Corona de novia

Se conoce popularmente como Corona de Novia a un arbusto perenne, originario de China y Japón, que alcanza los dos metros de altura. Responde al nombre científico de Spiraea cantoniensis y es miembro de la familia Rosaceae. Comienza a florecer finalizando el invierno y continúa ya bien avanzada la primavera. Prefiere climas templados pero puede soportar también los fríos. 

Crece bastante a lo ancho y debido a ello necesita suficiente espacio, es ideal para jardines amplios, plazas y parques. Es resistente y se adapta a diferentes tipos de suelo, pero prefiere los alcalinos, arenosos, livianos, fértiles, profundos y con buen drenaje. En los arcillosos su desarrollo es lento. Tiene hojas simples, de cerca de 5 centímetros de largo. con forma de diamante y bordes algo dentados, de color verde oscuro por el frente y verde azulado por el revés; al llegar el otoño amarillean y caen. 

Las flores son pequeñas, blancas, pecioladas, con cinco pétalos y largos estambres; se agrupan en umbelas y dan un suave aroma. Hay variedades, como la “Lanceata” con flores dobles. Se lo puede propagar mediante estacas en el verano y por división de matas a finales del otoño o comienzos de la primavera. Precisa ubicaciones a pleno sol, puede estar a media sombra pero su floración será menos abundante. Necesita una humedad constante pero jamás anegamiento del terreno. 

Para fertilizarlo se usa compost o humus de lombriz. Se lo poda siempre después de la floración para darle buena forma y eliminar ramas que se crucen o entrelacen. Sus plagas más comunes son: El oídio, contra el cual podemos usar fungicidas sistémicos y los pulgones, para los que basta emplear un simple insecticida de contacto, alcohol de ajo o agua jabonosa.

El Árbol de fuego

Se conoce por el nombre común de Arbol de fuego, y por el científico de Brachychiton acerifolius a un árbol monoico caducifolio, originario de Australia y Nueva Zelanda. De porte medio su altura oscila entre los ocho y los quince metros, aunque en su hábitat natural se hallaron ejemplares de hasta cuarenta. Forma parte de la familia Malvaceae, y de la subfamilia Sterculioideae. Es de larga vida y rápido crecimiento.

Por el llamativo color de su floración y la forma piramidal que toma su copa con el paso del tiempo, se lo emplea como ornamental en los jardines, parques y plazas. Precisa suelos profundos pero sueltos, no le agrada la salinidad elevada. Resiste bastante el frío pero no las sequías, aunque si se lo riega menos durante la primavera producirá más flores. Cuando llega el clima más cálido brotan las hojas, que son glabras, profundamente lobuladas, con bordes sinuosos y largos pecíolos. 

Da pequeñas flores rojas que nacen reunidas en inflorescencias de tipo racimo y surgen antes que las hojas; sus cinco pétalos, parcialmente soldados, tienen forma acampanada y miden cerca de un centímetro. Florece recién años después de alcanzar la madurez, es entonces que sus hojas pasan a ser exclusivamente trilobuladas mientras que antes contaban con hasta siete lóbulos. 

Los frutos son vainas dehiscentes oscuras, de dura corteza y apariencia coriácea, miden alrededor de diez centímetros de largo y contienen varias semillas de color amarillo que germinan fácilmente, las que al ser tostadas son un alimento muy nutritivo para los nativos australianos, quienes las adoptaron incluso como sucedáneo del café. Con las fibras de la planta se fabrican cuerdas con las que se tejen redes de pesca. No padece enfermedades ni plagas que no pueda controlar él mismo y casi ni necesita podas, sólo se deben quitar aquellas ramas que estén en mal estado.

El Árbol del pan

Se denomina comúnmente Árbol del Pan a una planta monoica perenne, miembro de la familia Moraceae, que responde al nombre científico de Artocarpus communis. Ronda los quince metros de alto y sus tronco llega a medir hasta dos metros en la base. Está distribuido por todo Oceanía y el sureste asiático. Crece desde el nivel del mar hasta los ochocientos metros de altitud; allí donde las lluvias oscilen entre los mil quinientos y los tres mil milímetros anuales. 

Se propaga fácilmente mediante semillas y esquejes; no demanda mucho cuidado; precisa mucho sol y un suelo fértil, profundo y con buen drenaje; hay variedades que consiguieron adaptarse a la arena de los atolones de coral. Sus flores son unisexuales, aunque ambos sexos están sobre el mismo individuo. Las inflorescencias masculinas, con forma de largos bastones de cinco por cuarenta y cinco centímetros, aparecen antes; son miles de pequeñísimas flores con dos anteras cada una que están pegadas a un tubo central con aspecto de esponja. 

Algo similar ocurre con las femeninas, pequeñas y verdes, que tras la polinización se vuelven infrutescencias comestibles de color verde claro, o amarillo verdoso; difieren mucho en cuanto a forma, tamaño y textura de la piel; aunque mayormente son oblongas y de entre diez y veinte centímetros. Se conoce una variedad llamada “Afara” cuyos frutos son rosados o anaranjados; la pulpa es de color crema o de un amarillo muy claro; en ella están inmersas las semillas subglobosas marrones (comprimidas irregularmente) que miden entre uno y dos centímetros. 

Las hojas son verdes, con nervaduras más claras; se ubican de manera alterna en las ramas; pueden ser desde simples y con bordes enteros hasta grandes y profundamente hendidas, casi lobuladas; todas poseen una superficie suave y brillante; se dice que una infusión de ellas ayuda a controlar la diabetes. Es un árbol utilizado en la industria farmacéutica; en la maderera, ya que da una madera muy liviana; y sirve también como aditivo en la industria alimenticia; cada una de sus partes exuda un látex de aspecto lechoso. 

Fructifica a partir del tercer año de vida y lo hace durante décadas. Hay cultivares en los que se recolectan entre ciento cincuenta y cuatrocientos kilos de fruta al año, ésta puede consumirse fresca o luego de cocida. Es altamente nutritiva porque contiene carbohidratos y también aporta a nuestra dieta gran parte de las vitaminas y minerales que necesitamos.

La No me olvides

La No me olvides, o Myosotis, es una planta herbácea ornamental perteneciente a la familia Boraginaceae; aunque es perenne se la cultiva como anual o bienal desde la semilla. Se conocen cerca de 50 especies de ella. Posee muchos tallos ramificados, algunos desde la base y otros hacia la mitad de su largo. Rara vez sobrepasa los 30 centímetros de alto. 

Sus hojas sésiles se distribuyen de manera alterna en las ramas; son lanceoladas y están cubiertas por una densa pelusa; generalmente son de color verde claro, pero en zonas muy frías pueden virar al púrpura. 

Da pequeñas flores, de color celeste-violáceo (en algunas variedades son blancas o rosadas), que miden entre 1 y 2 centímetros y tienen cinco pétalos; aparecen reunidas en inflorescencias cimosas. Su floración ocurre al llegar la primavera y si el clima es cálido es muy abundante. Los frutos son aquenios de gruesas paredes, que contienen semillas ovoides y oscuras. 

La gran mayoría se originaron en Nueva Zelanda, aunque hay dos especies europeas. Actualmente están extendidas por toda la franja de clima templado del planeta. Las más conocidas son La Myosotis sylvatica, la Myosotis alpestri y la Myosotis scorpioides. No se les han encontrado usos farmacológicos.

Se adapta bien a suelos pobres, arenosos y hasta pedregosos, y se la puede propagar con facilidad; produce cerca setecientas semillas que caen libremente (para recolectarlas se ubican los tallos sobre un papel o una bolsa, sacudiéndolos con fuerza). Muchas quedan dispersas hasta germinar al siguiente año.

Cubre amplias espacios rápidamente, como su sistema radicular es difuso podría considerársela incluso como muy invasiva. El primer año sólo se forma una roseta de hojas verdes sobre la raíz, al siguiente aparecen los tallos con los brotes que luego florecerán. Necesita ubicaciones con bastante sol. El néctar que producen atrae a variados insectos, sobre todo abejas. Entre sus plagas persistentes se encuentran las larvas de las Lepidópteras.

El Araguaney

Conocemos por el nombre común de Araguaney, y el nombre científico de Tabebuia chrysantha, al árbol nacional de Venezuela desde el año 1948, originario de esa misma zona; forma parte de la familia Bignoniaceae y su hábitat natural son los amplios llanos o sabanas de la región. 

Es un árbol caducifolio, de porte medio, que mide entre seis y doce metros; se adapta bien a suelos secos y con escasa materia orgánica gracias a su rusticidad y a la profundidad a la que llegan sus raíces, pero prefiere los que son sueltos, aireados y con buen drenaje; no le gustan los terrenos bajos y pantanosos ni tampoco la sombra, precisa ubicaciones a pleno sol. 

Su tronco, recto y cilíndrico, puede alcanzar más de cincuenta centímetros de ancho. La madera que brinda es compacta y de fina textura, por ello no flota; está entre las más duras de todos los árboles tropicales; se la usa para hacer postes y durmientes sobre los que se asientan los rieles ferroviarios. 

