Tiene hojas verdes y simples, de ovales a lanceoladas, que se disponen de manera alterna en las ramas, poseen nervaduras muy marcadas y están cubiertas por una fina pubescencia. En el verano aparecen sus bellas flores bisexuales de color violeta; semejan pequeños faroles o campanas y se agrupan en inflorescencias terminales de tipo cima.
Los frutos son aquenios que conservan el cáliz que es persistente.
Toda la planta contiene numerosos aminoácidos, alcaloides, taninos y mucílagos, aunque las partes más usadas son las hojas y la gruesa y consistente raíz (de aspecto similar al nabo). Su aceite esencial es muy apreciado.
Empleada externamente (mediante emplastos o cataplasmas) se dice que logra cicatrizar heridas y quemaduras produciendo un rápido alivio (gracias a la alantoina y a las propiedades demulcentes de los mucílagos y astringentes de los taninos), pero no se debe prolongar demasiado su uso debido a sus componentes tóxicos. También es un excelente anti inflamatorio para las hemorroides y en casos de artrosis, artritis, gota, esguinces y tendinitis aseguran que alivia mucho el dolor.
No es exigente en cuanto a suelos pero sí deben tener un buen drenaje; no obstante le agrada la humedad, en su hábitat natural la encontramos bordeando ríos y arroyos en zonas bajas que rara vez superan los cien metros de altitud. Fuera de su lugar de origen, sin el control adecuado, puede tornarse invasiva.
