Su corteza es rugosa y de color gris oscuro; las ramas son huecas. Tiene hojas glabras que pueden ser simples o estar compuestas por tres folíolos, uno de mayor tamaño y dos más pequeños en la base, tienen forma de oval a elíptica y se distribuyen de manera alterna en las ramas.
Da flores hermafroditas amarillas que aparecen a comienzos de la primavera, antes que las hojas; están formadas por un cáliz de cuatro sépalos que persiste luego en el fruto, cuatro pétalos imbricados de manera tubular y dos estambres que emergen del centro; los frutos son cápsulas pluriloculares con muchas semillas aladas en el interior de cada uno.
La podemos reproducir mediante esquejes de madera aún verde obtenidos al concluir la floración. Le agradan las ubicaciones que van desde media sombra a sol pleno; y prefiere los suelos alcalinos sueltos y con buen drenaje. Hay que protegerla de las larvas de algunas Lepidópteras.
Dentro del marco de la Medicina Tradicional China la Forsythia figura entre las cincuenta hierbas fundamentales, utilizándose principalmente los frutos recogidos en otoño. Se la usa para calmar los síntomas gripales, tos, fiebre, dolores de cabeza y de garganta. También es útil contra la infección de oídos y la bronquitis por sus propiedades antimicrobianas. Su aceite esencial volátil abre los poros de la piel provocando la sudoración.