Se lo ve verde la mayor parte del año pero al llegar su floración, la cual tienen lugar cuando ya no le quedan hojas a la planta, es tan abundante, que el paisaje se vuelve dorado. Las hermosas flores, amarillas y de forma acampanada, atraen a las abejas que se encargan de polinizarlas y a varias clases de aves que se alimentan del néctar. 

El verlo en flor es un espectáculo maravilloso y se lo emplea para ornamentar parques y jardines; sus raíces no son invasivas y se puede plantar cerca de las viviendas. Fructifica durante la estación seca para que las semillas aprovechen después la estación lluviosa para germinar, lo que sucede fácilmente. Crece muy lentamente pero su vida es larga.

La Hiedra

Conocemos como Hiedra, o Hedera hélix, a una enredadera trepadora originaria de Eurasia. Pertenece a la familia Araliaceae. Se aferra, buscando soporte, a las paredes u otras plantas mediante sus fuertes raíces adventicias. Puede llegar a medir hasta cincuenta metros de largo. En América hay una variedad venenosa. 

Tiene hojas simples, perennes, de color verde oscuro (con las nervaduras más claras) y aspecto coriáceo, que se ubican de manera alterna en los tallos; su tamaño fluctúa entre los 4 y los 12 centímetros aún dentro de la misma planta. Da flores pequeñas que se reúnen en inflorescencias de tipo umbela; los frutos son bayas oscuras de poco más de medio centímetro que pueden contener de 2 a 5 semillas, como son altamente tóxicos (provocan diarrea, vómitos, y hasta convulsiones) conviene no tener estas plantas al alcance de niños y mascotas. 

Debido a la saponina, que es su sustancia activa, se le atribuyen propiedades expectorantes y antiespasmódicas; pero para preparar un té con ellas sólo se utilizan estando secas, jamás frescas. La industria cosmética la emplea para fabricar cremas y lociones anticelulíticas, dado que en la medicina no tradicional ya se usaba la decocción de las hojas en forma de compresas sobre la piel afectada, pues  producían un efecto relajante y anti inflamatorio. 

Es sencilla de multiplicar, mediante renuevos de más de diez centímetros introducidos en turba húmeda o bien mediante acodos, apoyando uno de sus tallos sobre una maceta con tierra y en cuanto echa raíces se corta y se separan ambas plantas. Cada dos años hay que cambiarla de maceta debido a su gran desarrollo, allí aprovechamos para reemplazar el sustrato por uno nuevo con más nutrientes. Es bastante longeva y con el paso del tiempo adquiere más y más tamaño, es conveniente entonces trasladarla al jardín. 

La tradición indica que nunca florece en interiores, pero algunas demuestran lo contrario, dando hermosas flores pedunculadas, que cuentan con cinco pétalos amarillos y numerosos estambres blancos con las anteras amarillas; el ovario, que es posterior y alargado, está rodeado por cinco sépalos verdes soldados. Hay siete especies conocidas y dos de ellas pueden cultivarse en maceta, bajo techo en los patios y galerías o en el interior de las viviendas; algunas muestran hojas totalmente verdes y otras variegadas, con bordes o vetas blancas o amarillas. Necesitan estar en lugares frescos y nunca cerca de calefactores. Es adecuado regarlas dos veces a la semana en verano y sólo una durante el invierno. 

Cada tanto se le aplica abono líquido, y se le realizan podas de forma y mantenimiento dos veces al año. La atacan hongos tales como el Xanthomonas hederae que le provoca manchas foliares (hay que combatirlos con preparados a base de cobre), y puede contraer Antracnosis o ser afectada por Negrilla, un hongo negro que vive sobre la melaza excretada por pulgones y cochinillas, para eliminarlos se debe embeber un algodón en alcohol metílico y pasarlo por el revés de las hojas. Los Trips y la Arañuela roja también la perjudican; para mantenerlos alejados se la pulveriza con agua jabonosa preparada con jabón neutro. También sirven, por supuesto, los insecticidas sistémicos.

El Saguaro

Es conocido vulgarmente como Saguaro, y por el nombre científico de Carnegiea gigantea, un cactus columnar de gran porte que forma parte de la familia Cactaceae. Es típico del oeste de los Estados Unidos, y la imagen más representativa del Desierto de Sonora, en el Estado de Arizona. En las afueras de la ciudad de Tucson está el Parque Nacional Saguaro, para poder protegerlos, al igual que a las tortugas del desierto y a los coyotes. 

Llega a medir unos quince metros, con un diámetro de más de cincuenta centímetros en su tronco principal. El sistema radicular ocupa una considerable extensión. Las ramas varían en número. Incluso en óptimas condiciones necesita años para crecer; se estira unos diez centímetros por año. Los altos ejemplares que se ven hoy en día tienen ya entre doscientos y trescientos años; y pueden llegar a pesar unos mil kilos. Acostumbrado al desierto soporta temperaturas extremas. 

Tanto el tallo como las ramas tienen un relieve característico, a esos pliegues se los denomina costillas, sus bordes son redondeados y hay entre una y dos docenas de ellas en cada individuo. Las areolas aparecen cada dos centímetros aproximadamente, de ellas surgen las espinas, que son hojas modificadas para evitar la evaporación del agua. Llegando al ápice se las ve más juntas pero a medida que la planta va creciendo toman la distancia que corresponde. Tienen cerca de una docena de espinas radiales y entre tres y seis centrales; algunas llegan a medir siete centímetros de largo. Cuando el cactus es muy joven son oscuras pero a medida que pasa el tiempo cambian a grisáceas; los nativos las empleaban como agujas, o más bien como punzones, para confeccionar su ropa. 

En la primavera aparecen sus blancas flores hermafroditas, con forma tubular-acampanada; las rodean brácteas verdes y gruesas, con aspecto escamoso, que las protegen. Acostumbran abrir por la noche y duran menos de veinte horas; miden cerca de doce centímetros de diámetro. La polinización es cruzada, entre distintos individuos de la misma especie; la efectúan las abejas, algunas aves y un tipo de murciélago que es endémico de ese ecosistema. En verano maduran sus frutos rojizos, que son comestibles; la cubierta externa es pubescente y su pulpa carnosa tiene dulce sabor (inmersas en ella hay cientos de pequeñas y oscuras semillas). Gracias al Saguaro, a su maravilloso poder nutritivo y al agua que almacena son muchos los pequeños mamíferos, aves e insectos que sobreviven en un entorno tan duro como es el Desierto de Arizona.

Los frutos

Son varias las maneras que tenemos para clasificar los frutos, la consistencia de los mismos es una de ellas. De esta forma podemos dividirlos en dos grupos, los Carnosos y los Secos. 

Los Carnosos son los que poseen un pericarpio grueso y suculento; son indehiscentes y, por lo tanto, no se abren por sí mismos; aunque al madurar se descomponen dejando en libertad las semillas que estaban conteniendo. Entre ellos distinguimos dos tipos bien diferenciados: Las Bayas y las Drupas. 

Muchísimas son las plantas que dan Bayas. En éstas el mesocarpio es blando, con una o más cavidades pero sin carozo, por ejemplo las uvas, las grosellas, los tomates y el melón. En la Drupas el mesocarpio también se encuentra muy desarrollado, pero la diferencia está en el endocarpio que se vuelve leñoso, creando un hueso o carozo para envolver la semilla y protegerla, entre ellos se ubican las cerezas, las ciruelas y los duraznos. 

En el grupo de Frutos Secos están aquellos cuyo epicarpio y mesocarpio se secan al alcanzar la madurez. Hay frutos secos indehiscentes, los que no se abren al madurar, y entre ellos tenemos las siguientes variedades: 1) Cariópside, fruto seco con una sola semilla; con el epicarpio y el mesocarpio delgados y membranosos, íntimamente soldados y confundidos; esto se ve claramente en las gramíneas, tales como el trigo, la avena, el arroz y demás. 2) Aquenio, también con una sola semilla pero su pericarpio y mesocarpio no están fundidos y se los separa con facilidad, entre ellos se encuentran el cardo y el girasol. 3) Sámara, un fruto seco con sólo una cavidad que puede albergar una o varias semillas; el pericarpio está fundido con el mesocarpio y se extiende formando una lámina membranosa, una especie de ala que le servirá luego para que el viento lo transporte, así son los frutos del arce y del olmo. 

Y frutos secos dehiscentes, clasificados como: 1) Folículo, un fruto seco con una sola cavidad (unicarpelar), contiene varias semillas distribuidas en dos hileras; su pericarpio, fundido con el mesocarpio, se abre en una sola valva mediante una hendidura longitudinal, así sucede en la Espuela de Caballero. 2) Vaina, que es el fruto típico de las legumbres, posee una sola cavidad y una o dos hileras de semillas en su interior; se abren como dos valvas mediante dos aberturas longitudinales en sus lados; así es en las arvejas, las habas y los porotos, por ejemplo. 3) Cápsula, estos frutos están formados por varios carpelos soldados entre sí de modo que constituyen un delgado pericarpio con una o varias cavidades donde están las semillas; su dehiscencia o apertura se lleva a cabo a través de hendiduras longitudinales que lo dividen en otras tantas valvas, como podemos ver en la Adormidera que cuenta con aberturas en el vértice de las cápsulas. 4) Silícua, este tipo de fruto está formado por dos carpelos soldados lateralmente, con una cavidad dividida en dos partes por una lámina, a cada lado de la cual se encuentran insertas las semillas, son así los frutos del alelí, del berro, de la col y de las crucíferas en general (aquellas con flores de cuatro pétalos en forma de cruz). 5) Pixidio, un fruto seco globoso, con una o varias cavidades y con muchas semillas; lo distingue su escisión circular que es transversal al eje; es el caso del beleño y la verdolaga. 

