuntando los brotes anticipados para que el árbol comience a producir rápidamente, y una vez que está con frutos se despuntan las ramas que los contienen para que toda la energía vaya a ellos. Para la cosecha se sabe si las ciruelas están maduras por el perfume que desprenden y cuando al sacudir levemente la planta caen algunas. Tienen un recubrimiento cerúleo que las hace lucir brillantes. 

La multiplicación se efecúa por semillas, mediante esquejes o por injertos sobre patrón. Llega a vivir unos treinta años y comienza a producir bien entre los seis y los ocho años. Lo afectan los pulgones, el Piojo de San José, los barrenadores y la Mosca de la fruta. Entre sus enfermedades están la Monilia y la Roya. La variedad más difundida en Japón recibe el nombre de Prunus salicina, otras variedades cultivadas en todo el planeta son Prunus insititia, Prunus capuli y Prunus americana.

La Soja

Recibe el nombre vulgar de Soja, y el nombre científico de Glycine max, una planta herbácea anual dicotiledónea miembro de la familia Fabaceae. Es originaria de la Isla de Java, China y Japón. Presenta interés tanto agrícola como industrial y se la puede usar, además, como abono verde y forraje. Con su grano se elaboran harina y aceite, y de ambos se derivan numerosos subproductos. 

Tiene una raíz pivotante, con muchas raicillas secundarias que forman una cabellera a su alrededor; éstas presentan nudos o abultamientos producidos por el Bacilo Radiciccola. El tallo es recto y en algunas variedades está profusamente ramificado, es pubescente como toda la planta. La altura difiere por diversos motivos, la variedad de semilla, la calidad del suelo, la humedad ambiente, etc. Suele oscilar entre 30 y 150 centímetros. 

Las hojas son pecioladas, alternas y compuestas (formadas por tres folíolos). Las flores, de colores tan variados como blanco, amarillo, verde o violeta, se reúnen en grupos que van de ocho a quince en inflorescencias racimosas. Los frutos son vainas verdes que viran a amarillo oscuro al madurar; en su interior guardan dos o tres semillas ovoides o redondas, de tamaño variable y color blanco, amarillo o marrón, recubiertas por un delgado tegumento que se quita con facilidad. En su interior tienen aspecto cerúleo, son amarillentas y están constituidas por sustancias proteicas y grasas de gran valor alimenticio. 

Estos llamados “porotos de soja” se utilizan en la preparación de numerosos platos culinarios, con propiedades alimenticias muy valiosas (contienen los 8 aminoácidos esenciales para el ser humano adulto); y una bebida preparada en base a ellos, que recibe el nombre de “leche de soja”, es consumida por su alto valor energético y efectos benéficos para la salud. De sus lípidos se extrae la “lecitina” que se usa en una gran cantidad de productos de la industria alimentaria. El poder germinativo de estas semillas se mantiene dos o tres años. 

 Los suelos más convenientes para ellas son los arcillo-arenosos y los climas en los que mejor prosperan son el templado y el templado cálido. El suelo se prepara previamente con dos aradas y sus respectivas rastrilladas, las segundas en sentido transversal para que el terreno quede bien mullido y la semilla se desarrolle rápido; tardan menos de una semana en asomar. Las aradas deben ser profundas, de más de veinte centímetros. Hay que aguardar a que pase el peligro de heladas para sembrar y la separación entre plantas debe ser de 30 o 40 centímetros. 

Algunas de sus plagas son: La “Chinche verde” (Nezara viridula), la llamada “Mariquita” o “Vaquita de San Antonio” (Diabrotica speciosa), el denominado “Bicho moro” (Epicauta adsporsa) y la “Oruga de las leguminosas” (Anticarsia gemmatalis). Existe también una pequeña mariposa, la Elasmopalpus lignosellus, cuya oruga provoca daños terribles en los cultivares, pues se alimenta de los botones florales y de las vainas tiernas. Todas pueden combatirse con insecticidas fosforados.

El Berro amargo

Recibe los nombres comunes de “Berro amargo” o “Berro del prado”, y el científico de Cardamine pratensis, una planta herbácea rizomatosa perennifolia, hemicriptófita, perteneciente a la familia Brassicaceae, originaria de Europa y el oeste asiático. 

Por su belleza se la cultiva como ornamental. Mide entre cuarenta y sesenta centímetros de alto, sus tallos cilíndricos son glabros y huecos; tiene hojas basales imparipinnadas de entre diez y veinticinco centímetros de longitud formadas por varios segmentos de aproximadamente un centímetro. 

Florece en Primavera; sus pequeñas flores pediceladas y hermafroditas miden hasta dos centímetros, están formadas por cuatro pétalos de color rosa o blancos; se reúnen en inflorescencias terminales de tipo racimo y son muy atractivas para las mariposas; el cáliz cuenta con tres sépalos verdes libres con ápices redondeados; tiene seis estambres, dos más cortos que el resto; y un ovario con un solo estilo que se engrosa al final. 

Los frutos son silicuas biloculadas que contienen numerosas semillas. Por ser una planta típica de los valles, prefiere los suelos ricos en nutrientes, con alto contenido de arcilla que retiene mejor la humedad; se la puede encontrar desde el nivel del mar hasta los dos mil metros de altitud; no le agrada la salinidad pero es indiferente al pH. En cuanto a la luminosidad le agrada más la media sombra; no soporta las temperaturas extremas y por ende tampoco las heladas. 

Toda la planta posee un alto contenido de Vitamina C. Dentro del marco de la medicina no tradicional se le atribuyen propiedades digestivas, diuréticas, anti escorbúticas y anti reumáticas. Las hojas y los brotes tiernos, aunque son un tanto amargos, pueden consumirse en ensaladas. Para preparar infusiones depurativas se cosecha al comienzo de la floración y se lo deja secar a la sombra en lugares bien aireados.

El Guapuruvú

Se le da el nombre común de Guapuruvú, y el científico de Schizolobium parahyba, a un árbol caducifolio de rápido crecimiento, que en pocos años llega a los treinta metros de altura, con un metro de diámetro troncal; por ese motivo se lo emplea para reforestar zonas que han sido devastadas. Pertenece a la familia Fabaceae. 

Es originario de Sudamérica, donde lo hallamos desde el Ecuador a los subtrópicos, formando parte de la vegetación selvática entre los seiscientos y los dos mil metros sobre el nivel del mar; allí donde las precipitaciones anuales estan dentro del rango de los mil cien a dos mil quinientos milímetros anuales.

Se lo emplea como ornamento en parques y jardines. Su madera no es muy resistente pero sí fácil de moldear; se la emplea para la fabricación de canoas livianas y para la obtención de pulpa para hacer papel. Posee hojas compuestas, bipinnadas y alternas (formadas por cerca de diez pares de folíolos opuestos, constituidos a su vez por otros diez pares de folíolos más); pueden llegar a medir hasta un metro y medio de largo. 

Da pequeñas flores zigomórficas, hermafroditas, de color amarillo, reunidas en inflorescencias de tipo panícula, de unos treinta centímetros de longitud. Las conforman un cáliz tubular, verde y persistente (que luego permanecerá adherido al fruto) y una corola de cinco pétalos; por su abundante néctar es útil para la producción de miel. 

Los frutos son vainas dehiscentes de unos diez centímetros de largo que contienen una sola semilla (de casi diez milímetros de diámetro) oscura y aplanada, que conserva su viabilidad durante tres años; se recolectan sacudiendo la planta pues de esa manera caen las legumbres a tierra. 

Todas sus partes aéreas efectúan fotosíntesis, por lo que su tronco también es verdoso y está recubierto por una corteza de entre medio y un centímetro de espesor. El sistema radicular es profundo y ayuda a fijar el nitrógeno al suelo. Se lo utiliza como soporte para plantas trepadoras útiles, como la pimienta y la vainilla. Se autopoda soltando sus grandes hojas que van dejando cicatrices en el tronco.

