Esta última estuvo en controversia para obtener su clasificación, pero recientes estudios moleculares demostraron que es un híbrido, resultado de la cruza de la nativa Blueberry hawthorn, “Crataegus brachyacantha” y el Medlar euroasiático Mespilar germanica); ambas rondan los 8 metros de alto, se autofertilizan y viven más de cien años.
Tienen hojas elípticas, coriáceas y de color verde oscuro, que miden entre 6 y 15 centímetros de largo y entre 3 y 4 centímetros de ancho; durante el otoño, antes de caer, se vuelven de color amarillo-anaranjado. Florecen ya bien entrada la primavera. Las flores son simples, tienen 5 pétalos, son de un blanco puro y carecen de perfume.
Dan frutos redondos comestibles, de unos 3 centímetros de diámetro; son muy duros y ácidos estando en la planta. Marrones en la Mespilus germanica y rojos en la Mespilus canescens. Se sacan de la planta estando aún verdes o dorados y luego de tres semanas de estacionamiento en un lugar frío, bien ventilado, maduran (a este período durante el que se oscurecen y se vuelven suaves al tacto, pudiendo la piel ser removida con facilidad, se lo denomina “bletting”) y pueden ser consumidos.
Comúnmente se utilizan como postre acompañados de queso, y pueden prepararse con ellos mermeladas y hasta licores. Es muy conocido el “medlar cheese” que se prepara con la pulpa de la fruta, huevos y manteca.
Los Medlar pueden ser cultivados en macetas adecuadas a su tamaño, y quedan también muy decorativos transformados en bonsái. Prefieren climas de templados a fríos, sol pleno y suelos con buen drenaje. Si se les realiza una fuerte poda responden bien y su crecimiento será más vigoroso luego, al igual que con el agregado de fertilizantes orgánicos.