La Fabiana imbricata

Conocemos comúnmente como “Pichi” a una planta arbustiva perennifolia, originaria de Sudamérica, que lleva el nombre científico de Fabiana imbricata y pertenece a la familia Solanaceae. Crece hasta unos dos metros y medio de alto y otro tanto a lo ancho. Posee hojas de color verde claro, cortas y carnosas, que se disponen de manera imbricada, encimándose parcialmente unas con otras. 

Al comenzar el verano aparecen sus pequeñas pero hermosas flores tubulares de cinco pétalos blancos (aunque hay también una variedad lila: La Fabiana imbricata violácea) y la cubren casi totalmente. Dentro del marco de la medicina no tradicional se le confieren propiedades diuréticas y digestivas; se asegura que la infusión preparada con sus hojas protege el aparato gastrointestinal y se han realizado estudios de laboratorio en los que esto ha sido comprobado mediante la evaluación “in vitro” de los múltiples terpenos que contiene. 

Se adapta a distintos tipos de suelo, de pobres a moderadamente fértiles, siempre y cuando tengan buen drenaje. Prefiere ubicaciones a pleno sol pero a resguardo de los vientos, puede tornarse clorótica a la sombra. Se propaga mediante semillas y esquejes semi-leñosos obtenidos al final del verano. Es excelente para repoblar tierras que han sido dañadas por el fuego. Resiste bien el frío intenso, las plagas y las enfermedades más comunes. 

Tras los incendios de campos se nota un crecimiento importante en la población de esta especie y se cree que las causas podrían ser: La erosión del suelo que dejó expuestas semillas enterradas a mayor profundidad; el efecto directo del fuego que las saca de su etapa de vida latente; el efecto indirecto del fuego que hace desparecer a otras especies que compiten por luz y alimento con ellas y, por último, la mayor cantidad de agua de la que disponen, ya sea de lluvia o del subsuelo.

La Escabiosa

Conocemos popularmente como Escabiosa, y por el nombre científico de Scabiosa caucásica a una planta herbácea perenne que es miembro de la familia Caprifoliaceae (Dipsacaceae según otra clasificación). Como lo indica su epíteto en latín es originaria de la zona de los Montes Cáucaso. Puede también comportarse como anual o bienal dependiendo del clima en el que se encuentre. 

Ronda el medio metro de altura. Sus hojas basales tienen el borde entero y forma de oval a lanceolada, nacen en forma de roseta, mientras que las superiores son pinnadas y de borde dentado; ambas presentan un color verde claro o grisáceo. 

Florece durante todo el verano y hasta bien entrado el otoño. Sus hermosas flores solitarias, sostenidas por rectos tallos florales, se emplean como flor de corte; miden entre seis y ocho centímetros de diámetro; son de color azul-violáceo (aunque hay variedades cultivadas que van del blanco crema al púrpura) y la corola puede ser simple o doble. Son polinizadas por los insectos, principalmente por las abejas y las mariposas. Conviene quitar los botones marchitos para favorecer sucesivas floraciones. 

Se la multiplica mediante semillas, recolectadas en otoño y puestas a secar para sembrarlas cuando el clima vuelva a estar cálido, o por división de mata durante la primavera. Se la emplea como planta ornamental en los jardines para realizar bordes o alegrar rocallas con su colorido; necesita ubicaciones a pleno sol y suelos con buen drenaje, de preferencia calcáreos. En climas muy rigurosos se la deberá proteger del frío intenso. No es propensa a contraer plagas ni enfermedades.

El Olivo dulce

Conocemos por el nombre común de Olivo dulce, y por el nombre científico de Osmanthus fragrans, a un arbusto perennifolio originario del este de Asia que forma parte de la familia Oleaceae. Ronda los tres metros de alto. Se lo emplea como especie ornamental en casi todo el mundo debido a la bella fragancia que emana de él al florecer, similar a la de los duraznos; lo vemos formando setos y también como ejemplares aislados. 

Le agradan las ubicaciones que van de sol pleno a media sombra y necesita suelos con un muy buen drenaje; el riego debe ser regular pero moderado. No tolera el frío intenso ni los vientos fuertes. Sus hojas pecioladas, de color verde oscuro, forma elíptica o lanceolada y aspecto coriáceo, con bordes de finamente serrados a enteros, miden hasta quince centímetros de largo por unos cinco de ancho; nacen de manera opuesta en las ramas. Admite podas de limpieza y forma. 

Florece a fines del verano. Sus minúsculas y aromáticas flores de cuatro pétalos (blanco-crema, amarillos o anaranjados) tienen un diámetro de medio centímetro y están protegidas por brácteas ovales; aparecen reunidas en racimos axilares. 

Los frutos son drupas oscuras y elipsoidales, de entre uno y dos centímetros, que contienen una sola semilla en su interior, a las cuales les lleva medio año madurar; se lo multiplica a través de ellas, aunque tardan bastante en germinar, y también mediante esquejes de madera blanda. Con las flores se preparan té, mermeladas y licores. 

Dentro del marco de la medicina no tradicional se le confieren propiedades neuro protectoras, anti oxidantes y se dice que regulariza los períodos menstruales, ayudando también con los problemas que puede traer aparejados la menopausia.

El Lupino

El Lupino, o Altramuz, cuyo nombre científico es Lupinus polyphyllus, es una planta originaria del noroeste americano (subgénero Platycarpos) y del Mediterráneo (subgénero Lupinus), perteneciente a la familia de las Leguminosas. Actualmente hay unas 100 especies que alcanzan más de un metro de alto y pueden ser cultivadas como anuales o perennes. 

Muchas se diseminaron por el sur de América, particularmente en la región patagónica y han prosperado muy bien. Tiene forma de mata robusta y ramifica desde la base. Sus hojas compuestas están formadas por un número impar de folíolos, son alternas y pecioladas. 

Las flores nacen en verano reunidas en inflorescencias; pueden ser blancas, amarillas, rosa oscuro, azul y hasta violeta. Si se realiza una poda de pinzado, luego de la primera, se obtendrá una segunda floración. Se multiplica por semillas, con forma de esfera achatada, que están contenidas en una chaucha o vaina; sembrándolas desde el invierno hasta el verano, habiéndolas sumergido antes en agua; germinan en una o dos semanas; y también por división de las macollas cuando comienza el otoño. 

Sirven para bordear jardines, como ornamento; y como alimento para los seres humanos (las semillas tienen alto valor proteínico, mucha fibra, azúcar en cantidad adecuada y minerales tales como el fósforo, el cobalto y el potasio) y animales (forraje). Necesita suelos alcalinos con buen drenaje y sol pleno, aunque se adapta a la media sombra. Precisa riego moderado que debe aumentarse durante la floración, se resiente en suelos secos y lugares con poca humedad ambiente. 

Sus raíces fijan el nitrógeno al suelo y por ello sirven como fertilizantes naturales para tierras con mucho desgaste. Algunas especies contienen componentes que resultan tóxicos para el ser humano. Las principales variedades decorativas son: Chandelier, My Castle, Noblemaiden, The Châtelaine y The Governor. Hay que revisarlas con frecuencia porque son bastante susceptibles al ataque de hongos y virus.

La Palmarosa

Se conoce por el nombre común de Palmarosa, y por el nombre científico de Cymbopogon martinii, a una planta aromática de consistencia herbácea (con un rizoma leñoso corto y fuerte), miembro de la familia Poaceae. Se la cultiva a fin de comercializar su aceite esencial con aroma a rosas, el cual se emplea en Perfumería y también en las industrias alimenticia y farmacéutica debido a otras propiedades que posee; toda la planta lo contiene, pero más las flores que las hojas y los tallos. 

Es originaria de India, aunque hoy en día está distribuida por las regiones tropicales y subtropicales de Asia, África y Australia, dado que precisa de abundantes lluvias anuales para obtener buenas cosechas. Es resistente a plagas y enfermedades. Tiene largos tallos, con entrenudos sólidos que los mantienen erectos; suelen medir entre quince centímetros y tres metros de alto. Las láminas foliares, verdes y acuminadas, envainadoras en sus bases, pueden verse de lineares a acintadas. 

Da pequeñas flores bisexuales, protegidas por glumas, que nacen reunidas en inflorescencias de tipo espiga (o panícula alargada, con los raquis huecos o ligeramente aplanados, algunas pedunculadas y otras fusionadas con el entrenudo) compuestas a su vez por espiguillas menores pareadas, con flores hermafroditas y masculinas o hermafroditas y estériles, siendo las hermafroditas (con tres estambres y dos estigmas) más cortas siempre. No se auto polinizan, es el viento el encargado de llevar el polen de unas a otras. 

