La Yerba meona

Se conoce popularmente como Yerba meona, o Piquillo, a una planta monoica, rizomatosa y perenne, de consistencia herbácea, originaria de América del Sur, donde nace de manera silvestre en los ruderales. Recibe el nombre científico de Amaranthus muricatus, o Euxolus muricatus, y pertenece a la familia Amaranthaceae. Mide de veinte a cincuenta centímetros de alto. 

De su fuerte rizoma nacen delgados tallos blancuzcos, estriados y que pueden ser tanto ascendentes como postrados. Posee hojas pecioladas, verdes y lanceoladas, con el margen entero o algo ondulado, de hasta diez centímetros de largo por entre dos y tres de ancho, con nerviación prominente en la cara inferior, que se distribuyen de manera alterna. 

Florece durante todo el verano y gran parte del otoño. Da pequeñas flores que aparecen reunidas en glomérulos axilares o en compactas inflorescencias terminales de tipo espiga piramidal (simples o ramificadas), con ejemplares femeninos en la base y masculinos mezclados con femeninos llegando al vértice. Todas están protegidas por brácteas y cuentan con cinco tépalos. Las masculinas tienen además cinco estambres y las femeninas un ovario superior unilocular, un estilo ramificado y tres estigmas. 

El fruto es un aquenio globoso con el exterior arrugado; es indehiscente mide menos de cinco milímetros de diámetro; contiene una sola semilla oscura y lenticular, lisa o finamente reticulada, de entre un milímetro o uno y medio de diámetro. La dispersión es barocora, ya que se produce por simple gravedad. 

Hoy en día se encuentra bajo cultivo en varias regiones del planeta debido a las propiedades medicinales que se le atribuyen, ya que es diurética, laxante y de gran eficacia para la eliminación de cálculos renales. En uso externo se la emplea como cataplasma para hacer que supuren las infecciones de la piel.