La Tumbergia

Responde al nombre de Tumbergia o Thumbergia grandiflora, una enredadera o planta trepadora semileñosa, de tallos flexibles y follaje persistente, perteneciente a la familia de las Acantáceas, originaria de India. Suele medir más de 5 metros. 

Tiene hojas simples de forma oval, su borde puede ser dentado o ligeramente crenado, la base es asimétrica, el ápice muy agudo y su superficie áspera al tacto. Da flores solitarias o en inflorescencias con pocos ejemplares; muestran forma de trompeta, son de color blanco (en el caso de la Tumbergia alba) o azul y con el centro amarillo. Si la protegemos del frío florece durante una larga temporada. 

Se multiplica mediante semillas colocadas en sustrato ligero, como ser tierra común de cantero mezclada con arena y cáscara de arroz carbonizada; cuando tienen unas seis hojitas pueden ser trasplantadas; o por esquejes de unos 15 a 20 centímetros. de puntas de ramas nuevas; se las ubica en el mismo sustrato que a las semillas y se riegan a diario hasta que echan raíz. Admite el uso de enraizadores. 

Es poco resistente al frío y no tolera las heladas (aunque si se quema volverá a brotar desde sus raíces cuando regrese el calor). Se la utiliza para recubrir pérgolas u ocultar muros, allí se lucen bien sus largas ramas florecidas, más si se combinan las especies blancas y azules. Su crecimiento es rápido. 

Prefiere ubicaciones que van desde sol pleno hasta semisombra y suelos acidificados, con muchos nutrientes orgánicos, compost de hojas y buen drenaje para evitar que las raíces se pudran. Se la fertiliza frecuentemente pues necesita fósforo y potasio para estar en condiciones óptimas. 

Al llegar la primavera hay que efectuarle una poda de forma y contenido para que florezca abundantemente, dejando, al menos, seis yemas en cada rama. Conviene guiarla con tutores desde el principio para que tome la forma que queremos darle o vaya cubriendo las superficies que necesitamos que cubra.

El Árbol de la Canela

Conocemos como Árbol de la Canela, o Cinnamomum verum, a un árbol perennifolio que mide entre 10 y 15 metros, perteneciente a la familia Lauraceae. Es cultivado en la actualidad en tres continentes. Su primer nombre científico deriva del griego y significa “madera dulce” y el segundo es el de la especie cultivada en Ceylán que es considerada como la verdadera canela. 

Se utiliza su corteza interna, que se separa de la capa rugosa externa luego de dejarla fermentar todo un día; se la pone entonces a secar y se enrolla, formando las llamadas “ramas de canela” o “canela en rama”; éstas ralladas o molidas son usadas como condimento para muchos tipos de comida, es una de las especias más antiguas que se conocen, junto con la pimienta y el cardamomo. 

Necesita clima cálido y muy húmedo para prosperar. Tiene tallo leñoso y hojas pecioladas, ovales y acuminadas, de color verde brillante y apariencia coriácea, miden unos 4 por 8 centímetros. Da flores blancas, hermafroditas, con un androceo de 9 + 3 estambres verticilados y un gineceo bicarpelar; nacen agrupadas en panículas axilares; el fruto es una baya alargada muy oscura. 

Se consume como infusión caliente, la cual dicen que induce al sueño y sirve también para saborizar postres como el “Arroz con leche” y el “Apfelstruddel”, o arrollado de manzana. Dentro de la medicina no tradicional se le conocen efectos benéficos en casos de diabetes y de colesterol alto; se dice que ayuda a la digestión y alivia molestias intestinales. 

También tiene efectos antioxidantes debido a su gran concentración de compuestos fenólicos (como los del vino tinto) y por los flavonoides que contiene (al igual que los arándanos). Su extracto se añade a las cremas analgésicas porque tiene poder antiinflamatorio. 

El aroma especial, que la hace tan buscada por la industria de la perfumería, se debe a su aceite esencial, cuyo mayor componente es el aldehído cinámico; éste es muy usado en la industria cosmética pues inhibe el crecimiento de los hongos y, además, es antibacteriano; por ello se lo utiliza también en pastas dentífricas y enjuagues bucales. La canela provee a nuestro organismo vitaminas C y B1; también hierro, potasio y fósforo.

La Trompeta de Oro

Llamamos comúnmente Trompeta de Oro, o Bignonia amarilla, y por el nombre científico de Tecoma stans, a un arbusto perennifolio, hermafrodita, originario de los bosques tropicales y subtropicales de América, que forma parte de la familia Bignoniaceae. 

Lo hallamos en altitudes que van desde los doscientos hasta los mil quinientos metros sobre el nivel del mar. Puede llegar a los cinco metros de alto y unos veinticinco centímetros de circunferencia en la parte más gruesa de su tronco. Posee una corteza dura y rugosa. 

Tiene hojas compuestas por una cantidad impar de folíolos elípticos (varían entre cinco y nueve) con los bordes serrados y el vértice acuminado, que se ubican de manera opuesta en las ramas. Da grandes flores amarillas que miden entre cuatro y siete centímetros; aparecen en primavera, tienen forma de embudo o de campana alargada, se reúnen en inflorescencias terminales de tipo panícula y las polinizan los colibríes. 

Los frutos son largas vainas dehiscentes de hasta veinte centímetros de largo, que contienen varias semillas planas y con alas. Se lo cultiva por su madera de mediana dureza y se lo usa, además, como ornamento en los jardines por su bella floración de la que emana un suave perfume a vainilla; también por la fresca sombra que brinda. Sus flores son muy apreciadas por las abejas. 

Se le atribuyen varias propiedades curativas, con la raíz se prepara un té utilizado como tónico estomacal, diurético y vermífugo; también se utiliza, en lugar del lúpulo, para fabricar cerveza. Con las hojas se hacen tisanas para estimular el apetito y calmar los nervios. Hay que mantenerlo vigilado porque se propaga rápidamente y es de rápido crecimiento, lo que puede convertirlo en especie invasora. 

Le gustan las ubicaciones a pleno sol y no soporta las fuertes heladas; prefiere los suelos arenosos, frescos, aireados y con buen drenaje. Después de cada floración conviene efectuarle una poda de rejuvenecimiento y de forma. Se multiplica a través de las semillas (las que conservan por seis meses su poder germinativo, manteniéndolas a temperatura ambiente) y también por esquejes.

El Gordolobo

Recibe el nombre popular de Gordolobo, y el científico de Verbascum thapsus una planta herbácea silvestre perteneciente a la familia Scrophulariaceae, originaria de las costas del Mar Mediterráneo. Todas sus partes son pubescentes. 

Tiene grandes hojas sésiles, ovales, acuminadas y de bordes enteros, reunidas en la base formando una roseta; a medida que suben hacia lo alto del tallo disminuyen de tamaño y se disponen de manera alterna.

Como es una planta bienal recién al segundo año, hacia fines del verano o principios del otoño, emite una única y erecta vara floral que mide entre uno y dos metros; en el ápice de la misma se reúnen en una inflorescencia de tipo espiga múltiples flores amarillas suavemente perfumadas y sostenidas por cortísimos pedicelos. 

Cuentan con un cáliz tubular, cinco pétalos casi circulares y cinco estambres unidos a ellos por la base (su polen atrae mucho a las abejas). El fruto es capsular y dehiscente, contiene numerosas semillas oscuras y minúsculas mediante las cuales se reproduce. 

Se la emplea como ornamento en los jardines. Le agradan las ubicaciones que van de media sombra a sol pleno y suelos con buen drenaje; hay que proporcionarle riego moderado día por medio, aunque es resistente a las sequías. Se le aplican abonos minerales una vez al mes. Soporta las temperaturas bajas y la nieve ocasional. 

Dentro del marco de la medicina no tradicional se usan todas las partes de la planta pero son las flores las que tienen más concentración de principios activos (sin el cáliz). Se extrae de ella un mucílago emoliente y suavizante, que se usa para mejorar las irritaciones tanto externas como internas. Las saponinas que contiene sirven como expectorante y ayudan a fluidificar las secreciones bronquiales. Se le atribuyen, además, propiedades diuréticas, sedantes, estabilizadoras de la presión y anti inflamatorias.