Quedan por mencionar los frutos (o infrutescencias en este caso) que no nacen de una sola flor, sino que son el resultado conjunto de todas las flores que comparten una inflorescencia, algunos de ellos son el ananá, la mora y la piña.

El Guayabo

Reciben el nombre común de Guayabo o Guayaba, y el científico de Psidium guajava, unas cien especies de árboles y arbustos miembros de la familia Myrtaceae, originarios de las zona tropical y subtropical de América del Sur. Se los cultiva en maceta con fines ornamentales pues son muy decorativos cuando florecen y fructifican, sólo se los debe proteger bien en época de heladas. 

Sus grandes hojas, simples y ovaladas, que se ubican enfrentadas en las ramas, miden entre cinco y quince centímetros de largo; dicen que su decocción es un astringente maravilloso que detiene la diarrea. Sus hermosas flores blancas poseen cinco pétalos y un gran número de estambres. Los frutos que da, las guayabas, son comestibles; tienen forma esférica y rondan los diez centímetros de diámetro; su fina piel hace posible que los pueda comer sin tener que pelarlos. Difieren el color según las distintas especies, los hay amarillos, verdosos, rosados y hasta rojos; en su interior encontramos numerosas semillas rodeadas de una pulpa carnosa, que puede ser rojiza o anaranjada, y de sabor entre ácido y dulzón. 

Su ingesta aporta a nuestra dieta vitamina A (que es necesaria para una buena visión), C (que es el mejor remedio para la gripe) y B1 (que mantiene los nervios y el corazón saludables); también agua, fibra, azúcar, hidratos de carbono y proteínas. Las Guayabas se comen frescas o preparadas de distintas maneras; se usan en repostería, en la realización de dulces y mermeladas y para saborizar diferentes bebidas. Sus raíces y la corteza, ambas ricas en tanino, ingeridas como té, se cree que curan la anemia y la debilidad nerviosa. 

Colombia es el mayor productor mundial de estos frutos, aunque no los exporta porque apenas alcanzan para abastecer su consumo interno. En otras partes, como Hawai, por ejemplo, fue criado en su forma arbustiva y terminó convirtiéndose en plaga, debido a que los cerdos silvestres se alimentaban con sus frutos y dispersaban las semillas por todas partes.

El Palo de Piedra

Recibe el nombre popular de Palo de Piedra y el científico de Scolopia braunii, un árbol siempreverde, de porte medio, que pertenece a la familia Salicaceae. Es originario de los bosques húmedos de Australia. Su tronco suele llegar a medir medio metro de diámetro. Las mariposas lo utilizan como alimento en su estado larval. 

La corteza está formada por fibras entramadas, es de color naranja-amarronado y su aspecto es irregular (mostrando depresiones y elevaciones). Tiene hojas entre romboidales y elípticas que llegan a los ocho centímetros de largo con cuatro de ancho en la parte media y se ubican de manera alterna en las ramas; su borde puede ser tanto entero como crenado, a veces dentado y otras angular; se notan más estas diferencias en ejemplares jóvenes; se las ve de un verde brillante en el frente y de un verde pálido en el reverso; usualmente las nervaduras son más destacadas en la mitad basal; los pecíolos son cortos, no sobrepasan el centímetro de largo. 

Sus flores pueden ser blanco-verdosas, blanco amarillentas o color crema; tienen los pétalos unidos por la base pero no lateralmente; sus sépalos son ovales; miden entre dos y cuatro centímetros de diámetro y aparecen reunidas en inflorescencias de tipo panícula del mismo largo que las hojas y rara vez las exceden; los numerosos estambres son siempre más de cincuenta. 

Los frutos, que conservan el cáliz, son bayas ovoides de un centímetro y medio de diámetro. Al ir madurando cambian de color rojo a negro; contienen entre dos y cuatro semillas dicotiledóneas angulares, de aspecto rugoso, que cuesta mucho que germinen, debido a esto es mejor usar esquejes para reproducirlo. Le agradan las ubicaciones con poco sol o directamente sombreados, necesita humedad constante y suelos ricos, entre ácidos y alcalinos.

El Canutillo de Sabinosa

Conocemos popularmente como Canutillo de Sabinosa, y por el nombre científico de Silene sabinosae, a un arbusto rupícola de porte bajo originario de las Islas Canarias, específicamente de El Hierro, donde crece asociado a la vegetación de bosque esclerófilo y de laurisilva. Se lo halla en las grietas de los peñascos en las que se acumula algo de humus. Pertenece a la familia Caryophyllaceae. 

En su lugar de origen se ha creado la Reserva Natural Integral de Mencáfete, en los Riscos de Sabinosa, zona con nieblas frecuentes provocadas por los húmedos vientos alisios. Allí se mantienen protegidas varias especies silvestres, tanto vegetales como animales, que estaban amenazadas por los cambios ocurridos en su medio ambiente; tratan de revertir las causas que llevaron a ese hábitat al punto en el que hoy se encuentra y para ello se están recolectando semillas, pues buscan reproducir en viveros algunos ejemplares en condiciones más favorables. 

Las lluvias en esa región rondan los 350 milímetros anuales y hay una temperatura media de veinte grados. Los principales predadores de esta planta son las cabras, pues acaban con los retoños más jóvenes e interrumpen así la propagación que normalmente debería llevarse a cabo. También el pastoreo, el paso de ganado sobre los campos y el desprendimiento de rocas influyen en que la población no aumente. También se la recolecta como forraje para los animales y eso aumenta el riesgo de supervivencia. 

En primavera da abundantes flores pequeñas muy aromáticas; su cáliz está compuesto por sépalos pubescentes de un verde intenso fusionados, cinco pétalos hendidos al medio sin separarse por completo de color rosado y varios estambres con filamentos violáceos. Aparecen agrupadas en inflorescencias racimosas sostenidas por largos pedúnculos; los insectos son los que se encargan de la polinización. 

La cantidad de frutos capsulares es considerable durante el verano; la dispersión de las minúsculas semillas, unas treinta y cinco por fruto, a tan sólo algunos metros de distancia, se produce al agitar el viento la planta; germinan después de las primeras lluvias, entre finales del otoño y comienzos del invierno.

El Nabo oleaginoso

Conocemos como Nabo Oleaginoso, o Brassica rapa, a una planta herbácea bianual que forma parte de la familia de las Crucíferas. Es originaria de Rusia y desde tiempo inmemorial se la cultiva en todo el continente europeo. Los españoles la transportaron a América y se expandió rápidamente. 

Tiene una raíz pivotante y carnosa, con raíces secundarias muy finas y ralas. El tallo es recto y cilíndrico, pubescente, poco ramificado y con una altura que oscila entre los 50 y los 70 cm. Posee hojas simples y alternas; las superiores con forma lanceolada y las inferiores lirada. 

Las flores son pequeñas y amarillas; están formadas por cuatro sépalos y cuatro pétalos que se alternan; seis estambres, cuatro grandes y dos pequeños; un estilo con dos estigmas y un ovario pluriovulado; se reúnen en inflorescencias terminales de tipo racimo. El fruto es una silícua cilíndrica que contiene semillas globosas y lisas, de color negruzco y apenas unos dos milímetros de diámetro. 

Donde mejor se desarrolla es en los climas templados, pero se adapta por igual a todo tipo de ambientes y suelos; resiste los vientos fuertes, la sequía y hasta las heladas. Necesita tierras de consistencia media, preferentemente humífero-arenosas, sueltas y permeables, con un pH que oscile entre 5.0 y 7.0. 

El Nabo oleaginoso presenta la característica de agotar el terreno, por lo cual para su producción se debe proceder de manera rigurosa a la rotación de cultivos. Antes de sembrar hay que efectuar una primera arada seguida de una rastreada, así quedan expuestos los huevos y las larvas de distintas plagas para que puedan ser destruidos. Faltando quince días se da la segunda arada y una rastreada más, con esto se logra que el suelo quede bien mullido y las semillas germinen de manera adecuada. 

Esas tareas se llevan a cabo durante el invierno, así todo está listo al llegar la primavera. Se establece un mínimo de medio metro entre las hileras y 25 centímetros entre planta y planta. Como es resistente también a la invasión de las malezas es poco el trabajo que hay que realizar hasta la cosecha. Al alcanzar la madurez las hojas amarillean, los frutos toman color paja y las semillas se oscurecen. 

