La Crucianela

Se conoce comúnmente como Crucianela a una planta aromática rizomatosa y perenne, de consistencia herbácea, perteneciente a la familia Rubiaceae. Es originaria de los Montes Cáucaso y está registrada bajo el nombre científico de Phuopsis stylosa, o Crucianella stylosa. Su crecimiento es rápido, mide entre treinta y sesenta centímetros de alto y se la cultiva como especie ornamental en los jardines. 

Sus ramas presentan forma cuadrangular, pueden ser glabras o tener algo de pubescencia a lo largo de los ángulos. Posee hojas sésiles, semi persistentes, color verde claro, de consistencia papirácea y forma lanceolada, con la nerviación secundaria poco visible, que se disponen de manera verticilada (de siete a nueve de ellas) en los nodos. 

Desde finales de la primavera y hasta ya entrado el verano aparecen sus pequeñas flores hermafroditas perfumadas, rosadas y con el cáliz tubular que se abre luego en cinco pétalos conformando una estrella; reunidas en inflorescencias terminales globosas protegidas por brácteas que se asemejan al follaje, aunque con el margen espinoso. Cuentan también con cinco estambres y un estilo columnar. Si eliminamos las que van secándose ayudamos a que surja una nueva floración. Atraen tanto a las abejas como a las mariposas. 

Los frutos son esquizocarpos. Podemos propagarla por división de mata durante la primavera o mediante semillas que tardan algunas semanas en germinar. Le agradan las ubicaciones a pleno sol o con sombra parcial y los suelos moderadamente fértiles, franco-arenosos o con abundante humus y buen drenaje. No precisa demasiado riego y tolera las sequías bastante bien. Es rústica, generalmente no la aquejan ni plagas ni enfermedades graves (pero se la debe proteger de los caracoles) y es de fácil cultivo, aún en macetas.