El Abacá

Se conoce por el nombre popular de Abacá, y el científico de Musa textilis, a una planta herbácea de considerable tamaño miembro de la familia Musaceae. Es originaria de las zonas cálidas y con abundantes precipitaciones de Asia. Está emparentada con el Plátano (Banano) o Musa paradisiaca, aunque sus frutos no son comestibles y sus hojas son más angostas. 

Su uso es casi exclusivamente textil, ya que sus fibras son comercializadas con ese propósito, se las conoce como “Cáñamo de Manila” (debido a que Filipinas es el principal productor a nivel mundial) y se las valora mucho debido a su larga duración y excelente resistencia; están compuestas por lignina (15%), celulosa y pectina; se las recolecta a partir del segundo año de la planta y llegan a medir unos tres metros, que es aproximadamente el largo del tallo. 

Se las emplea tanto como para producir papel fino (saquitos de té y filtros para café) como para trenzar gruesas cuerdas (que resisten muy bien la tensión y la exposición diaria a los elementos naturales y a la salinidad, por lo que se las utiliza en cordelería marítima). 

El proceso ulterior a la cosecha de los tallos y las grandes hojas es dejarlos en el campo, al rocío, más o menos unos treinta días; o bien se los sumerge en agua hasta que los tejidos blandos se disuelven; luego se secan y se los pasa entre dos cilindros que los aplanan; tras esto se lleva a cabo el apaleo o batido mediante el cual las partes no fibrosas se desprenden; para finalizar se clasifican las fibras obtenidas, se las limpia y se las peina. 

Se la propaga mediante patrones; necesita suelos ligeros, de preferencia arcillosos y con agregado de abundante materia orgánica; entre dos y cuatro de sus tallos pueden ser cosechados unas tres veces al año; su vida útil dura una década. Con la pulpa se realizan los conocidos sobres de “papel Manila” usados en todo el planeta para enviar correspondencia.

La Echeveria

Conocemos como Echeveria a un grupo de más de trescientas especies de plantas suculentas pertenecientes a la gran familia Crassulaceae. Son originarias de México y las costas del golfo que lleva su nombre. Se las emplea como ornamento en los jardines. Se lucen mucho en las rocallas. También se pueden cultivar en maceta. 

Rara vez pasan de los cuarenta centímetros de alto. Resisten bien la sequía pero su desarrollo es mayor si se las riega con frecuencia, moderadamente en verano y cada tanto en invierno; evitando mojar las hojas; sin vaporizar y sin anegar, y menos estando en maceta pues pueden pudrirse las raíces.

Los fertilizantes se emplean en primavera y verano; una vez al mes puede añadírseles un abono para cactáceas pero en la mitad de la dosis indicada para aquellas. Prefieren ubicaciones con semisombra y toleran las heladas suaves. 

Se reproducen fácilmente mediante esquejes de hoja porque echan raíces rápido cuando comienza el verano; o por semillas, ubicándolos tanto a unos y como a las otras en una mezcla preparada de tierra común enriquecida con restos orgánicos, tierra arcillosa y arena en igual proporción. En invierno pierden las hojas, que son gruesas y carnosas, pero mantienen su forma característica de roseta porque van naciendo nuevas. 

Una de las más vistas es la Echeveria elegans que recibe el nombre popular de Rosa de alabastro. Las flores pequeñas, con cinco pétalos carenados, aparecen durante la primavera en el extremo de una larga vara que nace lateralmente, reunidas en inflorescencias de tipo racimo; comúnmente son rosadas, pero las hay también rojas y de color anaranjado. 

Tienen la particularidad de no poder autofecundarse, ni tampoco lo hacen con otras de la misma variedad ni con las de ejemplares creados a partir de la planta madre mediante esquejes o acodos; siempre dependen de que haya otros ejemplares diversificados cerca. Cuando las flores se marchitan es conveniente quitarlas para dar paso a nuevas floraciones más vigorosas. 

Su mayor problema son los hongos y esto se controla dosificando el agua de riego; también la dañan las cochinillas, contra ellas usaremos un algodón embebido en agua jabonosa procediendo a limpiar las hojas. A los caracoles y babosas los mantendremos alejados con sal gruesa.

Echinopsis pachanoi

Recibe el nombre común de San Pedro, y el científico de Echinopsis pachanoi o Trichocereus pachanoi, un miembro de la familia Cactaceae originario de América del Sur, donde prospera en la zona montañosa entre los mil y tres mil metros de altitud. A diferencia de los otros cactus, que son de lento crecimiento, éste crece unos veinte centímetros cada año y logra adaptarse a lugares con clima húmedo. Es empleado muchas veces como cerco. 

Se lo multiplica mediante semillas en primavera (germinan sólo un 30%, aproximadamente, en una o dos semanas) y también por esquejes (para lo que hay que aguardar a que seque la parte cortada antes de introducirlos en tierra mezclada con arena a partes iguales), con ambos métodos debemos mantener los tiestos o macetas a la sombra los primeros días. 

Durante el invierno de su primer año de vida hay que resguardarlos de los fríos intensos y espaciarles bastante el riego. En primavera y verano puede suministrárseles abono líquido para cactus. Las cochinillas algodonosas lo invaden con frecuencia y habrá que controlar que no proliferen. 

Su porte es erecto y ramifica desde la base. Sobrepasa los cinco metros de alto. El tallo es verde y cilíndrico; con varias costillas (de 5 a 14) que tienen areolas blancuzcas con espinas oscuras (de 3 a 7), distribuidas irregularmente por su superficie, con el paso del tiempo las pierde. Da hermosas flores nocturnas, grandes, blancas y perfumadas que brotan casi en la punta de los tallos. Su fruto, que es comestible, es de color verde, tiene forma oblonga y mide seis centímetros por tres.

Dentro de la medicina no tradicional se le atribuyen múltiples propiedades; se dice que utilizado como shampoo reduce la caspa y vuelve el cabello más dócil; para los dolores se coloca como parche o emplasto sobre la zona afectada y de la misma manera se usa para cicatrizar heridas, bajar inflamaciones y también la fiebre (colocándolo sobre la frente del enfermo). 

En la parte superior de la planta es donde se halla más concentrado su principio activo, el alcaloide llamado mezcalina, y con ella se prepara una bebida alucinógena de uso común entre las comunidades indígenas; se utiliza solamente el exterior verde pues la parte central que es blanca y carnosa no contiene esa sustancia.

La Alegría del hogar

Llamamos comúnmente Alegría del Hogar, y científicamente Impatiens walleriana a una planta herbácea anual, con tallo carnoso y muchas ramificaciones, que mide unos cuarenta centímetros de alto; pertenece a la familia Balsaminácea. La mayoría de las Impatiens que proliferan hoy en día en los jardines de todo el mundo son resultado de cruzar la Impatiens walleriana con la Impatiens hawkeri. 

Tiene hojas simples, aovado lanceoladas. Las flores pueden estar agrupadas o solitarias y todas presentan un espolón curvo; existen en gran variedad de colores, blanco, rosa, naranja, salmón, rojo, fucsia y púrpura. Florece desde la primavera al otoño. Es apta para cualquier ubicación, jardines y macetas, en interior y exterior. Es de muy fácil cultivo. 

Conviene preparar los suelos donde vaya a estar con tierra negra, turba y resaca de río por partes iguales. Se siembra hacia el final del invierno, ya que tarda entre dos y tres semanas en germinar. La propagación por gajos de consistencia herbácea se realiza en Primavera. 

Precisa desde sol pleno a semisombra y no tolera el frío. El riego debe ser abundante, siempre por la mañana temprano o el atardecer, sin mojar las flores ni las hojas, y es bueno fertilizar frecuentemente, para hacerlo son preferibles el humus de lombriz, el polvo de huesos y el mantillo de hojas antes que los productos químicos. De estos últimos puede llegar, tal vez, a necesitar sulfato de hierro, pero en baja cantidad. 

