El Maua

Recibe el nombre común de Maua, o Acebo hawaiano, y el científico de Xylosma hawaiiense, un árbol de follaje deciduo que forma parte de la familia Salicaceae, la misma a la que pertenece el sauce. Es endémico de Hawai. De porte bajo rara vez supera los nueve metros de alto. Se lo encuentra entre los cuatrocientos y los mil doscientos metros sobre el nivel del mar. 

Posee una copa redondeada con ramas que penden arqueadas y se angostan hacia las puntas. Su corteza es gris y bastante áspera al tacto porque está formada por minúsculas escamas; la corteza interna es de un tono amarillo claro. Las ramillas jóvenes son color rojo oscuro y muy angulosas, pero cambian a gris amarronado, cubriéndose de puntos y cicatrices, en los puntos en los que se les caen las hojas. 

Éstas son grandes, miden entre cinco y diez centímetros; con forma elíptica, base redondeada y punta roma; se distribuyen de manera alternada en las ramas (formando dos hileras), las sostienen delgados pecíolos rojizos de entre uno y dos centímetros de largo; las más nuevas son de color verde en la cara superior y cobre en la inferior, con el tiempo pasan a verde oscuro y verde claro respectivamente; tienen aspecto coriáceo y sus bordes son de lisos a casi ondulados. 

Es un árbol dioico, algunos dan flores hembra y otros flores macho. Las minúsculas flores femeninas, verdosas o rojizas, de no más de seis milímetros de diámetro, son apétalas. Los sépalos son los que forman el cáliz. Aparecen reunidas en racimos axilares de cerca de quince centímetros. Las masculinas miden sólo tres milímetros, son redondeadas, de color marrón y escamosas, sus estambres lucen anteras similares a puntos diminutos. 

En el verano producen abundantes frutos, redondos o elípticos, de color rojo oscuro y brillante, que se mantienen hasta el otoño y miden cerca de un centímetro; no son comestibles. Las semillas, una o dos por fruto, son marrones y alargadas. La madera obtenida de estos árboles, aunque es pesada y dura, se trabaja con facilidad. Su plaga principal son los insectos llamados “barrenadores”, que atacan las ramas haciendo que se sequen.