Los frutos pueden ser comprimidos dorsiventralmente o bien planoconvexos; no contienen grasas pero sí almidón; el embrión es grande. Las semillas demoran de diez a veinte días en germinar. La primera cosecha se efectúa a los seis meses y hay variedades de las que se obtienen hasta cuatro recolecciones por año. 

Precisa suelos con buen drenaje, ricos en materia orgánica y nitrógeno. Prefiere ubicaciones a pleno sol y altas temperaturas, de 20 a 30 grados, de no ser así se reduce notablemente la floración. Sufre mucho por el frío e incluso una simple escarcha puede matarla. Bajo cultivo vive de diez a quince años pero pasados los seis o siete años baja su rendimiento.

La Peonía

La Peonía, o Paeonia, forma parte de la familia de las Paeoniáceas y es originaria de China, donde se la cultiva desde hace más de 2000 años; puede presentarse como arbustiva perenne como las Paeonia officinalis y Paeonia lactiflora, o herbácea caducifolia como la Paeonia suffruticosa , todas ellas son aptas para inviernos fríos porque justamente es eso lo que hace que de una excelente floración cuando llega la primavera. 

Sus hojas pueden ser tanto enteras como segmentadas; las flores, de suave perfume, se presentan simples o dobles, yendo su color desde el blanco al rojo purpúreo; en variedades de cultivo hay también de color amarillo. Comúnmente la floración dura dos semanas pero se han conseguido algunas hibridaciones que la extiende hasta dos meses. 

El crecimiento es muy lento, recién al tercer año tendremos unas veinte flores por planta. Prefiere lugares con semisombra, necesita suelos siempre húmedos pero con buen drenaje, preferiblemente calcáreos. Conviene suministrarle abono orgánico durante la época invernal y otro soluble en agua en la época cálida. 

No precisa de podas exhaustivas, sólo sacar ramas viejas luego de la floración, antes de la caída de las hojas, y eliminar chupones que sólo le restarán fuerza. No es aconsejable trasplantarla porque sus raíces no son muy fuertes y se resienten. 

La reproducción por semillas demanda mucha paciencia, se plantan en tierra suelta y húmeda y una vez que echan raíz se pasan a macetas que deben permanecer en una habitación bien fría o en el exterior si es invierno, aunque hasta pasados los dos años no se verá ningún crecimiento notorio. Recién entonces, para primavera, cuando ya el clima comienza a templarse y exponiéndolas gradualmente a la luz solar observaremos el cambio que se produce. 

Por injerto se propaga hacia finales del verano sobre otras variedades de peonías; da muy buen resultado usar como pie la Peonía herbácea. Entre las enfermedades que la aquejan la más recurrente es la denominada Botrytis y se previene con funguicidas, también los trips contra los que se usan insecticidas.

El Hinojo

Conocemos vulgarmente como Hinojo, y por el nombre científico de Foeniculum vulgare, a una planta herbácea perenne perteneciente a la familia Apiaceae (antes Umbelíferas) y única variedad del género Foeniculum. Es originaria del sur del continente europeo, o sea de sus costas sobre el Mar Mediterráneo, donde aún crece en estado silvestre y desde donde se ha difundido a nivel mundial. 

Es muy aromática, el perfume a anís que emana de ella es debido a la alta concentración de anetol, un compuesto insaturado que la industria emplea en la confección de licores y como es comestible se la cultiva principalmente con fines gastronómicos. 

Posee tallos erectos, glaucos y estriados; puede llegar hasta los dos metros de alto. Sus hojas compuestas por folíolos finos y alargados son de color verde oscuro. Da pequeñas flores amarillas que nacen reunidas en grupos de entre diez y cincuenta ejemplares, en inflorescencias de tipo umbela de hasta diez centímetros de diámetro; cuentan con cinco pétalos, cinco estambres y un gineceo bicarpelar con un estilo por carpelo. Su fruto ovoidal posee dos mericarpios separados y costillas muy remarcadas. 

El bulbo blancuzco, que no es tal sino las bases ensanchadas de los tallos superpuestos, mide entre diez y quince centímetros de diámetro; consumido fresco en ensaladas aporta a nuestra diaria abundante fibra, carbohidratos, proteínas, vitaminas B1, B2, B3, B5, B6 y C, ácido fólico, calcio, hierro, magnesio, fósforo, potasio, zinc y manganeso, es un alimento muy completo. También puede consumirse cocido, en guisos y sopas. 

Sus semillas secas se emplean para aromatizar distintos platos, se las incluye además en encurtidos y de ellas la industria obtiene un aceite esencial. También los tallos y las hojas picadas se usan como hierba aromática. Se le atribuyen propiedades diuréticas y anti inflamatorias (aplicada, por ejemplo, externamente sobre los ojos, en casos de conjuntivitis). Las hojas y flores se recolectan en verano, los frutos antes de completar su maduración y las raíces en el otoño.

El Cacto candelabro

Conocemos popularmente como Cacto candelabro y científicamente como Cereus uruguayanus (antes Cereus peruvianus) a un miembro de la familia Cactaceae, originario de América del Sur (Brasil, Uruguay y Argentina). Como se le atribuye la propiedad de absorber la radiación se lo emplea en interiores como filtro para las emanaciones de los aparatos electrodomésticos, especialmente de las computadoras u ordenadores. 

De porte recto suele alcanzar varios metros de alto y ramifica abundantemente. Cada segmento cuenta con entre seis y ocho profundas costillas. Cuando joven es de color verde azulado pero se aclara con el paso del tiempo. Crece de treinta a sesenta centímetros por año. En la variedad Cereus uruguayanus monstruosus los tallos crecen retorcidos, acortados y hasta montados unos sobre otros; esta rara mutación puede darse tanto en ejemplares nacidos de semillas como en los obtenidos por esquejes o gemación. 

Las areolas son marrones y distan unos dos centímetros unas de otras; las espinas, una central más larga, de alrededor de cinco centímetros, rodeada por seis de apenas uno, poseen el mismo color y sobresalen de una enmarañada pubescencia blancuzca (esto último en los ejemplares jóvenes, puesto que al envejecer se va perdiendo). Llegando al extremo superior presentan más cantidad de espinas y más largas. 

En el verano, al alcanzar la madurez, entre sus cinco y seis años de edad, da grandes y hermosas flores de más de quince centímetros de largo que se abren durante la noche y las primeras horas del día. El cáliz es tubular; los pétalos exteriores son rojizos y de forma lanceolada, mientras que los interiores son blancos, ovales y con el ápice acuminado. Tiene estambres también blancos con anteras repletas de polen amarillo y un estigma dividido. 

De sus frutos globosos se obtienen las semillas para reproducirlos. El terreno en el que se encuentre debe tener buen drenaje; necesita riego moderado durante su crecimiento y se lo debe disminuir en la época de reposo invernal, dado que tolera el frío siempre y cuando el suelo esté seco y no se congele. Prefiere las ubicaciones a pleno sol.

La Crassula perforata

Se denomina científicamente Crassula perforata a una planta de consistencia carnosa o suculenta, que pertenece a la familia Crassulaceae, es originaria del sur del continente africano. De porte recto y aspecto arbustivo, ronda los cincuenta centímetros de alto por otro tanto de ancho, aunque con el paso del tiempo los tallos tienden a postrarse y su consistencia se vuelve leñosa. 

Se la emplea como ornamento tanto en jardines a pleno sol (conformando rocallas) como en interiores con abundante luz. Tiene hojas sésiles, triangulares y acuminadas, de color verde claro o verde-grisáceo, muchas veces con sus márgenes enteros (o finamente dentados también) de diferente tono (de rosa a violáceo), dispuestas en pares opuestos. 

En la primavera y el verano da pequeñas flores, amarillentas y suavemente perfumadas, que se reúnen en una inflorescencia terminal de tipo racimo o panícula que atrae por igual a mariposas y colibríes. Necesita suelos ricos y con buen drenaje. El riego regular debe ser suspendido en épocas de temperaturas bajas pues si el sustrato se congela puede sufrir daños; de todas maneras el frío le desagrada, prefiriere los climas templados. 