Pueden atacarla bacterias, hongos, pulgones, la mosca blanca, trips, hormigas, babosas, caracoles y los nematodos. En lugares con poca humedad ambiente seguro que proliferará la “arañuela roja” que provoca deformación de las hojas, de suceder eso hay que fumigar con un producto específico a intervalos regulares hasta ver que está controlado el problema. Contra los demás insectos y trips es muy útil un preparado a base de alcohol etílico y ajo. La ingestión de cualquier parte de la planta puede ser peligrosa porque contiene numerosos alcaloides.

El Andiroba

Es conocido vulgarmente como Andiroba, un árbol registrado bajo el nombre científico de Carapa guianensis. Mide más de cuarenta metros y pertenece a la familia Meliaceae. Es originario de la zona tropical húmeda de América del Sur y Central, donde lo encontramos entre el nivel del mar y los mil quinientos metros de altitud. 

Tiene una densa copa y un tronco grueso que ronda el metro de diámetro; la corteza es escamosa, apenas estriada y de color castaño-grisáceo. Sirve como refugio a varias especies de aves porque les proporciona suficiente alimento y un espacio confortable para sus nidos. 

Posee grandes hojas compuestas por hasta diez pares de limbos con aspecto coriáceo, forma oblonga, acuminados y de borde entero, de color verde oscuro en la cara superior y verde más claro y sin brillo en la inferior. Sus flores subsésiles, con la corola formada por cuatro pétalos blancos o de color crema, son unisexuadas; se reúnen en inflorescencias terminales de tipo racimo que llegan a medir medio metro de largo. 

Los frutos capsulares son globosos y dehiscentes, de alrededor de diez centímetros. Se los cosecha con fines comerciales; como son de gran tamaño se los recolecta directamente del suelo al caer, de preferencia estando aún húmedos pues tienden a secarse con rapidez. De ellos se extrae un aceite amargo que se utiliza en la fabricación de jabones, velas y repelente de insectos. 

Su madera se emplea tanto en la construcción de viviendas y embarcaciones como en la fabricación de lápices; las ramas son aprovechadas como leña y de la corteza se extraen taninos para la industria de la curtiembre. Se reproduce mediante semillas (cuatro por cada fruto) que germinan en dos semanas; son grandes y angulosas, con un recubrimiento marrón muy duro; comúnmente tres de sus caras son planas y la cuarta redondeada; contienen aceite esencial, alcaloides, taninos, oleína y estearina. 

Como tienen la característica de poder flotar a menudo su propagación se efectúa mediante las corrientes de agua; a los seis meses las plántulas nuevas miden unos treinta centímetros y su crecimiento continúa vigorosamente. Dentro del marco de la medicina no tradicional se le atribuyen propiedades febrífugas, vermífugas, cicatrizantes, anti diarreicas, anti reumáticas, antisépticas y anti inflamatorias; las partes utilizadas con estos fines son la corteza, las hojas y las semillas. 

Para cultivarlo se necesitan suelos fertilizados orgánicamente y mucha humedad ambiente, además de una buena cantidad de horas diarias de sol. Otras especies de Carapa son: Carapa nicaraguensis, Carapa procera, Carapa touloucouna y Carapa grandiflora (variedad propia del Este de Africa). Su principal plaga es el llamado “Barrenador de las Meliáceas” pero se controla mediante oportunas podas..

El Laurel tóxico

Recibe el nombre común de Acocantera, o Laurel tóxico, y el científico de Acokanthera spectabilis, una planta arbustiva siempreverde que forma parte de la familia Apocynaceae que ronda los 3 metros de alto. Es originaria del sur de Africa. Su nombre deriva del idioma griego y significa “Anteras puntigudas”. De ella se extrae el llamado “látex blanco”. 

Le agradan las ubicaciones con mucho sol, aunque tolera hasta media sombra. Precisa suelos neutros y es resistente a las sequías, no tolera los anegamientos. Sus ramas son glabras y angulosas. Da flores sésiles que emiten un suave olor a vainilla, son blancas o rosa muy claro; eclosionan a mediados de la primavera reunidas en inflorescencias cimosas. La polinizan abejas, mariposas y algunas aves. 

Tiene anchas hojas pecioladas, opuestas, acuminadas, de forma oblonga y aspecto coriáceo; con nervaduras poco marcadas (salvo la central), base redondeada y el borde entero. Las nuevas presentan un tono rojizo y luego cambian a verdes (el envés es siempre más claro), también exhalan perfume. El fruto es una baya elipsoidal muy tóxica, más estando verde; contiene una o dos semillas. 

A pesar de su rusticidad es sensible a las bajas temperaturas. Hay que someterla a podas constantes para darle la forma adecuada debido a que es indisciplinada. Se multiplica a través de semillas, sembrándolas en el exterior cuando pasó el tiempo de heladas, y en interiores cuando aún hay algún peligro; también por acodos y por esquejes blandos o semileñosos. 

Todas las partes de la planta son venenosas de ser ingeridas, por lo que se recomienda usar guantes al manipularlas y procurar que no tengan acceso a ella niños pequeños ni mascotas. No es comestible y no se le conocen usos medicinales. Algunas otras variedades son: Acakanthera schimperi, Acokanthera friesiorum, Acokanthera oppositifolia y Acokanthera ouabaio.

El Serpol

Conocemos por el nombre común de Serpol, y el científico de Thymus serpyllum, a una planta rastrera perenne que forma parte de la familia Lamiaceae. Es originaria del continente europeo y su aspecto es similar al del tomillo. Crece de manera espontánea en los prados pero también se la cultiva como especia aromática y se la emplea como ornamental en los jardines. 

Le agradan las ubicaciones que van desde sol pleno hasta semisombra; en lugares muy sombreados no florece bien. Soporta la falta de agua y no es exigente en cuanto a suelos; se la multiplica mediante semillas, esquejes o por división de la mata principal. 

Su esencia es utilizada por varias industrias; contiene además tanino, resinas y flavonoides. Dentro de la medicina no tradicional se le atribuyen propiedades digestivas, diuréticas, carminativas, vasodilatadoras, antioxidantes, anticatarrales y antitusivas; externamente se aplica sobre heridas y enfermedades de la piel pues es bactericida; incluyéndola en los baños de inmersión se dice que calma los dolores reumáticos y que el beber a diario una infusión preparada con sus hojas mantiene bajo el colesterol. 

Mide entre 15 y 25 centímetros de alto; su tallo es rastrero. Tiene pequeñas hojas pecioladas (de un centímetro y medio, aproximadamente), son ovales y de color verde oscuro. Presentan los bordes enteros, el revés pubescente, y se ubican de manera alterna en las ramas. Sus flores son rosa o lila, florece a principios del verano. 

De toda ella se desprende un suave perfume a limón. La visitan con asiduidad abejas y abejorros. No soporta las temperaturas extremas. Es costumbre recolectar toda la planta aunque la mayor concentración de aceites esenciales se halla en las hojas y en las flores. Como es una especie silvestre resiste bien ante las plagas.

El Mastuerzo

Conocemos vulgarmente como Mastuerzo, o “Berro de tierra, a una planta silvestre anual que responde al nombre científico de Lepidium sativum,y forma parte de la familia Brassicaceae (Crucíferas). Es originaria del norte de África y el este de Asia. Son tres sus variedades: Común, de hoja ancha y de hoja rizada. 

Se le atribuyen propiedades tónicas, depurativas, diuréticas y anti escorbúticas. Se utilizan las hojas y los tallos frescos (que son rectos y suelen alcanzar cincuenta centímetros de alto); también las semillas. que sirven para mejorar la circulación sanguínea. Aplicándolo externamente se usa en caso de dolor articular y muscular. 

Sus hojas trilobuladas pueden prepararse en ensaladas (siempre en crudo pues pierden el sabor con la cocción) y las semillas, de sabor picante, se usan como condimento (desde la antigüedad se las llama “pimienta de los pobres”); los brotes tiernos se comen en emparedados junto con huevo duro y mayonesa.

