Llega a medir unos diez metros de alto y el diámetro de su tronco cilíndrico ronda los veinte centímetros. La corteza es muy fina (con un grosor de entre tres y seis milímetros), pardo-grisácea y de aspecto liso. Posee hojas simples y pubescentes, largas, pecioladas y con forma lanceolada, que se ubican de manera alterna en las ramas; sus vértices son acuminados y tienen los bordes serrados; presentan color verde claro en el frente y verde grisáceo en la cara posterior.
Florece al segundo año de vida y lo hace durante casi todo el año. Da hermosas flores axilares de color blanco, hermafroditas, que miden poco más de dos centímetros, se presentan reunidas en inflorescencias pedunculadas de tipo fascículo; están compuestas por cinco sépalos pubescentes de color verde muy claro, cinco pétalos blancos glabros de forma oval, varios estambres amarillos, un ovario con cinco compartimientos, un pistilo y cinco estigmas. La polinización la efectúan las abejas.
Los frutos son bayas rojizas comestibles de forma elipsoidal y aspecto carnoso, muy jugosas y dulces; contienen diminutas semillas oscuras que se diseminan (son llevadas por los pájaros, los murciélagos y las ardillas) y germinan fácilmente; con la pulpa se preparan dulces y mermeladas.
Es un árbol de madera liviana que se adapta a varios tipos de suelo, se lo utiliza como ornamental. Con la fibra que contiene la parte interna de la corteza se confeccionan canastas y cuerdas. Dentro del marco de la medicina no tradicional se preparan infusiones con su raíz, sus hojas y sus flores para aliviar las molestias estomacales, pues tienen efecto antiespasmódico.