El Manzano

Conocemos comúnmente como Manzano a un árbol de follaje caduco, perteneciente a la familia de las rosáceas, que está radicado en todas las regiones templadas del planeta; al parecer es originario de Europa oriental, aunque se ha hallado también un manzano silvestre (Malus sieversii) en las montañas de Asia que bien podría ser el antecesor de todos los actuales. 

Este árbol mide diez metros de alto y vive entre 60 y 70 años. Posee una madera muy resistente y de vetas delicadas. Tiene hojas con forma oval, acuminadas y de bordes finamente serrados; a causa de su abundante follaje este árbol transpira mucho, con la consiguiente pérdida de agua, por ello es que precisa de riegos abundantes y frecuentes. 

Las flores, que aparecen en primavera, son grandes, hermafroditas y escasamente pedunculadas. Pueden ser blancas, rosadas y en algunas variedades hasta rojas; su corola la conforman cinco pétalos redondeados, cinco sépalos y varios estambres amarillos; nacen en grupos de tres o seis formando una inflorescencia del tipo corimbo. 

El tamaño de sus frutos pomáceos globosos varía desde el similar a una ciruela hasta el de un pomelo o toronja mediana y su color va desde el verde al rojo oscuro, casi negro; tienen en su interior numerosas semillas parduzcas. Hace siglos que se lo cultiva por ellos; se fueron haciendo selecciones a partir de las semillas de las variedades silvestres y se los injertó para que tuvieran más calidad y resistencia. 

En muchos casos se da la polinización cruzada (llevada a cabo por los insectos, principalmente las abejas al extraer el néctar) y luego de las semillas no se obtiene el mismo tipo de planta de las que provienen; por ello se opta, en la actualidad, por el cruce controlado entre ejemplares seleccionados. Sus variedades más comercializadas son: La Golden Delicious (De cáscara amarilla, dulce, muy jugosa y aromática), la Red Delicious (De cáscara roja, pulpa jugosa, homogénea y suave perfume) y la Granny Smith (De cáscara verde, redondeada, pulpa blanca y sabor ácido). 

El manzano prospera en clima frío, en lugares donde la temperatura es menor a cero grados en invierno se lo halla espléndido. Aunque es una de las frutas más consumidas en el mundo, ya sea fresca (pelada o con piel) o cocida (formando parte de exquisitos postres y tartas) la mayor parte de la producción se destina a la fabricación de zumo, licores, el aguardiente llamado “Calvados” y sidra. 

La manzana es rica en Vitamina A y aporta además calorías, carbohidratos y agua, siendo una fruta totalmente benéfica. Se multiplica mediante semillas, por estacas o por injerto (que al segundo o tercer año ya comienza a producir, dependiendo de la variedad sobre la que se lo injerte). El cultivo del manzano debe su popularidad a la amplia franja climática a la que está adaptado y a que se establece en todo tipo de terrenos gracias a su sistema radicular no muy profundo. De todas formas prefiere los de aluvión, o sea arcillo-silíceos. 

A su probado valor terapéutico (se dice que quien come una manzana a diario jamás visitará al médico), hay que sumar su excelente valor alimenticio y también la gran cantidad de productos transformados que la industria manufactura. Entre sus principales plagas encontramos al Mildiu, la polilla, los pulgones lanígeros, las cochinillas, las orugas minadoras de las hojas y el piojo de San José.

El Carzo

Damos el nombre común de Carzo, o Carza, a un árbol dioico perennifolio, de amplia copa y porte bajo, que puede llegar a los ocho metros de alto, aunque usualmente no pasa de los cinco. Recibe el nombre científico de Haplorhus peruviana, pertenece a la familia Anacardiaceae y es originario de América del Sur (Chile y Perú) donde lo encontramos desde el nivel del mar hasta los mil quinientos metros de altitud, en solitario o formando grupos pequeños. 

A causa de la tala indiscriminada para utilizarlo como leña, y a la supresión de importantes recursos hídricos que fueron empleados para la minería, hoy se halla en peligro de extinción. Sobrevive gracias a su importante desarrollo radicular, el cual le permitió adaptarse a las nuevas condiciones semidesérticas del hábitat donde antes era próspero. 