Su ingesta aporta a nuestra dieta fibra, proteínas, minerales como hierro, calcio y silicio, y vitaminas A, B y C; la gran cantidad de clorofila que contiene la convierte también en un poderoso anti oxidante. Sus flores son pequeñas y blancas, presentan cuatro pétalos blancos, cuatro sépalos verdes y de cuatro a seis estambres; se reúnen en inflorescencias de tipo racimo. 

El fruto es una vaina algo redondeada, que debe recolectarse antes de que la planta se seque. Se reproduce con facilidad, a pocos días de sembradas las semillas ya se tienen plántulas de buen tamaño; se siembra y cosecha a lo largo de todo el año. No es exigente en cuanto a suelo pero no tolera el fuerte sol del verano. Es apta para cultivo hidropónico y se la comercializa bastante en esa forma.

El Berro

Conocemos por el nombre común de Berro, y el científico de Nasturtium officinale, a una planta herbácea perenne, acuática (o semiacuática), que es miembro de la familia de las Crucíferas. Es originaria de Asia y Europa. 

Su raíz es clara y fibrosa; el tallo es postrado, grueso y carnoso, ramificado en la parte superior. Mide unos 40 centímetros de alto. Tiene hojas verdes, dispuestas de manera alterna, compuestas por cinco o siete segmentos ovales u oblongos, enteros y ligeramente sinuosos; el del medio es de mayor tamaño que los otros y casi orbicular. 

Las flores, que aparecen en primavera y verano, son blancas o amarillentas, pequeñas, sin brácteas; las conforman cuatro pétalos rodeados por cuatro sépalos, seis estambres y un pistilo; se disponen indistintamente en racimos terminales o axilares. El fruto es capsular y alargado; contiene pequeñas semillas de color amarillo-rojizo que se emplean como condimento. 

Crece asilvestrado a orillas de arroyos y lagunas; en las huertas se lo cultiva bordeando las acequias, donde hay agua siempre circulando porque el estancamiento descompone el agua y eso afectaría a las plantas. Se propaga mediante gajos (esquejes) de unos 10 a 20 cm de largo que se obtienen por división de la planta madre; o bien por semillas, que deben enterrarse profundamente para que el agua no se las lleve. 

Para obtener semillas hay que seleccionar las mejores plantas y esperar a que los frutos maduren en ellas, luego se arrancan y se ponen a secar durante varios días sobre superficies limpias; al abrirlos se separan las de mayor tamaño; conservan su poder germinativo durante alrededor de cinco años. 

Se siembran durante todo el año en barros formados mezclando arena y humus, si hay heladas se los protege con plástico, son de rápido crecimiento; cuando las nuevas plántulas tienen varias hojas se las traspasa al agua. Es ideal para cultivos hidropónicos, con agua ligeramente alcalina. 

Las hojas frescas y los tallos se consumen en ensaladas, en sopas o simplemente hervidos. El berro aporta a nuestra dieta hierro, potasio, calcio, sodio y ácido fólico (que sirve para fijar el hierro), vitaminas A y C, y es una inmejorable fuente de fibra. Su sabor es picante, similar al de la mostaza, y se vuelve más fuerte con el paso del tiempo. Se aconseja consumir los brotes más jóvenes y antes de que las plantas florezcan, luego las hojas amarguean. 

Se le atribuyen propiedades terapéuticas en tratamientos para anemia y diabetes; para problemas renales se prepara un té con ella. No es aconsejable para pacientes con hipertensión por su alto contenido de sodio. Es útil combatiendo la diarrea causada por hongos del tipo Candida.

El Romero

Recibe el nombre popular de Romero, y el científico de Rosmarinus officinalis, una planta aromática perenne, miembro de la familia Lamiaceae. Puede llegar a medir un metro y medio de alto y es originaria de la cuenca del Mar Mediterráneo. 

Su tallo es rojizo, erecto, de consistencia leñosa y muy ramificado. Sus hojas son alternas, sésiles, enteras, de aspecto coriáceo y aciculadas (semejantes a las agujas de los pinos). Miden 3 centímetros de largo por apenas unos milímetros de ancho, son color verde oscuro en la cara superior y casi blancas en la inferior. 

Las flores aparecen dos veces al año, en primavera y en otoño. Son labiadas y nacen reunidas en inflorescencias axilares; sus corolas suelen ser blancas, celestes o lilas, con manchas de color violeta en la parte interna; los pétalos unidos devienen en dos labios bien diferenciados, el superior de dos lóbulos y el inferior trilobular; tienen dos estambres. El fruto está formado por cuatro aquenios soldados y es muy oscuro. 

Se la reproduce por esquejes y acodos, tarda una o dos semanas en arraigar; y mediante semillas en almácigos. Necesita mucho sol; si se desea tenerla en el interior de la casa hay que buscarle una ubicación bien luminosa; el riego debe ser moderado y los suelos han de tener buen drenaje; se adapta a casi todos, excepto a los arcillosos; aunque tiene preferencia por los arenosos por ser originaria de zonas áridas y secas. Cultivada en maceta hay que proporcionarle abono líquido una vez al mes. Las podas se llevan a cabo en verano. 

Es una planta repelente de plagas, y de ello se benefician todas las que se hallan a su alrededor. Emana de ella un aroma alcanforado, y al frotar las hojas éste se intensifica; el gusto es áspero y un tanto picante. Su aceite esencial (formado por monoterpenos) es usado en perfumería (champúes, jabones, tónicos capilares y cremas); farmacia (linimentos, pomadas y geles contra dolores musculares y articulares) y aromaterapia. 

Las hojas una vez secas se usan como condimento para carnes, en especial de cordero y cerdo; sirven para aromatizar vinagres y aceites, es normal verlas dentro de las botellas de éstos. La infusión preparada con ellas es un tónico muy reconfortante y un buen protector hepático; controla las flatulencias y corrige el mal aliento. La decocción se emplea como antiséptico en uso externo y utilizada como baño de pies los relaja y desinflama. 

También se les atribuye un poderoso efecto antioxidante (gracias a los diterpenos, en especial al llamado rosmanol), si se desea guardarlas habrá que secarlas mediante el proceso más conocido que es el de colgar algunas ramas hacia abajo en lugares cubiertos y bien ventilados. Debemos recordar que una vez secas su sabor y aroma se concentran por lo que se emplea menor cantidad, en proporción de tres a uno respecto de las hojas frescas. 

Al igual que con otras especies vegetales, se recomienda su uso en baja cantidad y por corto tiempo, dado que en concentraciones elevadas sus principios activos pueden ser tóxicos y provocar efectos contrarios a los esperados; directamente es mejor no ingerirla durante el embarazo ni en la etapa de lactancia, como prevención.

El Árbol del chicle


Se conoce como Árbol del chicle al árbol perennifolio del que se extrae el polímero gomoso llamado “chicle” o “goma de mascar”; es originario de los bosques tropicales de América, responde al nombre científico de Manilkara zapota y pertenenece a la familia Sapotaceae. 

Lo encontramos desde el nivel del mar hasta los mil doscientos metros de altitud, en zonas de temperaturas medias cercanas a los 26º y con precipitaciones de entre 800 y 2500 milímetros. Su madera es dura y resistente, se la emplea para realizar tallas y esculturas, muebles, pisos e inclusive quillas de embarcaciones. 

La savia, aromática y de sabor dulce, es extraída mediante un proceso similar al que se emplea con el árbol Hevea Brasiliensis para obtener el caucho, efectuando incisiones en el tronco para que mane. La producción comienza ya muy avanzada la edad de la planta y hay que dejar pasar varios años entre extracción y extracción por lo que no resulta económico y se fue reemplazando el producto natural por otros obtenidos artificialmente. 

