Este último, originario de China, mide entre ocho y quince metros de alto, tiene las ramas delgadas de consistencia elástica tan inclinadas que llegan a tocar el suelo; y gran profusión de hojas pecioladas, angostas, lanceoladas y acuminadas, de un color verde dorado.
Si la temperatura no baja mucho o se hallan a resguardo pueden conservar su follaje durante casi todo el invierno.
Las flores son unisexuadas, aparecen agrupadas en inflorescencias de tipo amento; las femeninas poseen dos estigmas y las masculinas dos estambres, el fruto es una cápsula de dos valvas que se abren para liberar las semillas.
Otra variedad muy utilizada como ornamento en los jardines es la Salix x sepulcralis, híbrido nacido de cruzar la Salix babylonica con la Salix alba, su porte también se ve caído pero las ramas son amarillentas. Se lo reproduce fácilmente mediante estacas, precisa humedad constante por lo que crece mejor cuando se lo ubica cerca de cursos de agua. Hay que efectuarles anualmente una poda de forma.
Los atacan plagas muy fuertes, tales como los insectos minadores, que les producen daños irreparables. Las ramas y las hojas pueden verse afectadas por el hongo Fusicladium saliciperdum que hace ennegrecer las hojas y termina haciéndolas caer. Produce manchas de un moho verde oscuro siguiendo la nervadura central. Llegado a este punto sólo queda cortar y quemar las partes afectadas.
También el oídio aparece en forma de polvo blanco sobre las hojas. Si son muy frecuentes pueden aplicarse fungicidas a base de Oxicloruro de cobre o zineb. A veces son maltratados por las orugas defoliadoras (Oruga de zurrón y Oruga de librea) y una clase de escarabajos que en su estado larval roen las hojas. Otros que se ensañan siempre con ellos son los pulgones y las cochinillas.
Desde la antigüedad la corteza pardo oscura del sauce se reconoce como un excelente analgésico y antifebril. Su principio activo, la salicilina, se aisló a principios del siglo XIX. Ese primigenio ácido salicílico era malo para el sistema digestivo y a finales del mismo siglo se logra una versión alterada sintéticamente, la cual ya no ocasiona esos trastornos. Recibe el nombre de ácido acetil-salicílico y la empresa Bayer AG lo comercializa bajo el nombre de “aspirina”.