Su tronco, de casi medio metro de diámetro, está recubierto por una corteza amarronada que se desprende longitudinalmente en tiras y le da un aspecto desaliñado. Posee ramas colgantes, glabras, de tonalidad rojiza y muy resinosas. Sus hojas verdes, de aspecto coriáceo, simples y lanceoladas, con los márgenes enteros o apenas aserrados y una longitud que ronda los diez centímetros por sólo uno o dos de ancho, se ubican de manera alterna en las ramas. 

En primavera da hermosas flores rojas, actinomorfas y unisexuales, pediceladas y protegidas por brácteas las femeninas; y sin pedicelo y con diez estambres provistos de anteras globosas, las masculinas, que nacen reunidas en largas panículas axilares péndulas. Fructifica en verano; los frutos son minúsculas drupas rojizas y carnosas que contienen una sola semilla y oscurecen al ir madurando.

El Caqui

Damos el nombre común de Caqui, y el nombre científico de Diospyros kaki, a un árbol caducifolio originario de China, que forma parte de la familia Ebenaceae. Posee hojas simples y ovales, de color verde oscuro (en el otoño se vuelven rojizas), con cortos pecíolos. Generalmente es monoico. 

Las flores femeninas son grandes y solitarias, están provistas de pétalos verdosos (el cáliz permanece luego en el fruto porque le brinda citoquininas que lo ayudan a mantenerse); las flores masculinas son más pequeñas y nacen reunidas en grupos de tres. La polinización la llevan a cabo los insectos que las visitan. 

El fruto es una gran baya de aspecto similar al del tomate pero con sabor dulce (las semillas al madurar segregan acetaldehído lo que le quita la astringencia, producida por la presencia de taninos, y le da dulzor) muestra una piel amarillo-anaranjada y su pulpa es anaranjado-rojiza. Se lo consume fresco, aunque también se podemos emplearlo para preparar postres, helados y batidos. 

Como florece tarde está a salvo de las heladas primaverales. Necesita mucha luz y veranos cálidos y prolongados para que los frutos alcancen su plena madurez, y las hojas caen justo antes de que esto ocurra. Se lo reproduce mediante semillas, por acodo y por injerto sobre patrón (que, al igual que en la mayoría de los frutales, es el más común). 

Necesita suelos fértiles, profundos, con buen drenaje y abundante agregado de materia orgánica. Crece lentamente pero llega a medir diez metros de alto. El tronco es corto pero la copa tiene bastante extensión. Su madera es dura, pesada y de veta fina. Otras dos especies que se cultivan son Diospyros virginiana (mayor tamaño, sistema radicular más profundo, mayor resistencia al frío) y Diospyros lotus (tolera la sequía y se adapta a suelos calizos). 

Las variedades se dividen en astringentes y no astringentes, las primeras necesitan la maduración precisa antes de ser consumidas (Tomatero, Rojo brillante, Tanenashi) y las segundas forman el grupo más cultivado en la actualidad pues tienen sabor dulce (Sharon y Fuyu). Hay que administrarle, por lo menos dos veces al año, fósforo, potasio, calcio, magnesio y nitrógeno en forma amoniacal. Comúnmente sufre de clorosis férrica así que es bueno suministrarle quelatos de hierro cada tanto. 

Se la cultiva como planta de secano, pero si las precipitaciones no son suficientes se le aplican riegos continuos y ligeros. Las malas hierbas se deberán erradicar con herbicidas pues el laboreo afecta a las raíces superficiales. Hay que efectuarle ligeras podas limitadas a la longitud de sus ramas pues cuando se cargan de frutos pueden quebrarse; también se le realiza un aclareo mientras los frutos son pequeños, los que queden crecerán más grandes y la planta no deberá soportar un exceso de peso. 