La cantidad de aceite que éstas contienen se encuentra entre un 30 y 40 % y mediante los procesos industriales se logra extraer entre un 25 y 28%. El primer proceso de prensado, denominado “en frío” da como resultado un aceite apto para el consumo humano, y se suele añadir a otros aceites comerciales; pero si la extracción se realiza “en caliente” el aceite obtenido sólo tiene uso industrial; servirá, por ejemplo, para fabricar jabones o lubricante de motores. Por hectárea se obtienen de 1000 a 1500 kilogramos de semillas.

El Cártamo

El conocido comúnmente como Cártamo, o Azafranillo, es una planta anual empleada como colorante vegetal desde la más remota antigüedad, brindando pigmentos rojos y amarillos. Su nombre científico es Carthamus tinctorius, es originario de India y pertenece a la familia Asteraceae.

En la cocina sustituye al azafrán por ser más económico y de sus semillas se extrae un aceite comestible con tanto valor nutritivo como el de girasol. Hay variedades de las que se extrae un tipo de ácido graso que se destina a la fabricación de pintura. 

Puede medir entre cincuenta centímetros y un metro y medio de alto. Su fuerte raíz pivotante penetra en la tierra hasta los tres metros de profundidad; está provista de varias raicillas laterales secundarias que abarcan una considerable superficie. Sus flores se reunen en inflorescencias de tipo capítulo de entre cuatro y cinco centímetros de diámetro, mostrando de uno a cinco de ellos por rama; aparecen en verano y pueden ser rojas, anaranjadas o amarillas. 

Los frutos son aquenios que contienen más de una docena de semillas, éstas son claras y de superficie brillante; germinan a las tres semanas y forman al emerger una roseta basal de hojas. Resiste bien la sequía pero las heladas le causan mucho daño. Su ciclo vegetativo comprende entre 120 y 150 días; dependiendo de la variedad y las condiciones climáticas del lugar en el que se encuentre. 

Es una especie rústica que no requiere muchos cuidados, y como se adapta a suelos pobres es ideal para zonas áridas y semiáridas; hoy en día su cultivo está cobrando bastante auge. Aunque presenta algunos inconvenientes: 1) El escaso crecimiento en sus primeras semanas de vida lo que lleva a tener que extremar el desmalezado. 2) La cantidad de espinas que posee dificultan el ir y venir de los trabajadores por entre las hileras. 3) Hay una especie de polilla, la Eublemma rivula, que la tiene como principal alimento para sus larvas. 4) No hay que olvidar rociar las semillas con fungicidas para controlar los hongos Verticilum o Fusariun que la atacan. 

Como utiliza las mismas sembradoras y cosechadoras que el trigo se vuelve apto para hacer rotación de cultivo con él y puede ayudar también con sus flores a los establecimientos apícolas que se hallen en esa zona. El aceite obtenido de la primera prensada en frío de las semillas, sin refinar, es beneficioso para la salud e indicado incluso en casos de arterioesclerosis, problemas cardíacos, enfermedades reumáticas y digestiones lentas; es un producto muy delicado que enrancia con facilidad, por ello se aconseja guardarlo en lugares secos, oscuros y frescos; su consumo debe hacerse a través de ensaladas o como aderezo para otros platos porque si se lo calienta pierde las propiedades.

La Gloxinia


La Gloxinia, que responde al nombre científico de Sinningia especiosa, es una planta herbácea perenne que apenas alcanza los 30 cm. de alto. Es miembro de la familia Gesneriaceae. De su rizoma tuberoso subterráneo nacen las hojas que miden hasta 12 cm. de largo; son gruesas y aterciopeladas al tacto; de color verde en la parte superior y blancuzcas con un toque rojizo en el reverso. Sus hermosas flores miden más de 7 centímetros, tienen forma acampanada y son de colores vibrantes. 

Para multiplicarla se usan las semillas, que germinan en una semana y se trasplantan cuando ya tienen algunas hojitas; también pueden hacerse esquejes de sus tallos, dividir su rizoma (de emplear este método hay que pasar azufre sobre la parte cortada o utilizar algún fungicida para evitar la posterior formación de hongos) y hasta emplear sus hojas como esquejes; para ello elegir y cortar desde su base una hoja sana, hacerle cortes en la nervadura central y apoyarla sobre el sustrato, regar apenas y mantener a temperatura cubriéndola con vidrio o plástico. 

Le agradan los suelos ligeros, con buen drenaje y algo ácidos, lo cual se logra preparando una mezcla de partes iguales de turba, tierra negra y polvo de huesos. Necesita mucha luz pero no sol directo, y menos al mediodía. Los rizomas deberán ser sacados de la tierra y conservarse durante el invierno en un lugar seco, cálido y bien ventilado, o bien dejarse en la misma maceta sacándoles los restos de hojas secas y tapándolos para protegerlos del frío. Hay que regarla con prudencia para no mojar el follaje y las flores; se aumenta el riego durante la etapa de floración y se lo reduce luego hasta que el follaje esté totalmente seco. Ubicada en interior lo mejor es colocar la maceta sobre un plato que contenga piedras y agua, así se conseguirá la humedad ambiente necesaria; el mismo efecto se logra introduciendo la maceta en otra que tenga las paredes cubiertas por turba húmeda. 

Se deben utilizar fertilizantes líquidos desde la aparición de los primeros pimpollos y, por supuesto, se efectúan cambios de maceta a medida que la planta crece. Si vemos las hojas muy pálidas es que precisan abono; si se arquean es que está demasiado expuesta al sol, habrá que cambiarla a semisombra o sombra hasta que se reponga, y si aparecieran manchas en las flores evitar mojarlas.

La Poinciana

Recibe el nombre científico de Caesalpinia gilliesii la planta conocida popularmente como Poinciana; es un arbusto bajo, originario de Sudamérica, que mide entre uno y tres metros; pertenece a la familia Fabaceae (Leguminosas), que está formada por tres subfamilias muy similares: Caesalpinoideae, Mimosoideae y Papilionoideae. Los miembros de esta familia se caracterizan por tener nódulos bacterianos en sus raíces; la bacteria que los produce se denomina Rhizobium, y es quien transforma el Nitrógeno presente en el aire (que la planta no utiliza) en Nitrato (que la planta sí utiliza). 

Crece rápidamente. Durante el verano da flores dialipétalas amarillas, grandes y llamativas; la corola posee cinco pétalos ovales separados y el androceo lo componen diez largos estambres rojos con anteras pequeñas y dorsifijas; el cáliz está formado por cinco sépalos verdes; nacen agrupadas en racimos terminales; la polinización es entomófila. Los frutos son vainas o legumbres pubescentes, soldadas por los laterales, tienen forma plana y miden cerca de diez centímetros, contienen varias semillas ovaladas. 

Se lo multiplica mediante ellas, a las cuales hay que raspar o escarificar antes de ponerlas en remojo en agua muy caliente. Sus hojas compuestas son pinnadas (en la variedad Cercis son simples), con múltiples folíolos (ovales o lanceolados, dependiendo de la variedad) por pina; miden desde un centímetro y medio hasta tres; en total traen entre 6 y 14 pares, que se ubican enfrentados sobre gruesos raquis. El follaje puede ser persistente o caduco, dependiendo del clima del lugar en el que estén.

Se usa como ornamento en los jardines por la belleza de su floración. Resiste bien la sequía y las bajas temperaturas. Precisa ubicaciones a pleno sol o con mucha luminosidad; le gustan los suelos con buen drenaje y medianamente nutridos, siendo lo más adecuado una mezcla de tierra normal de jardín con turba y arena. Luego de que caen sus flores se procede a podarlo. No requiere mayores cuidados.

Los Eucaliptos

Los llamados Eucaliptos, o Eucalyptus, son árboles siempre verdes originarios de Australia; pertenecen a la familia Myrtaceae. Alcanzan alturas de entre 8 y 60 metros según la variedad. Su gruesa corteza es rugosa y quebradiza. Poseen hojas alternas, en algunas especies son lanceoladas y acuminadas, en otras ovales y las hay hasta redondeadas; todas de un color verde-grisáceo. 

Las flores nacen en números impares, reunidas en inflorescencias de tipo umbela; los estambres son de color blanco, crema, rosado o rojizo. Los frutos son cápsulas con forma de cono (aunque en algunas variedades encontramos esféricos), con cinco o seis divisiones internas. Se multiplican mediante semillas. Son árboles muy resistentes que se adaptan a distintos suelos y climas. 

La variedad conocida como Eucalyptus camaldulensis llega a medir 60 metros, tiene una amplia copa y un tronco muy grueso; su corteza es blanca y lisa, con tonalidades amarronadas o rojizas, se desprende sola con el correr del tiempo; las hojas son lanceoladas y su ápice se desvía hacia un lado; las flores muestran estambres blanco-amarillentos y sus frutos capsulares presentan un opérculo en punta. Se lo valora mucho por la buena madera que produce, aunque por su excesivo tamaño no se lo recomienda para ornamentar jardines. 

