Le agradan las ubicaciones que van desde sol pleno a media sombra. Necesita suelos profundos, ligeros, sueltos, con agregado de arena para permitir un buen drenado, porque hay que regarlo mucho en épocas de calor y cuando hay demasiado viento, que seca la tierra.
Ornamenta los jardines con su floración veraniega. Las flores son tubulares (blancas, rosadas o púrpuras) y están protegidas por brácteas; se reúnen en estilizadas espigas terminales de un metro de alto, erguidas sobre un fuerte pedúnculo floral; se mantienen mucho tiempo en la planta y si se procede a secarlas luego se las emplea en el armado de arreglos florales.
Las grandes hojas de color verde oscuro miden alrededor de cincuenta centímetros; están profundamente lobuladas y tienen la superficie brillante. Los frutos son cápsulas dehiscentes, contienen cuatro semillas y se lo multiplica mediante ellas en primavera (dejarlas en remojo una noche completa antes de sembrar); también puede hacerse por división de mata en otoño. No soporta bien los trasplantes.
Su tallo subterráneo, o rizoma, y sus hojas contienen mucílago lo que les confiere propiedades cicatrizantes; se la usa además como astringente y antiinflamatoria. La decocción de las hojas se usa para hacer gárgaras en caso de inflamación de garganta. La especie Acanthus spinosus tiene en sus hojas (que son algo más estrechas) y en las brácteas de las flores espinas muy afiladas. El Acanto es atacado con frecuencia por el Oidio, y los caracoles y babosas lo consideran su alimento preferido.