El Naranjo de Luisiana

Conocemos comúnmente como Naranjo de Luisiana y por el nombre científico de Maclura pomífera, a un árbol caducifolio perteneciente a la familia Moraceae. Es originario de América del Norte. Mide de ocho a quince metros de alto, su tronco es bajo y la copa redondeada. 

Tiene hojas simples, pecioladas, alternas y ovales, con márgenes ondulados, de color verde oscuro en la cara superior y verde claro en la cara inferior; miden de ocho a doce centímetros de largo por entre cinco y siete de ancho; junto con ellas la planta emite también espinas axilares de unos dos centímetros y medio de longitud. 

Es una especie dioica y da flores unisexuales en distintos pies; las masculinas cuelgan en racimos pendulares, y las femeninas se reúnen en inflorescencias esféricas sostenidas por un corto pedúnculo. Los frutos son sincárpicos y están compuestos por gran cantidad de pequeñas drupas reunidas en forma de globo. 

Su aspecto es similar al de las naranjas pero con la piel rugosa; toman color amarillo-verdoso al madurar y no son comestibles; en su interior contienen un látex blanco muy pegajoso; miden entre ocho y quince centímetros de diámetro y contienen numerosas semillas de forma oblonga que comúnmente sirven de alimento a las ardillas y otros animales que luego las dispersan. 

Posee gruesas raíces carnosas recubiertas por una corteza de color naranja brillante. Le agradan las ubicaciones con mucho sol y los suelos profundos y fértiles; no demanda muchos cuidados, salvo podas periódicas, y muestra gran capacidad de adaptación a diferentes climas y suelos. 

Se lo utiliza como ornamento en los jardines. La madera que produce es clara, pesada y fuerte, pero a la vez flexible y resistente a la intemperie; los nativos americanos la usaban para confeccionar sus arcos; una vez seca puede emplearse como leña, ya que tarda en consumirse y produce buen calor.

El Cimbidio

Se conoce por el nombre común de Cimbidio, y por el nombre científico de Cymbidium, a una de las veintiocho mil especies de orquídeas que existen. Su fuerte tallo erguido soporta el peso de muchísimas flores, se puede decir que es una de las orquídeas que más flores posee, a veces hasta veinte por vara. Hay variedades en miniatura que, con algunos cuidados especiales, florecen todo el año. 

Soportan mejor la calefacción que el resto y son las más utilizadas como flor de corte. La mayoría de los cimbidios crecen bien en tierra y se desarrollan a partir de pseudobulbos. Los tallos con forma de cinta son de color verde oscuro y las flores abarcan una gran cantidad de colores como el rosa, amarillo, crema, gris, naranja, violeta y marrón. 

En la época de floración, necesita temperatura cálida durante el día y temperatura fresca durante la noche. Una vez que la flor se ha abierto lo mejor es ubicarla en un lugar iluminado. Incluso las variedades miniatura pueden estar en el exterior, aunque nunca a pleno sol. Para estimular la futura floración es conveniente que tenga un pequeño período de reposo de un mes, aproximadamente, hacia finales de otoño. 

Esa temporada se corresponde con su ciclo natural como planta tropical y durante el mismo no necesitará ningún riego hasta que comience nuevamente a desarrollar. El riego puede ser generoso desde la primavera hasta el otoño. A partir de allí y durante todo el invierno es preciso regar menos y de forma más espaciada.

Como a todas las orquídeas le agrada la humedad ambiental, por lo que es indispensable pulverizar a diario y no está demás limpiar las hojas con un paño húmedo frecuentemente. El abonado se puede realizar cada tres o cuatro semanas. Se lo trasplanta dependiendo de la cantidad de raíces  que tenga y precisa un tiesto al menos dos veces más grande para continuar creciendo hasta el trasplante siguiente.

Se recortan las raíces hasta dejarlas del tamaño adecuado y se añade una capa de grava en el fondo de la maceta. Posteriormente se añade el sustrato indicado para orquídeas, luego se riega y pulveriza cuando esté radicado en su nueva ubicación.

El Rododendro

Llamamos comúnmente Rododendro, a un arbusto originario de Asia que responde al nombre científico de Rhododendron yakushimanum. Es de hoja perenne y forma parte de la familia Ericaceae. Sus hojas medianas son ovales y de un llamativo verde intenso. Sus flores abarcan una amplia gama de tonos rosa aunque hay algunas variedades de un brillante color fucsia, también los hay blancos, rojos y lilas. 

Mide entre cincuenta centímetros y un metro de alto, pero hay también ejemplares espectaculares que pueden alcanzar varios metros. Ni sus hojas ni sus flores se resienten por la ausencia de sol pues les agrada la sombra y estar a cobijo. Hay que ubicarlo en la zona más oscura del jardín ya que a sol pleno no prospera y acabaría secándose. 

Desarrolla perfectamente a la sombra de otros árboles, junto a un muro e incluso en un patio interior. Precisa humedad abundante, principalmente en verano, cuando necesita estar siempre húmedo. Conviene regarlo con agua de lluvia o que no tenga cal y admite el rociado del follaje. El suelo donde crezca debe ser ácido y las temperaturas regulares, sin fluctuaciones drásticas. 

Se le suele administrar un abono específico especialmente indicado para rododendros y plantas de constitución similar como son las azaleas. No le agradan las podas, por lo que solamente deberemos quitar las ramas muertas y las flores que se vayan marchitando. Puede padecer clorosis férrica y verse atacado por la Arañuela roja.

La Retama

Damos los nombres vulgares de Retama, Gayomba o Gallomba, y el nombre científico de Spartium junceum, a una planta perteneciente a la familia de las Leguminosas. Es originaria de la cuenca del Mar Mediterráneo. Su nombre deriva del vocablo griego: Spartion, con el que se denominaba a todas las plantas aptas para producir fibras textiles. 

Adquiere forma arbustiva y su altura varía entre 1 y 3 metros. Para adaptar su tamaño a los jardines conviene realizarle una poda anual a comienzos de la primavera. Posee ramas delgadas y por su semejanza con los juncos es que se le dio el epíteto que acompaña al nombre. Tiene hojas simples, muy pequeñas y lineales, que se distribuyen espaciadamente. Es caducifolia. 

De verano a otoño da hermosas flores amarillas muy perfumadas que se pueden cortar con el tallo que las sostiene para utilizarlas en arreglos florales. Las semillas, con aspecto de legumbre plana, descansan en una vaina, legumbre o chaucha. Antes se sembrarlas conviene dejarlas sumergidas en agua toda la noche para ablandar la piel que las recubre. La mayor parte de la planta es tóxica pero dentro del marco de la medicina no tradicional se le confieren propiedades diuréticas y purgantes, siempre en bajas dosis. 

El uso principal es la transformación de sus fibras en cuerdas o tejidos (esparto) y la fabricación de escobas y cestas: también con las flores se destila un colorante. Se adapta perfectamente a los suelos secos o arenosos, preferiblemente calcáreos, y por su aptitud de convertir tierras desgastadas en fértiles se la utiliza mucho. Necesita ubicaciones a pleno sol. Los pulgones son la plaga que suele atacarla con regularidad.

La Flor de terciopelo

Conocemos comúnmente como Flor de terciopelo, y por el nombre científico de Actinotus helianthi, a una planta de consistencia herbácea que forma parte de la familia Apiaceae y es originaria de Australia. Se la emplea en la ornamentación de jardines, conformando rocallas, y como flor de corte. Mide desde cincuenta centímetros hasta un metro y medio de alto. 

Crece silvestre en las costas arenosas y pedregosas; su sistema radicular es poco profundo. Tanto su tallo, como las ramas y las hojas, son de color verde grisáceo y están recubiertos por una fina pubescencia blancuzca, eso le da el aspecto que su nombre común indica. Posee hojas hendidas, dispuestas de manera alternada, que miden unos diez centímetros de largo por siete de ancho. 

Las flores, parecidas a las margaritas (aunque de otra familia) miden entre cinco y ocho centímetros de diámetro; las brácteas van de blanco a crema. Florece durante gran parte del año, y lo hace profusamente en primavera; eliminarlas cuando se secan favorece una nueva floración, y una poda de mantenimiento hará que sea más vigorosa al siguiente año. Se propaga mediante semillas frescas o esquejes; le agradan las ubicaciones con sol pleno o con sombra parcial, los climas templados y los suelos con buen drenaje. 