Se la propaga con mucha facilidad mediante esquejes que enraízan casi de inmediato, siendo una particularidad de los tallos el emitir raicillas en cuanto tocan tierra y su crecimiento es rápido. Resiste períodos de sequía pero durante ellos habrá que protegerla de las cochinillas o pulgones que se instalan en sus hojas cubriéndolas de una sustancia pegajosa; si esto ocurre se procede a limpiarlas con un algodón embebido en agua jabonosa.

La Fisostegia

Se conoce por el nombre común de Fisostegia, y el nombre científico de Physostegia virginiana, a una planta herbácea perenne y rizomatosa de porte erecto, originaria de América del Norte (donde crece silvestre en praderas y valles), que mide entre medio y un metro de altura. Forma parte de la familia Lamiaceae. Se emplea como ornamento en los jardines y no demanda muchos cuidados, dado que es rústica y de fácil cultivo. 

Posee hojas estrechas y lanceoladas, de color verde oscuro en la cara superior y más claras en la inferior, tienen los márgenes serrados y llegan a los quince centímetros de longitud; las basales aparecen distribuidas en forma de roseta y las superiores se disponen de manera opuesta en los fuertes tallos cuadrangulares. 

En verano da hermosas flores tubulares rosadas (muchas veces moteadas de blanco o también de púrpura) o totalmente blancas como en la variedad “alba”, que nacen reunidas en densas inflorescencias terminales de tipo panícula o espiga, protegidas por brácteas. Para que la floración se prolongue es bueno eliminar las flores que se marchitan. Las largas varas se emplean como flor de corte y duran bastante en los floreros. 

Los frutos capsulares, marrones al madurar, tienen la superficie lisa y opaca. Se propaga mediante semillas (poniéndolas a germinar apenas se cosechan), división de mata o por esquejes. Precisa suelos ligeros y fértiles, algo ácidos, lo ideal sería partes iguales de arena y resaca de río. Prefiere ubicaciones a pleno sol pero se adapta a sombra parcial. El riego debe ser moderado. No tolera los fríos intensos. Hay que abonarla con harina de huesos al llegar la primavera.

El Coriandro o Cilantro

Responde a los nombres comunes de Coriandro o Cilantro, y al nombre científico de Coriandrum sativum, una planta herbácea anual que ronda el metro de alto. Forma parte de la familia de las Umbelíferas, ahora rebautizadas como Apiáceas. Su origen parece estar en el Norte de Africa y el sur de Europa donde crece de manera silvestre a las orillas de los ríos y bordeando los bosques. 

De su base nacen varios tallos rectos. La corteza es oscura y las ramas jóvenes aparecen cubiertas de una fina vellosidad. Posee hojas compuestas y sus pequeñas flores blancas de cinco pétalos se reúnen en inflorescencias axilares de tipo umbela. Los frutos son bayas esféricas negras. 

En su composición química hay numerosos ácidos útiles para numerosos fines, como por ejemplo el ascórbico que es antibacterial, antiinflamatorio y antioxidante y se halla presente en sus hojas; el esteárico que es hipocolesterolémico y esá presente en los frutos y además el linoleico, el oleico y el palmítico. Su aceite esencial (extraído a través de hidrodestilación) contiene geraniol, cineol, citronelol y coriandrol, sustancias que le confieren propiedades expectorantes, antirreumáticas, antisépticas y anticonvulsivas, respectivamente. 

También es rico en minerales como calcio, potasio, sodio, magnesio y manganeso. Entre los beneficios que la medicina alternativa le atribuye hallamos el de ser digestivo, para lo cual recomiendan tomar una infusión preparada con los frutos, mezclado con hinojo en caso de tener flatulencias. Masticar las semillas parece ser benéfico en casos de halitosis severa. 

Los frutos secos, de los que emana un perfume ligeramente cítrico cuando se los machaca, se usan como condimento para todo tipo de comidas, desde ensaladas (botanas) hasta carnes; se los recolecta y se los pone a secar en un lugar oscuro y fresco, recién entonces se los empaca en sacos. Las hojas deben consumirse frescas. Se lo cultiva tanto en el jardín como en la huerta. 

Hay que regarlo frecuentemente mientras crece, luego se adapta a riegos más espaciados. Prefiere ubicaciones a pleno sol y en ellas se desarrolla mejor. Se siembra en primavera y otoño; durante el invierno puede efectuarse en invernadero, a escasa profundidad; la germinación lleva de diez a quince días. Necesita suelos fértiles y ligeros, con buen drenaje. Sus peores enemigos son el hongo Ramularia coriandri, el Pulgón del coriandro y las malas hierbas.

Las Fresias

Se llama Fresia a todo un género de plantas herbáceas que cuenta con 15 especies: Freesia alba, Freesia andersoniae, Freesia caryophyllacea, Freesia corymbosa, Freesia fergusoniae, Freesia fucata, Freesia grandiflora, Freesia laxa, Freesia leichtlinii, Freesia occidentalis, Freesia refracta, Freesia sparrmannii, Freesia speciosa, Freesia verrucosa, Freesia viridis. Pertenecen a la familia Iridaceae y son originarias de África del Sur. Deben su nombre al naturalista alemán Friedrich Freese. 

No sobrepasan los 30 centímetros de alto. Tienen hojas finas y alargadas. Sus flores de intenso perfume, con forma de campana, de entre 3 y 5 centímetros nacen reunidas en una inflorescencia que cuenta con una amplia gama de colores. Florecen en la Primavera. Se usan para decorar jardines pero también se pueden cultivar en maceta, incluso como planta de interior. 

Con las flores cortadas se arman ramos que son muy populares en el mercado debido al largo tiempo que permanecen frescas. Prefiere ubicaciones con semi-sombra, el sol las perjudica especialmente en los climas cálidos. Al llegar las bajas temperaturas hay también que protegerlas porque no resisten las heladas. Se las propaga mediante semillas y bulbos que se plantan en otoño, preferiblemente en suelos con buen drenaje y bien abonados porque requieren de mucha materia orgánica. 

El riego debe ser abundante durante la brotación y la floración, luego se suspende. Son muy resistentes a las plagas. La más cultivada es la Freesia refracta. Esta fue cruzada con la Freesia leichtlinii y dio como resultado la Freesia corymbosa. En la mayoría de las plantaciones se comercializan las flores, otras se cultivan para la obtención de semillas y también se les extrae su esencia para perfumar cremas para manos, shampoos y velas.

El Frangipán

El Frangipán, cuyo nombre científico es Plumeria rubra, es un pequeño árbol o arbusto caducifolio, perteneciente a la familia Apocynaceae y originario de América Central. Fue nombrada en honor al botánico francés Charles Plumier. 

Este árbol se naturalizó en el sudeste asiático y lo utilizan para la decoración de los templos, tanto budistas como hinduistas. En las numerosas islas del Océano Pacífico se usan sus bellas flores para confeccionar collares que los nativos le entregan a los turistas que llegan a sus costas. En la isla de Bali los fieles las llevan como ofrendas a los templos. Ha conseguido ser la flor nacional de dos países tan alejados como lo son Nicaragua y Laos. 

Tiene grandes hojas pecioladas, acuminadas y con forma elíptica. Las flores, de cinco pétalos, nacen reunidas en inflorescencias racimosas terminales; son, generalmente, blancas con el centro amarillo, o de color rosa intenso con el centro anaranjado; también las hay tricolores: blanco, anaranjado y rosa. 

El cáliz pubescente está formado por pequeños sépalos; durante la noche se desprende de ellas un perfume muy atrayente para los insectos que las polinizarán; las “polillas esfinge” son quienes transportan el polen de planta en planta mientras efectúan la recolección del néctar. 

Del tronco y las ramas se extrae un látex que al entrar en contacto con la piel suele producir una severa irritación. Podemos multiplicarla mediante estacas y esquejes, a los que se suele ayudar con alguna hormona de enraizar. Necesita exposición de media sombra a sol pleno y riego moderado (retacear el agua en los meses fríos y regar regularmente en los meses de calor). 

No tiene problemas con ningún tipo de suelo pero sí precisa que cuenten con un buen drenaje y prospera aún mejor si son ligeramente ácidos. Se adapta a diversos climas también, salvo en los que hay intensas heladas y prefiere los cálidos, por supuesto.

Es bueno fertilizarlo durante su etapa de crecimiento con fertilizantes orgánicos, ricos en nitrógeno, fósforo y potasio; el estiércol, el compost y las cenizas son sus predilectos. Si lo plantamos en macetas grandes o maceteros hay que agregar a la tierra bastante arena para favorecer el escurrimiento del agua. Pueden afectarlo los hongos y la mejor manera de prevenirlos es controlar el exceso de agua.

