La corteza está formada por fibras entramadas, es de color naranja-amarronado y su aspecto es irregular (mostrando depresiones y elevaciones). Tiene hojas entre romboidales y elípticas que llegan a los ocho centímetros de largo con cuatro de ancho en la parte media y se ubican de manera alterna en las ramas; su borde puede ser tanto entero como crenado, a veces dentado y otras angular; se notan más estas diferencias en ejemplares jóvenes; se las ve de un verde brillante en el frente y de un verde pálido en el reverso; usualmente las nervaduras son más destacadas en la mitad basal; los pecíolos son cortos, no sobrepasan el centímetro de largo.
Sus flores pueden ser blanco-verdosas, blanco amarillentas o color crema; tienen los pétalos unidos por la base pero no lateralmente; sus sépalos son ovales; miden entre dos y cuatro centímetros de diámetro y aparecen reunidas en inflorescencias de tipo panícula del mismo largo que las hojas y rara vez las exceden; los numerosos estambres son siempre más de cincuenta.
Los frutos, que conservan el cáliz, son bayas ovoides de un centímetro y medio de diámetro. Al ir madurando cambian de color rojo a negro; contienen entre dos y cuatro semillas dicotiledóneas angulares, de aspecto rugoso, que cuesta mucho que germinen, debido a esto es mejor usar esquejes para reproducirlo. Le agradan las ubicaciones con poco sol o directamente sombreados, necesita humedad constante y suelos ricos, entre ácidos y alcalinos.