Entre sus plagas vemos a la Mosca de la Fruta, cuyas larvas dejan inservible al caqui; al Synnanthedon tipuliformis que es un lepidóptero que se alimenta del cambium de las ramas; a la Cochinilla alargada que succiona la savia y a la Chinche verde o Nezara viridula que provoca deformación en el fruto. Entre sus enfermedades las más comunes son la Antracnosis y la presencia de hongos como el Armillaria mellea y el Cephalosporium diospyri.

El Abedul de Erman

El árbol caducifolio al que llamamos comúnmente Abedul de Erman está registrado científicamente como Betula ermanii, es originario del este asiático, ronda los veinte metros de alto y pertenece a la familia Betulaceae. Podemos hallarlo entre los mil y los mil setecientos metros de altitud formado bosques puros o también mezclado con coníferas. 

Su madera, que es fuerte y densa se utiliza en la construcción y en carpintería. Posee una corteza clara que se descascara con facilidad, por ello se la ve colgando en láminas del tronco y las ramas; en estas últimas es glabra y marrón-rojiza; en cambio en las ramillas pubescentes su tono es marrón-verdoso; todas presentan glándulas resinosas. 

Los brotes nuevos nacen protegidos por escamas que están recubiertas de una sedosa vellosidad. Tiene hojas verdes anchas, ovales y acuminadas, que están sostenidas por cortos pecíolos, cuentan con un margen desigualmente serrado y su aspecto es coriáceo; la nerviación es bastante más clara. Miden unos ocho centímetros de longitud y amarillean en el otoño antes de caer. 

En primavera y verano aparecen las flores masculinas, junto con las primeras hojas, reunidas en un amento pendular y las femeninas (protegidas por brácteas) nucleadas en una inflorescencia de oval a oblonga de tres centímetros de largo por uno y medio de ancho, sostenida por un oscuro pedúnculo de apenas cinco milímetros. Los frutos son similares a las nueces y las semillas muestran un ala membranosa. 

Podemos propagarlo mediante esquejes de madera blanda. Se adapta a distintos tipos de suelo, aún sin importar su Ph, siempre que no les falte buen drenaje. En cuanto a las ubicaciones prefiere estar a sol pleno, pero con sombra parcial también prospera. Vive entre veinte y cincuenta años.

El Estragón

Conocemos por el nombre común de Estragón, y por el nombre científico de Artemisia dracunculus, a una planta aromática perenne de consistencia herbácea, de la que se desprende un olor ligeramente anisado; es originaria de Asia forma y parte de la familia Asteraceae. 

Sus tallos finos, estriados y muy ramificados, suelen alcanzar un metro de alto. Tiene hojas lanceoladas con muy cortos pecíolos o directamente sésiles, de color verde oscuro en la cara superior y más claro en la inferior; se distribuyen de manera alterna en las ramas. Son utilizadas como condimento frescas o secas por igual; con ellas se saborizan también el vinagre y la mostaza. 

Si la cortamos casi a ras del piso, antes de que florezca, brota con más fuerza. Su ingesta aporta a nuestra dieta carbohidratos, proteínas, agua, fibra, grasas, varias vitaminas incluidas las del complejo B y minerales tan importantes como calcio, hierro y zinc. 

Florece durante todo el verano. Sus pequeñas flores hermafroditas, de color amarillo-verdoso, se agrupan en inflorescencias de tipo capítulo globoso, agrupadas a su vez en alargadas espigas de nacimiento axilar. Los frutos son aquenios elipsoidales y amarronados que miden apenas un milímetro.

Le agradan los climas templados ya que no es muy resistente a las heladas, en zonas donde las haya conviene cubrir la planta cuando llega la estación fría. Podemos propagarla a través de las semillas o por división de los rizomas, los cuales se reproducen por sí mismos mediante la emisión de macollos que dan origen a nuevos ejemplares. Las ubicaciones pueden ir de sol pleno a una sombra parcial. El suelo debe ser suelto, fresco, con bastante humus y buen drenaje porque no tolera los anegamientos. 

