La Pata de vaca

Conocemos por el nombre común de Pata de vaca, y el nombre científico de Bauhinia forficata, a un árbol caducifolio que mide entre 5 y 8 metros, originario de Sudamérica; forma parte de la familia Fabaceae y de la subfamilia Caesalpiniaceae. Tiene una corteza, profundamente estriada, de color gris oscuro. 

Sus ramas verdes, pubescentes y con espinas estipulares (dos por nudo), tienden a inclinarse. Posee hojas pecioladas, bilobadas, palmatinervadas, glabras y de color verde oscuro en el frente que cambian a pubescentes con color más claro en el dorso; los bordes son enteros. 

Florece en verano. Da grandes flores blancas sin aroma que miden más de diez centímetros, se asemejan a las orquídeas (comúnmente se lo conoce como Árbol orquídea), que nacen a veces solitarias y a veces en racimos de a tres; están formadas por cinco pétalos (de bordes ligeramente festoneados) sin soldar y estambres organizados en un par de grupos de cinco con anteras notorias; además cuentan con un estigma bilobulado y un largo estilo. 

Los frutos son vainas semileñosas dehiscentes, de entre 10 y 20 centímetros de largo, que contiene varias semillas oscuras, planas y ovales, de un centímetro de diámetro más o menos. Se lo reproduce mediante semillas y estacas; por sí mismo lo hace mediante la característica peculiar de producir “retoños basales”. No es exigente en cuanto a suelos, pero sí es muy sensible a las heladas. Precisa bastante sol y abundante riego. 

Las plagas no lo afectan demasíado. Su madera es muy útil por ser dura y resistente. Dentro del marco de la medicina no tradicional se asegura que la infusión preparada con sus hojas es diurética y anticatarral; en uso externo se lo conoce también como buen cicatrizante de heridas y efectivo antiséptico.