Forma parte de la familia Asteraceae. En la actualidad está distribuida por otras regiones del planeta, adaptándose bien a los cambios. Mide entre treinta y sesenta centímetros de alto y se la emplea como ornamento por la belleza de sus flores.
Sus hojas sésiles y oblongas, de alrededor de doce centímetros de longitud, forman una roseta basal; los márgenes profundamente crenados les dan aspecto lobulado pero no lo son en realidad; las superiores se distribuyen de manera alterna a lo largo del tallo cambiando a ovales, sostenidas por pecíolos planos con la base ensanchada; ambas son de color verde claro.
Da minúsculas flores que aparecen en primavera y verano reunidas en inflorescencias de hasta diez centímetros de diámetro. Las que conforman el disco central suelen ser marrones, azules o púrpuras mientras que las del radio, treinta a cincuenta de ellas distribuidas en dos series, tienen grandes lígulas de color naranja, amarillo o blanco con una mancha oscura en la base.
Los pedúnculos que las sostienen, de unos veinte centímetros de largo, pueden presentar tres o más hojas pequeñas.
Si removemos las cabezuelas que van secándose, favoreceremos una nueva floración y al mismo tiempo procedemos a la recolección de las semillas; éstas se siembran hacia el final del invierno bajo techo, apenas presionándolas sobre el sustrato.
Les lleva de una a tres semanas el germinar y sólo la mitad de ellas lo logra. Cuando el peligro de heladas haya pasado se pueden mover las plántulas obtenidas al exterior, a su lugar definitivo. Al igual que sucede con sus parientes los Girasoles precisan de mucha luz solar y cuando está nublado tienden a cerrarse. Se adapta a diferentes suelos siempre que cuenten con un buen drenaje.
