Son tres los factores que parecen influir en su longevidad: El primero es el metabolismo lento que poseen (sus agujas permanecen alrededor de cuarenta años en sus ramas); el segundo factor es la fuerte madera que lo recubre y lo convierte en impenetrable para los insectos y el tercero es el clima hostil en el que vive, donde no llegan ni moran muchos predadores.
Su corteza es fina y escamosa, de un color entre amarillo y naranja. Posee hojas, o acículas, que miden de dos a cuatro centímetros de largo y aparecen reunidas en grupos de cinco, son rígidas y de un tono verde-azulado. Los conos (estróbilos) que produce tienen forma ovoide, miden cerca de cuatro centímetros por ocho mientras están cerrados; son verdes o púrpuras cuando jóvenes y pasan a un ocre oscuro en la madurez, la cual les llega al año y medio. Al abrirse liberan semillas aladas (de menos de un centímetro) que el viento dispersa, reciben el nombre de piñones; son el principal alimento del ave llamada “Cascanueces americano” o Nucifraga columbiana, perteneciente a la familia Corvidae.
Estos pájaros almacenan gran cantidad de semillas para comerlas luego; muchas de ellas dan origen a nuevas plantas, pero la germinación en condiciones tan adversas no es siempre buena y la cantidad que sobrevive no alcanza para reemplazar a los pocos árboles que quedan. Hay dos especies muy parecidas, el Pinus aristata y el Pino de Balfour; el primero se diferencia por las manchas de resina que motean sus acículas y el segundo porque la base de sus conos es redondeada.