Tiene largas hojas paralelinervadas, de alrededor de un metro de largo por unos cinco centímetros de ancho, dispuestas en forma de roseta, con espinas muy agudas en los bordes; presentan color verde oscuro en el frente y verde grisáceo por debajo.
Florece en primavera. Sus hermosas flores amarillo-verdosas tienen forma entre tubular y acampanada; las componen tres sépalos y tres pétalos (los seis de textura cerúlea y casi indiferenciados), seis estambres con anteras verticales basifijas y polen rojizo y un estigma que sobresale entre ellos. Nacen agrupadas en inflorescencias de tipo panícula (formadas a su vez por racimos de entre quince y veinticinco ejemplares) sostenidas por fuertes escapos florales cilíndricos.
Los frutos capsulares son dehiscentes y con tres carpelos; contienen semillas que disemina el viento gracias a un ala membranosa que poseen; éstas germinan con facilidad y los ejemplares jóvenes bien pueden ser utilizados como plantas de interior por su aspecto estilizado, aunque teniendo cuidado con sus espinas. También se la puede multiplicar mediante división.
Si está ubicada en el exterior hay que protegerla de las heladas. Precisa suelos sueltos y aireados, con buen drenaje, pues si se acumula agua en su base aparecerán hongos. Tolera algo de sombra pero prefiere estar a pleno sol. Hay que regarla con moderación. Resiste largos períodos de sequía.
Dentro del marco de la medicina no tradicional se le reconocen propiedades emolientes y astringentes. De los tallos se sacan fuertes fibras para fabricar sogas y esteras. Las hojas más jóvenes y tiernas se consumen como ensalada.