Conviene sembrar en el lugar definitivo porque es muy sensible a los trasplantes. Tolera heladas leves una vez que está bien arraigada, pero conviene proteger con mulch el terreno. Admite el cultivo en maceta. El género Actinotus contiene unas veinte especies, diecinueve de ellas son endémicas de Australia y la restante de Nueva Zelanda.

La Yerba santa

Damos el nombre popular de “Yerba santa” a un arbusto erecto, muy ramificado, que responde al nombre científico de Eriodictyon crassifolium y forma parte de la familia Boraginaceae. Es originario de la costa sudoeste de América del Norte, donde lo podemos hallar desde el nivel del mar hasta los dos mil metros de altitud. 

Los nativos preparaban una infusión con las hojas o las mascaban pues aseguraban que eso servía para mantener abiertas las vías respiratorias superiores; aunque su sabor es bastante amargo y el olor desagradable. Mide entre uno y tres metros de alto. 

La corteza de su tallo leñoso es gris y agrietada mientras que las ramas nuevas son rojizas y pubescentes. Posee hojas crasas simples, ovales y grandes (quince centímetros de longitud por unos seis de ancho), de color verde grisáceo, consistencia carnosa y disposición alterna, con los bordes dentados o crenados, la cara superior glabra y la inferior tomentosa. 

En primavera nacen sus pequeñas flores blancas, lavanda, o de un tono púrpura, reunidas en inflorescencias terminales de tipo racimo. La corola, formada por cinco pétalos parcialmente fusionados es acampanada y recubierta de pelusilla por fuera, al igual que el cáliz y los filamentos de los estambres; el ovario cuenta con dos cámaras y dos estilos, también con una fina vellosidad. Presentan gran atractivo para las abejas y las mariposas. 

Los frutos miden menos de cinco milímetros y las semillas que contienen, una docena aproximadamente, son oscuras y estriadas. Se lo multiplica mediante ellas. Necesita suelos arenosos o pedregosos, con buen drenaje; ubicaciones a pleno sol y poco riego, aunque conviene incrementarlo durante la época de floración. Al menos cuatro clases diferentes de polillas depositan sus huevos en este arbusto.

El Cotiledón

Conocemos por los nombres comunes de Cotiledón, u “Oreja de chancho”, a una planta suculenta de porte erguido que puede llegar a medir un metro de alto. Responde al nombre científico de Cotyledon orbiculata y forma parte de la familia Crassulaceae. Es originaria de África del Sur. Hoy en día está distribuida por todo el planeta y se la emplea como ornamento en parques y jardines, precisando muy poco mantenimiento. 

Tiene tallos robustos de color verde-blancuzco o verde-grisáceo. Sus hojas al tono, de entre siete y diez centímetros de diámetro, aunque presentan forma redondeada cuentan con un pequeño ápice; están dispuestas de manera opuesta y tienen los bordes rojizos; como es característico de las suculentas en su interior almacenan agua y para evitar la evaporación están recubiertas por una sustancia blanquecina que refleja la luz solar. 

Durante la primavera y el verano da pequeñas flores pendulares acampanadas, rojizo-anaranjadas (hay también variedades amarillas), que nacen agrupadas en inflorescencias terminales sostenidas por altos y fuertes pedúnculos florales de cerca de medio metro. 

Necesita ubicaciones con bastante sol durante varias horas por día, suelos con buen drenaje y temperaturas moderadas; se le debe proporcionar agua normalmente en los meses de más calor y retacearlo en los de menos; tolera cortos períodos de sequía pero no soporta las heladas fuertes; es bueno proporcionarle abono cada tanto, 

La propagación es muy sencilla, se efectúa a través de semillas o por esquejes de hoja o tallo, los que enraízan casi de inmediato. Puede tornarse invasiva si no se la controla. Se ha demostrado que su ingestión hace daño a los animales domésticos y de granja. Hay que protegerla de los caracoles.

El Alcanforero

Damos el nombre común de Alcanforero, y el nombre científico de Cinnamomum camphora, a un árbol aromático, longevo y perennifolio del que se encontraron ejemplares de hasta mil años de antigüedad. Es originario del Este de Asia, pertenece a la familia Lauraceae y su altura ronda los veinte metros. Su hábitat natural se halla en los bosques pluviales de las tierras bajas en el trópico y subtrópico de Asia. 

El término Cinnamomum deriva del idioma griego y significa “madera dulce”. Sus grandes hojas pecioladas son ovales y tienen la punta acuminada; el aspecto es coriáceo y se distribuyen de manera alterna en las ramas; muestran un color verde oscuro que se aclara bastante en las nervaduras y sus bordes están algo festoneados; se las utilizaba antiguamente para ahuyentar polillas y otros insectos.

En primavera da pequeñas flores blanco-amarillentas reunidas en inflorescencias axilares de tipo corimbo. Los frutos son bayas rojizas globosas, con la piel cerúlea, que se tornan oscuras al madurar. Para reproducirlo mediante semillas hay que sembrarlas apenas se las saca del fruto pues su poder germinativo es efímero, también suelen emplearse esquejes semileñosos. 

El tan conocido y utilizado “aceite de alcanfor” se obtiene mediante la destilación de la madera de ejemplares de más de medio siglo. Dentro del marco de la medicina no tradicional se le atribuyen muchas propiedades a sus hojas, las cuales molidas y mezcladas con alcohol se utilizan externamente en casos de calambres y dolores de cabeza, reumáticos o musculares; sumergidas en agua hirviendo se aspiran los vapores que producen para mejorar afecciones como la rinitis, la bronquitis o los resfriados. 

El alcohol alcanforado suele ser efectivo, también, para aliviar el dolor de muelas. No hay que excederse en su uso puesto que se transforma en irritante y hasta en narcótico; en pequeñas dosis es un buen sedante del sistema nervioso y un efectivo antiespasmódico.

La Neotinea

Se denomina popularmente Neotinea a una orquídea de hábitos terrestres que es miembro de la familia Orchidaceae. Responde al nombre científico de Neotinea maculata y es originaria de las costas mediterráneas de Europa y Asia Menor; mide entre diez y veinte centímetros de alto. Le agradan las ubicaciones con sol pleno, pero se adapta a la media sombra, y también a suelos muy variados. 

Tiene hojas oblongas de color verde claro, distribuidas en la base formando una roseta; miden alrededor de cinco centímetros de largo y tienen manchas, o máculas, pardo-violáceas, por toda la superficie (de allí proviene su epíteto científico). 

De entre ellas surge, en la primavera, el frágil tallo floral (envainado hasta un tercio de su altura total) que sostiene la inflorescencia de tipo espiga en la que se reúnen apretujadas gran cantidad de pequeñas flores, suavemente perfumadas, que no llegan a abrirse completamente; poseen sépalos y pétalos de color blanco-rosáceo y nerviaciones más oscuras; el labelo trilobulado es blanco pero manchado de rosa y tiene una prolongación recta a modo de apéndice; las protegen brácteas lanceoladas de consistencia membranosa. 

La polinización la efectúan los escarabajos, pero en su ausencia se ha visto que se auto fecundan estando aún cerradas (cleistogamia). El fruto es una cápsula que contiene numerosas semillas. De los tallos subterráneos, o tubérculos, cosechados luego de la floración, se obtiene la harina denominada “salep”, que tiene alto valor nutritivo; por ello se la suministra a los enfermos y a los niños en su etapa de crecimiento. 

La gran cantidad de mucílago que tiene le confiere la propiedad de ser demulcente, y ayuda a suavizar las paredes del aparato digestivo en casos de irritación del mismo; para hacerlo se mezcla la harina con agua hasta formar una gelatina.

La Silene

Conocemos por el nombre popular de Silene, y por el nombre científico de Silene acaulis, a una pequeña planta dicotiledónea miembro de la familia Caryophyllaceae. Es originaria de la parte norte de Europa, donde hace más frío; y se la puede encontrar también expandida por las altas montañas hacia el sur del continente (se la halla desde los acantilados de las Islas Feroe hasta los Pirineos). 

Posee una raíz pivotante de gran longitud y fortaleza, con varias raicillas secundarias que completan el aparato radicular. Sus largos tallos rastreros se extienden por el terreno, creando masas densas que lo cubren todo, por ello se la tomó en un principio por un musgo tapizante. Cada tallo muestra varias hojas nuevas, triangulares y carnosas, sin pecíolo (de donde proviene el epíteto “acaulis”), que nacen en su ápice formando una roseta, mientras que las más antiguas quedan debajo semejando un cojín abovedado. 

