El Árnica

Recibe el nombre común de Árnica, y el científico de Arnica montana, una planta herbácea perenne que ronda el medio metro de alto; pertenece a la familia Asteraceae. Es originaria de las regiones montañosas templadas del hemisferio norte del planeta. Allí se la puede encontrar entre los 700 y los 2500 metros sobre el nivel del mar. 

En muchos lugares se utiliza como sucedáneo del tabaco y no causa tanto daño ni adicción como aquel. También, desde muy antiguo, la gente macera las flores de árnica en aceite de oliva y lo aplica en torceduras y esguinces para menguar el dolor. Posee hojas verdes, sésiles y pubescentes, simples y opuestas, con forma oval. Sus raíces rizomatosas tienen un tinte rojizo. 

Las flores, que nacen sobre largos tallos florales solitarios hacia el final de la primavera, reunidas en una inflorescencia de tipo capítulo similar a la de las margaritas, son amarillas; miden cerca de ocho centímetros de diámetro y habitualmente no hay más de media docena por planta; la cosecha de las cabezuelas se realiza, manual o mecánicamente, desde el atardecer de un día hasta la mañana del siguiente. 

Los frutos son aquenios de entre 5 y 7 milímetros de largo, las minúsculas semillas que contienen son pardas; hay que hacerlas germinar en invernadero justamente por su tamaño. Si se emplean los rizomas para la reproducción tenemos que nivelar bien el terreno antes, y dejar un poco más alta la parte sembrada para evitar encharcamientos indeseables; cualquiera de los métodos convendrá llevarlo a cabo en otoño. 

Contiene arnicina, que es su principal componente terapéutico; se dice que ayuda a incrementar la circulación y por eso se la aplica en caso de golpes, para evitar los hematomas; también se la emplea para dolores musculares. Otro de sus componentes, la helenalina, actúa como antiinflamatorio, antiartrítico, es un analgésico natural y recompone la debilidad de nerviosa y muscular. Siempre en uso externo porque es tóxica su ingestión; incluso si hay herida expuesta no se la debe utilizar. Tampoco el tratamiento debe prolongarse mucho en el tiempo porque resulta contraproducente. 

Hay remedios homeopáticos preparados con árnica pero el principio activo está lo suficientemente diluido como para que no cause daño, así que se los puede tomar con tranquilidad bajo la correspondiente supervisión médica. Se la cultiva aún en suelos pobres, ácidos y con bajo contenido de nitrógeno; es especie protegida en muchos países puesto que es muy buscada y ya quedan pocos ejemplares silvestres. Arnica chamissonis es la variedad de cultivo más sencillo; su recolección se efectúa apenas florece, se la deja secar en un lugar sombreado donde corra mucho aire, y luego se la coloca en recipientes herméticos.