Tiene hojas simples, pecioladas, alternas y ovales, con márgenes ondulados, de color verde oscuro en la cara superior y verde claro en la cara inferior; miden de ocho a doce centímetros de largo por entre cinco y siete de ancho; junto con ellas la planta emite también espinas axilares de unos dos centímetros y medio de longitud.
Es una especie dioica y da flores unisexuales en distintos pies; las masculinas cuelgan en racimos pendulares, y las femeninas se reúnen en inflorescencias esféricas sostenidas por un corto pedúnculo. Los frutos son sincárpicos y están compuestos por gran cantidad de pequeñas drupas reunidas en forma de globo.
Su aspecto es similar al de las naranjas pero con la piel rugosa; toman color amarillo-verdoso al madurar y no son comestibles; en su interior contienen un látex blanco muy pegajoso; miden entre ocho y quince centímetros de diámetro y contienen numerosas semillas de forma oblonga que comúnmente sirven de alimento a las ardillas y otros animales que luego las dispersan.
Posee gruesas raíces carnosas recubiertas por una corteza de color naranja brillante. Le agradan las ubicaciones con mucho sol y los suelos profundos y fértiles; no demanda muchos cuidados, salvo podas periódicas, y muestra gran capacidad de adaptación a diferentes climas y suelos.
Se lo utiliza como ornamento en los jardines. La madera que produce es clara, pesada y fuerte, pero a la vez flexible y resistente a la intemperie; los nativos americanos la usaban para confeccionar sus arcos; una vez seca puede emplearse como leña, ya que tarda en consumirse y produce buen calor.



































