La Alcaravea

Conocemos comúnmente como Alcaravea, o Carum carvi, a una planta herbácea bienal originaria de Eurasia. Forma parte de la familia Apiaceae. Mide alrededor de un metro de alto. Crece de manera silvestre en la alta montaña sobre praderas húmedas. 

Posee hojas bipinnadas de color verde claro y un largo tallo floral que sostiene, en la primavera, diminutas flores blancuzcas de cinco pétalos reunidas en inflorescencias de tipo umbela. Sus frutos son aquenios elipsoidales de medio centímetro de largo, con líneas longitudinales de un tono más claro; se los utiliza como condimento en las comidas. 

Las semillas son ovales y acuminadas en ambos extremos, tienen un tono marrón tan oscuro que parece negro. Su raíz fusiforme posee un sabor y un aroma muy similares a los del apio y la zanahoria, puede consumirse hervida. En la industria de la Perfumería se emplea la Alcaravea para aromatizar jabones y lociones. Con su aceite esencial se perfuman bebidas y productos de pastelería. 

Dentro del marco de la medicina no tradicional se preparan con ella infusiones para estimular la digestión y evitar los gases, propiedades similares a las del hinojo y el anís. Contiene en su composición química flavonoides, lípidos y proteínas. Fueron los médicos árabes quienes difundieron su uso en Europa a partir del siglo XIII. 

Se la puede reproducir mediante semillas en la primavera, ubicándolas en hoyos poco profundos distanciados unos treinta centímetros; las mismas germinarán en dos o tres semanas. Para prosperar necesita terrenos calcáreos con muy buen drenaje. Precisará abonos con Nitrógeno si el suelo no tiene suficiente, pero sin excesos dado que crecería con rapidez pero produciría menos cantidad de simiente. 

Las plantas se cosechan antes de que alcancen la madurez total, cortando los tallos a ras del suelo; se los reúne en haces y se cuelgan a la sombra para que se vayan secando; debe rodeárselos con una bolsa para que las semillas caigan dentro.