La Nuez moscada

Se denomina Nuez moscada al fruto de un árbol dioico y perennifolio que responde al nombre científico de Myristica fragans. Mide entre cinco y doce metros de altura, es originario del este de Asia y forma parte de la familia Myristicaceae. Su tronco es recto, la corteza oscura, el follaje muy espeso y la copa redondeada. 

Posee hojas pecioladas de color verde intenso, ovales, acuminadas y con márgenes enteros, que se distribuyen de manera alterna. Las flores son pequeñas y amarillentas, tienen forma acampanada y aspecto cerúleo; las masculinas se reúnen en grupos de más individuos mientras que las femeninas nunca pasan de tres por conjunto. 

Los frutos son bayas globosas que recién comienzan a cosecharse a los siete años de edad de la planta, poseen una piel lisa amarillo-verdosa o amarillo-anaranjada; el interior es carnoso y al madurar se abren por la mitad, dejando ver en su interior una gran semilla de cerca de tres centímetros de diámetro, la nuez moscada propiamente dicha, recubierta por una capa rojiza o amarronada que dará origen al “macis”, otra especia de gran aceptación, con sabor similar al de la primera, aunque no tan dulce y fino pero que da más color a las comidas, al igual que el azafrán. 

Su consumo aporta a nuestra dieta carbohidratos, fibra, proteínas, grasas, agua, vitaminas A, B y C, y al menos siete minerales. También, mediante destilación, se obtiene de la nuez un aceite esencial utilizado en perfumería y farmacia; mientras que dentro del marco de la medicina no tradicional, usado externamente, se dice que mitiga el dolor producido por el reuma y es anti fúngico. 

La conocida como “manteca de nuez moscada” es un buen sustituto para la “manteca de cacao” y se obtienen con ella los mismos resultados. En cualquiera de sus presentaciones se la debe consumir en muy bajas dosis, porque en dosis altas es un potente alucinógeno que puede llegar a provocar la muerte.