Las flores de nacimiento terminal, una por tallo, son de color rosa o lila, con cinco pétalos acanalados parecidos a los de los claveles, por lo que se la conoce también con el apelativo de “Clavel rastrero”; miden alrededor de un centímetro y medio de diámetro; el cáliz es rojizo. La floración dura varios meses. Hay ejemplares con flores masculinas provistas de diez estambres y los hay con flores femeninas que cuentan con tres estilos. 

El fruto es capsular y contiene varias semillas. Le agradan los suelos secos y pedregosos aunque puede adaptarse con facilidad a otros tipos, ya que ella misma logra crear su propio microclima en el interior de la mata, con una temperatura y una humedad constantes.

La Menta de los gatos

Conocemos por los nombres comunes de “Menta de los gatos”, en idioma Castellano y “Catnip”, en idioma Inglés, y por el nombre científico de Nepeta cataria, a una planta herbácea perenne, perteneciente a la familia Lamiaceae, originaria del este de Europa, Asia Central y China. Mide entre cincuenta centímetros y un metro de alto por otro tanto de ancho. Su apariencia se asemeja a la de la Menta tradicional. 

Se la emplea como ornamento en los jardines. Posee hojas verdes con el borde marcadamente dentado y forma de triangular a ovalada. Las flores son bilabiadas, vistosas y muy aromáticas; generalmente blancas con pequeñas motas de color rosa o púrpura pálido; aparecen a finales de la primavera y continúan haciéndolo hasta ya bien entrado el otoño. 

Esta planta produce un terpeno denominado nepetalactone, constituyente principal del aceite esencial que se extrae de ella mediante el proceso de destilación. Tolera bien los períodos de sequía y repele a varios tipos de insectos, entre ellos a las moscas, cucarachas, termitas y mosquitos; aunque atrae con su compuesto específico, el conocido “iridodial”, a otros como las crisopas que la ayudan a librarse de pulgones y ácaros. 

Dentro del marco de la medicina no tradicional se la emplea contra varias dolencias. Con sus hojas se prepara un té de hierbas y también se la emplea como condimento en algunas platos culinarios. Se dice que el humo que produce, al ser aspirado, provoca relajación. Aplicada externamente calma las afecciones de la piel, tales como eczemas y dermatitis. 

Su nombre común hace referencia a la fuerte atracción que los felinos sienten por ella, no solo las especies domésticas sino hasta los de gran porte, como tigres y leopardos; ruedan sobre las hojas que caen de la planta, las huelen, las lamen y hasta las mastican; si lo hacen en exceso les provoca o bien somnolencia o bien ansiedad, por lo que puede resultar peligroso para ellos; ese estado alterado suele durarles entre cinco y quince minutos.

La Belladonna

Conocemos comúnmente como Belladonna, y por el nombre científico de Atropa belladona a un arbusto perenne de bajo porte, que forma parte de la familia Solanaceae, ya descripto por Linneus en el año 1753 en su “Species Plantarum”. Recibe su primer nombre de una de las tres Parcas, Atropos, que era la encargada de cortar la vida, porque en dosis altas esta planta provoca la muerte. Su segundo nombre le fue dado por el uso cosmético que tenía, que permite que las pupilas se dilaten para resaltar más la belleza de la mirada femenina. 

Las sustancias alcaloides tóxicas atropina, hiosciamina y escopolamina que contiene producen efectos nocivos en el organismo humano si son consumidas sin control médico. Ingeridas en baja cantidad pueden resultar beneficiosas en el tratamiento de varias enfermedades, por su gran poder analgésico. Su principio activo, la llamada “atropina”, es el ingrediente principal de muchos medicamentos. 

Ronda los dos metros de alto. Tiene grandes hojas ovales, con las nervaduras muy marcadas, que pueden medir hasta quince centímetros. Da flores acampanadas color púrpura que nacen en primavera y continúan hasta bien entrado el verano, aunque con un perfume no muy agradable; una importante corona de sépalos de color verde claro las rodea. 

Los frutos son bayas redondeadas, pequeñas y muy oscuras, su aspecto llamativo los vuelve muy peligrosos donde crece en estado silvestre pues pueden ser comidos sin conocimiento del grave daño que causan. Le agradan las ubicaciones con sombra y los suelos húmedos con abundante abono orgánico. Se reproduce por semillas pero cuesta bastante, y también por esquejes que demandan paciencia pues no enraízan con facilidad. 

Se utilizan todas sus partes; la recolección de hojas y raíces se efectúa hacia fines del estío, de plantas que tengan más de dos años; se dejan secar en lugares con buena ventilación y ambiente seco y luego con ellas se preparan extractos, soluciones, tintes y demás. 

 Cualquier persona que sea alérgica a alguna otra de las plantas de la familia de las solanáceas como ser papas, pimientos y berenjenas va a tener reacciones más fuertes con preparados que contengan Belladonna. La ingestión de tan sólo unos pocos frutos por equivocación trae aparejada la muerte. Y aún con pequeñas dosis, prolongadas en el tiempo, se producen manifestaciones alérgicas.

El Lúpulo

Conocemos comúnmente como Lúpulo, y por el nombre científico de Humulus lupulus, a una planta herbácea comestible, dioica y perenne, considerada trepadora pero sin zarcillos para sostenerse. Alcanza ocho metros de alto, es ideal para ubicar en los jardines junto a cercas y rejas pues las va cubriendo. Necesita suelos moderadamente fértiles, ricos en humus y con buen drenaje. Pertenece a la familia Cannabaceae y es originario del hemisferio Norte. 

Posee hojas palmeadas que presentan de tres a cinco lóbulos con bordes dentados, se ubican de manera opuesta en las ramas. Las flores femeninas, de color verde muy claro, nacen reunidas en inflorescencias de tipo amento sostenidas por largos pedúnculos; se las utiliza como saborizante y sirven de agente estabilizador y conservante en la composición de la cerveza, recolectadas antes de ser fecundadas. 

La llamada “lupulina”, ingrediente esencial para la fabricación se encuentra en las glándulas ubicadas en la base de las bractéolas; el gusto amargo proviene de los ácidos que contiene y el aroma de los aceites esenciales; las diferentes variedades se clasifican según esos dos atributos, dividiéndose en Lúpulos amargos, Lúpulos aromáticos y Lúpulos mixtos. Las flores masculinas, de color amarillo verdoso, se reúnen formando panículas. 

Los frutos son aquenios. Toda la planta contiene ácidos clorogénico y cafeico, entre otros; ácido ascórbico en el fruto y ácido oleanólico en el tallo; su aceite esencial cuenta con componentes tales como eugenol, limoneno y mirceno; entre sus principios amargos el principal es la lupulina; en los frutos hay fructuosa, sucrosa, pectinas, aminoácidos y algunos flavonoides, también vitaminas del grupo B y C junto con gran cantidad de minerales; la raíz y los tallos contienen taninos. 

Dentro del marco de la medicina no tradicional se lo recomienda para problemas gástricos, tales como mala digestión, acidez o espasmos. A fin de eliminar los parásitos intestinales se indica beber una infusión preparada con media cucharada de conos de lúpulo por cada taza de agua. En uso externo se lo usa, por sus propiedades vulnerarias, en casos de dermatitis, de eccemas y hasta de úlceras; también para calmar el dolor y bajar la inflamación de las partes del cuerpo afectadas por el reuma.

La Dieffenbachia

Se da el nombre de Dieffenbachia a todo un género de alrededor de 30 plantas tropicales pertenecientes a la familia Aracaceae. Son originarias del centro y sur de América. Como les agrada la sombra se las emplea como plantas de interior. Miden desde cincuenta centímetros hasta dos metros de alto, según la especie. 

Poseen un tallo erguido con grandes hojas pecioladas de forma oval a lanceolada, algunas de color verde oscuro y las más variegadas, el dibujo en dos tonos que se forma sobre su superficie es lo que hace a estas plantas tan llamativas. Sus variedades más comunes son la Dieffenbachia picta, la Dieffenbachia bausei y la Dieffenbachia omoena. 