La Dríada de ocho pétalos

Se conoce por el nombre común de Dríada de ocho pétalos, o Té del Pirineo, a una pequeña planta perennifolia, de consistencia herbácea, sufruticosa, decumbente y de muy bajo porte, perteneciente a la familia Rosaceae. Responde al nombre científico de Dryas octopetala. 

Su hábitat natural se encuentra en las zonas alpinas y boreales rocosas, así como en las demás áreas montañosas de toda Europa, por lo que los suelos calcáreos o calizos son sus preferidos. En los jardines es ideal para componer rocallas. Mide entre diez y quince centímetros de alto y forma extensas colonias gracias a que sus tallos horizontales, de cinco a cincuenta centímetros de longitud, arraigan con facilidad al tocar tierra. 

Posee hojas verdes, simples y alternas, pubescentes y pecioladas (con estípulas soldadas al pecíolo), obtusas y ásperas al tacto, de ovales a lanceoladas y con los bordes crenados, o crenado-dentados, que pueden emplearse en infusiones. En su composición química cuenta con abundantes taninos y silicatos. Dentro del marco de la medicina no tradicional se le confieren propiedades aperitivas y digestivas, también se la emplea como astringente. 

Sus grandes flores terminales solitarias, hermafroditas y actinomorfas, están sostenidas por largos y gráciles pedúnculos de cerca de diez centímetros de longitud; tienen ocho pétalos orbiculares blancos y el cáliz está formado por ocho sépalos verdes y lanceolados, muy pilosos, de bastante menor tamaño que los pétalos. 

Muestran numerosos estambres insertos en el disco nectarífero y varios carpelos libres entre sí, con un rudimento seminal en cada uno. El estilo es persistente y acompaña al fruto, o poli aquenio, ayudándolo a que el viento disperse las semillas con el aspecto plumoso de sus alargados pelos blancos.

El Árbol del queso

El llamado Árbol del queso que responde al nombre científico de Glochidion ferdinandii es originario de Australia, donde se lo encuentra formando parte de la variada vegetación de los bosques lluviosos costeros, desde el nivel del mar hasta los trescientos metros de altitud. Pertenece a la familia Phyllanthaceae. 

Suele medir entre ocho y veinte metros de alto y son muchas las aves que se alimentan de sus pequeños frutos con apariencia de calabaza. Tras los incendios rebrota desde la base y llega a vivir alrededor de sesenta años. Su corteza oscura está recubierta de escamas. 

Posee hojas simples, verdes, elípticas y acuminadas, de unos diez centímetros de largo; tienen aspecto coriáceo, la nerviación muy marcada y se distribuyen de manera alterna en las ramas. En el invierno caen parcialmente. 

Florece todo el año y da tanto flores femeninas como masculinas, ambas son amarillo-verdosas y nacen agrupadas de a tres. Las femeninas de apenas medio centímetro de diámetro y las masculinas un poco más grandes. 

Los frutos amarillo-anaranjados, al madurar, se abren en segmentos radiales permitiendo que se vean las semillas rodeadas de un arilo rojo y brillante; los pájaros las diseminan tras ingerir el fruto; las mismas tardan de uno a cuatro meses en germinar. 

Es de cultivo sencillo y crecimiento rápido. Le agradan los suelos arenosos y arcillosos, típicamente aluviales y no tiene preferencia en cuanto a ubicaciones soleadas o sombreadas. La variedad Glochidion ferdinandii var. pubens, que no se encuentra con tanta frecuencia, es algo más bajo y sus hojas y frutos están cubiertos por una fina pubescencia.

El Hibisco marítimo

La corteza es grisácea y de aspecto rugoso. Es originario de las zonas costeras del sudeste asiático, donde lo encontramos desde el nivel del mar hasta casi los mil metros de altitud; es miembro de la familia Malvaceae. 

A pesar de necesitar que el suelo esté siempre húmedo (aún más en la época de floración) no soporta los excesos de agua ni los encharcamientos; la sequía prolongada también lo perjudica haciendo que pierda parte de su follaje. Las hojas son de color verde brillante con las nervaduras más claras bien remarcadas; tienen forma acorazonada, los márgenes enteros y están sostenidas por largos pecíolos. 

Da hermosas flores de cinco pétalos, terminales y solitarias, sostenidas por gráciles pedúnculos y a lo largo de sus apenas horas de vida van cambiando de color de amarillo a anaranjado o rojizo, manteniendo el centro siempre más oscuro. Conviene fertilizar una vez antes de la floración si se halla en tierra y cada tres semanas si está en maceta. Se propaga mediante semillas y esquejes de tallos jóvenes. 

Necesita ubicaciones con mucho sol. El frío y las heladas no lo favorecen. Dentro del marco de la medicina no tradicional se emplean las raíces y la corteza en decocciones para bajar la fiebre y se está estudiando el efecto antioxidante de las hojas. Su madera es muy maleable y tiene múltiples usos, además se consiguen bonsáis de muy buen aspecto con esta especie.

El Junco de arroyo

Conocemos popularmente como Junco de arroyo, y científicamente como Juncus xiphioides a una planta monocotiledónea, rizomatosa y perenne, de consistencia herbácea, originaria de la costa oeste de América del Norte, donde la encontramos desde el nivel del mar hasta cerca de los dos mil metros de altitud, creciendo libremente en prados húmedos y márgenes de arroyos del Estado de California. Forma parte de la familia Juncaceae. 

Sus tallos erectos, cilíndricos o planos indistintamente, miden entre cuarenta y ochenta centímetros de alto. Se emplea como ornamental en los jardines por su esbelto porte, no demanda mayores cuidados salvo el de proporcionarle abundante riego. Posee largas hojas algo curvadas, verdes o verde-grisáceas y lanceoladas, que apenas si exceden el centímetro de ancho en la base; en épocas de sequía prolongada sufren y tienden a caer.

Florece desde la primavera hasta comienzos del otoño. Da pequeñas flores bisexuales, protegidas por fuertes brácteas, que nacen reunidas en largas y densas inflorescencias terminales de tipo panícula, formadas a su vez por varias espigas con entre tres y diez ejemplares cada una. Las flores tienen tépalos lanceolados, rojizos o amarillo-amarronados, dispuestos en forma de estrella, un ovario superior con tres cámaras, un pistilo y seis estambres con minúsculas anteras inconspícuas. 

Los frutos capsulares son oblongos, también de color marrón; contienen tres o más semillas ovoides (de unos cinco milímetros) con apéndices en forma de pico en uno o en ambos vértices; se lo reproduce mediante ellas, dado que tienen un fuerte poder germinativo y no requieren tratamiento previo antes de colocarlas en el sustrato.

La Nalca

Se conoce popularmente como Nalca, y por el nombre científico de Gunnera tinctoria, a una planta perennifolia, de consistencia herbácea y originaria de Sudamérica, que forma parte de la familia Gunneraceae. Mide cerca de un metro de alto y se la utiliza como ornamento en los jardines, en ubicaciones de preferencia sombreadas y húmedas, similares a las de su hábitat natural. 

Tiene tallos subterráneos y de sus raíces se obtiene una tintura violácea, de allí su epíteto botánico de “tinctoria”. Sus grandes hojas son simples, palmeadas y alternas, de color verde oscuro y apariencia coriácea; rondan el metro de diámetro y están recubiertas por ambas caras con una gruesa pubescencia que las vuelve ásperas al tacto; la nerviación es muy marcada y los márgenes están profundamente hendidos. 

Los fuertes pecíolos, o nalcas, que las sostienen, son carnosos y comestibles, miden más de un metro de largo por cerca de quince centímetros de ancho y están recubiertos por espículas; su ingesta, ya sea crudos o cocidos, aporta a nuestra dieta agua y fibra. Además de usarse en ensaladas con ellos se preparan mermeladas y jugos. Dentro de la medicina no tradicional se les confieren propiedades astringentes. 

Las inconspícuas flores, tanto hermafroditas como unisexuales, aparecen reunidas en apretadas inflorescencias terminales; las masculinas se ubican en el vértice de las mismas y las femeninas y bisexuales en la base; todas carecen de pétalos, los que son reemplazados por dos tépalos; las femeninas cuentan además con dos estilos y las masculinas con dos estambres. Los frutos son drupas, globosas u ovoides, de un color entre anaranjado y rojizo.

