El Nabo oleaginoso

Conocemos como Nabo Oleaginoso, o Brassica rapa, a una planta herbácea bianual que forma parte de la familia de las Crucíferas. Es originaria de Rusia y desde tiempo inmemorial se la cultiva en todo el continente europeo. Los españoles la transportaron a América y se expandió rápidamente. 

Tiene una raíz pivotante y carnosa, con raíces secundarias muy finas y ralas. El tallo es recto y cilíndrico, pubescente, poco ramificado y con una altura que oscila entre los 50 y los 70 cm. Posee hojas simples y alternas; las superiores con forma lanceolada y las inferiores lirada. 

Las flores son pequeñas y amarillas; están formadas por cuatro sépalos y cuatro pétalos que se alternan; seis estambres, cuatro grandes y dos pequeños; un estilo con dos estigmas y un ovario pluriovulado; se reúnen en inflorescencias terminales de tipo racimo. El fruto es una silícua cilíndrica que contiene semillas globosas y lisas, de color negruzco y apenas unos dos milímetros de diámetro. 

Donde mejor se desarrolla es en los climas templados, pero se adapta por igual a todo tipo de ambientes y suelos; resiste los vientos fuertes, la sequía y hasta las heladas. Necesita tierras de consistencia media, preferentemente humífero-arenosas, sueltas y permeables, con un pH que oscile entre 5.0 y 7.0. 

El Nabo oleaginoso presenta la característica de agotar el terreno, por lo cual para su producción se debe proceder de manera rigurosa a la rotación de cultivos. Antes de sembrar hay que efectuar una primera arada seguida de una rastreada, así quedan expuestos los huevos y las larvas de distintas plagas para que puedan ser destruidos. Faltando quince días se da la segunda arada y una rastreada más, con esto se logra que el suelo quede bien mullido y las semillas germinen de manera adecuada. 

Esas tareas se llevan a cabo durante el invierno, así todo está listo al llegar la primavera. Se establece un mínimo de medio metro entre las hileras y 25 centímetros entre planta y planta. Como es resistente también a la invasión de las malezas es poco el trabajo que hay que realizar hasta la cosecha. Al alcanzar la madurez las hojas amarillean, los frutos toman color paja y las semillas se oscurecen. 

La cantidad de aceite que éstas contienen se encuentra entre un 30 y 40 % y mediante los procesos industriales se logra extraer entre un 25 y 28%. El primer proceso de prensado, denominado “en frío” da como resultado un aceite apto para el consumo humano, y se suele añadir a otros aceites comerciales; pero si la extracción se realiza “en caliente” el aceite obtenido sólo tiene uso industrial; servirá, por ejemplo, para fabricar jabones o lubricante de motores. Por hectárea se obtienen de 1000 a 1500 kilogramos de semillas.