La copa es piramidal o redondeada, bastante simétrica, alcanza alturas de seis a diez metros. Se lo utiliza como especie ornamental en parques y jardines ya que provee buena sombra (aunque hay que tener en cuenta que fructifica abundantemente y la fruta al caer se convierte en un problema o, al menos, en un trabajo extra de limpieza); se lo puede cultivar también en macetas o contenedores con la poda debida.
El follaje es muy denso. Sus hojas verdes pecioladas, simples y grandes, de forma oval, con las nervaduras muy marcadas, el margen entero y aspecto coriáceo, de hasta doce centímetros de longitud y más claras en la cara inferior, se disponen de manera alterna en las ramas.
Al comenzar el verano da pequeñas flores pediceladas de color blanco-verdoso agrupadas en inflorescencias de tipo racimo que miden unos quince centímetros de largo.
Los frutos son aquenios comestibles de dos centímetros de diámetro, verdes al comienzo y púrpuras al madurar, contienen una sola semilla y maduran hacia el final del otoño; las aves se sienten muy atraídas por ellos y al consumirlos ayudan a la propagación.
Precisa ubicaciones que vayan de sol pleno a sombra parcial; se adapta a diferentes tipos de suelo siempre que tengan buen drenaje. Es bastante resistente a pestes y enfermedades y tolera la salinidad.