El Ajo del Turkestán

Damos el nombre común de Ajo del Turkestán, y el científico de Allium karatawiense a una planta bulbosa, vivaz y rústica, que forma parte de la familia Liliaceae. Es originaria de la región que le dio su nombre. Se expandió por todo el planeta por su especial cualidad de servir como conservante para todo tipo de carnes y proporcionar un sabor único a las comidas. Dentro del tallo, o bulbo, hay hasta una docena de bulbillos independientes que se denominan “dientes”, rodeados de una fina membrana que los envuelve. 

Posee largas hojas planas, anchas, alternas y envainadas. Da pequeñas flores, que aparecen en primavera, reunidas en una inflorescencia terminal de tipo umbela de unos ocho centímetros de diámetro; son blancuzcas o de color rosa pálido, tienen seis pétalos, seis largos estambres y un solo pistilo, 

El ideal para jardines rocosos; precisa sol pleno y tierra normal con agregado de arena; es bueno preparar el suelo meses antes de la siembra roturándolo a profundidad; se pueden usar abonos orgánicos a excepción del estiércol fresco pues su humedad daña los bulbos. La proporción perfecta para un buen abono sería una mayor cantidad de potasa, un poco menos de nitrógeno y menor cantidad aún de ácido fosfórico. 

El riego debe ser moderado y espaciado en el tiempo, el exceso de agua también provoca que los bulbos se pudran. Podemos multiplicarla mediante la división de los bulbos. Debemos desgranarlos eligiendo los bulbillos exteriores que son los de mayor tamaño y colocarlos espaciados entre sí unos 20 o 25 centímetros. a una profundidad de entre 5 y 8 centímetros, dependiendo de la consistencia del suelo. 

Se aplica el primer riego apenas estén ubicados, luego hay que aguardar una semana para efectuar otro. A medida que va creciendo puede espaciarse a 10 días, pero depende también de cuál sea la temperatura ambiente, en zonas cálidas precisará agua más frecuentemente. 

Como es una planta comestible se recolecta cuando las hojas aún están verdes para su consumo alimenticio, y cuando se secan se procede a conservarlos para el año siguiente. En este caso se los deja secar al sol al menos una semana más y se arman ristras con ellos, colgándolas en un lugar fresco, seco y con buena ventilación.

La Rosa mosqueta

Responde al nombre común de Rosa Mosqueta, cuyo nombre científico es Rosa eglanteria, un arbusto caducifolio muy resistente, originario de Europa, que pertenece a la familia Rosaceae. Mide alrededor de dos metros de alto, posee finos tallos flexibles que tienden a curvarse y están cubiertos de espinas oscuras. 

Se lo emplea como ornamento en los jardines por la belleza de su follaje y su abundante floración. Tiene hojas compuestas y de aspecto coriáceo, con una cantidad impar de folíolos (comúnmente cinco) acuminados y de bordes serrados, que se ubican de manera alterna en las ramas. 

Da pequeñas flores aromáticas que nacen reunidas en apretados racimos terminales, están formadas por cinco pétalos en tonos que van del blanco al rosa, cinco sépalos espinosos y varios estambres de color amarillo. Los frutos comestibles, de uno a tres centímetros de diámetro son ovales y rojizos, conservan el cáliz que es persistente y se usan para hacer de dulces y mermeladas. 

El aceite que se extrae de la Rosa Mosqueta es rico en ácido grasos que ayudan a la regeneración y reparación de la piel. Por ello se lo aplica sobre quemaduras, cicatrices, arrugas y estrías. Para obtener el aceite se presionan los frutos en frío y de las semillas se lo hace aplicándoles vapor de agua, así liberan el aceite mezclado con ella. Muchos médicos recomiendan su uso. El buen resultado que da se debe a que estimula la producción de elastina y colágeno. 

Se le confieren propiedades anti oxidantes, hidratantes y anti inflamatorias aplicado externamente. En uso interno, como tisana, se dice que es un excelente diurético, laxante suave y un efectivo antioxidante que ayuda al cuerpo a elevar las autodefensas; actúa en casos de debilidad generalizada combatiendo la fatiga que trae aparejada; contiene vitamina C (mucha más que el mismo kiwi o el jugo de limón) que fortalece el organismo contra gripes y resfríos.

El Sándalo australiano

Conocemos comúnmente como Sándalo australiano a un árbol bajo o arbusto erecto, originario del oeste de Australia, perteneciente a la familia Santalaceae. Recibe el nombre científico de Santalum spicatum. Su altura varía entre los tres y los seis metros y su tronco, de corteza rugosa, mide de diez a treinta centímetros de diámetro. Tolera bien la sequía y la salinidad pero no así heladas ni el granizo. 

Es cultivado por su alto valor comercial; de él se extrae un aceite aromático con muchas propiedades que aprovechan varias industrias, como la de la Cosmética y la de la Perfumería. Se usan también su madera y sus frutos, aunque ha bajado grandemente la exportación, de cincuenta mil toneladas en el siglo pasado a dos mil en la actualidad debido a que se están empleando mayor cantidad de tierras para cultivar trigo. 

Sus hojas son verdes y cortamente pecioladas, con aspecto coriáceo; tienen forma de oval a lanceolada y se disponen de manera opuesta en las ramas, las cuales poseen una corteza lisa de tono grisáceo. Miden seis centímetros de largo por tres de ancho. Todo el follaje de la copa es bastante ralo. 

Da flores hermafroditas que nacen reunidas en inflorescencias terminales de tipo espiga; son pequeñas, bisexuales y con tépalos de color rojizo. Emanan olor a carroña y son nectaríferas, atrayendo así a una amplia gama de insectos polinizadores. El perianto lo conforman cuatro segmentos carnosos, cada uno con una tupida pubescencia detrás de los estambres de cortos filamentos; el ovario es ínfero y el estigma bilobulado. 

Los frutos son drupas esféricas, de tres a cuatro centímetros de diámetro, que al madurar toman color naranja; su semilla, al igual que la de las nueces, es comestible y rica en proteínas. Para verlas germinar es necesario tener paciencia pues deben darse las condiciones ideales de temperatura y humedad para que comience el proceso. 

Una vez germinadas deben colocarse cerca de plantas de su misma especie, o de otras que le sean afines, pues el Sándalo australiano es hemi parásito y a través de sus raíces toma nutrientes de otros árboles; en las plantaciones el más usado con este fin es la Acacia acuminata, también le agradan los eucaliptos y las casuarinas.

El Espino albar

Damos el nombre común de Espino albar, y el científico de Crataeegus monogyna, a un arbusto espinoso caducifolio, o árbol de porte bajo (ya que mide entre cuatro y seis metros), originario del hemisferio norte del planeta donde se desarrolla bien en una gran variedad de sustratos, desde el nivel del mar hasta los dos mil metros de altitud. Emigró al hemisferio sur como planta ornamental. Es miembro de la familia Rosaceae. Su longevidad ronda los cien años. 

El tronco, o troncos, porque a veces hay más de uno, están recubiertos por una gruesa corteza oscura y agrietada. La copa es redondeada y el follaje tan denso que proporciona buena sombra. Tiene hojas estipuladas y pecioladas, verde oscuro en el lado externo y más claras por el revés, dispuestas de manera alterna en las ramas; los márgenes se presentan tanto enteros como profundamente hendidos y su apariencia es coriácea; en otoño se vuelven anaranjadas. Las espinas miden de uno a dos centímetros y medio. 

En primavera da hermosas flores, blancas y perfumadas, reunidas en inflorescencias de tipo corimbo. Poseen cinco pétalos orbiculares, cinco sépalos triangulares persistentes, numerosos estambres y uno o dos estilos; es una especie melífera y las abejas la visitan mucho. Hay animales que sobreviven el invierno alimentándose de sus rojos frutos, esféricos u ovoides, que miden un centímetro de diámetro y permanecen en la planta aún con frío muy intenso. La pulpa comestible es dulce y contienen una sola semilla. 

El lugar en que se lo siembre debe ser el definitivo pues no tolera los trasplantes; precisa suelos sueltos, profundos y algo húmedos. Las ubicaciones pueden ir de media sombra a sol pleno. No demanda mayores cuidados y admite podas aunque no las precisa. Dentro de la medicina no tradicional al té preparado con sus hojas se le atribuyen propiedades cardiotónicas, reguladoras de la presión arterial, antiespasmódicas y ansiolíticas. Su madera es densa y de alta resistencia. Se lo emplea como pie de injerto para varios tipos de frutales.

