Su cultivo es sencillo porque no demanda mayores cuidados. Necesita lugares muy húmedos entonces entonces se acostumbra ubicarla bordeando estanques o bien dentro de ellos, siempre que no sean muy profundos (no más de15 a 20 centímetros). Puede estar al sol pero prefiere la mediasombra.
Se la reproduce mediante semillas o por macollaje (división de los macollos). Sus tallos huecos y erguidos, de color púrpura, pueden llegar fácilmente a los treinta centímetros. Gusta de suelos ligeramente ácidos y no le agradan los fertilizantes.
Tiene hojas basales grandes, su limbo mide de cuatro a diez centímetros; son simples, redondeadas, con bordes crenados (a veces hasta dentados), de color verde oscuro y brillante; están sostenidas por largos pecíolos de unos diez centímetros de largo; posee, además, hojas caulinares medias con pecíolos de no más de tres centímetros y hojas superiores sésiles con un limbo tanto triangular como arriñonado.
Da hermosas flores amarillas que aparecen reunidas en inflorescencias terminales de tipo corimbo y cada año, al llegar la Primavera, se llena de ellas; los que semejan la corola son en realidad cinco sépalos modificados, también amarillos, de forma romboidal; los acompañan varios estambres y un gineceo con los carpelos soldados por su parte inferior.
Los frutos son pluricarpelares y contienen numerosas semillas oscuras.
Se dice que posee propiedades antiespasmódicas y se la utiliza para tratar las verrugas (de allí toma su nombre popular), pero siempre con precaución porque irrita la piel; la decocción de raíz se usa como expectorante en los catarros; no se la debe consumir cruda en grandes cantidades pues toda sus partes son tóxicas.