La Neomarica

Se conoce como Neomarica a todo un género de plantas rizomatosas perennes perteneciente a la familia Iridaceae, en él se agrupan unas dieciséis especies originarias de América. Necesitan calor y alta humedad ambiente para desarrollarse bien. Les agradan las ubicaciones con media sombra. Se las emplea como ornamento en los jardines ya que son de cultivo relativamente sencillo, las variedades más difundidas son: Neomarica gracilis, Neomarica Sprague, y Neomarica variegata. 

Sus hojas son largas, planas y lanceoladas; sobrepasan el medio metro de largo y varían el ancho entre 2 y 5 centímetros según la especie. Nacen del rizoma formando una roseta, tienen el frente de color verde oscuro y son más claras en la cara posterior. El escapo floral brota también del tallo subterráneo; luego de florecer continúa creciendo y, debido a su propio peso, se inclina haciendo contacto con la tierra en la que echará raíces, desplazándose de esa manera por sobre el terreno, buscando alejarse de la planta madre (debido a esa característica en muchos lugares se los conoce como “Iris caminantes”). 

Las flores son suavemente perfumadas pero efímeras, actinomorfas, de color blanco crema o amarillo muy claro, con el limbo de los tépalos bordeado o moteado de morado o azul, o también de modo inverso. Los frutos son cápsulas de entre dos y tres centímetros; en su interior hay semillas rojas, de aspecto globoso, que se oscurecen con el paso del tiempo. 

La tierra donde se planten debe ser aireada (mezclada con turba y arena) y con buen drenaje, para prevenir los estancamientos de agua que pudren los rizomas. En maceta también prosperan. Para mantener alejadas a las plagas basta con un buen insecticida para la parte aérea, y un fungicida sistémico para las raíces. En su hábitat natural forman parte del ecosistema denominado “bosque tropical húmedo”.