Las podemos ubicar en espacios con mucha luz pero nunca a sol directo, el exceso de luminosidad amarillea las hojas y termina secándola. Les afectan las corrientes de aire y las fuentes de calor pero tampoco les agrada el frío, si están expuestas a él van perdiendo las hojas. Se las riega cuando se ve seca la superficie de la tierra y si el clima es muy seco conviene hacerlo a diario, aunque hay que evitar el anegamiento que pudre los tallos. 

Prefieren las tierras ligeramente ácidas, sueltas, mezcladas con corteza, turba y arena de río. Si es zona de baja humedad es bueno utilizar un humidificador ambiental o bien rociar las hojas cada tanto. Las favorece que se las abone al menos una vez al mes con algún compuesto soluble en agua. 

En verano aparecen sus minúsculas flores blancuzco-verdosas, reunidas en una inflorescencia de tipo espata, similar a la de la Cala. Se multiplican a través de esquejes que echan con facilidad raíz colocadas en agua o en una mezcla de arena y turba, de todas maneras se pueden agregar también hormonas de enraizamiento. 

Hay que tener cuidado al manipular las plantas pues contienen sustancias irritantes para la piel y son tóxicas si se las ingiere, provocan síntomas parecidos a los de un envenenamiento que la mayoría de las veces se contrarrestan con algún antihistamínico y analgésicos, aún así ante la primera molestia se debe acudir al médico. Cada dos años hay que efectuar un cambio a maceta de mayor tamaño. 

Sus plagas principales son los pulgones, las cochinillas, los trips y la arañuela roja, se controlan con pulverizado de agua jabonosa y en casos más graves con la aplicación de acaricidas. En caso de presentarse hongos como la Leptosphaeria o el Colletotrichum deberemos emplear fungicidas.

La Sesbania

Recibe los nombres vulgares de Sesbania, o Acacia mansa, y el nombre científico de Sesbania punicea, un arbusto perteneciente a la familia Fabaceae (Leguminosae) originario de Sudamérica. Llega a medir tres metros de alto y presenta una hermosa floración que lo convierte en ideal para ser utilizado como ornamento en parques y jardines. 

En su hábitat natural forma grandes matorrales cerca de corrientes de agua; bajo cultivo debemos mantenerla controlada dado que es una especie invasiva debido a su sencillo sistema de autopropagación. Tiene hojas compuestas por 12 a 20 folíolos de forma elíptica, acuminados y ligeramente pubescentes. Da flores desde su primer año de vida; éstas son pediceladas, de un intenso color naranja y nacen reunidas en racimos axilares; su época de floración es bastante prolongada. 

El fruto es una legumbre tardíamente dehiscente (suelen permanecer durante todo el invierno en las ramas), provista de cuatro costillas pronunciadas (cuando la mayoría de las leguminosas cuenta con sólo dos); conserva los restos del cáliz, que es persistente, y mide entre seis y diez centímetros; es de color verde al principio y se vuelve marrón con el correr de los días. 

Las semillas, de una a ocho por vaina, son reniformes y de color rojizo al madurar; son muy tóxicas pues contienen un glucósido cianogenético; tardan sólo una semana en germinar, y si se las sumerge unas horas en agua antes de sembrarlas el proceso se acelera todavía más; las plántulas tienen el tallo algo débil y es bueno colocarles una guía o tutor para que se mantengan erguidas. 

Prefiere ubicaciones con sol pleno. Admite podas intensas mediante las cuales puede dársele forma de árbol pequeño, ideal para utilizar en grandes macetones que decoren la entrada de la casa, la terraza o el jardín; no le agrada permanecer en el interior de las viviendas. Le agrada la humedad ambiente elevada y ésta es benéfica para que el follaje luzca exuberante y la floración sea siempre abundante.

La Violeta africana

Recibe el nombre común de Violeta africana, y el nombre científico de Saintpaulia Ionantha una de las plantas de interior más populares que se cultivan. Es miembro de la familia de las gesneriáceas. Mide alrededor de diez centímetros de alto por quince de ancho. Su desarrollo es rápido y florece en otoño. 

Posee hojas pubescentes y el color de la flor es azul o púrpura intenso, aunque hay ejemplares con flor blanca muy caros y difíciles de encontrar. También hay variedades en tonos malva, lila y rosado. Le agradan las ubicaciones bien iluminadas pero sin sol directo, excepto en invierno. 

El suelo adecuado para plantarla es la turba y es conveniente regarla con agua apenas tibia, manteniendo la tierra húmeda. Si se planta en verano hay que abonarla cada mes hasta mediados del otoño. Cuando las hojas disminuyen de tamaño significa que hay que trasplantar. No es necesario podarla pero sí quitarle las flores marchitas para que la planta siga luciendo hermosa. 

Se la multiplica por esquejes a partir de hojas enteras cortando a un centímetro de la base del pecíolo y plantándola en la tierra, de modo que la base de la hoja quede justo en la superficie. Se irán regando los esquejes y una vez desarrollados se pasan a macetas más grandes. Dicho trasplante suele hacerse en primavera o cuando las raíces llenan el tiesto por completo. 

Para que dé flores todo el año necesita períodos de riego, temperatura, luz y humedad constantes intercalados con períodos de reposo de un mes y medio más o menos con temperaturas más bajas y menos riego. En ocasiones pueden atacarla la cochinilla o el pulgón verde. 

Algunas de sus variedades más bonitas son la Saintpaulia ionantha “Jennifer”, la “Little Delight”, la “Velutina” y la “Dolly”. Se las puede plantar en maceta junto con otras flores como por ejemplo las orquídeas ya que tienen necesidades similares, o combinarlas entre ellas formando grupos.

El Lirio Mariposa del Desierto

El llamado “Lirio mariposa del desierto”, o Desert Mariposa Lily en idioma inglés, responde al nombre científico de Calochortus kennedyi. Es una planta bulbosa perenne miembro de la familia Liliaceae, originaria de América del Norte; donde se la encuentra en el Desierto de Arizona, en sus lugares más secos y pedregosos las que dan flores anaranjadas y de zonas más benignas (por lo general a mayor altitud), incluso con gramilla y asociadas a otro tipo de vegetación, las que muestran flores amarillas. 

Hay otras especies de Calochortus con flores blancas, por ejemplo la C. catalinae, la C. albus y la C. ambiguus. Mide cuarenta centímetros de alto y sus tallos son esbeltos y erguidos. Las largas hojas simples, de color verde-grisáceo y aspecto cerúleo, suelen ser de lanceoladas a lineares (semejantes a las de los pastos), con los bordes curvados hacia arriba; llegan a los veinte centímetros de longitud. 

En primavera nacen sus flores sostenidas por cortos tallos (en algunas ocasiones retorcidos), miden cerca de cuatro centímetros de diámetro; están formadas por un cáliz compuesto por tres sépalos lanceolados y una corola de tres pétalos anchos, sedosos, con forma de abanico, que tienen la base de color púrpura o marrón oscuro. 

Los frutos son cápsulas triangulares que contienen numerosas semillas. Se lo propaga mediante ellas o por división de los cormos (tallos subterráneos), éstos necesitan protección al colocarlos en la tierra puesto que a los topos les agrada alimentarse de ellos, para mayor seguridad conviene cultivarlos en macetas hasta que se hacen fuertes. Precisa de ubicaciones con sol pleno. El riego debe ser regular. Se adapta bien hasta en los suelos más duros pero prefiere los arenosos con buen drenaje. 

El Agracejo púrpura

Damos e nombre común de Agracejo púrpura, y el nombre científico de Berberis thunbergii atropurpurea, a un arbusto dicotiledóneo, espinoso y caducifolio muy resistente, originario de Japón. Rara vez sobrepasa los dos metros de alto y es miembro de la familia Berberidaceae. 

Adquiere por sí mismo forma redondeada, ramifica profusamente y tiene un frondoso follaje; admite podas intensas (sólo en otoño), por ello se lo recomienda para la realización de bonsáis y se lo puede usar también como cerco en los jardines dándole la forma adecuada. En un mismo punto de las ramas aparecen las hojas agrupadas, las espinas trífidas y las inflorescencias. 

Sus hojas tienen forma oval y coloración rojiza, gracias a ellas es una especie ornamental muy buscada; dentro de la medicina no tradicional, preparadas en infusión, se les atribuyen propiedades astringentes, pero en bajas dosis, pues pueden ser tóxicas en cantidad. En la primavera se cubre de minúsculas flores amarillas, reunidas en apretadas inflorescencias de tipo racimo pendular, miden unos cinco o seis centímetros de largo. Los rojos frutos son bayas ovales y los recubre una capa cerúlea; miden un centímetro de diámetro y son ricos en vitamina C. 

