Es comúnmente un arbusto caducifolio que llega a los 4 metros de alto, aunque en Nueva Zelanda está la Fuchsia excorticata que mide alrededor de 15 metros. Su nombre deriva del apellido del naturalista Leonhart Fuchs.
La mayoría de las especies posee hojas lanceoladas opuestas con bordes aserrados que, según en cuáles, pueden ser deciduas o perennes.
Las flores tienen aspecto de lágrimas y llenan la planta durante gran parte del año, están formadas por 4 largos sépalos y 4 pétalos más cortos; las más comunes tienen sépalos rojos y pétalos púrpura, pero las hay de una amplia gama de tonos de esos dos colores y múltiples combinaciones entre ellos. Las polinizan los colibríes.
Los frutos capsulares, que miden entre 5 y 20 milímetros, son rojos o púrpura oscuro.
Para multiplicarla se eligen esquejes de ramas tiernas sin floración, se colocan en una maceta pequeña hasta que echan raíces, luego se trasplantan a un suelo con buen drenaje abonado con materia orgánica. Si van a ir a maceta preparar ésta con tierra negra, compost, arena o perlita. Para fertilizar se agrega una vez al mes harina de huesos porque irá penetrando poco a poco en los sucesivos riegos; éstos deben ser abundantes ya que necesitan bastante agua.
Se les realizan podas de limpieza, para eliminar ramas secas o con problemas, brotes de pie (que le quitan fuerza), chupones, ramas excesivas que le sacan simetría, flores y frutos ya caducos; y podas de floración que se realizan mediante pinzado (cortar dejando con al menos dos nudos), de allí saldrán dos brotes nuevos y si volvemos a pinzar de cada uno surgirán otros dos, lo cual aumenta notablemente la cantidad de flores que nacerán después.
Para clasificarlas se las ha dividido en Secciones que son: 1. Quelusia, 2. Eufuchsia, 2a. Ellobium, 3. Kierschlegeria, 4. Skinnera, 5. Hemsleyella, 6. Schufia, 6a. Jimenezia, 7. Encliandra.