El Incienso

Damos el nombre vulgar de Incienso y el científico de Boswellia sacra a un árbol de pequeño porte que mide entre 3 y 8 metros de alto. Es originario del Norte de África y la Península Arábiga y pertenece a la familia Burseraceae. Es muy resistente y sobrevive aún en las condiciones más críticas. Lo encontramos habitualmente en suelos rocosos pero preferentemente calcáreos. 

Su corteza es muy fina y hasta puede quitarse con la mano. El follaje es caduco; las hojas compuestas están formadas por una cantidad impar de folíolos, cuando nacen son glabras y luego van perdiendo la textura. Da minúsculas flores de color blanco o amarillo crema que nacen reunidas en racimos axilares. 

Su principal característica es la resina aromática que contiene, la misma endurece al entrar en contacto con el aire y es fácil extraerla haciendo una incisión en el tronco o en las ramas; se usa como incienso para perfumar los ambientes y como base de fragancias en Perfumería. Hay distintos grados en los que se la divide y ellos están determinados por el tiempo de recolección de la misma, además cada variedad tiene alguna característica que la distingue e influyen en ello el suelo y el clima. 

Las gotas que exuda son llamadas lágrimas y el árbol empieza a producirlas entre los ocho y los diez años de vida, el aroma que tienen se debe a su composición química a base de terpenos. Contrariamente a lo que se pudiera pensar por su apariencia, la resina de aspecto más opaco es la más fragante. 

Cuando la explotación de los cultivos de incienso es muy intensa la fortaleza de éstos decae y hasta se nota una merma en la capacidad germinativa de sus semillas, mientras que en algunos ejemplares a los que no se les extrae la resina la germinación se produce en el casi cien por ciento de la simiente. 

La esencia se conoce desde la antigüedad y se hallaron pruebas de esto en el antiguo Egipto, donde se fabricaba con la resina un polvo oscuro para delinear los ojos nombrado “kohl”. El historiador griego Herodoto cuenta de la recolección efectuada en su época en árboles cultivados en Arabia. A Europa llegó a través de los cruzados que le daban el nombre de “olibanum”. 

El aceite esencial usado en la actualidad en perfumería y aromaterapia se obtiene por vapor y destilación de la resina seca. En ritos religiosos se lo emplea como sahumerio. En la India, dentro del marco de su medicina no tradicional, se le atribuyen efectos benficiosos contra muchas dolencias físicas, tales como la artritis reumatoidea y la colitis ulcerosa, entre otras.

La Flor de cera

Conocemos por los nombres comunes de “Flor de cera” o “Amarra bollos” a un árbol perennifolio endémico de la zona de Los Andes colombianos, donde se lo encuentra entre los mil novecientos y los tres mil metros de altitud; su nombre científico es Meriania nobilis y pertenece a la familia Melastomataceae. Se lo emplea como ornamento en parques y jardines. 

Crece lentamente pero puede llegar a los quince metros de alto; vive unos treinta y cinco años. El tronco es delgado y no supera los treinta centímetros de diámetro, lo recubre una corteza gris que se descascara con facilidad dejando ver la capa interna amarronada. Necesita mucha humedad y ubicaciones que vayan de pleno sol a media sombra. 

La copa es de amplitud media y su forma es bastante irregular; las ramas son de sección cuadrangular. Posee un abundante follaje. Las hojas son grandes, simples, pecioladas, con nervaduras paralelas y aspecto coriáceo; la cara superior es de color verde oscuro y púrpura la inferior; tienen forma elíptica y se disponen de manera opuesta en las ramas. Miden de veinte a treinta centímetros de largo por alrededor de doce de ancho. 

Da bellas flores que aparecen reunidas en inflorescencias terminales de tipo panícula. Poseen cinco pétalos de ovales a acorazonados, con textura cerúlea, que van cambiando su tonalidad de rosa a púrpura. Los filamentos de los estambres son magenta, o morados, y tienen anteras amarillas. Como es una especie melífera la visitan mucho las abejas. El cáliz es persistente y queda adherido a los frutos capsulares.

El Clavel

Conocemos por el nombre común de Clavel y por el nombre científico de Dianthus caryophyllus a la flor nacional de España y provincial de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares; ésta deriva de una planta silvestre originaria del Mediterráneo; alcanza casi un metro de altura y tiene hojas angostas y envainadoras; tras hibridaciones y procesos de selección se llegó a la forma de cultivo actual. Pertenece a la familia Caryophyllaceae. 

Las variedades comerciales dan entre 10 y 20 tallos al año. Hasta la floración se desarrollan entre 15 y 18 nudos (con dos hojas opuestas por nudo) y de cada uno de ellos saldrá un brote. Una característica que determina la calidad de un clavel es la rigidez y longitud de su tallo que debe ser recto y sin deformaciones (sosteniéndolo horizontalmente si la flor cae en un ángulo mayor de 30 grados ya se lo considera defectuoso). 

Las flores simples cuentan con 5 pétalos, festoneados o serrados, y varían en color desde el blanco al púrpura, pero hay variedades cultivadas con hasta 40 pétalos. El diámetro va de 6 a 9 centímetros y todas son bisexuales. Junto con las rosas, es la flor que más se obsequia en ocasiones especiales. 

Su esencia es muy utilizada en perfumería pero no tiene uso culinario ninguna parte de la planta; sí medicinal, porque en la antigüedad se creía que era bueno el líquido de cocción de las hojas para el cansancio de la vista y lo empleaban a modo de colirio. Necesita bastante sol y hay que mantener la tierra húmeda, no en demasía pues las hojas se tornan amarillentas. 

Las flores viejas deben ser retiradas de continuo para favorecer una nueva floración. Se reproduce fácilmente mediante brotes (siendo los más fuertes los que están más cerca de la base de los tallos) y también por semilla. Se lo debe proteger de la arañuela roja y otras plagas usando esporádicamente aracnicidas, acaricidas y nematodocidas.

La Clavelina

La Clavelina pertenece al género Dianthus, de la familia Caryophyllaceae, que comprende gran cantidad de especies asiáticas y europeas. Es pariente directa del Clavel y crece de manera silvestre en la zona del Mar Mediterráneo, lo que le permite adaptarse sin problemas al clima sudamericano. Las variedades de más uso son: Dianthus deltoides, Dianthus chilensis y Dianthus barbatus. 

Es una planta perennifolia cespitosa, de hojas alargadas de un tono verde grisáceo. Mide alrededor de 25 centímetros de alto y florece siempre que la temperatura sea agradable. Las flores son de tamaño medio, simples o dobles, de colores variados aunque siempre dentro de la gama del rojo, rosa, blanco y violáceo, a veces con una mezcla de ellos en un mismo ejemplar. 

Resiste bien las plagas y es de fácil cultivo, por ello se recomienda para los jardines, además porque protege el entorno de malezas. Una vez en tierra, con sustrato ligero (partes iguales de tierra negra, humus y arena), las semillas sólo tardan dos semanas en germinar; si las sembramos a comienzos de la primavera florecerán hasta fines del verano. Si se decide multiplicarlas por esqueje hay que ponerlas a la sombra. También se logran nuevos ejemplares por división de matas. 

Es apta para el cultivo en macetas, en este caso agregaremos a la tierra una parte de turba y pondremos una capa le leca sobre el orificio de drenaje. No necesita mucho riego, sólo cuidar que la tierra permanezca húmeda. Si en verano estuvieran expuestas a luz solar fuerte, durante gran parte del día, deberemos duplicar el riego. Como abono se usa polvo de huesos. 

Hay que protegerla de las heladas. A veces puede ser atacada por una enfermedad denominada roya y aparecerán sobre sus hojas manchas marrones, pero existe un fungicida específico para tratarlas. Si aparecieran pulgones se emplea cipermetrina, y si fueran arañuelas aplicaremos un acaricida sistémico.

La Cruz de Malta

La conocida popularmente como Cruz de Malta, o Cruz de Jerusalem, lleva el nombre científico de Lychnis chalcedonica (o Silene chalcedonica). Es una planta perenne de consistencia herbácea, originaria del este de Europa y del oeste asiático, perteneciente a la familia Caryophyllaceae, Mide de cincuenta a noventa centímetros de alto y se la emplea como ornamento en los jardines, comúnmente para establecer bordes. 

Posee tallos simples y erectos que rara vez ramifican; están recubiertos por pelos claros, tiesos y ásperos al tacto. Sus hojas verdes y brillantes, sésiles y opuestas, van de ovales a lanceoladas, presentando ambas caras pilosas y los márgenes enteros. 