Con las raíces y las ramas se produce una tintura amarilla. Se lo reproduce mediante semillas, esquejes (con la ayuda de algún enraizador), o por estacas con hojas (mantenidas en ambiente húmedo). Le agradan las ubicaciones a pleno sol pero puede adaptarse también a una media sombra. No es exigente respecto a los suelos pero prefiere los calizos. Resiste bien el frío y hay que regarlo con moderación. 

Suelen atacarlo: La roya (Puccinia graminis) que produce caída de las hojas; la antracnosis (manchas oscuras en el follaje que se cura con preparados a base de cobre); la bacteriosis (manchas púrpura, sólo se deben cortar y quemar las partes afectadas) y también hongos y virus que no dejan otra solución que sacar la planta y no replantar en el lugar ninguna otra de la misma especie por si han quedado vestigios de los atacantes. Lo más sencillo de combatir son los pulgones, ya que pulverizando con agua jabonosa los mantendremos alejados.

El Árbol de las pagodas

Conocemos por el nombre común de Árbol de las Pagodas, y por los nombres científicos de Sophora japonica o Styphnolobium japonicum, a una planta caducifolia de origen asiático. No es originario de Japón, como su nombre pareciera indicarlo, sino de China, solo que en aquel país fue introducido y prosperó mucho. Mide de quince a veinte metros de alto y es de lento crecimiento; forma parte de la familia Fabaceae o Leguminosae. 

Tiene una amplia copa con las ramas muy separadas, pero su abundante follaje logra que la sombra que brinda sea agradable. Vive entre cien y ciento cincuenta años. Posee hojas imparipinnadas compuestas por pequeños folíolos ovales con el margen entero, miden entre quince y veinte centímetros y se ubican de manera alterna en las ramas. 

Da flores hermafroditas de color entre blanco y crema, suavemente perfumadas, que nacen en verano y duran casi dos meses, son asimétricas como las de las acacias, aparecen reunidas en inflorescencias de tipo racimo. Los frutos son legumbres carnosas indehiscentes de cinco a diez centímetros de largo total: contienen entre una y seis semillas; se reproduce mediante ellas, dejándolas en agua toda la noche antes de plantarlas. 

No es exigente en cuanto al suelo pero lo prefiere profundo, suelto y aireado, que no junte humedad y mucho menos que se encharque; tolera bien las épocas de sequía. Soporta bajas temperaturas y le gustan las ubicaciones a pleno sol; precisa mucho espacio a su alrededor para crecer con comodidad. Algunas de las variedades más conocidas son: Sophora japonica pendula, Sophora japonica columnaris, Sophora japonica doteana y Sophora japonica regent. 

Dentro del marco de la medicina no tradicional se les confiere a todas las partes de este árbol propiedades laxantes. Lo afectan mucho los hongos, los producidos por humedad excesiva que provocan que se pudran las raíces y los que se establecen en los cortes que quedan abiertos tras las podas, otros provocan manchas en sus hojas; algunas veces lo atacan pulgones y cochinillas pero es bastante resistente a ellos.

La Gerbera

Conocemos como Gerbera, y también como “Margarita africana” a una planta herbácea, vivaz, apta para el cultivo en macetas, que forma parte de la familia Asteraceae; hay más de 50 especies (con numerosas subespecies) en estado salvaje distribuidas por Sudamérica, África y Asia tropical. La primera en ser descripta botánicamente fue la Gerbera jamesonii, en 1889, una especie sudafricana también conocida como “Transvaal Daisy” o “Barberton Daisy”. 

Su diámetro varía entre 7 y 12 centímetros y aunque aparenta ser una sola flor está formada por cientos de flósculos; los externos que son más grandes y forman la corola, llamados flósculos de rayo y los internos muy pequeños, flósculos de disco, que se agrupan en el centro de la misma. No son sensibles a la luz y por ello permanecen abiertas aún por la noche, esto las vuelve aptas para realizar arreglos florales y centros de mesa. 

Las especies más comunes que vemos en los jardines actualmente provienen de una cruza entre la Gerbera jamesonii y otra especie sudafricana, la Gerbera viridifolia, al resultado se le dio el nombre de Gerbera hybrida. Hay cientos de cultivos y todos se presentan con distintas formas, colores y tamaños, inclusive las hay con pétalos de dos tonos. Se reproducen bien por semilla o por división de las matas, ya que son muy grandes. 

Las gerberas se ubican dentro de las 5 especies más comercializadas, luego de las rosas, los claveles, los crisantemos y los tulipanes. Las hay con muchas variaciones en su aspecto, pero podemos agruparlas en 4 tipos principales: 

1) Flores Solas; tienen flósculos que se no superponen (flósculos de rayo) con un centro verde (flósculos de disco). 2) Flores dobles; están formadas por una doble fila de flósculos superpuestos, con el centro verde, negro, o rojo oscuro. 3) Dobles crestadas; con dos filas de flósculos que se superponen con una o varias filas interiores de flósculos más bajos y el centro formado por los flósculos interiores en verde, negro o también rojo oscuro. 4) Dobles crestadas llenas; que tienen las filas de flósculos superpuestas hasta el interior, donde van disminuyendo el tamaño hasta cubrir el centro casi por completo.

El Centeno silvestre

El conocido comúnmente como Centeno silvestre, y denominado científicamente Elymus canadensis, es una planta rizomatosa perenne originaria de América del Norte; allí se la encuentra creciendo libre en las grandes praderas, desde el nivel del mar hasta los doscientos metros de altitud. Es miembro de la familia Poaceae. Suele alcanzar entre uno y un metro y medio de alto. 

Posee un tallo subterráneo, o rizoma, de pequeñas proporciones (cuatro por dos centímetros aproximadamente), con una red de raíces fibrosas finas, poco profundas y provistas de micorrizas (de las cuales es huésped en una relación simbiótica); los tallos aéreos son erectos, delgados y huecos. Las hojas son acintadas, glabras, envainadoras en la base y miden unos treinta centímetros de largo. 

Da diminutas flores que se auto fecundan, aunque también admiten la polinización cruzada que ayuda a mejorar la especie, obteniéndose bajo cultivo variedades que los animales digieren mejor al serles suministradas como forraje; nacen reunidas en una inflorescencia terminal de tipo espiga de alrededor de veinticinco centímetros, que está formada por entre cinco y veinte espiguillas menores con glumas lanceoladas. 

Se reproduce mediante semillas que tardan ocho días en germinar, dando plántulas vigorosas que se establecen rápidamente, o por división de rizomas. Le agradan los suelos francos o arenosos. No soporta sequías prolongadas. Mayormente se lo emplea para estabilizar áreas que han sufrido una erosión intensa y para recuperar terrenos en los que hubo actividad minera; para ser utilizada como forraje hay que cosecharla antes de que tenga semillas, luego su sabor deja de ser agradable.

La Mariposa azul

Denominamos comúnmente Mariposa azul y científicamente Caryopteris divaricata a una planta herbácea perenne, de porte arbustivo, que mide entre sesenta y noventa centímetros de alto por otro tanto de ancho. Es originaria de los Montes Himalaya y pertenece a la familia Verbenaceae. Se la emplea como ornamento en los jardines. 

Sus hojas deciduas son simples, ovales y acuminadas, de color verde (aunque las hay también variegadas con el borde blanco o crema); se distribuyen de manera opuesta en las ramas; sus nervaduras están muy marcadas y las cubre una fina pubescencia; el borde se ve ampliamente dentado. 

En el verano y parte del otoño da hermosas flores azules, con aspecto de mariposas, que no tienen buen aroma. Las conforman cinco pétalos, cuatro superiores similares en forma, color y tamaño y el quinto (ubicado en la parte inferior) más grande, más oscuro, y moteado desparejamente de blanco. Cuentan con largos estambres de blancos filamentos, con las anteras repletas de polen amarillo, que semejan las antenas de las lepidópteras. La polinización es entomófila y en algunas zonas la visitan también los colibríes o picaflores. 

Los frutos son drupas esféricas de alrededor de un centímetro de diámetro, también azules, que conservan el cáliz que es persistente. Las semillas son minúsculas y oscuras: se la reproduce mediante ellas. Precisa ubicaciones con sol pleno y suelos preferentemente calizos o arenosos, con buen drenaje. 