Sí es apta para ello la variedad Eucalyptus cinerea, o Eucalipto de Jardín, que no sobrepasa los 15 metros; su corteza es fibrosa y de un tono rojizo; da hojas ovaladas, muy aromáticas, glaucas y sentadas; las flores, en grupos de tres, se reúnen conformando umbelas. El fruto es una cápsula globular. La madera rojiza que brinda es de bastante menor calidad que la de los demás eucaliptus. 

Está también el Eucaliptus ficifolia, de no más de 8 metros de alto, con una copa circular y una corteza persistente, poco fibrosa y de color gris. Sus hojas pecioladas son ovales y a veces lanceoladas, lisas y con apariencia coriácea. Las flores se reúnen en inflorescencias terminales de tipo corimbo. Los frutos cuentan con valvas inclusas y sus semillas son aladas. Da madera muy buena en cuanto a dureza y resistencia. 

La variedad más difundida es el Eucalytus globulus, o Eucalyptus gigantea, que sobrepasa los 60 metros, tiene una corteza blancuzca que se desprende fácilmente en los ejemplares adultos. Sus hojas lanceoladas tienen apariencia coriácea y un tono gris-azulado. Las flores axilares tienen estambres blancos muy llamativos. Los frutos acampanados están recubiertos por una fina película blanquecina. Es muy apreciado por la excelencia de su madera y por sus propiedades medicinales. 

Contiene aceites esenciales que se usan tanto en confitería como en la industria farmacéutica (con ellos se preparan cremas y ungüentos anticatarrales, para conseguir la apertura de los bronquios y la desinfección de los pulmones). Con las hojas se preparan una infusión que sirve para despejar las vías respiratorias y un jarabe para la tos (agregándole a la infusión bastante azúcar y revolviendo hasta que se disuelva a fuego lento), se dice que tomando tres cucharaditas al día se consigue una notable mejoría. Si colocamos hojas en agua hirviendo e inhalamos el vapor que escapa podemos combatir los síntomas del resfriado común ya que hace que se descongestionen las fosas nasales.

El Estramonio

Se conoce comúnmente como Estramonio, y por la denominación científica de Datura stramonium, a una planta herbácea anual de alta toxicidad, dado que contiene alcaloides tales como la atropina, la hiosciamina y la escopolamina que son nocivos para el ser humano si son ingeridos en dosis incorrectas. Pertenece a la familia Solanaceae, siendo la más venenosa de todas. Suele ser confundida con el Floripondio, pero éste pertenece a una familia diferente. 

Mide poco más de un metro de alto, su tallo es cilíndrico, de color verde y superficie lisa como todas sus ramificaciones. Crece de manera silvestre en los bosques, a bastante altitud; en zonas más bajas se da bien en suelos sueltos y removidos, como generalmente son las tierras de labranza, con gran contenido de Nitrógeno. Aunque es nativa del hemisferio sur se la encuentra difundida mundialmente y se ha transformado en especie ornamental debido a sus bellas flores blancas acampanadas. 

Posee una raíz principal y varias raicillas secundarias blancuzcas. Sus hojas pecioladas miden entre 15 y 20 centímetros; son alargadas, con forma asimétrica y bordes dentados. Florece en el verano y parte del otoño. El fruto es una cápsula espinosa de unos 2 a 4 centímetros de largo; comienza siendo bilocular pero al madurar  surge en medio una pared falsa que así le agrega dos nuevas cavidades. Sus semillas oscuras tienen forma arriñonada y no superan el medio centímetro. Germinan con mucha facilidad; pero si se desea acelerar el proceso, puede dejárselas en agua durante algunas horas antes de la siembra. 

Tiene algunas propiedades medicinales y se emplea desde la antigüedad como remedio casero, pero es mejor evitar su uso y el contacto con ella pues es altamente venenosa. El látex que contiene se usaba como calmante para el dolor de oídos; en uso externo se empleaban sus hojas, hervidas junto con malva y marrubio, para aliviar las hemorroides, para ello se efectuaban baños de vapor con el preparado bien caliente; colocándolas simplemente sobre la piel se asegura que calman la comezón; a todas sus partes se le atribuyen propiedades antiinflamatorias y las raíces son también analgésicas. 

En Veterinaria las hojas sirven para curar las heridas de las reses, mediante emplastos. Hay que cuidar que los animales no se coman las hojas porque apenas unas pocas ya alcanzan para provocarles la muerte. Los roedores mueren cuando ingieren los frutos. Si por equivocación alguien se intoxicara con esta planta deberá ser hospitalizada de urgencia para realizarle un lavado de estómago.

El Maua

Recibe el nombre común de Maua, o Acebo hawaiano, y el científico de Xylosma hawaiiense, un árbol de follaje deciduo que forma parte de la familia Salicaceae, la misma a la que pertenece el sauce. Es endémico de Hawai. De porte bajo rara vez supera los nueve metros de alto. Se lo encuentra entre los cuatrocientos y los mil doscientos metros sobre el nivel del mar. 

Posee una copa redondeada con ramas que penden arqueadas y se angostan hacia las puntas. Su corteza es gris y bastante áspera al tacto porque está formada por minúsculas escamas; la corteza interna es de un tono amarillo claro. Las ramillas jóvenes son color rojo oscuro y muy angulosas, pero cambian a gris amarronado, cubriéndose de puntos y cicatrices, en los puntos en los que se les caen las hojas. 

Éstas son grandes, miden entre cinco y diez centímetros; con forma elíptica, base redondeada y punta roma; se distribuyen de manera alternada en las ramas (formando dos hileras), las sostienen delgados pecíolos rojizos de entre uno y dos centímetros de largo; las más nuevas son de color verde en la cara superior y cobre en la inferior, con el tiempo pasan a verde oscuro y verde claro respectivamente; tienen aspecto coriáceo y sus bordes son de lisos a casi ondulados. 

Es un árbol dioico, algunos dan flores hembra y otros flores macho. Las minúsculas flores femeninas, verdosas o rojizas, de no más de seis milímetros de diámetro, son apétalas. Los sépalos son los que forman el cáliz. Aparecen reunidas en racimos axilares de cerca de quince centímetros. Las masculinas miden sólo tres milímetros, son redondeadas, de color marrón y escamosas, sus estambres lucen anteras similares a puntos diminutos. 

En el verano producen abundantes frutos, redondos o elípticos, de color rojo oscuro y brillante, que se mantienen hasta el otoño y miden cerca de un centímetro; no son comestibles. Las semillas, una o dos por fruto, son marrones y alargadas. La madera obtenida de estos árboles, aunque es pesada y dura, se trabaja con facilidad. Su plaga principal son los insectos llamados “barrenadores”, que atacan las ramas haciendo que se sequen.

El Mijo

El Mijo es una planta herbácea anual que mide entre un metro y un metro y medio de alto, rodeada de sus macollos adquiere apariencia de mata. Su nombre científico es Panicum miliaceum y forma parte de la familia de las Poáceas. Tiene hojas anchas y pubescentes que nacen envainadas al tallo. 

Sus pequeñas flores se reúnen en inflorescencias de tipo panícula; cada espiguilla contiene dos flores, una de ellas es hermafrodita; poseen glumas cóncavas y acuminadas, al igual que las glumelas que contienen los granos. Éstos son pequeños, de forma redondeada y cáscara muy delgada y brillante; los hay blancos (P. Miliaceum álbum), amarillos (P. Miliaceum luteum), rojos (P. Miliaceum purpureum) y negros (P. Miliaceum nigrum). 

Necesita climas cálidos, con temperatura de media a elevada para que su cultivo sea óptimo. Prefiere los suelos sueltos, finamente triturados (con una o dos rastrilladas de más para desterronarlos), mezclados con arena y humus. Para sembrar se deben elegir las semillas con mejor tamaño y mejor peso; la siembra puede efectuarse manualmente al voleo o en surcos mediante máquinas, llevando en este último caso unos 15 o 20 kilos de semillas por hectárea; los rastros no deben exceder los 3 o 4 centímetros de profundidad. 

Su ciclo vegetativo es bastante corto, apenas tres o cuatro meses según la variedad; a la semana germina, al mes comienza a macollar y se levantan los tallos, a los dos meses florece y un mes más tarde ya están maduras las espigas. Hay dos plagas que suelen atacarlo, ellas son la “Carie” y el “Carbón”, por eso es que hay que curar las semillas antes de la siembra. De todas formas su peor enemigo son las malezas, y más durante la edad temprana, por causa de su desarrollo herbáceo.

Los pájaros también depredan los cultivos para alimentarse con los granos maduros, esto pasa si quedan mucho tiempo las espigas en la planta aguardando la maduración completa (que comienza de abajo hacia arriba); por eso es que se cortan estando aún verdes y se dejan luego secar. La trilla se realiza ajustando los cilindros y zarandas al tamaño más pequeño y después se procede al embolsado de la manera habitual.

La Alcachofa

Conocemos popularmente como Alcachofa, o Alcaucil, y por el nombre científico de Cynara scolymus, a una planta de cultivo, compuesta y perenne, miembro de la familia Asteraceae. El mismo nombre común recibe su inflorescencia, de tipo capítulo, cuyo receptáculo floral (que mide entre diez y quince centímetros) es comestible, principalmente la parte llamada “corazón” que es la más tierna. Es originaria del Mar Mediterráneo. Su consumo aporta a nuestra dieta agua, fibra, carbohidratos, vitaminas, proteínas y minerales. 