En el verano da flores de unos dos centímetros de diámetro, cortamente pediceladas, reunidas en apretadas inflorescencias terminales de tipo corimbo, sostenidas por fuertes pedúnculos. Tienen un cáliz tubular con sépalos pubescentes lanceolados. Poseen cinco pétalos bífidos de color rojo o anaranjado y los estambres son ligeramente exertos. Las visitan a menudo las mariposas y los colibríes. Se emplean como flor de corte. 

Sus frutos capsulares son ovoides, miden alrededor de un centímetro de largo; contienen minúsculas semillas de color marrón-rojizo con forma de riñón. Se propaga mediante ellas que germinan en pocos días o bien por división de mata en el otoño o la primavera. 

Es de fácil cultivo y poco mantenimiento. Le agradan las ubicaciones con mucho sol o con apenas algo de sombra pero no es exigente en cuanto a suelos, siempre que tengan buen drenaje. El riego debe ser regular aunque soporta cortos períodos de sequía. No le afectan mucho ni las plagas ni las enfermedades porque es muy resistente.

La Melosa pálida

Se da el nombre común de Melosa pálida a una planta anual de consistencia herbácea que recibe la denominación científica de Ononis diffusa. Es originaria de las costas del Mar Mediterráneo y forma parte de la familia Fabaceae (antes Leguminosae). También se la encuentra en islas del Océano Atlántico como las Azores y las Canarias y en áreas costeras de Galicia y Portugal; en un rango que se extiende desde el nivel del mar hasta los seiscientos metros de altitud. 

Prefiere ubicaciones a pleno sol y crece tanto sobre dunas costeras como en prados secos y arenosos más hacia el interior. Alcanza el medio metro de alto. Sus tallos, cubiertos por una fina pilosidad, pueden ser tanto erectos como decumbentes. Posee hojas alternas compuestas por tres folíolos de color verde claro, con el borde serrado y forma de oval a elíptica, que tienen estípulas soldadas a sus pecíolos. 

En primavera da flores zigomorfas hermafroditas (papilionadas, similares en apariencia a las de todas las fabáceas) que aparecen reunidas en inflorescencias terminales de tipo racimo; la corola es más larga que el cáliz pubescente; el estandarte es de color rosa o lila (muchas veces con líneas difusas violetas o moradas) y las alas y la quilla son blancas. Pueden contar con pedicelos muy cortos o ser directamente ser sentadas. 

Las protegen brácteas unifoliadas. El androceo está compuesto por unos diez estambres soldados por sus bases. El gineceo es monocarpelar y el estilo cilíndrico. El fruto es una legumbre de alrededor de medio centímetro, tiene forma ovoide, pico recurvo y conserva el cáliz que es persistente. Contiene tres o cuatro semillas reniformes, de cerca de un milímetro y medio, color pardo-rojizo, que germinan con facilidad.

La Tibuchina

Conocemos como Tibuchina, llamada también “Planta de la gloria”, a un arbusto perennifolio que no sobrepasa los dos metros de alto por otro tanto de ancho; responde al nombre científico de Tibouchina urvilleana y se emplea como ornamento en los jardines por la belleza de su floración; puede también cultivarse en interiores luminosos. Es originario de América del Sur y forma parte de la familia Melastomataceae. 

Algunas veces se lo debe entutorar debido a que sus tallos son pesados y tienden a caer, así se lo mantiene erguido. La fina pubescencia de sus hojas (provistas de cortos pecíolos y distribuidas de manera opuesta) les da un aspecto aterciopelado, tienen forma oval y el vértice acuminado, presentan un color verde más oscuro por el envés que en el revés y las distinguen sus cinco nervaduras paralelas muy marcadas. 

Da hermosas flores terminales con cinco pétalos azul-liláceos de forma acorazonada a redondeada; el cáliz está formado por sépalos pubescentes; tiene además diez estambres blanco-rojizos y curvados muy llamativos; son de vida efímera pero la planta se mantiene en floración a lo largo de cuatro meses al año. 

Le agradan las ubicaciones luminosas pero no en las que dé el sol pleno a mediodía (es mejor tenerlo a media sombra en exteriores), bien aireadas y con humedad ambiente relativamente alta, más en la etapa de crecimiento. Prefiere los climas de suaves a moderados y aunque soporta alguna que otra helada (perdiendo la parte aérea y recuperándola en primavera) es mejor no exponerlo. 

Requiere de suelos sueltos y algo ácidos; el riego debe ser moderado, aumentándolo cuando se halle en flor. Se lo reproduce mediante semillas y esquejes. Cada tanto precisa podas de forma, pues sus ramas crecen de manera desaliñada.

Los Heliotropos

El género de los Heliotropos, de arbustos perennes, es originario de América, abarca más de 200 especies y la mayoría son cultivadas como ornamentales. Pertenece a la familia Boraginaceae. El que vemos en casi todos los jardines es el Heliotropium arborescens, que tiene tallo semileñoso y mide más de dos metros de alto. Otros muy comunes son el Heliotropium europaeum, el Heliotropium curassavicum y el Heliotropium peruvianum. Son perfectos, junto con las pentas, para los jardines de mariposas. 

Florecen ininterrumpidamente desde la primavera hasta muy avanzado el otoño. Sus flores (color violeta, púrpura o blanco, y rosa y lavanda en algunos híbridos) se reúnen en apretadas inflorescencias con delicado aroma a vainilla, más intenso temprano por la mañana y también al atardecer. Se las emplea como flor de corte. 

Ramifican mucho ya desde la base; sus hojas son pecioladas, plurinervadas, alternas, de forma oval, angostas y de textura rugosa, verde intenso en la cara superior y más claras por el envés, también dan perfume. Se los multiplica por semillas o esquejes, a éstos hay que mantenerlos con la tierra húmeda y en lugares cálidos hasta que echan raíz. 

Se los cultiva tanto en jardines como en macetas, pero debemos elegir siempre ubicaciones donde no de el viento. En inviernos muy fríos cubrir por las noches con un plástico, y con esa protección, aunque las hojas se quemen, rebrotarán más adelante. A pesar de que prefieren ubicaciones con sol pleno, en zonas en las que los veranos sean extremadamente cálidos será mejor situarlos en una media sombra. Mientras estén desarrollándose conviene efectuar riegos abundantes. 

Cada año, al finalizar el invierno, se lleva a cabo una poda para quitar las ramas que ya no están en condiciones. De las hojas y las flores se saca un aceite esencial utilizado en Medicina (algunas veces reemplaza a la quinina) y en Perfumería (como base para varios perfumes). Sus raíces son muy estimadas por el fuerte poder sedante que tienen. Pero algunas de sus partes son venenosas si se ingieren y las hojas pueden irritar las pieles demasiado sensibles.

El Chagual azul

Se da el nombre vulgar de Chagual azul y el nombre científico de Puya berteroniana, a una planta perenne originaria de Chile, donde crece entre los quinientos y los dos mil metros de altitud. Forma parte de la familia Bromeliaceae. Se la emplea como ornamento en los jardines. A pesar de tener un crecimiento lento y tardar años en dar sus primeras flores forma finalmente densos matorrales. 

Posee fuertes hojas lanceoladas con nervaduras paralelas, son de color vende-grisáceo y pueden llegar a medir un metro de largo; tienen los márgenes espinosos y crecen de manera arrosetada, arqueándose hacia la punta. Da hermosas flores verde-azuladas que nacen en la primavera reunidas en inflorescencias de tipo panícula, sostenidas por un grueso escapo floral (recubierto por escamas ovales de color marrón claro) y protegidas por brácteas; ambos, en conjunto, sobrepasan los dos metros de alto. 

Las conforman tres tépalos externos y tres internos de aspecto cerúleo con ápices agudos; seis estambres provistos de anteras basifijas; un ovario ínfero tricarpelar, un estilo que sobresale del conjunto y un estigma trífido. Los colibríes las visitan asiduamente atraídos por el polen. 

Los frutos, que son capsulares y dehiscentes, contienen numerosas semillas aladas. Se puede cultivar en macetones pero hay que manipularla con cuidado y con guantes por la agudeza de sus espinas cónicas. Le agradan las ubicaciones a pleno sol y los suelos con buen drenaje porque el exceso de agua en las raíces le genera hongos. 

Tolera largas épocas de sequía pero prefiere riegos a intervalos regulares. Es ideal para integrar rocallas. En su hábitat natural hospeda a las larvas de la Mariposa del Chagual, la de mayor tamaño de las mariposas de Chile.