Una vez establecida puede tolerar épocas de sequía pero nunca agua en exceso, por ello hay que evitar el encharcamiento del terreno. No requiere de muchos cuidados, salvo una poda de mantenimiento cada tanto para quitarle hojas secas o ramas rotas.

La Cressa truxillensis

Conocemos por el nombre científico de Cressa truxillensis a una planta herbácea perenne perteneciente a la familia Convolvulaceae, emparentada con las bellas campanillas conocidas como “Morning glory”. Es originaria del oeste de América del Norte, donde la hallamos en playas arenosas, costas salinas y llanos desérticos hasta alrededor de los mil metros de altitud. 

Sus tallos erectos (algunas veces decumbentes), de pubescentes a hirsutos, miden cerca de veinticinco centímetros de alto y crecen formando densas matas. Cuenta con pequeñas hojas verde-grisáceas, sésiles, con márgenes enteros y forma elíptica, de un centímetro de longitud, también cubiertas por una fina pubescencia, que se distribuyen de manera alterna. 

Florece desde bien entrada la primavera hasta el otoño. Las flores surgen en la parte más alta de los tallos sostenidas por cortos pedúnculos; tienen la corola formada por cinco pétalos blancos acuminados y al cáliz lo conforman otros tantos sépalos verdes; completan el conjunto dos estambres y dos estilos. Los frutos son uniloculares y conservan aún después de madurar, como característica, parte del aparato reproductor. 

Contienen muchas semillas dicotiledóneas pero sólo una por fruto es viable. Aunque es una especie acostumbrada a los suelos arenosos se adapta también a los de composición alcalina, así es como se la encuentra hoy en día distribuida por diferentes lugares del planeta; le gustan las ubicaciones con sol pleno y no precisa mucho riego para subsistir. Es bueno recordar que fuera de su hábitat natural puede tornarse invasiva.

El Género Colchicum

Recibe el nombre científico de Colchicum todo un género con alrededor de cien variedades de plantas perennes, de bajo porte, que forman parte de la familia Colchicaceae, y son originarias del continente africano. Tienen muy bajo porte y nunca sobrepasan los quince centímetros de alto. Su característica más notable son las grandes y coloridas brácteas que rodean a las flores protegiéndolas. Quedan muy bien componiendo rocallas en los jardines aunque también se adaptan al cultivo en maceta. 

Tienen grandes hojas verdes, de aspecto coriáceo, de lineales a lanceoladas y con el margen entero a veces ciliado o hirsuto, anchas y algo recurvadas en la base, que nacen de un cormo ovoide (tallo modificado para almacenar sustancias de reserva) y rara vez se elevan del nivel del piso. Dentro del marco de la medicina no tradicional con el cormo se preparaba un ungüento contra el dolor de oídos, pero se ha demostrado en la actualidad que las sustancias que contienen pueden resultar tóxicas. 

Las flores son muy pequeñas, blanco-verdosas, y aparecen reunidas en un apretado racimo rodeado por brácteas (semejando grandes pétalos) que van disminuyendo su tamaño desde el borde hacia el centro. Muestran seis tépalos unidos formando un tubo, con un nectario amarillo en la parte inferior. Cada tépalo lleva adosado un estambre. El ovario locular es cilíndrico, tiene un estilo libre y varios óvulos por lóculo. Los frutos son cápsulas ovoides que se abren a lo largo de las uniones de las cámaras. Las polinizan insectos, mariposas y hasta pequeños roedores. 

Si las propagamos mediante semillas frescas tardan cuatro años en dar las primeras flores. Siempre se las encuentra en terrenos costeros arenosos, por lo que para cultivarlas emplearemos más arena que humus en la composición del sustrato. Les agradan las ubicaciones a pleno sol. Cada año presentan un período de dormancia, o descanso, que es el momento en el que los cormos pueden ser trasplantados; esto ocurre cuando el follaje comienza a caer, entonces no se las riega hasta que las hojas vuelven a brotar.

La Enredadera de Virginia

La comúnmente llamada Enredadera de Virginia (en idioma inglés “Virginia creeper”) es una planta trepadora decidua, rizomatosa, de crecimiento rápido y vigoroso, que forma parte de la familia Vitaceae. Recibe el nombre científico de Parthenocissus quinquefolia y es originaria de América del Norte. Alcanza entre veinte y treinta metros de alto en estado silvestre, mientras que bajo cultivo rara vez sobrepasa los doce. 

Trepa utilizando sus zarcillos bifurcados, los cuales presentan en la superficie pequeñas almohadillas adhesivas de alrededor de cinco milímetros; por ello se la emplea para cubrir cercos y paredes, dado que no daña la mampostería y mantiene los edificios frescos durante el verano. 

Posee hojas palmeadas compuestas por cinco folíolos verdes (raras veces pueden ser tres o siete), con los bordes serrados, unidos en el punto terminal del pecíolo; miden de cinco a veinte centímetros. Antes de caer en el otoño toman un atractivo color rojizo. 

Aunque se asemeja a la Hiedra venenosa no contiene urushiol, que es lo que hace a aquella tan peligrosa, pero sí sus hojas y tallos leñosos llevan en la savia cristales de oxalato de calcio en forma de agujas que pueden penetrar la piel y causar alergia en personas sensibles. 

Las flores, que nacen hacia el final de la primavera, son pequeñas y verdosas; se agrupan en racimos no muy llamativos que en el verano se llenan de pequeños frutos globosos con la piel casi negra (o de un azul muy oscuro) que son muy tóxicos si se los ingiere; sin embargo a las aves no les provocan daño alguno y es mediante ellas que se diseminan luego las semillas. 

También se la suele reproducir utilizando esquejes de madera dura. Crece en ubicaciones tanto soleadas como con sombra total; no precisa demasiado mantenimiento, salvo alguna poda casual (tallos rotos y hojas dañadas) y prefiere suelos ligeramente alcalinos con buen drenaje, secos más que húmedos, por eso el riego debe ser moderado.

La Edelweiss

Damos los nombres comunes de Edelweiss, o Flor de las Nieves, y el nombre científico de Leontopodium alpinum, a una planta herbácea perteneciente a la familia Asteraceae que se ha convertido en un verdadero emblema de las cumbres alpinas de Europa, siendo elegida además como flor nacional de Suiza. Su hábitat natural se extiende hasta los Montes Himalaya, de donde se cree que es originaria. La hallamos entre los 1.500 y los 3.500 metros de altitud. 

Muy rara vez sobrepasa los quince centímetros de alto y su sistema radicular posee fuertes tallos subterráneos, o rizomas, que la sujetan bien al terreno y le permiten enfrentar a los violentos vientos de la montaña. A pesar de su frágil apariencia resiste condiciones ambientales extremas. Da pequeñas flores, algunas veces blancuzcas y otras de una tonalidad amarillo-verdosa, que están protegidas por suculentas brácteas pubescentes de un blanco inmaculado. 

En su composición química encontramos ácido leontopódico, ácido fenólico y ácido clorogénico, entre otros; también fitoesteroles, terpenos, flavonoides, aminoácidos y polisacáridos. Dentro del marco de la medicina no tradicional se le atribuyen propiedades antioxidantes, bactericidas, diuréticas, anti inflamatorias y anti cancerígenas. En decocciones, con agregado de leche y miel, se dice que combate la acidez y la mala digestión, al mismo tiempo que sirve como expectorante y ayuda en casos de trastornos respiratorios. 

Un extracto glicerínico extraído de ella probó dar excelentes resultados en la recuperación de piel dañada y en el cuidado de la misma; la industria cosmética la emplea por ello en cremas protectoras solares y en cremas anti-edad; aseguran que reduce las arrugas que surgen alrededor de los ojos. 

Al observar su tejido meristemático en el microscopio se pueden ver puntos luminiscentes. La recolección de la planta o sus flores está prohibida en su hábitat natural pero, afortunadamente, las hay hoy en día bajo cultivo y así es como podemos conseguir bellos ejemplares todo el año.

La Yerba meona

Se conoce popularmente como Yerba meona, o Piquillo, a una planta monoica, rizomatosa y perenne, de consistencia herbácea, originaria de América del Sur, donde nace de manera silvestre en los ruderales. Recibe el nombre científico de Amaranthus muricatus, o Euxolus muricatus, y pertenece a la familia Amaranthaceae. Mide de veinte a cincuenta centímetros de alto. 

