Su bulbo, que es de tipo tunicado, mide alrededor de cinco centímetros de diámetro, angostándose hacia arriba; en la parte inferior posee una raíz primaria de importante desarrollo.
Las hojas son largas y simples, de entre treinta y cincuenta centímetros de longitud, lanceoladas, con bordes enteros y las puntas acuminadas; de en medio de ellas surge una robusta vara floral que porta de dos a cuatro flores hermafroditas (provistas de un estigma trífido que las caracteriza); el perigonio (que mide entre 10 y 13 centímetros) cuenta con seis tépalos soldados parcialmente por sus bases, generalmente de color anaranjado o rojo (amarillo-verdosos en su parte central); aunque se las encuentra también, cada tanto, rosas o blancas; el androceo cuenta con seis estambres de largos filamentos y anteras oblongas.
El fruto es una cápsula indehiscente que contiene varias semillas, éstas reservan en el endosperma aceite en lugar de almidón. En apariencia se parecen a las azucenas africanas, o amaryllis, pero tienen algunas diferencias que llevaron a que se las clasifique de forma distinta.