El Castaño silvestre


Conocemos comúnmente como Castaño silvestre, a un árbol originario de Europa, miembro de la familia Sapindaceae, que responde al nombre científico de Aesculus hippocastanum. Es de gran porte, suele medir entre veinte y cuarenta metros; su diámetro troncal ronda los noventa centímetros y posee una gran copa redondeada. 

Las hojas son caducas y ásperas al tacto; compuestas, palmeadas y con largos pecíolos, las conforman cinco o siete folíolos elípticos, acuminados y con los bordes ondulados o crenados; se ubican de manera opuesta en las ramas. Las más nuevas son de color verde claro y con el correr de los días se van oscureciendo; hay variedades en las que se tornan rojizas al llegar el otoño y caen rápidamente, hay otras en las que amarillean cambiando luego a anaranjado y permanecen más tiempo en la planta. 

Su hábitat primitivo eran los extensos bosques de montaña, pero hoy en día se lo planta como ornamento en casi todas las regiones templadas del planeta, es bueno para parques y jardines pues da bastante sombra. Al principio crece rápidamente, más de medio metro por año, luego su desarrollo se torna más lento. Cuando sobrepasa los ciento cincuenta años empieza a perder ramas o se le caen tras las tormentas, aun así se hallaron ejemplares de trescientos años aún en pie. Su corteza es muy delgada, verde-amarronada o marrón-rojiza, y aunque presenta largas grietas es suave al tacto. 

Da gran cantidad de flores blancas, éstas se reúnen en grupos de veinte a cincuenta, en inflorescencias de tipo panícula que llegan a medir hasta treinta centímetros de largo, sostenidas por pedúnculos radiados; tienen forma acampanada, con cuatro o cinco pétalos unidos por la base (de unos dos centímetros y medio de largo) y con cuatro o cinco prolongaciones alargadas blancas con manchas rojas o amarillas; de ellas sólo darán fruto entre una y cinco por racimo. 

Los frutos son cápsulas globosas de color verde, cubiertas de espinas cortas y flexibles, contienen una sola semilla (raramente dos) de piel marrón brillante que puede medir entre dos y cuatro centímetros (se las emplea como cuentas para realizar pulseras, collares y aros). Son tóxicas y no deben ser ingeridas, debido a la gran cantidad de alcaloides, glucósidos y saponinas que contienen, pero pueden ser manipuladas sin peligro. Algunos animales, así como los ciervos y las ardillas, portan en su organismo sustancias que inactivan las toxinas y se alimentan de ellas sin peligro para sus vidas. 

Un líquido jabonoso se consigue dejando macerar esas nueces en agua, con él se lavan prendas delicadas de lino y lana y quedan protegidas de futuras manchas. Su enemigo natural es la Cameraria ohridella, un tipo de polilla que se alimenta de sus hojas y hay un hongo, el Phytophthora bleeding canker que también suele atacarlo.