Dentro del marco de la medicina no tradicional se le atribuyen propiedades aperitivas, digestivas, depurativas y activadoras de la función intestinal; en uso externo se usa para disminuir el dolor provocado por la artritis y se dice que es un buen antiséptico en caso de mordeduras. Su aceite esencial es empleado en perfumería y aromaterapia.

Cabello de ángel

Conocemos por el nombre común de “Cabello de ángel” a un árbol que rara vez sobrepasa los seis metros de alto y cuenta con un diámetro troncal de no más de treinta centímetros, denominado científicamente Calliandra calothyrsus. Es originario de Centro y Suramérica, donde lo encontramos en laderas escarpadas a altitudes que van desde los trecientos a los mil quinientos metros. Pertenece a la familia Fabaceae (Mimosaceae). 

Es una especie de clima tropical húmedo, pero se adapta a diistintos tipos de suelos, ya sean éstos volcánicos, metamórficos, arcillo-arenosos, franco-arenosos, aluviales y hasta pedregosos. Su sistema radicular es muy profundo y extenso a la vez y cuenta con nódulos fijadores de nitrógeno (Micorrizas). Debido a que consume mucho líquido y nutrientes conviene mantenerlo alejado de zonas de cultivos. 

A su corto tronco lo recubre una corteza oscura. El follaje es denso; sus hojas pecioladas bipinnadas, de disposición alterna, compuestas por entre nueve y quince pares de pinnas cuentan con hasta sesenta pares de folíolos de color verde oscuro y forma de linear a oblonga. Se comporta como deciduo o perennifolio según las lluvias de la región sean escasas o abundantes. 

Tolera bastante el frío pero no las heladas. Da pequeñas flores hermafroditas reunidas en inflorescencias de tipo umbela que se agrupan a su vez en alargadas panículas erguidas, las caracterizan sus largos y numerosos estambres rojizos que parecen formar una cabellera, de donde toma su nombre popular. 

Los frutos son legumbres delgadas de cerca de diez centímetros de largo que contienen entre tres y quince semillas. Alcanzan la madurez luego de dos meses de haberse producido la fecundación. Se reproduce rápidamente a través de las semillas, le cuesta un poco el crecimiento durante el primer año de vida pero la situación se revierte una vez que comienzan a infectarlo los hongos o micorrizas; es muy útil para reforestar y para estabilizar suelos, también provee buen forraje para el ganado y leña.

El Ruibarbo

Conocemos como Ruibarbo a una planta herbácea, perenne y comestible, que responde al nombre científico de Rheum rhabarbarum; es originaria del noroeste de Europa y forma parte de la familia Polygonaceae. Mide alrededor de dos metros de alto. Su tallo subterráneo, o rizoma, le sirve para almacenar sustancias nutritivas durante el invierno, que es cuando pierde su parte aérea, la cual rebrota en primavera. 

Se la cultiva por los pecíolos rojizos que sostienen sus grandes hojas (que son triangulares, rugosas y con bordes festoneados), cuyo diámetro varía entre dos y cinco centímetros; con ellos se preparan ensaladas, compotas y rellenos para pasteles y empanadas; su sabor es similar al del apio y aportan a nuestra dieta carbohidratos, azúcar, fibra, proteínas, todas las vitaminas del complejo B y vitaminas C, D, E y K; ácido fólico y varios minerales. 

Se los cosecha antes de comenzar el verano y se los consume de inmediato, porque es cuando están más firmes y brillantes. Dentro del marco de la medicina no tradicional se le atribuyen propiedades laxantes y antiparasitarias. Las demás partes de la planta no se emplean por su toxicidad, dado que contienen una cantidad elevada de ácido oxálico. 

Sus pequeñas flores blancuzcas nacen agrupadas en largas inflorescencias rodeadas de hojas blanco-verdosas. A pesar de ser una planta de estación, en la actualidad se cultiva ampliamente en todo el mundo dentro de invernaderos, de allí sale a la venta a comienzos de la primavera (unos tres meses antes de las que están en estado silvestre); estas variedades cultivadas son de un rojo más intenso, poseen una consistencia más tierna y un sabor más dulce.

