Florece en primavera, cuando la misma es muy lluviosa se cubre de flores, pero si se presenta seca sólo dará una floración. Sus flores presentan tonos rosa, lavanda y violeta, muy rara vez blanco; miden 1,5 cm. y tiene forma acampanada. Se distinguen cinco pétalos coloreados en la parte superior, que devienen en blancos o amarillentos llegados al centro, los estambres son amarillos; los tallos largos y delgados; las hojas de un verde oscuro son cortas, cilíndricas, carnosas, pilosas y sin pecíolo.
Prefiere suelos con buen drenaje, arenosos y con agregado de materia orgánica, de no disponerse de ella puede emplearse fertilizante granulado (que actuará más lentamente); cuando llega la primavera es conveniente usar uno líquido, agregándolo al agua de riego cada 20 días. Puede permanecer en los jardines durante todo el año pues no le afecta mucho el frío, aunque se aletarga; no es necesario regarla en ese tiempo.
Cuando haya épocas de lluvias prolongadas puede aplicarse un funguicida sistémico de prevención. Hacia finales del invierno es bueno prevenir el ataque de los áfidos y las cochinillas con un insecticida genérico. De estar en macetas respetar también ambos tratamientos. Algunas de las más difundidas son: Nama aretioides, Nama californicum, Nama carnosum, Nama depressum y Nama havardii.