Las flores hermafroditas, blancas y de dulce aroma, con forma acampanada, son muy útiles para la producción de miel, nacen reunidas en grupos de tres o de cinco. El fruto es una baya comestible, tiene pulpa muy dulce, y se lo llama “chicozapote”; se cosecha directamente del suelo o usando varillas con ganchos metálicos en la punta. Un árbol adulto produce más de dos mil frutos al año y éstos aportan a nuestra dieta azúcar, calcio, hierro y fósforo. 

Alcanza unos treinta metros de alto y un metro y medio de diámetro; tiene copa densa y con forma redondeada, el follaje presenta aspecto coriáceo. Posee una corteza externa oscura y agrietada, la interna es rosado- rojiza; como contiene tanino se la emplea para encurtir cueros. También se le atribuyen propiedades antifebriles. 

Sus hojas son simples, elípticas y tienen el margen entero; son glabras y de color verde intenso, más claro en el revés; se ubican en las ramas espiraladamente; dentro del marco de la medicina no tradicional se les reconoce un fuerte poder astringente y se bebe su decocción para aliviar los síntomas de la gripe y disminuir la presión arterial. La infusión hecha con las semillas (hay alrededor de una docena en cada fruto) se usa a modo de sedante. 

Se lo reproduce mediante semillas, estas conservan su viabilidad unos siete meses, les demanda entre quince y cuarenta días germinar; también se emplean estacas y acodos aéreos. Se adapta a distintos tipos de suelo pero prefiere los profundos, con abundante materia orgánica y buen drenaje. Necesita mucho sol y podas de forma cada tanto.

El Olivo

Conocemos por el nombre popular de Olivo, y el nombre científico de Olea europaea, a un árbol perennifolio, originario de Asia, más precisamente de Persia, desde donde se distribuyó por todo el Mar Mediterráneo. Allí prosperó mayoritariamente en España, Italia y Grecia. Forma parte de la familia Oleaceae.

Aunque todas las plantas son importantes y necesarias en nuestra vida, algunas nos brindan más utilidad que otras, tal es el caso del olivo que ya lleva siendo cultivado ocho mil años. A todo lo largo de la historia de la humanidad se lo viene mencionando, incluso recordamos la rama de olivo que la paloma trajo en el pico al regresar al Arca de Noé, como demostración de que las aguas habían bajado. 

Como es tan resistente se adapta a las variaciones climáticas y a los distintos tipos de suelos (calcáreos, arenosos, compactos e inclusive mal aireados) gracias a sus fuertes raíces que penetran profundamente en busca de nutrientes. Pareciera ser indestructible, se habla de olivares de setecientos años aún productivos. Se ha medido un tronco con un diámetro de siete metros y, de no ser podados para que sea más accesible la recolección de las aceitunas, pueden llegar a los quince metros de alto. 

No sólo es apreciado por sus frutos, también su madera es tenida en alto aprecio por los ebanistas porque es fuerte, ligeramente amarilla y con una veta bien definida de un color marrón muy oscuro. Sus hojas tienen forma oblonga, de un verde opaco en la cara superior, pero por el envés son plateadas lo cual, al darles los rayos del sol cuando la brisa las agita, produce efectos visuales llamativos. 

Florece recién a los ocho años de vida y apenas unas semanas después de que sus flores caen ya se pueden recolectar los frutos que, en ese momento, son muy amargos. Para que pierdan ese sabor se procede a curarlos sumergiéndolos primero en una solución acuosa de potasa y en salmuera después. En la actualidad hay más de cien variedades de olivas para consumo. 

Y aunque no es poco que nos de alimento y madera, nos brinda también aceite, el más preciado de todos. Así como la calidad de los vinos finos depende de diferentes factores lo mismo ocurre con el aceite, su sabor, color y aroma dependen del tipo de árbol y del lugar en el que crece. En España y Grecia se elaboran aceites dorados, en Francia son de un amarillo pálido y en Italia se presentan de un hermoso tono verde esmeralda. 

Sus sabores pueden ser, entre otros: Suave, picante, frutal o nugado. Tras del prensado para extraer el aceite se procede a la refinación del mismo, para quitarle las impurezas y el exceso de ácido oleico. Así queda el llamado “aceite puro de oliva”. Y, contradiciendo la creencia popular de que lo que es sano no agrada al paladar, este aceite es sano y tiene un excelente sabor.

La Valeriana

Conocemos vulgarmente como Valeriana a una planta herbácea vivaz, de uso medicinal, de la que se conocen cerca de 200 variedades. Está registrada científicamente como Valeriana officinalis, y pertenece a la familia Valerianaceae

Entre sus propiedades más importantes están las de ser sedante, analgésica, calmante nervioso y relajante muscular. Ya se la utilizaba con esos fines en Roma y en la Grecia clásica. Es originaria de Europa y Asia, y actualmente está distribuida por todas las zonas tropicales, subtropicales y templadas del planeta. 

Se la cultiva como anual mediante la división de los rizomas y como bianual sembrando sus semillas (a fines de invierno, a resguardo para prevenir heladas, para poder trasplantarla al lugar definitivo cuando alcance unos diez centímetros), esto es pues no da flores hasta el segundo año de vida. Éstas aparecen en Primavera, son pequeñas y de color blanco o apenas rosado; se reúnen en inflorescencias terminales de tipo corimbo. Su tallo aéreo tiene diferente altura según la variedad, los hay de apenas unos veinte centímetros hasta de más de un metro de alto. 

Posee hojas compuestas, pinnadas, con numerosos folíolos estrechos de bordes apenas aserrados. De su tallo subterráneo (o rizoma) de forma cilíndrica, de un color amarillo-grisáceo, nacen muchas raíces de escaso diámetro. Con todas sus partes subterráneas (raíces, rizomas y estolones) se preparan infusiones indicadas para casos de irritabilidad, problemas digestivos, flatulencias, nauseas, convulsiones, nerviosismo, alteraciones propias de la menopausia y trastornos emocionales. En caso de dolores externos, como los producidos por torceduras o calambres, se aplica en forma de compresa (paño o algodón embebido en la decocción). 

Luego de recolectadas se procede a su lavado y cepillado, tras ello se las cuelga para dejarlas secar; el olor característico aparece recién al hallarse bien secas. No es común verla ornamentando jardines debido a su aspecto rústico, pero manteniéndola bien acicalada puede llegar a verse bien. 

Precisa suelos ricos en humus, con muchos nutrientes, que estén siempre húmedos, aunque con el drenaje adecuado para prevenir anegamientos. No presenta muchas exigencias en cuanto a mantenimiento. Respecto a la luz puede ubicársela desde semisombra a sol pleno. Es resistente a las plagas, pero a veces pueden atacarla las larvas de algunas mariposas o polillas.

El Merey

El conocido por los nombres comunes de Merey, Cajú, o Marañón, y el científico de Anacardium occidentale, es un árbol perennifolio de unos seis a siete metros de alto, originario de Sudamérica, que pertenece a la familia Anacardiaceae. Vive aproximadamente treinta años. 

Se lo cultiva, principalmente, por los frutos que produce recién a partir del tercer año de vida, llamados de manera distinta en las diferentes regiones donde se los consume: Castaña de Cajú, Cajuil, Anacardo y también Marañón o Merey como al árbol mismo. 

Posee una raíz central gruesa y profunda de la que se desprenden otras menores y casi superficiales. Su tronco alcanza los cuarenta centímetros de diámetro y comienza a ramificar cerca de la base. Su corteza es suave pero está ligeramente agrietada y es de color gris oscuro; se le atribuyen propiedades antidiarreicas, antiinfecciosas y cicatrizantes; también se extraen de ella taninos para la industria de curtido del cuero. 

Las ramas tienen formas sinuosas. La madera sirve tanto como para leña como para fabricar pequeñas embarcaciones. Tiene hojas simples y pecioladas; con forma oval, bordes enteros y el ápice redondeado; miden más de diez centímetros de largo y se ubican en las ramas de manera alterna. 