El Clerodendrón de Java

Conocemos comúnmente como Clerodendrón de Java, y por el nombre científico de Clerodendron Buchananii, a un arbusto semileñoso que forma parte de la familia Lamiaceae, o Verbenaceae según otra clasificación. Ronda los tres metros y medio de alto. Como su denominación lo indica es originario de las islas del sudeste del continente asiático. 

Tiene grandes hojas verdes, simples, pubescentes y con forma acorazonada, el borde es entero o apenas dentado; muestran profundas nervaduras y están sostenidas por largos pecíolos de hasta quince centímetros de longitud; se distribuyen de manera opuesta en los tallos. 

En primavera y verano se cubre de llamativas inflorescencias terminales erguidas, de tipo panícula o racimo, de unos veinticinco centímetros de largo, formadas por pequeñas y aromáticas flores rojas; los frutos de un centímetro de diámetro también son de ese color y se van oscureciendo a medida que maduran, llegando al púrpura y luego al negro; los conforman cuatro lóculos de paredes flexibles con una sola semilla cada uno. 

A medida que las flores se van secando hay que quitarlas para favorecer el nacimiento de otras. Se puede multiplicar mediante semillas, esquejes y acodos. Precisa ubicaciones a media sombra para desarrollarse bien; como planta de interior hay que buscarle lugares con mucha iluminación. Prefiere los suelos sueltos, fértiles y con buen drenaje. 

Solo se la riega cuando se nota el sustrato algo seco. Fuera de su hábitat natural se comporta como altamente invasiva; las aves comen los frutos y es así como luego de defecar la propagan. Los nativos de la región empleaban los brotes nuevos y las raíces como laxante natural. Es resistente pero suelen atacarla los pulgones, las cochinillas y la mosca blanca, así como las babosas que se ensañan con su tierno follaje.

El Ber

Conocemos por el nombre común de Ber, y por el nombre científico de ZizipZhus mauritiana, a un árbol perennifolio y espinoso que forma parte de la familia Rhamnaceae. Mide entre tres y doce metros de alto, con un diámetro troncal de alrededor de cuarenta centímetros y una copa muy desarrollada con ramas pendulares. Es originario de India y Malasia donde podemos encontrarlo desde el nivel del mar hasta los mil metros de altitud. 

Fuera de su hábitat natural se torna especie invasiva, formando densas agrupaciones debido a su rápido crecimiento y a su fuerte y profunda raíz pivotante, la que le permite adaptarse con facilidad aún en zonas con prolongadas sequías. Igualmente se lo cultiva en muchas partes por la importante producción que alcanza en tan sólo tres años. 

Tiene hojas ovales o elípticas, con el borde finamente serrado; de color verde intenso y aspecto coriáceo en la cara superior y más claras y algo pubescentes en la inferior; según la región en la que habiten pueden caerse en cierta época del año, transformándose de ese modo en deciduas. 

Da flores amarillas y pequeñas que nacen de a dos o de a tres en las axilas de las hojas; la polinización es cruzada y la efectúan los insectos que llegan atraídos por el perfume y el néctar. El polen es fino y liviano pero no lo transporta el viento, lo llevan de flor en flor las abejas y muchas veces también las hormigas. 

Los frutos son drupas provistas de una pulpa blanca, dulce, aromática y jugosa. Difieren en forma y tamaño según la variedad de la planta, pueden ser redondos, ovales u oblongos y medir de tres a seis centímetros de largo; su piel anaranjada o rojiza es lisa, delgada, firme y brillante. Cuentan con un alto valor nutritivo, aportando a nuestra dieta carbohidratos, azúcares, fibra, proteínas, vitaminas, minerales y agua. 

En su interior descansa un hueso o carozo bilocular que contiene dos semillas (marrones y elípticas) de medio centímetro de longitud; éstas tienen un promedio de vida latente de dos años, con el paso del tiempo su posibilidad de germinar se va reduciendo. Las plántulas obtenidas no toleran el trasplante, por ello conviene sembrarlas en el lugar definitivo; de no ser esto posible habrá que esperar a que tengan al menos un año y medio de vida para cambiarlas de ubicación.

