El Algodoncillo de pradera

Se conoce por el nombre común de “Algodoncillo de pradera” y por el nombre científico de Asclepias sullivantii a una planta perenne, de consistencia herbácea, del género Asclepias, perteneciente a la familia Apocinaceae. Es originaria de América del Norte, donde se distribuye de manera silvestre por prados y praderas fértiles (surcadas por ríos o arroyos), aunque ha sido declarada especie amenzada debido a que se ha perdido gran parte de su hábitat natural. 

Posee un profundo rizoma del que emergen tallos aéreos de entre cuarenta centímetros y un metro de alto. Sus hojas gruesas, ovales y acuminadas, de aspecto coriáceo, se disponen de manera opuesta y son glabras; tienen los márgenes ondulados y la nervadura central rojiza. 

En la primavera y el verano da flores perfumadas, de color rosado pálido a intenso, y hasta púrpura, que nacen agrupadas en inflorescencias axilares de tipo umbela; la polinización es entomófila, pues la llevan a cabo los insectos que llegan atraidos por su néctar. Los frutos son folículos verdosos. 

Se la reproduce mediante semillas (que de manera natural son dispersadas por el viento gracias a la cola sedosa que poseen) o vegetativamente a través de los rizomas. No demanda muchos cuidados. Le agradan las ubicaciones con sol pleno y el riego debe ser de medio a abundante, pero sin encharcar el terreno. 

Esta especie se parece mucho a la Asclepias syriaca (que es la más común y recibe el nombre en idioma Inglés de “Prairie milkweed”), y entre ellas hibridan fácilmente. La asclepia común se diferencia por la punta roma de sus hojas y la pubescencia que muestran en el envés; sus flores son más pequeñas y numerosas, y la superficie de los frutos es más rugosa.