El Ber

Conocemos por el nombre común de Ber, y por el nombre científico de ZizipZhus mauritiana, a un árbol perennifolio y espinoso que forma parte de la familia Rhamnaceae. Mide entre tres y doce metros de alto, con un diámetro troncal de alrededor de cuarenta centímetros y una copa muy desarrollada con ramas pendulares. Es originario de India y Malasia donde podemos encontrarlo desde el nivel del mar hasta los mil metros de altitud. 

Fuera de su hábitat natural se torna especie invasiva, formando densas agrupaciones debido a su rápido crecimiento y a su fuerte y profunda raíz pivotante, la que le permite adaptarse con facilidad aún en zonas con prolongadas sequías. Igualmente se lo cultiva en muchas partes por la importante producción que alcanza en tan sólo tres años. 

Tiene hojas ovales o elípticas, con el borde finamente serrado; de color verde intenso y aspecto coriáceo en la cara superior y más claras y algo pubescentes en la inferior; según la región en la que habiten pueden caerse en cierta época del año, transformándose de ese modo en deciduas. 

Da flores amarillas y pequeñas que nacen de a dos o de a tres en las axilas de las hojas; la polinización es cruzada y la efectúan los insectos que llegan atraídos por el perfume y el néctar. El polen es fino y liviano pero no lo transporta el viento, lo llevan de flor en flor las abejas y muchas veces también las hormigas. 

Los frutos son drupas provistas de una pulpa blanca, dulce, aromática y jugosa. Difieren en forma y tamaño según la variedad de la planta, pueden ser redondos, ovales u oblongos y medir de tres a seis centímetros de largo; su piel anaranjada o rojiza es lisa, delgada, firme y brillante. Cuentan con un alto valor nutritivo, aportando a nuestra dieta carbohidratos, azúcares, fibra, proteínas, vitaminas, minerales y agua. 

En su interior descansa un hueso o carozo bilocular que contiene dos semillas (marrones y elípticas) de medio centímetro de longitud; éstas tienen un promedio de vida latente de dos años, con el paso del tiempo su posibilidad de germinar se va reduciendo. Las plántulas obtenidas no toleran el trasplante, por ello conviene sembrarlas en el lugar definitivo; de no ser esto posible habrá que esperar a que tengan al menos un año y medio de vida para cambiarlas de ubicación.