La Planta de porcelana

Llamamos comúnmente Planta de porcelana, y por el nombre científico de Graptoveria titubans, a una planta crasa o suculenta que forma parte de la familia Crassulaceae; se la ha conseguido en Estados Unidos de Norteamérica hibridando dos especies, la Graptopetalum paraguayense y la Echevería derenbergii. Su uso es ornamental. Vive alrededor de cinco años. 

Podemos cultivarla en exteriores, a pleno sol, donde los inviernos sean suaves; o en el interior de las viviendas colocándola donde reciba mucha luz, en ambientes con buena ventilación y preferentemente secos. No demanda mayores cuidados y crece rápidamente. 

Precisa un substrato con mezcla de arena y materia orgánica; en los meses cálidos necesita riego moderado y en los meses fríos conviene hacerlo escasear un poco; no conviene mojar sus robustas hojas verde-grisáceas, distribuidas en forma de roseta, pues son muy sensibles a los hongos y pueden pudrirse. 

Se la reproduce mediante esquejes de hojas que enraízan enseguida, aunque cualquier parte de la planta que se rompa es susceptible de echar raíces una vez que hace contacto con la tierra. Da hermosas flores amarillas, con cinco pétalos ovales acuminados y el cáliz verde-amarillento, sostenidas por fuertes tallos florales verdes o rosados; a veces solitarias y otras agrupadas en racimos de varias de ellas. 

Resiste bastante bien plagas y enfermedades, aunque deben revisarse las raíces al cambiarla de maceta a medida que crece puesto que las cochinillas suelen ensañarse con ellas y esto lleva a que la planta se seque; para que no entren por los agujeros de drenaje de la maceta podemos colocar un alambre mosquitero antes de añadir la tierra.

El Alangium chinense

Recibe el nombre científico de Alangium chinense un árbol perennifolio que mide entre diez y veinte metros de alto. Pertenece a la familia Cornaceae, o Alangiaceae según otro sistema de clasificación. Está dentro de las cincuenta hierbas fundamentales que se emplean en la medicina tradicional de China. 

Su corteza presenta tonalidades grises, marrones y violáceas. Se lo halla distribuido por todo el este de Asia, llegando por el oeste hasta Pakistán y algunas zonas de África, alcanzando una altitud de mil doscientos metros sobre el nivel del mar. Se lo utiliza como ornamento en los jardines por lo distintivo de su floración. 

Posee grandes hojas acuminadas, de forma oval, base redondeada y nervaduras muy marcadas que miden unos quince centímetros de largo por seis de ancho; con los márgenes desde enteros a lobulados palmeados y pecíolos pubescentes; se ubican de manera alterna en las ramas. 

Da pequeñas flores de un centímetro de diámetro que cuentan con un suave perfume dulzón y abundante pubescencia en su interior, las sostiene un corto pedicelo; están protegidas por brácteas y aparecen reunidas en número de tres a quince en inflorescencias axilares de tipo cima. 

El cáliz es tubular y los sépalos tienen un borde terminado en cinco diminutos dientes; la corola está formada por seis pétalos de color blanco crema o amarillo muy claro, de forma linear a oblonga; poseen seis estambres con cortos filamentos. El ovario es globoso y los frutos, o drupas, son carnosos y de color púrpura o azul, conservan los restos del cáliz que es persistente. 

Le agradan las ubicaciones donde recibe desde sol pleno hasta media sombra; resiste bien las bajas temperaturas. Podemos multiplicarlo mediante semillas o por esquejes semileñosos. Dentro del marco de la medicina no tradicional se le atribuyen propiedades carminativas, activadoras de la circulación, anti reumáticas y cicatrizantes.

La Forsythia

Damos el nombre común de Forsythia a un arbusto caducifolio miembro de la familia Oleaceae. Es originario de Asia y mide alrededor de tres metros de alto por dos de ancho. Se la emplea como especie ornamental en los jardines en sus dos variedades: La Forsythia intermedia, más pequeña, con ramas erectas y flores de color muy intenso y la Forsythia suspensa, de mayor tamaño, ramas pendulares y flores pálidas. 