Mide cerca de un metro y medio; sus largas hojas basales, profundamente hendidas, son similares a las de los cardos (especie silvestre de la cual evolucionó) pero con menos espinas; son de color verde claro en el anverso y pubescentes en la cara inferior; las del tallo floral (que es grueso y acanalado) disminuyen de tamaño a medida que van llegando al ápice y no tienen hendiduras. 

Bajo tierra su rizoma, provisto de gruesas raíces, produce yemas generadoras de nuevos ejemplares, aunque se la puede reproducir también mediante esquejes de ramas tiernas y semillas (los frutos son aquenios grisáceos oblongos y sus semillas conservan el poder germinativo por más de seis años). Necesita para prosperar suelos franco-arenosos con añadido de materia orgánica y muy buen drenaje. No le agradan las heladas. 

La flor posee un fermento con el que se cuaja la leche, al igual que las flores del cardo silvestre. El capítulo, de color verde, toma una forma entre oval y redondeada, se lo puede consumir hervido o al vapor, separando hoja por hoja (que en realidad son brácteas modificadas), añadiéndoles limón y un poco de aceite, un plato verdaderamente exquisito, extrayendo con los dientes o mediante una cuchara o tenedor su parte interna más tierna; los corazones pueden ser preparados en conserva. En los cultivos se deja que el primer año se complete el ciclo floral y recién al segundo son cosechadas las inflorescencias, antes de llegar a su total madurez, dejándoles un tallo de unos diez centímetros. 

Se le atribuyen excelentes propiedades, es indicada en casos de anemia, reuma, cálculos y diabetes; por su importante contenido de cinarina se convierte en hepatoprotectora, antirreumática, hipoglucemiante y reductora del colesterol (dado que inhibe la acción de la bradiquinina, sustancia que favorece el depósito del colesterol en las arterias), también por su poder diurético ayuda a expulsar toxinas del cuerpo. Para su uso se recomienda hervir una cucharada de hojas secas por taza durante diez minutos e ingerir esa tisana luego de cada comida principal. 

No precisa tantos fertilizantes como otros cultivos hortícolas, basta con realizar un abonado de fondo con estiércol y luego aplicar a lo largo del año Fósforo, Nitrógeno y Potasio. Su principal plaga es el Barrenador, una lepidóptera nocturna cuyas larvas se introducen en el interior de la planta, realizando galerías hasta que la destruyen por completo.

La Gentiana

Conocemos por el nombre común de Gentiana a una planta herbácea perenne típica de los pastizales de alta montaña de Europa, entre los ochocientos y los dos mil metros sobre el nivel del mar, siendo su zona de mayor difusión la comprendida entre los Picos de Europa y los Pirineos. Su nombre científico es Gentiana occidentalis y forma parte de la familia Gentianaceae. 

Prefiere los suelos calizos con restos de rocas disgregadas y poca cantidad de nitrógeno; le desagrada el exceso de humedad; soporta bien las temperaturas extremas y necesita ubicaciones a pleno sol. Su rizoma es alargado, mide unos veinte centímetros; en él se originan las hojas basales que nacen en forma de roseta. Las hojas, de un color verde muy intenso, son angostas, glabras y sésiles, de forma elíptica y acuminadas en el vértice. 

Florece a lo largo de toda la primavera y hasta bien entrado el verano. Las flores, de entre cuatro y cinco centímetros de diámetro, de un tono azul-celeste, aparecen solitarias en lo alto de los pedúnculos florales; las conforman cinco pétalos triangulares unidos en un cáliz tubular; los sépalos que lo rodean son aovados, acuminados y de margen liso; el androceo cuenta con cinco estambres azules provistos de anteras amarillas; el gineceo consta de un ovario que se afina hasta formar el estilo que culmina en un estigma dividido y achatado. El fruto es una cápsula de forma ovoide que contiene numerosas semillas rugosas. 

Hay una especie muy parecida llamada Gentiana angustifolia, pero se diferencia mucho en las hojas pues las de ésta son de menor tamaño y tienen puntas redondeadas; no hay otra distinción ni morfológica ni fitoquímicamente hablando. Ambas tienen pocas xantoninas, son ricas en flavonoides, poseen estolones y son calcícolas. Se ha querido declarar otra variedad, a la cual se bautizó como Gentiana aragonensis, pero tras los estudios llevados a cabo se ha podido comprobar que el menor tamaño de las hojas de ésta respecto de la Gentiana occidentalis y los entrenudos más largos se deben, tan sólo, a una carencia de sol, porque habita en terrenos más sombreados.

La Ortiga

Se conoce popularmente como Ortiga a una planta arbustiva dioica y perenne perteneciente a la familia Urticaceae, cuyos miembros tienen como principal característica la de producir, al entrar en contacto con la piel, inflamación y prurito, debido a que en sus pelos urticantes, o tricomas, contienen Acetilcolina, Histamina y Serotonina. Se la emplea medicinalmente debido a sus múltiples propiedades. Es originaria del norte europeo pero se la halla diseminada por todo el planeta. Prefiere suelos húmedos y bien nitrogenados, por eso está siempre presente donde hay animales de granja, corrales y también huertos. 

Encontramos una Ortiga mayor (Urtica dioica), que llega a medir alrededor de un metro y medio; su tallo, muy ramificado y hueco en los entrenudos, está recubierto por vellos urticantes; y no es cilíndrico, sino que tiene aristas, por lo que adquiere una forma cuadrangular. Sus hojas son grandes y pecioladas, de color verde intenso, ovales, acuminadas y con el borde serrado; posee pequeñas flores unisexuadas verde-amarillentas con estambres amarillos, que aparecen reunidas en inflorescencias de tipo panícula de unos diez centímetros de largo. Los frutos son aquenios. 

Y una Ortiga menor (Urtica urens) que apenas si sobrepasa los cincuenta centímetros; tiene menos propiedades curativas y es aún mucho más irritante al tacto. Hay otra variedad, la Urtica ferox, endémica de Nueva Zelanda, que ha producido muertes tanto de personas como de animales por contacto masivo y eso la convierte en la más peligrosa. Como su raíz contiene tanino se la usa como astringente. Las hojas tienen clorofila, beta-caroteno, flavonoides diversos (de acción antiinflamatoria y antioxidante); sales de hierro y de otros minerales; ácidos orgánicos como el gálico, el fórmico y el acético; mucílagos y provitaminas A y C. 

Las semillas son ricas en proteínas, aceite y tocoferoles (no se las debe ingerir en grandes cantidades porque actúan como purgante). Entre sus propiedades están la de ser hipoglucemiante y rubefaciente; también es bactericida y ayuda a mejorar las afecciones cutáneas; tiene efectos analgésicos, es diurética, antianémica, antirreumática, tónica y depurativa de la sangre. Se la recomienda en uso externo para prevenir la caída del cabello. 

Se recolecta toda la planta antes de florecer porque es más tierna en esa etapa (pero no hay inconveniente con hacerlo en otros momentos del año). Puede usarse fresca o después de dejarla secar a la sombra, en un lugar fresco y bien ventilado. Una vez seca ya no hace daño al manipularla, de todas maneras conviene emplear guantes como prevención. Es muy importante en cualquier dieta por su riqueza nutritiva, sabe parecido a la espinaca y se la prepara igual. La industria produce con las ortigas pasta de papel, tintes y fibras textiles.

Muguet

Recibe el nombre común de “Lirio del Valle” o “Muguet”, una planta herbácea perenne rizomatosa, denominada científicamente Convallaria majalis; algunos taxonomistas la ubican dentro de la familia Ruscaceae, otros en la Liliaceae y otros le confieren su propia familia llamada Convallariaceae. Es originaria de las zonas frías del hemisferio norte. Finlandia la eligió como Flor Nacional en 1967. 

Sus tallos subterráneos, o rizomas, se extienden formando extensas redes. En primavera de ellos brotan los tallos florales aéreos que miden entre 15 y 30 centímetros de alto, junto con dos o tres grandes hojas enteras, lanceoladas y paralelinervadas, de hasta 25 centímetros de largo y unos 8 y 10 centímetros de ancho. En su extremo nacerá un racimo de más de diez flores formadas por tépalos blancos (raramente de color rosa), con forma de farolillo de poco más de 1 centímetro de diámetro. Es muy popular en los jardines por el suave aroma de sus flores y éstas lucen muy bien en los floreros gracias a su larga vara de sostén. 

Se la propaga por división del rizoma. Necesita lugares sombreados, suelos mixtos y fértiles y un riego moderado; es ideal para ubicar bajo los árboles. No precisa cuidados especiales porque es bastante resistente, sólo se ve afectada por las larvas de algunas Lepidópteras. Los frutos son pequeños y globosos, de color rojo-anaranjado; una vez secos dejan ver en su interior minúsculas semillas amarronadas; son venenosos al igual que el resto de la planta, por lo que es conveniente lavarse bien las manos luego de tocarla. 

