El Araguaney

Conocemos por el nombre común de Araguaney, y el nombre científico de Tabebuia chrysantha, al árbol nacional de Venezuela desde el año 1948, originario de esa misma zona; forma parte de la familia Bignoniaceae y su hábitat natural son los amplios llanos o sabanas de la región. 

Es un árbol caducifolio, de porte medio, que mide entre seis y doce metros; se adapta bien a suelos secos y con escasa materia orgánica gracias a su rusticidad y a la profundidad a la que llegan sus raíces, pero prefiere los que son sueltos, aireados y con buen drenaje; no le gustan los terrenos bajos y pantanosos ni tampoco la sombra, precisa ubicaciones a pleno sol. 

Su tronco, recto y cilíndrico, puede alcanzar más de cincuenta centímetros de ancho. La madera que brinda es compacta y de fina textura, por ello no flota; está entre las más duras de todos los árboles tropicales; se la usa para hacer postes y durmientes sobre los que se asientan los rieles ferroviarios. 

Se lo ve verde la mayor parte del año pero al llegar su floración, la cual tienen lugar cuando ya no le quedan hojas a la planta, es tan abundante, que el paisaje se vuelve dorado. Las hermosas flores, amarillas y de forma acampanada, atraen a las abejas que se encargan de polinizarlas y a varias clases de aves que se alimentan del néctar. 

El verlo en flor es un espectáculo maravilloso y se lo emplea para ornamentar parques y jardines; sus raíces no son invasivas y se puede plantar cerca de las viviendas. Fructifica durante la estación seca para que las semillas aprovechen después la estación lluviosa para germinar, lo que sucede fácilmente. Crece muy lentamente pero su vida es larga.