Tiene una familiar cercana muy parecida que es la Ophrys schulzei que se encuentra sólo en Medio Oriente.
Posee un pequeño tubérculo subterráneo que le sirve como reserva alimenticia, de él nacen de cuatro a seis hojas formando una roseta hacia finales del verano; mientras tanto, bajo tierra, se desarrolla otro tubérculo y cuando llega la primavera surge el tallo floral. Sus hojas oval-lanceoladas, casi envainadoras y de color verde azulado; las de la base miden unos 25 centímetros y se acortan a medida que suben en el tallo.
El gran labelo, distintivo de sus flores, es oscuro, con rayas blancas o amarillas y algunas manchas más claras; lo forman tres lóbulos con finos pelillos en su superficie. Los tres sépalos son blancos, rosados o de color lila. Ese parecido con las abejas hembras es lo que atrae a los machos de esa especie a polinizar la flor. Suele haber hasta nueve flores por planta.
A una de sus variedades, la Ophrys apifera var. Almaracensis, que tomó sus características diferenciadas debido al hábitat en el que se encuentra (un cerro de terrenos calizos en Almaraz, España), se le ha dado el status de especie protegida, conferido por la Junta de Extremadura, pues se encontraron pocos ejemplares (unos quinientos) y la mutación que muestran es muy importante (sólo a simple vista ya los colores difieren mucho de los originales y, además, se autopoliniza), por ello se las quiere preservar.