De su fuerte rizoma nacen delgados tallos blancuzcos, estriados y que pueden ser tanto ascendentes como postrados. Posee hojas pecioladas, verdes y lanceoladas, con el margen entero o algo ondulado, de hasta diez centímetros de largo por entre dos y tres de ancho, con nerviación prominente en la cara inferior, que se distribuyen de manera alterna. 

Florece durante todo el verano y gran parte del otoño. Da pequeñas flores que aparecen reunidas en glomérulos axilares o en compactas inflorescencias terminales de tipo espiga piramidal (simples o ramificadas), con ejemplares femeninos en la base y masculinos mezclados con femeninos llegando al vértice. Todas están protegidas por brácteas y cuentan con cinco tépalos. Las masculinas tienen además cinco estambres y las femeninas un ovario superior unilocular, un estilo ramificado y tres estigmas. 

El fruto es un aquenio globoso con el exterior arrugado; es indehiscente mide menos de cinco milímetros de diámetro; contiene una sola semilla oscura y lenticular, lisa o finamente reticulada, de entre un milímetro o uno y medio de diámetro. La dispersión es barocora, ya que se produce por simple gravedad. 

Hoy en día se encuentra bajo cultivo en varias regiones del planeta debido a las propiedades medicinales que se le atribuyen, ya que es diurética, laxante y de gran eficacia para la eliminación de cálculos renales. En uso externo se la emplea como cataplasma para hacer que supuren las infecciones de la piel.

El Algodoncillo de pradera

Se conoce por el nombre común de “Algodoncillo de pradera” y por el nombre científico de Asclepias sullivantii a una planta perenne, de consistencia herbácea, del género Asclepias, perteneciente a la familia Apocinaceae. Es originaria de América del Norte, donde se distribuye de manera silvestre por prados y praderas fértiles (surcadas por ríos o arroyos), aunque ha sido declarada especie amenzada debido a que se ha perdido gran parte de su hábitat natural. 

Posee un profundo rizoma del que emergen tallos aéreos de entre cuarenta centímetros y un metro de alto. Sus hojas gruesas, ovales y acuminadas, de aspecto coriáceo, se disponen de manera opuesta y son glabras; tienen los márgenes ondulados y la nervadura central rojiza. 

En la primavera y el verano da flores perfumadas, de color rosado pálido a intenso, y hasta púrpura, que nacen agrupadas en inflorescencias axilares de tipo umbela; la polinización es entomófila, pues la llevan a cabo los insectos que llegan atraidos por su néctar. Los frutos son folículos verdosos. 

Se la reproduce mediante semillas (que de manera natural son dispersadas por el viento gracias a la cola sedosa que poseen) o vegetativamente a través de los rizomas. No demanda muchos cuidados. Le agradan las ubicaciones con sol pleno y el riego debe ser de medio a abundante, pero sin encharcar el terreno. 

Esta especie se parece mucho a la Asclepias syriaca (que es la más común y recibe el nombre en idioma Inglés de “Prairie milkweed”), y entre ellas hibridan fácilmente. La asclepia común se diferencia por la punta roma de sus hojas y la pubescencia que muestran en el envés; sus flores son más pequeñas y numerosas, y la superficie de los frutos es más rugosa. 

La Escutelaria

Se conoce vulgarmente como Escutelaria, y por el nombre científico de Scutellaria serrata a una planta silvestre perenne originaria de la costa Este de América del Norte, donde crece en los bosques abiertos. Su nombre en idioma Inglés, “Showy skullcap”, proviene de la forma de sombrero que tiene el labio superior, el cual se asemeja a los cascos que usaban los soldados medievales. Forma parte de la familia Lamiaceae. 

Suele medir entre treinta y sesenta centímetros de alto y otro tanto a lo ancho. Florece hacia finales de la primavera, desde mediados de mayo hasta junio. Sus flores tubulares combinan agradablemente el blanco y el rosa purpúreo y nacen reunidas en inflorescencias de tipo espiga. 

Sus robustos tallos son cuadrados y las hojas, que son ovales y tienen la punta acuminada y el borde serrado, se distribuyen de manera opuesta en ellos; no es común que suceda, pero en el caso que perdieran su llamativo color verde y amarillearan deberemos aplicarle un fertilizante disuelto en agua, pues es por falta de nutrientes. De efectuársele podas estas serán para quitar ramas rotas y las flores que se han marchitado, o sea de embellecimiento. 

Le agradan los climas templados; si estuviera en zonas donde las temperaturas fueran extremas se la deberá proteger tanto en verano como en invierno. Precisa ubicaciones que vayan de sol pleno a media sombra y suelos con muy buen drenaje. El riego debe ser moderado y una vez a la semana le es suficiente porque le grada la humedad pero no resiste los encharcamientos. Como es muy resistente no es proclive ni a plagas ni a enfermedades significativas.

La Aptenia

Se dan los nombre comunes de Aptenia, o "Rayito de sol", y el nombre científico de Aptenia cordifolia a una planta rastrera perenne muy ramificada que se emplea como ornamento para tapizar parques y jardines; sirviendo de ayuda, además, para frenar el avance de malas hierbas. Sus largos tallos cilíndricos alcanzan los tres metros de longitud. 

Es originaria del sur del continente africano y miembro de la familia Aizoaceae. En estado silvestre la hallamos desde el nivel del mar hasta los doscientos metros de altitud. Admite el cultivo en tiestos y macetas y no demanda mayores cuidados. Precisa ubicaciones con abundante luz y suelos con buen drenaje. El riego debe ser regular y moderado. 

No le agradan ni el frío extremo ni las heladas. Prefiere los climas de templados a cálidos. Podemos reproducirla a través de sus semillas y mediante esquejes de tallos y hojas. Las hojas, verdes y con apariencia cerúlea, son pequeñas y carnosas; tienen forma acorazonada y se distribuyen de manera opuesta en los tallos. 

Sus flores axilares pueden variar del rosa al púrpura (siendo el más común el color morado), pero esos verticilos coloreados que las distinguen no son pétalos propiamente dichos sino estaminodios no funcionales. Los estambres muestran filamentos blancos. Los frutos son cápsulas de cerca de un centímetro que contienen milimétricas semillas oscuras.

La Orquídea de la pradera oriental

Recibe el nombre popular de “Orquídea de la pradera oriental” y el nombre científico de Platanthera leucophaea (que puede traducirse del latín como “Antera amplia de color amarillo grisáceo”), una especie de orquídea perenne de hábitos terrestres que forma parte de la familia Orchidaceae. 

Es una rara orquídea originaria de América del Norte, donde se la encuentra desde el nivel del mar hasta los trescientos metros de altitud, en praderas de pastos altos con amplios niveles de humedad. Está clasificada como especie amenazada en los Estados Unidos, y en Canadá como especie en peligro de extinción. 

Mide de treinta centímetros a un metro de alto. Emerge de un tubérculo carnoso, el cual la ayuda a sobrevivir luego de producirse algún incendio. Su inflorescencia, grande y vistosa, puede contener hasta 40 hermosas flores blancas, con aspecto desflecado, dado que el margen de sus labelos está profundamente inciso. El cáliz suele ser verde o verde blancuzco. 

Posee hojas largas y delgadas, de lanceoladas a oval-lanceoladas, de veinte centímetros de longitud por cuatro de ancho. Difiere de la Platanthera praeclara (Orquídea de la pradera occidental) por su menor tamaño y por tener pétalos más ovalados con un espolón nectario más corto. 

Los incendios y la lluvia estimulan su crecimiento y floración, reapareciendo cada año en el mes de mayo y comenzando a dar flor hacia finales de junio hasta bien entrado el mes de agosto. Las flores son polinizadas por la noche por las grandes polillas esfinge (Familia Sphingidae).

El Ziziphus de Florida

Se le da el nombre común de Ziziphus de Florida, y el nombre científico de Ziziphus celata, a un arbusto espinoso caducifolio, muy ramificado, que ronda los dos metros de alto y pertenece a la familia Rhamnaceae. Es endémico de la Península de Florida, en América del Norte, de donde toma su nombre; allí crece en estado silvestre en antiguas tierras de pastoreo y en colinas arenosas en las que aún, afortunadamente, no se ha hecho presente el hombre para destruir el ecosistema. 