Da flores hermafroditas pequeñas y muy perfumadas, que aparecen reunidas en inflorescencias terminales de tipo panícula, sostenidas por largos pedúnculos. El cáliz está formado por cinco segmentos y la corola por cinco pétalos blancos o rosados; el androceo lo componen entre ocho y diez estambres. La floración se prolonga a lo largo de tres meses, durante la estación seca, y no es sincronizada. Las abejas y las mariposas llevan a cabo la polinización. 

El pseudo fruto, pues sólo es el engrosamiento carnoso del pedúnculo, varía su color entre amarillo-ocre y rojo, tiene forma de pera y con él se fabrican desde dulces hasta cosméticos; puede también consumirse recién sacado de la planta; de su fermentación se obtiene vino. 

El fruto verdadero es una drupa de entre tres y cinco centímetros de largo; la semilla, dicotiledónea y reniforme, posee un importante valor nutricional pues aporta a nuestra dieta carbohidratos, grasas, proteínas, vitaminas B y C, Hierro, Calcio, Potasio, Fósforo y Magnesio. La industria farmacéutica la utiliza para la fabricación de varios medicamentos y de su prensado se obtiene un aceite de muy buena calidad, semejante al de oliva. 

Se reproduce mediante semillas, las cuales tardan doce días en germinar, pero también se consiguen nuevos ejemplares por acodos aéreos. En la actualidad la demanda ha aumentado muchísimo por lo que se injertan plantas jóvenes en pies de plantas adultas para que fructifiquen antes. 

Prefiere los climas cálidos y húmedos, con abundantes precipitaciones anuales y altitudes sobre el nivel del mar no mayores a los mil metros. Como le agradan los suelos arenosos se lo usa para fijar dunas. En los jardines se lo emplea como ornamental y para sombra porque la provee todo el año. Necesita ubicaciones con mucha luz y resiste bien las sequías, pero es bastante susceptible a las bajas temperaturas y muy a menudo sufre ataques de plagas y hongos.

La Bunga bangkai

Se conoce como Bunga bangkai, o Amorphophallus titanum, a una planta herbácea tuberosa originaria de Indonesia que puede llegar a medir tres metros de alto, perteneciente a la familia Araceae. El tamaño desmesurado de su inflorescencia de tipo espádice y el olor fétido que da son características que la convierten en algo único, su nombre justamente significa “flor cadáver”. Ese desagradable aroma es precisamente el que atrae a los insectos que la polinizan, carroñeros y escarabajos mayoritariamente.

Aunque hay también dos especies con aroma agradable, una es la Amorphophallus haematospadix que emite un perfume similar al de las bananas y otra es la Amorphophalus dunnii que tiene una fragancia parecida a la de las zanahorias recién cortadas. Tiene un gran tubérculo bastante superficial (que es en sí un tallo modificado que le sirve para acumular reservas), de él nace un tallo aéreo que crece hasta un metro de alto, provisto de sola hoja y un pedúnculo floral. 

La planta vive unos cuarenta años y en ese tiempo sólo florece unas pocas veces. En su etapa de desarrollo la inflorescencia crece unos 10 centímetros diarios hasta que llega a más de dos metros, con un diámetro de un metro y un peso total aproximado a los 75 kilogramos; apenas permanece en la planta por escasos dos días. 

Las pequeñas flores son de color amarillo, ubicándose las femeninas en la base y las masculinas por sobre ellas (éstas se abren un día o dos después para que no se autopolinice).Las flores del ápice son estériles. Todo el espádice está protegido por una bráctea con muchos pliegues que se abre rodeándola, la misma es verde por fuera y roja por dentro. En observaciones directas se determinó que el olor más fuerte emanado por la planta se da en dos ocasiones, una al madurar las flores femeninas y hallarse listas para ser polinizadas y la otra cuando las flores masculinas están preparadas para diseminar su polen.

El fruto es una baya globosa. La descubrió en 1878 el botánico Beccari en la húmeda selva de la isla de Sumatra (crece en las colinas bajas, entre los 100 y los 400 metros sobre el nivel del mar) y recién se la consiguió reproducir fuera de su hábitat natural diez años después, en Gran Bretaña. Hoy en día hay varios ejemplares cultivados en distintos Jardines Botánicos por todo el mundo, siendo la de mayor tamaño conseguida la de la ciudad de Stuttgart, en Alemania, que alcanzó casi tres metros. 

 Cuando la flor muere una hoja crece desde el cormo que está bajo tierra, cada año ésta cae y da paso a otra, una vez que ha acumulado suficiente energía entra en un período de reposo que dura cerca de cuatro meses, tras ellos el proceso recomienza. Este tipo de tallo subterráneo es el más grande conocido, se han pesado y dio resultados que van desde los 50 hasta los 90 kilogramos.

El Arándano azul

Recibe el nombre común de Arándano azul, y el científico de Vaccinium corymbosum, un arbusto silvestre, caducifolio y de bajo porte, originario de América del Norte. Pertenece a la familia Ericaceae, al igual que la Azalea y el Rododendro. 

Su fruto es una baya comestible redonda, de pulpa muy jugosa, que cambia de color a medida que madura, pasando del blanco al púrpura y de allí al azul característico. Se emplea en la fabricación de dulces. Bajo cultivo da frutos de mayor tamaño pero de menor sabor, por eso se prefiere a los que nacen en estado natural. 

Sus hojas simples son ovales o lanceoladas, en el otoño se tornan rojizas y caen. La raíz es fibrosa y bastante superficial etonces precisa de humedad constante; están asociadas con hongos específicos, o micorrizas, junto con los que se benefician mutuamente. 

Las flores hermafroditas, de corolas blancas o rosadas, aparecen reunidas en inflorescencias de tipo racimo. Es común que florezca a principios de la primavera y al final de la misma; la recolección de los frutos producidos por la segunda etapa se efectúa más o menos un mes después de cosechados los de la primera. La brotación de yemas se optimiza con una temperatura constante de 21º centígrados y una exposición a la luz de entre 8 y 10 horas diarias. 

El uso medicinal que se les da se debe a que son ricos en flavonoides, conocidos por sus propiedades antioxidantes, se asegura que previenen enfermedades como el Mal de Alzheimer y similares. El jugo de arándano se prescribe en casos de infecciones urinarias por su alto contenido de vitamina C, que ayuda al sistema inmunológico. 

Las variedades bajas no sobrepasan el metro de alto pero las de cultivo, entre las que podemos citar el “Arándano Ojo de Conejo”, el “Arándano Alto del Sur” y el “Arándano O’Neal”, llegan a los dos metros y medio. Se lo multiplica a través de esquejes leñosos, agregándoles hormonas de enraizamiento. 

Necesita sol pleno en los climas fríos y templados, y semisombra en los cálidos pues le afectan las temperaturas demasiado altas, en cambio resiste bien las heladas; le agradan los suelos sueltos con agregado de tierra de castaño o corteza de pino, ácidos y con buen drenaje. Conviene suministrarle quelatos de hierro que favorecen la absorción de las raíces; es de lento crecimiento pero resistente. Se lo abona una vez al mes durante la primavera.

El Árbol de las calabazas

Se denomina popularmente Árbol de las calabazas, o Jícaro, a un árbol perennifolio registrado científicamente como Crescentia cujete, que pertenece a la familia Bignoniaceae. Es originario de América y con la cáscara de su fruto leñoso se confeccionan desde la antigüedad recipientes livianos y muy resistentes. Su hábitat típico es el pastizal de las planicies conocidas como sabanas, en altitudes que van desde los 1000 a los 2000 metros sobre el nivel del mar. 

Actualmente se lo emplea como ornamento en muchos jardines, ya que ofrece buena sombra y tiene flores muy bellas. Llega a medir unos ocho metros de alto; su copa es amplia y muy ramificada. Sus hojas, sésiles y de consistencia coriácea, tienen distinto tamaño aún dentro de la misma planta (entre 5 y 20 centímetros); aparecen formando grupos sobre las ramas. 

Sus flores son amarillentas con vetas de color rojo, pubescentes y pedunculadas, solitarias o pareadas, tienen el cáliz bilabiado y forma de campana, miden de 4 a 6 centímetros de diámetro; brotan en primavera. El fruto, de piel lisa, dura y lustrosa, es entre esférico y ovoide. Mide de 15 a 30 cm, es recolectado antes de que alcance la madurez para que no se abra. 