En ínfima cantidad se usa como reemplazo de la Digitalis para tratar problemas cardíacos. El té preparado con sus flores y raíces es indicado para bajar la fiebre, además tiene propiedades sedativas y diuréticas. Un ungüento preparado con los rizomas sirve para prevenir las escaras luego de una quemadura; todo ello dentro del marco de la medicina no tradicional y folklórica de las zonas donde nacen silvestres. Se le reconocen 3 subespecies: La Convallaria majalis var. keiskei, que proviene de China y Japón; la Convallaria majalis var. majalis, originaria de Eurasia y la Convallaria majalis var. montana, nativa de los Estados Unidos.

La Magnolia

Bajo el nombre de Magnolia se agrupa todo un género de plantas, que comprende más de 200 especies, perteneciente a la familia Magnoliaceae, su distribución mundial es muy amplia y son de las más antiguas sobre el planeta. Como en la era de la que datan no había aún abejas sobre la tierra, eran polinizadas por los escarabajos; por ello es que los carpelos de las flores son mucho más resistentes que los de otras familias, para no sufrir daños durante el proceso. Llevan ese nombre por el botánico francés Pierre Magnol. 

Las encontramos en varios tamaños, desde grandes árboles hasta pequeños arbustos; pueden ser perennifolios, caducifolios de floración temprana o bien caducifolios de floración tardía. Los colores predominantes en sus flores son el blanco, el rosa, el amarillo y el púrpura. El perfume, en todas ellas, es muy delicado. 

En China se utiliza con fines medicinales la Magnolia officinalis y en Japón la Magnolia obovata; se emplean dos compuestos que resultaron eficaces contra la ansiedad y la reducción de la alergia en reacciones asmáticas. También se investiga un extracto que inhibe la proliferación en la boca de la bacteria que provoca las caries; y ya se ha probado que el llamado “magnolol” mengua la formación de la placa bacteriana. 

De las especies cultivadas la más común es la Magnolia Grandiflora que suele llegar a los 15 metros de alto, aún siendo de crecimiento lento; sus hojas perennes son ovaladas y de color verde oscuro, miden hasta 30 centímetros. Da grandes flores blancas (o más bien crema) que presentan de 6 a 12 pétalos y tres sépalos petaloides. Duran menos de una semana, pero como nacen nuevas continuamente la copa siempre se ve cubierta de ellas. 

No es resistente al frío, pero tampoco le agrada el sol muy fuerte. Prefiere suelos frescos, ligeramente ácidos y con buen drenaje, bien abonados y mineralizados. Si el suelo llegara a ser duro su sistema de raíces no podrá respirar libremente y eso afectará el crecimiento de la planta. Se la multiplica mediante todos los métodos comunes: Semillas, estacas, acodos e injertos.

La Casuarina

La Casuarina o “Pino australiano”, que responde al nombre científico de Casuarina equisetifolia, es un árbol siempreverde de más de cuarenta metros de alto y rápido crecimiento, que pertenece a la familia Casuarinaceae. Es originario de las zonas tropicales de Australia y del sudeste de Asia, donde las heladas no existen; en caso de plantarlos en regiones donde sí las haya el daño será mínimo si los ejemplares están fuertes, mientras que los ejemplares jóvenes (de medio metro o menos) pueden llegar a morir. 

Se lo utiliza para reforestar; su madera, que es dura y pesada, sirve como leña; su pulpa para fabricación de papel; sus largos troncos proporcionan buenos postes y, además, es rico en tanino. En su hábitat natural lo encontramos en suelos arenosos con salinidad moderada, típicos de los llanos costeros; en suelos arcillo-limosos como los de los valles ribereños; o sobre piedra caliza con base de roca volcánica. Todos ellos porosos y con buen drenaje; con napas subterráneas cercanas a la superficie. Tolera pH desde 5.0 a 9.5. 

Si se observa coloración rojiza en las ramas finas es que está necesitando fósforo, su carencia inhibe la fijación de nitrógeno que realizan sus simbiontes radiculares, los actinomicetos Frankia; si le falta potasio hasta se puede secar totalmente. Vive asociado a una vegetación baja de gramíneas y hierbas, aunque la hojarasca de casuarina es de descomposición lenta y aporta toxicidad a la tierra, impidiendo que otros vegetales se desarrollen; a veces conforma sotobosques, o bien se los ve dispersos en bosque abiertos. 

Su corteza gris-amarronada presenta arrugas y es áspera al tacto. Tiene una profunda raíz pivotante y un sistema secundario de raicillas extendidas lateralmente, más cercano a la superficie. Se confunde con las coníferas por el follaje aciculado, pero éste no es tal sino ramillas de entre 1 y 2 milímetros de circunferencia por unos 15 o 20 centímetros de largo modificadas para cumplir la función de fotosíntesis; las hojas verdaderas son minúsculas, están dispuestas sobre las ramillas a modo de escamas y sólo se las distingue mediante lente de aumento. 

Entre los dos y los cinco años da su primera floración. Las más comunes son las especies monoicas con flores femeninas y masculinas en la misma planta; pero hay también variedades dioicas, con ejemplares que dan sólo flores femeninas (constituidas por un pistilo, un ovario, un estilo y dos estigmas largos de color rojo muy oscuro) reunidas en una inflorescencia tipo espiga; y ejemplares que sólo poseen flores masculinas (que poseen un estambre y sépalos marrones), éstas últimas se reúnen en inflorescencias de tipo amento cilíndrico que miden dos centímetros de largo por medio de ancho. La polinización es anemófila.

El fruto es en realidad una infrutescencia de consistencia leñosa, de entre 1,5 y 2 centímetros. de diámetro y está formado por varias frutas de unos 3 por 3 milímetros. Antes de madurar son de un gris verdoso, y cambian luego a marrón rojizo, entonces las bractéolas individuales se abren liberando una semilla alada (sámara) que es dispersada por el viento. Las que mejor germinan son las recolectadas de árboles de unos cinco años más o menos, época en la que son más vigorosos); tardan entre una y tres semanas en salir de la tierra; ésta debe ser fina, franco-arenosa o bien mezcla de arena y musgo de pantano. Su poder germinativo dura tres meses aunque conservadas en frío puede llegar a los dos años.

Las pequeñas plántulas de almácigo se pasan a contenedores al alcanzar los 15 centímetros, esto mejora la calidad de los futuros arbolitos, más que cuando son plantados directamente. Recién al alcanzar medio metro de alto se las trasplanta al lugar definitivo. Viven un máximo de 50 años. Dos de sus plagas más frecuentes son la Hormiga defoliadora y el Minador de tallos y ramillas.

El Abedul

Reciben el nombre común de Abedul, o Betula, alrededor de ciento treinta especies (la mitad de las cuales se hallan en Rusia) de árboles caducifolios miembros de la familia Betulaceae. Llegan a medir 30 metros de alto y presentan un delgado tronco cilíndrico que rara vez sobrepasa los noventa centímetros de diámetro. Sus variedades más conocidas son: Betula cordifolia, Betula nigra, Betula albosinensis, Betula chinensis y Betula pendula. 

Son originarios del norte de Europa, cuando los glaciares se retiraron fueron los primeros en establecerse en las nuevas tierras, ayudando a modificar las condiciones ambientales adversas para el resto de la flora. En la naturaleza forma bosquecillos abiertos, pero son un buen ornamento también para los jardines gracias al color de su corteza y al que toman las hojas llegando el otoño. Los celtas los consideraban árboles sagrados. 

Las ramas son muy flexibles y se emplean, por ese motivo, en cestería. Sus hojas caducas son simples y de forma romboidal, acuminadas, con bordes serrados y largos pecíolos, algo pubescentes. De ellas no sólo se obtiene un tinte amarillo si no que una vez secas son un excelente ahuyentador de insectos. Presentan las flores femeninas y masculinas en la misma planta, reunidas en inflorescencias racimosas colgantes de tipo amento. La polinización la efectúa el viento. 

Las semillas son sámaras pequeñas y ovales, con alas laterales amarillentas y traslúcidas que se liberan en verano. Necesitan mucho sol, suelos húmedos y ligeramente ácidos. Crecen rápido en la juventud, pudiendo llegar al metro anual (gracias a esta propiedad se los emplea para reforestar zonas afectadas por incendios), pero luego se estabilizan; viven cerca de cien años. Todas sus partes son utilizables, tanto para consumo humano como industrial. 

La corteza, que es blancuzca, posee una sustancia conservante denominada “betulina” que la convierte poco menos que en invulnerable; en la antigüedad se confeccionaban con ella desde zapatos hasta embarcaciones ligeras; destilándola se obtiene un aceite resinoso utilizado para curtir cueros, y un alquitrán que sirve como lubricante El carbón vegetal derivado de su madera carbonizada es de excelente calidad y con su hollín se preparaba tinta negra para las imprentas. La madera en sí es blanda y se usa principalmente para hacer pasta de papel o para tallar. 