Quedan muy pocos individuos de la especie reunidos en ocho sitios específicos y por ello se ha dictaminado que se encuentra en peligro de extinción. Una particularidad interesante es que fue descubierta dos veces, la primera en 1948, luego se perdió su rastro para ser reencontrada casi cuarenta años después. 

Tiene hojas de escaso tamaño (algo típico de la vegetación xerófila) con forma de oblonga a elíptica y márgenes enteros; se ubican de manera alterna en las ramas; la cara superior es verde brillante y más oscura que la inferior que es verde claro y mate. 

Su mayor atractivo es el bello aroma de sus pequeñas flores, solitarias y de nacimiento axilar (aunque parecen estar agrupadas debido a los cortos pedicelos que las sostienen); formadas por cinco sépalos amarillo-verdosos, cinco pétalos blancuzcos y cinco estambres. Las mismas aparecen durante el invierno y las polinizan moscas y abejas. Los frutos son drupas ovales de color amarillo-anaranjado, de tamaño similar al de una uva, que lo adornan en primavera. 

Debido a que necesita de polinización cruzada (dado que los pistilos y los estambres maduran con diferencia de días) y hay tan pocas plantas no se han encontrado semillas viables en los ejemplares silvestres, las pocas que hay aptas fueron producidas a través de cultivo. Aunque se lo halla a veces dentro de bosques de pinos prefiere ubicaciones abiertas, a pleno sol, donde adquiere un mayor desarrollo.

La Gilia azul

Damos el nombre común de Gilia azul, y el nombre científico de Gilia capitata, a una planta silvestre anual, de consistencia herbácea, originaria de la parte oeste de América del Norte (donde la podemos encontrar desde Alaska hasta México); forma parte de la familia Polemoniaceae. Su porte es erecto y suele medir entre veinte y ochenta centímetros de alto, los tallos son pubescentes. 

Es muy resistente y se adapta bien a diferentes tipos de suelo, incluso a los arcillosos, pero prefiere los rocosos y arenosos con muy buen drenaje, crece desde el nivel del mar hasta los dos mil metros de altitud; tolera bien las temperaturas extremas. 

Sus hojas basales se disponen en forma de roseta; las superiores están formadas por delgados folíolos con los márgenes profundamente hendidos y se disponen indistintamente de manera alterna u opuesta. En primavera y verano da pequeñas flores con cinco pétalos blancos o de color azul claro que, en grupos de alrededor de cincuenta, se reúnen en inflorescencias terminales de tipo cima globosa. 

Se las emplea como flor de corte para alegrar el interior de las viviendas; sus finos estambres sostienen anteras que rebosan de polen también blanco o celeste, lo cual representa un gran atractivo para las mariposas y las abejas, que junto con otros variados insectos son quienes llevan a cabo la polinización. 

Los frutos son cápsulas ovoides triloculares, recubiertas por una suave vellosidad; contienen una semilla amarronada en cada lóculo. Se reproduce con mucha facilidad mediante ellas (sin necesidad de tratamientos previos) en otoño y primavera, aunque germina más rápido cuando recibe las lluvias otoñales. Necesita ubicaciones con sol pleno.

El Palmito salvaje

Conocemos por el nombre común de Palmito salvaje, y por el nombre científico de Serenoa repens (también se lo encuentra clasificado como Sabal serrulata), a una planta perenne muy resistente a diferentes condiciones climáticas. Es originaria de las costas arenosas de América del Norte y forma parte de la familia Arecaceae. 

Ronda los tres metros de alto y se adapta bien a distintos tipos de suelo, aunque prefiere los arenosos y los calcáreos. Sus hojas verdes palmeadas, divididas en cerca de treinta lóbulos rígidos, lanceolados, fibrosos y provistos de una espina en el ápice, se disponen en el tronco en forma de corona y llegan a medir hasta un metro y medio de largo. Están sostenidas por fuertes pecíolos que tienen el margen dentado. 

En primavera nacen sus pequeñas flores bisexuales, suavemente perfumadas y de color crema (conformadas por tres sépalos, tres pétalos imbricados, tres pistilos con tres óvulos de los cuales sólo uno se transformará en fruto y seis estambres con anteras dorsifijas) dispuestas en inflorescencias axilares de tipo panícula ascendente. Los frutos son drupas globosas comestibles de unos dos centímetros de diámetro; en su interior hay una sola semilla ovoide de piel lisa y oscura, con endosperma homogéneo y un embrión basal.

Es considerada una planta medicinal pues ayuda a pacientes con mal funcionamiento de próstata, cálculos en los riñones y cistitis gracias a sus propiedades diuréticas, descongestivas y anti inflamatorias del tracto urinario. Los nativos de las zonas en las que crece empleaban sus frutos como reconstituyentes, para fortificar el organismo. Del resto de la planta extraían también aceite y fibras.

La Jatrofa

Recibe el nombre vulgar de Jatrofa, y el nombre científico de Cnidoscolus urens (o también Jatropha urens), una planta monoica perenne de porte arbustivo que mide entre cincuenta centímetros y dos metros de alto. Es originaria de Guyana, en las costas caribeñas de América del Sur. Forma parte de la familia Euphorbiaceae y es famosa por el escozor que provoca cuando la tocamos. 

Está cubierta por completo de largos y rígidos pelos urticantes, o tricomas, que con el solo roce provocan dolor y ardor en la piel debiendo ir al médico para hallar un paliativo; si alguna parte de la planta es ingerida comienza por producir hinchazón en los labios, vómitos y hasta puede llevar a la pérdida del sentido; el látex que exuda es corrosivo y genera llagas; a pesar de ello se la cultiva como ornamento por la belleza de sus flores y de su follaje. 

Posee un tallo erecto que es de consistencia herbácea cuando joven y se vuelve de semi leñoso a leñoso con el paso de los años. Sus grandes hojas palmeadas, rugosas y de color verde brillante, poseen los márgenes profundamente hendidos, lo que a simple vista las hace parecer lobuladas. 

Da pequeñas flores blancas que nacen reunidas en inflorescencias axilares de tipo cima. La diferencia entre las flores femeninas y las masculinas no se aprecia a simple vista pero sí en lo estructural; las segundas sólo mantienen su fertilidad por un día mientras que en las primeras se prolonga por una semana. La polinización la efectúan las mariposas. 

Los frutos son cápsulas espinosas que contienen tres semillas similares a las del Ricino, muy ricas en grasas y proteínas; las hormigas son quienes se encargan de diseminarlas al ser atraídas por el eleosoma, una reserva de sustancias nutritivas que las semillas poseen en su parte externa.

La Grosella de Barbados

Conocemos comúnmente como Cáctus pereskia, o Grosella de Barbados, y por el nombre científico de Pereskia aculeata, a una planta trepadora caducifolia originaria de las regiones tropicales de las Américas Central y del Sur que, extrañamente, pertenece a la familia Cactaceae. Alcanza diez metros de altura empleando árboles como soporte para ascender. Fuera de su hábitat natural puede volverse invasiva, e incluso nociva para las especies autóctonas porque es muy difícil de erradicar. 

Cuenta con gruesos tallos que miden de dos a tres centímetros de diámetro; los más jóvenes muestran espinas solitarias semileñosas con forma de gancho y los más antiguos rectas, de consistencia leñosa y reunidas en grupos. Las hojas son grandes, simples, ovales y acuminadas, tienen las nervaduras más claras, los bordes enteros y su aspecto es coriáceo; miden aproximadamente diez centímetros de largo por cinco de ancho; no son tóxicas ni para el ser humano ni para los animales. 

Sus hermosas flores perfumadas, de cerca de cinco centímetros de diámetro, nacen agrupadas en inflorescencias de tipo panícula; suelen ser blancas, rosadas o de un tono crema. No precisa de insectos específicos para que se lleve a cabo la polinización. El fruto es una baya redondeada amarilla y comestible de unos dos centímetros de diámetro, muy nutritiva. No sólo se las come frescas si no que con ellas también se preparan jaleas y mermeladas. 

En el interior de la pulpa encontramos de dos a cinco semillas, planas y oscuras, de unos cinco milímetros, mediante las cuales se la propaga (de manera natural lo hacen las aves que ingieren la fruta), usándose con tal fin además esquejes de tallos y hojas. Se adapta a distintos tipos de suelo siempre que tengan buen drenaje, necesita exposición solar de plena a parcial y no soporta los anegamientos.