El Narciso

Conocemos como Narciso, o Narcissus, a todo un género que pertenece a la familia Amaryllidaceae, la mayoría de sus especies provienen de la cuenca del Mar Mediterráneo. Su nombre deriva del griego y significa “narcótico” debido al olor fuerte y embriagador de sus flores. El nombre Junquillo, que se le da muchas veces, sólo debe aplicarse a la especie Narcissus jonquilla. 

Son plantas bulbosas. Las flores pueden presentarse solitarias o formando grupos; todas tienen seis tépalos semejando pétalos, con seis estambres insertados en el perigonio. Los frutos son cápsulas triloculares que contienen varias semillas. 

En la actualidad los floricultores los clasifican en once especies con innumerables sub especies: Narcisos trompeta, Narcisos de copa grande, Narcisos de copa pequeña, Narcisos con flor doble, Narcisos triandrus, Narcisos cyclamineus, Narcisos jonquilla, Narcisos Tazetta, Narcisos poeticus, Narcisos de corona escindida y Especies e híbridos (los que crecen en estado silvestre). 

Alcanzan fácilmente el medio metro de alto y son aptos tanto para el jardín como para macetas. Pueden reproducirse por semillas pero comúnmente se lo hace por división de los bulbos. Estos se plantan, antes de que lleguen los primeros fríos, en suelos con buen drenaje, abundantes nutrientes y buen sol. Hay que protegerlos de las heladas. 

No deben sembrarse muy juntos pues tendrán menos follaje y flores. Conviene fertilizar apenas florecen. Necesitan constante humedad en la tierra, pero sin excesos. Como sus tallos son delgados muchas veces hay que sostenerlos con estacas. Deben quitarse las flores marchitas y también las hojas secas. 

Cuando el follaje comienza a amarillear podemos hacer dos cosas, retirar los bulbos de la tierra (con los mismos cuidados que para cualquier otro bulbo, de dejarlos que pierdan humedad antes de almacenarlos y hacerlo luego en lugares secos y bien ventilados) o dejarlos allí cubiertos hasta la siguiente temporada. 

Hay plagas que son asiduas en ellos, como la Mosca del Narciso que infecta los bulbos; los ácaros que atacan las hojas y los pulgones, que podemos combatir con agua jabonosa o algún insecticida sistémico. Entre los hongos que los dañan están el Fusarium, el Moho Gris y la Roya, afortunadamente para todos existen fungicidas.