La Afgekia

Conocemos por el nombre común de Afgekia a un género de plantas trepadoras perennes, de consistencia leñosa, con tallos de hasta diez metros de largo. Son tres especies: Afgekia sericea, Afgekia mahidolae y Afgekia filipes, esta última con una subespecie, la Afgekia filipes tomentosa. Son originarias del sudeste de Asia (China, Birmania y Tailandia), donde se las puede encontrar entre los doscientos y los mil metros de altitud, en los alrededores de los bosques caducifolios. Pertenecen a la familia Fabaceae. 

Tienen la corteza amarillenta. Sus hojas compuestas, de color verde, tienen estípulas delgadas y triangulares; los folíolos, oblongos y con el margen entero, se disponen de manera opuesta en el raquis que mide de veinte a treinta centímetros de longitud, incluyendo el pecíolo que suele medir unos cinco centímetros. 

Florecen durante casi todo el año. Da flores blanco-crema que nacen reunidas en inflorescencias alargadas y erectas de tipo racimo; las protegen brácteas membranosas (rosadas, lilas o en tono fucsia) pubescentes y caducas que dejan cicatriz cuando caen; a diferencia de otras fabáceas éstas tienen la quilla y las alas de la misma medida; cuentan con un solo pistilo y el aparato reproductor masculino lo forman diez estambres diadelfos, uno de ellos libre. El cáliz, con forma de copa, es corto, con tricomas y cinco dientes. Los pedicelos que las sostienen alcanzan los dos centímetros. 

La polinización es entomófila, la efectúan abejas, mariposas y escarabajos que llegan atraídos por el néctar (al que son guiados por dos manchas púrpura en la base de los pétalos) y el polen. Los frutos son legumbres, dehiscentes al madurar, que contienen una o dos semillas, elipsoidales o reniformes, oscuras y brillantes. 

En la especie Afgekia filipes los folíolos son papiráceos y están cubiertos en ambas superficies por una pubescencia plateada. En la variedad Afgekia filipes tomentosa los folíolos son coriáceos y densamente hirsutos. Precisan ubicaciones a pleno sol para florecer abundantemente pero no son muy exigentes en cuanto a suelos siempre que tengan buen drenaje. El riego debe ser regular y se adaptan al cultivo en maceta.

La Pasionaria

Recibe los nombres comunes de Pasionaria, Maracuyá, Mburucuyá o “Fruta de la pasión” una planta perenne (con excepción de la Passiflora incarnata, que es decídua), trepadora, de crecimiento rápido, cultivada comercialmente en zonas tropicales por sus frutos, que proporcionan alimento y jugo; actualmente empleada como ornamento en los jardines para cubrir verjas y paredes. 

Es originaria de América del Sur y miembro de la familia Passifloraceae, que reúne más de 400 especies. Algunas de ellas dan frutos pequeños de color púrpura y se fertilizan a sí mismas y otras, de frutos grandes y amarillos son estériles y necesitan clonación. 

El fruto es considerado diurético y tonificante, se lo emplea en ensaladas de fruta y otros postres; también para preparar mermeladas, tortas, bizcochos y helados. El jugo se comercializa tanto fresco como enlatado. Contiene vitamina A, vitamina C y potasio. Puede llegar a los 4 metros de alto. 

Sus hojas son largas, tri o penta lobuladas, de bordes serrados, alternas y pecioladas; miden entre 10 y 15 centímetros. Las flores son aromáticas, de más de 6 centímetros, las conforman 10 tépalos acompañados por numerosos filamentos blancos o de color púrpura; en el centro está el ovario con forma de cáliz que contiene un estigma flexible rodeado por 5 estambres. 

Necesita suelos fértiles y sol pleno, el riego debe ser frecuente durante su crecimiento y en invierno raleado. Se la reproduce por semillas y esquejes al comenzar la primavera. Luego de la floración se le efectúa una poda ligera. Su plaga más temida son las orugas, porque las mariposas ponen huevos por toda su superficie y mientras se alimentan pueden devastarla totalmente. También la atacan los pulgones, los ácaros y las cochinillas. 

Con las hojas frescas o secas, que contienen un alcaloide antidepresivo, se prepara una infusión contra la ansiedad, la histeria y hasta la epilepsia; también se usan las raíces con fines medicinales. Algunas de sus variedades más conocidas son: Passiflora maliformis, Passiflora ligularis, Passiflora edulis, Passiflora incarnata, Passiflora caerulea, Passiflora alata y Passiflora laurifolia. 

La Passiflora foetida es considerada como una protocarnívora, pues sus brácteas cubiertas de pelos exudan una sustancia pegajosa que atrapa a los insectos. La mayoría tiene semillas invasivas por lo que hay que controlar su propagación. Son polinizadas por las abejas carpinteras y los colibríes, que con sus largos picos logran acceder bien al néctar.

El Ajo fragante

Conocemos por el nombre común de Ajo fragante a una planta bulbosa perenne que responde al nombre científico de Nothoscordum gracile, o Allium fragans. Es originaria de la zona subtropical de Sudamérica aunque hoy en día se la encuentra naturalizada en diversas partes del planeta. Forma parte de la familia Alliaceae. 

Está lejanamente relacionada y su aspecto es similar a algunas especies del género Allium pero carece del olor característico que despiden aquellas al ser cortadas. Puede llegar a actuar como maleza en los cultivos y tierras de pastoreo pues escapa al control químico realizado en la preparación de los barbechos. 

Sus hojas envainadoras surgen de un bulbo tunicado (provisto de varias capas exteriores grisáceas con consistencia membranosa y gruesas raíces en su parte inferior) que produce muchos otros bulbillos secundarios blancuzcos (multiplicación vegetativa); son verdes, largas, glabras y paralelinervadas, van desde acintadas a lineares y tienen los márgenes enteros. 

En la primavera nacen inflorescencias terminales, de tipo umbela, con entre ocho y quince flores hermafroditas acampanadas, sostenidas por un escapo cilíndrico, estriado y erecto, de alrededor de treinta centímetros de alto, protegidas por dos brácteas de tipo espata, ovales, acuminadas y soldadas por sus bases. 

Cada flor pedicelada posee seis tépalos blancos que cuentan con nerviación rosada o violácea y base verdosa, dispuestos en dos verticilos; seis estambres inclusos en ellos con filamentos dilatados en sus bases y anteras oblongas dorsifijas; un ovario súpero trilocular y un estilo filiforme con estigma terminal pequeño. 

Los frutos son cápsulas, con dehiscencia loculicida, que se abren mediante tres valvas longitudinales; las semillas oscuras, planas y de forma irregular tienen dispersión barocora, o sea que la misma se produce por el simple efecto de la gravedad cuando caen.

La Eupatoria púrpura

Conocemos por el nombre popular de Eupatoria púrpura y el científico de Eupatorium purpureum a una planta perenne de consistencia herbácea perteneciente a la familia Asteraceae. Es originaria de América del Norte, donde se encuentra en las márgenes de los lagos, arroyos y otras corrientes de agua, así como en los campos de pastura. 

Mide entre un metro y medio y dos metros y medio de alto por alrededor de uno de ancho. Le agradan las ubicaciones con bastante humedad, ya sea a pleno sol o con sombra parcial. En la actualidad se la cultiva y se la emplea como ornamento en parques y jardines. 

Posee tallos cilíndricos usualmente sólidos, delgados y erectos, de color morado. Las hojas son verdes, simples, pecioladas y lanceoladas; miden hasta treinta centímetros de largo, siendo las superiores de tamaño menor; tienen los márgenes ligeramente serrados y su aspecto es rugoso, crecen de manera verticilada en los nodos; mayoritariamente son glabras pero también pueden presentar pelos a lo largo de la nervadura central en su cara posterior. 

En verano da pequeñas flores de color púrpura que nacen reunidas en inflorescencias de tipo corimbo; su néctar atrae a numerosos insectos. Los frutos son aquenios estrechos y oscuros (marrones o negros), de apenas milímetros de largo y con un penacho en uno de sus vértices. 

Al igual que a otras especies de Eupatoria se le atribuyen propiedades tónico- estomacales y diuréticas, aunque su uso prolongado puede ser malo para el hígado. Los nativos de su lugar de origen empleaban la ceniza producida por las raíces a modo de sal para saborizar las comidas. Es una variedad que hibridiza fácilmente con otras del mismo género, dando origen a cambios en su morfología que siembran dudas al momento de clasificarla.