Se multiplica mediante semillas, que son pequeñas y se hallan contenidas dentro de la pulpa gelatinosa; también por esquejes de puntas de ramas nuevas. Requiere de suelos poco profundos, fértiles, ricos en materia orgánica, con concentraciones de hierro o de calcio y un pH de 6.8. Prefiere climas templados, con temperaturas medias de 12º a 20º, no soporta las heladas ni temperaturas mayores de 30º. Tolera mejor la sequedad ambiente que la humedad, y se adecua mejor a zonas con bajo índice de precipitaciones. 

Todas sus partes son útiles. Al fruto se le atribuyen propiedades estomacales y febrífugas, a las hojas se las considera benéficas en casos de hipertensión, de las semillas se extrae aceite y de la pulpa se obtienen azúcar y alcohol etílico; con la madera se fabrican mangos para herramientas. 

Las plagas no le afectan mucho pero sí son varios los insectos que se alimentan de sus hojas y su savia. Si está cercano a una zona de pastoreo se aconseja establecer un cerco para que los animales no se coman las plantas nuevas que puedan nacer de sus semillas.

La Salvia

Conocemos comúnmente como Salvia a una planta herbácea perenne, tratada como anual, de la que hay cerca de 900 especies distribuidas por todo el planeta. La mayoría son de Sudamérica y México. Se cultiva como ornamental y no crece más allá de 1 metro de alto. Pertenece a la familia de las labiadas. 

Sus hojas elípticas son de color verde oscuro, poseen bordes dentados y se disponen en pares opuestos. Florece desde la primavera hasta el otoño; sus flores son pequeñas, miden alrededor de 3 centímetros de largo, y tienen forma acampanada. Hay gran variedad de colores: Rojo, amarillo, durazno, rosa y hasta blanco; algunas con un rojo tan oscuro que se asemeja al negro. Aparecen agrupadas en una inflorescencia de tipo espiga. La remoción de flores viejas acelera la aparición de nuevas. 

Se la reproduce mediante semillas. La mejor época para sembrar es cuando ya pasó el peligro de las heladas. Precisa suelos de normales a ácidos, con buen drenaje, agregado de compost y adición de algún fertilizante. Necesita ubicaciones desde sol pleno hasta media sombra. No requiere de cuidados especiales, pero si está en una zona muy ventosa convendrá colocarle algún tipo de soporte. Como es de clima tropical no resiste bien los fríos. Las especies de tamaño grande tienen raíces profundas y precisan más agua, no así las variedades pequeñas y enanas. No es invasiva. 

Las hojas de la denominada científicamente “Salvia officinalis” son utilizadas culinariamente dado que agregan un sabor especial a las comidas; una infusión de ellas mejora los problemas de indigestión y en uso externo alivian las molestias producidas por la picadura de insectos. La “Salvia splendens”, que es originaria de Brasil, con su infinidad de tonos, puede verse en los jardines demarcando bordes, gracias a su uniformidad y altura pareja. Suelen atacarla los áfidos, que succionan su savia; la Mosca blanca de la papa (o patata) y la Arañuela roja; también hay que cuidarla de las babosas y los caracoles que sienten por sus partes verdes una atracción especial.

El Tilo

Conocemos como Tilo a un árbol caducifolio, originario de las regiones con climas húmedos y frescos de Asia Menor y Europa Oriental. Vive más de quinientos años, mide treinta o más metros de alto y pertenece a la familia de las tiliáceas (aunque hay quienes lo clasifican entre las malváceas). Se lo utiliza como ornamento en parques, plazas y jardines, añadiendo a su atractivo porte el hecho de que proporciona abundante sombra y resiste bien la contaminación ambiental. 

Las variedades más buscadas para tal efecto son la Tilia cordata (con grandes hojas acorazonadas, acuminadas y con bordes ligeramente serrados, de un verde intenso en la cara superior y de un verde más claro en la posterior) y la Tilia platyphyllos (con hojas de redondas a ovaladas, algo más pequeñas que las de la Tilia cordata y apenas acuminadas, la parte superior de color verde oscuro mientras que la inferior es pubescente y de un verde grisáceo. Las hojas de ambas, al caer, producen un excelente mantillo que enriquece el humus. 

Se lo puede reproducir mediante semillas y a través de esquejes; no tiene predilección por el tipo de suelo pero sí precisa que cuente con buen drenaje porque no admite los anegamientos. El sistema radicular es fuerte y bastante profundo. El tronco es corto y grueso (de hasta un metro de diámetro); la copa es amplia cuando está en solitario, agrupado con otros el tronco se afina y las ramas crecen respetando el espacio que las circunda. 

A finales de la Primavera y comienzos del Verano florece. Sus pequeñas y aromáticas flores amarillas, de cinco pétalos, se reúnen en inflorescencias de tipo racimo, sostenidas por un largo pedúnculo de nacimiento axilar, al cual envaina parcialmente una larga bráctea. Son muy visitadas por las abejas por la buena calidad del polen. Con ellas se prepara una infusión denominada “tila” que posee propiedades relajantes y ayuda en casos de insomnio y nerviosismo. 

El fruto es un aquenio ovoide indehiscente, contiene una sola semilla de la que puede extraerse aceite comestible, pero como el proceso es muy costoso no es apto para la comercialización. La madera es muy clara y se oscurece al estar en contacto con el aire; es ideal para tallar, con ella se realizan esculturas, muebles, escaleras y también calzado. De la corteza, tras ponerla a macerar, se extraen fibras para fabricar cuerdas. Como la pulpa del Tilo tiene alto contenido de proteínas vegetales muchas especies de Lepidópteras lo usan para depositar los huevos y que crezcan allí sus larvas.

El Trébol

Se conoce como Trébol, o Trifolium, a un género de cerca de 300 especies de plantas pertenecientes a la familia Fabaceae distribuidas por todo el planeta, en diferentes altitudes y distintas temperaturas. Son plantas herbáceas pequeñas, anuales o bienales, cuya principal característica es la hoja compuesta por tres folíolos, aunque se dan casos con más cantidad, asociando el creer popular a los que tienen cuatro con la buena suerte. 

Las variedades más cultivadas son el Trébol blanco, o Trifolium repens, de flores blancas o rosadas que se vuelven marrones al marchitarse; este es perenne en los prados y zonas de pastura y el Trébol rojo, o Trifolium pratense, con flores que van del rosa al púrpura y largos tallos florales flexibles; esta especie es mejor no ingerirla en gran cantidad por la alta cantidad de alcaloides que contiene. 

Sembrado solo o mezclado con alguna forrajera produce muy buenas y repetidas cosechas para alimentar al ganado, al cual puede dejárselo pastando también libremente en los cultivares. Se adapta a todo tipo de suelos y climas, pero en los ácidos su vida se acorta a causa de pestes, enfermedades y escasez de nutrientes. Donde se utiliza la rotación de cultivos, si se lo siembra cada ocho años, crece más vigoroso. 

Sus plagas más frecuentes son las larvas de las Lepidópteras y las cochinillas; cuando lo afectan hasta su rendimiento polínico se ve disminuido, pues la vitalidad de toda la planta se ve comprometida. La polinización es llevada a cabo por los abejorros, y en su defecto las abejas, ambos llegan atraídos por el abundante néctar. 

Los tréboles son una buena fuente de alimento, hasta para los seres humanos, por su alto contenido proteínico; y su cultivo no demanda ni demasiado esfuerzo ni mucho dinero. No es fácil de digerir en estado crudo (aunque los brotes tiernos son los que tienen mejor sabor) pero luego de hervirlo en agua con sal entre 5 y 10 minutos ya está listo para ser consumido. Moliendo sus flores secas y sus semillas se consigue una harina muy nutritiva con la que se preparan numerosos platos, y con las flores solas se prepara un saludable y delicioso té.