La Boina de Vasco

Damos el nombre común de Boina de Vasco, y el nombre científico de Senecio kaempferi, a una planta herbácea perenne, originaria de Asia, que mide alrededor de sesenta centímetros de alto. Pertenece a la familia Asteraceae. 

Aunque es bastante rústica no tolera las temperaturas extremas, se da mucho mejor en climas templados. Tiene hojas grandes de color verde oscuro, con el envés más claro y forma casi circular, están surcadas por numerosas nervaduras dispuestas radialmente, su aspecto es coriáceo y las sostienen largos pecíolos. 

En el otoño nacen sus pequeñas flores amarillas (de aspecto similar al de las margaritas) reunidas en una inflorescencia de tipo racimo, ubicada en el extremo de un largo tallo floral, de cerca de medio metro de alto, que nace del centro mismo de la unión de las hojas. 

Precisa suelos profundos y con un buen drenaje. Se la multiplica por división de mata al llegar la primavera y también por semillas. Se la emplea como ornamento en los jardines. En lugares de altas temperaturas la exposición a pleno sol puede quemar su follaje, o tornarlo más pálido; si las hojas se notan caídas es señal que precisan riego. Una vez al mes hay que proporcionarle abono líquido diluido en el agua. 

Si está en maceta en el interior de una vivienda hay que buscarle una ubicación muy luminosa porque de lo contrario no florecerá. Generalmente se la ve muy sana, o no tiene enfermedades o las supera sin que nos demos cuenta; sus principales enemigos son los caracoles, para mantenerlos alejados es conveniente rodear su entorno con sal gruesa.