La savia es rica en azúcares y ácido tartárico, con ella se preparan un enjuague bucal y una loción detergente indicada para limpiar úlceras; algunos la beben como tónico y también se le agrega a los alimentos y bebidas para saborizarlos; es famoso el “jarabe de abedul”. Con la raíz se prepara una pomada que ayuda a la cicatrización de heridas en general. De la corteza interna se sacaban láminas, de consistencia apergaminada, sobre las que se escribía; los romanos las denominaban “librum” y de allí tomaron el nombre los libros.

El Frijolillo

Damos el nombre popular de Frijolillo a un árbol caducifolio originario de América Central, que pertenece a la familia Fabaceae y responde a la denominación científica de Gliricidia sepium; su altura oscila entre los dos y los veinte metros, alcanzando su tronco (el cual, la mayoría de las veces, no es recto) medio metro de diámetro. 

La corteza, oscura con toques de amarillo o de gris, mide cerca de un centímetro de espesor. Sus ramas crecen en forma ascendente al principio pero repentinamente continúan su desarrollo de manera horizontal. Está provisto de una raíz pivotante fuerte que llega a gran profundidad y presenta como particularidad raíces secundarias laterales que crecen en un ángulo de noventa grados con respecto a ella; se desarrollan en simbiosis con las bacterias Rhizobium y Bradyrhizobium, por lo que son buenas para fijar el nitrógeno al suelo. 

La copa es muy irregular y su follaje denso; sus hojas, de un color verde intenso, son grandes y pecioladas, están compuestas por entre siete y veinticinco folíolos de forma de oval a elíptica, con bordes enteros y  apariencia coriácea. 

Las flores son zigomorfas, hermafroditas, pequeñas y de color rosa, aparecen reunidas en apretados racimos axilares que llegan a los veinte centímetros de largo; emanan un dulce perfume; la polinización es entomófila, los insectos que más las visitan son los abejorros. 

Sus frutos son vainas dehiscentes de entre diez y veinte centímetros de largo, con un ancho de tres centímetros; son color verde claro en su juventud y se vuelven más oscuras con el paso del tiempo. Contienen de tres a diez semillas planas y redondeadas, lisas y pardo-amarillentas; mantienen su capacidad de reproducción por más de diez años, una vez puestas en tierra germinan en sólo cuatro días; las plántulas deben ser protegidas de la maleza hasta que tomen fuerza; ya cuando adulto el árbol mismo no permite que se desarrollen malas hierbas en su entorno, esto puede ser debido a su densa sombra o por algún efecto químico que producen las hojas al caer y descomponerse. 

También podemos reproducirlo mediante estacas de madera dura. Necesita de climas tropicales cálidos con dos temporadas, húmeda y seca. Se adapta a muchos tipos de suelo siempre que tengan buen drenaje. Todas sus partes son aprovechables; de él se obtienen madera y leña, también forraje, atrae a las abejas para la producción de miel y hasta sirve como insecticida. Es ideal para reforestar pues es la sexta especie en el mundo en cuanto a supervivencia y la cuarta en términos de producción de biomasa. Por la belleza de sus flores queda muy bien como ornamento en los jardines. Resiste bien las plagas y las temperaturas altas, no así a las muy bajas.

El Té

Conocemos por el nombre común de Té a un arbusto muy ramificado que es originario del sudeste de Asia y responde al nombre científico de Camellia sinensis; en estado silvestre puede llegar hasta los doce metros de alto; mientras que en los cultivos, extendidos hoy en día por todas las zonas tropicales y subtropicales del planeta, no se le permite sobrepasar los dos metros. Forma parte de la familia Theaceae. 

Con la infusión de sus hojas se prepara una bebida estimulante que ya era ingerida en China, luego de las comidas, hace más de 2000 años. Fueron los conquistadores portugueses quienes importaron a Europa la costumbre desde sus colonias en India y el primer cargamento de té para consumo general lo llevó a cabo desde aquellas lejanas tierras hacia Amsterdam (Holanda) la histórica Compañía de las Indias Orientales. 

Las flores nacen aisladas o en grupos de dos o de tres en la primavera, son blancas y muy aromáticas. Se lo reproduce mediante semillas (a las que conviene dejar en remojo algunas horas antes de proceder a su siembra) o mediante material vegetativo, agregándole hormonas de enraizamiento pues le lleva demasiado tiempo el echar raíces. Precisa suelos ácidos con bastante materia orgánica y buen drenaje, y ubicaciones que vayan de pleno sol a media sombra. En otoño se acostumbra podarlo. 

Sus grandes hojas miden 6 centímetros por 15, son de color verde oscuro, lanceoladas y acuminadas, con los bordes serrados y nervaduras muy marcadas. Hay que secarlas apenas son recolectadas porque de otra manera se oxidan y pierden sus propiedades. 

Según el proceso al que se las somete el té se llamará: Té blanco, obtenido a partir de brotes de hojas nuevas sin oxidar; Té verde, también sin oxidación pues se las seca y fragmenta apenas son recogidas; Té de invierno, formado por hojas antiguas tostadas al fuego; Té Oolong o azul, con una oxidación media, es uno de los más consumidos en todo el mundo y el Té negro, con mucha oxidación, el favorito de occidente con agregado de sabores y fragancias; para obtenerlo las hojas atraviesan varias etapas: El marchitado, el enrulado, la fermentación y el secado. 

Hay, además, dos que son variedades medicinales en China, el Té rojo (estacionado a veces hasta cincuenta años) y el Té Chong Cha (preparado con las semillas contenidas dentro del fruto). 

La cosecha manual se hace efectuando un movimiento hacia abajo con el dedo pulgar para arrancar los nuevos brotes (pekoe); para los tés especiales de mejor calidad (imperial) sólo se quita de la planta el pekoe y una hoja; para los tés de calidad fina se saca la yema acompañada de dos hojas y para los de calidad corriente pueden emplearse hasta tres hojas. 

El té contiene sales minerales, flavonoides, taninos y flúor, también vitaminas pero en bajas cantidades; sus principios activos son la cafeína, la teofilina y la teobromina. Su aceite esencial es amarillento y tiene un intenso perfume. De todos el más beneficioso para la salud es el Té verde. Hay cantidad de variedades para consumo y la mayoría se consiguen a través de mezclas o “blends”, que le dan a unos más color, aroma mediano y menor sabor o cualesquiera de las combinaciones de esos tres aspectos, según el gusto del mercado al que se ha de enviar.

La Batata

Llamamos comúnmente Batata o Camote a una planta herbácea vivaz, de porte rastrero, cultivada como anual, denominada científicamente Ipomoea batatas; es originaria de América y pertenece a la familia Convolvulaceae. Sus tallos son cilíndricos, pubescentes o glabros según la variedad y de color morado, verde o una mezcla de los dos; se los emplea como forraje. Desarrolla un importante sistema radicular que produce tubérculos grandes y dulces, con una pulpa rica en almidones, caroteno, vitaminas y proteínas, los mismos pueden llegar a pesar desde 250 gramos hasta algunos kilos. 

Sus abundantes hojas son simples y las sostienen largos pecíolos; las hay enteras con forma de corazón, asaeteadas y también profundamente lobuladas, son comestibles y tienen un sabor parecido al de las espinacas. Da grandes flores con forma de embudo que miden de cuatro a cinco centímetros; conformadas por cinco sépalos separados y cinco pétalos unidos, cinco estambres y un gineceo bicarpelar; pueden ser blancas, rosadas o también de color violeta, aparecen agrupadas en un mismo pedúnculo axilar. 

El fruto de la batata es una cápsula de cerca de un centímetro; las semillas tienen forma redondeada, son oscuras y muy livianas. La mejor forma de reproducirla es mediante brotes (porque las semillas dan ejemplares de baja calidad), para ello se cubren apenas con tierra las batatas seleccionadas a ese efecto, se las somete a un riego abundante y los brotes aparecen en gran número, cuando llegan a ser unos 15 o 20 se los separa de la madre quitándoles las hojas más bajas y se los ubica en el emplazamiento  definitivo, en hoyos distanciados un metro uno del otro. 

Prefiere los suelos arenoso-calcáreos, a los que es conveniente abonar con ceniza a efectos de fortalecerlos en Potasio. Al ser rastrera la planta invade prontamente el terreno y ya no hay que preocuparse por las malezas. Cuando las hojas comienzan a tornarse pálidas y amarillentas es cuando llegó el momento de la recolección; se cortan primero los tallos destinados a forraje y se sacan luego los tubérculos de la tierra. Hay que guardarlos en ambientes frescos y secos; a más de 10º ya se comenzarían a brotar. 

Se usan en las comidas después de ser cocidos (hervidos, fritos o asados) y además como materia prima en pastelería y repostería; es ya mundialmente conocido y consumido el “Dulce de batata”. Su cultivo no da mayores trabajos y tiene buen rinde aún en tierras sin preparación y de escasa calidad, es ideal para el sistema de rotación de cultivos. Tolera muy bien los vientos pues sus tallos son flexibles. Se la puede sembrar perfectamente en terrenos arcillosos, siempre y cuando las elevemos un poco para permitir que el agua drene y corra sin estancarse, este modo de cultivo es conocido como “caballones”.