Su corteza es rugosa y de color gris oscuro; las ramas son huecas. Tiene hojas glabras que pueden ser simples o estar compuestas por tres folíolos, uno de mayor tamaño y dos más pequeños en la base, tienen forma de oval a elíptica y se distribuyen de manera alterna en las ramas. 

Da flores hermafroditas amarillas que aparecen a comienzos de la primavera, antes que las hojas; están formadas por un cáliz de cuatro sépalos que persiste luego en el fruto, cuatro pétalos imbricados de manera tubular y dos estambres que emergen del centro; los frutos son cápsulas pluriloculares con muchas semillas aladas en el interior de cada uno. 

La podemos reproducir mediante esquejes de madera aún verde obtenidos al concluir la floración. Le agradan las ubicaciones que van desde media sombra a sol pleno; y prefiere los suelos alcalinos sueltos y con buen drenaje. Hay que protegerla de las larvas de algunas Lepidópteras. 

Dentro del marco de la Medicina Tradicional China la Forsythia figura entre las cincuenta hierbas fundamentales, utilizándose principalmente los frutos recogidos en otoño. Se la usa para calmar los síntomas gripales, tos, fiebre, dolores de cabeza y de garganta. También es útil contra la infección de oídos y la bronquitis por sus propiedades antimicrobianas. Su aceite esencial volátil abre los poros de la piel provocando la sudoración.

El Tulípero de Virginia

Se conoce por los nombres comunes de Tulipero de Virginia, o Árbol de los tulipanes, a un árbol caducifolio de alto porte y copa amplia bautizado científicamente como Liriodendron tulipifera. Es originario de la parte este de América del Norte (donde se lo encuentra creciendo silvestre a orillas de ríos y arroyos). Forma parte de la familia Magnoliaceae. Es una especie ornamental debido a la belleza de sus flores y sus hojas. En condiciones ideales puede vivir hasta doscientos años. 

Posee raíces carnosas. Su tronco recto está recubierto por una corteza gris-amarronada en parte agrietada y en parte escamosa. Tiene grandes hojas simples, glabras, de color verde claro y aspecto coriáceo, con los márgenes profundamente escindidos lo que les da una apariencia lobulada; las sostienen largos y gráciles pecíolos angulares y se disponen de manera alterna en las ramas. En el otoño amarillean antes de caer. 

Da flores terminales y solitarias, de color amarillo-verdoso con una mancha anaranjada en la base de cada uno de sus seis tépalos; están sostenidas por robustos pedúnculos, de apariencia similar a la de los tulipanes, de allí su nombre. Dos brácteas triangulares que caen al abrirse protegen a los pimpollos. El cáliz, formado por tres sépalos imbricados, es tempranamente deciduo. Son ideales para la apicultura por la cantidad de néctar que contienen. 

Los frutos, marrones y alargados, están compuestos por varias sámaras que se dispersan con el viento al madurar. Podemos propagarlo mediante semillas o esquejes. Es de rápido crecimiento. Prefiere ubicaciones que van de sol pleno a media sombra y suelos profundos, húmedos y algo ácidos. 

No tolera ni la salinidad ni la falta de agua. Pueden atacarlo pulgones y cochinillas por lo que hay que estar atentos durante su desarrollo y prevenirlos limpiando el follaje con agua jabonosa. Necesita esporádicas podas de formación. Brinda una excelente madera, clara, liviana y fácil de trabajar.

La Camasia

Conocemos comúnmente como Camasia, o Camas, a una planta monocotiledónea, herbácea y perenne, que responde al nombre científico de Camassia quamash, perteneciente a la familia Asparagaceae. Es originaria de la parte norte de América donde crece libre en las extensas praderas, aunque se la encuentra también en afloramientos rocosos, a la orilla de ríos y arroyos y bajo la sombra parcial que le proporcionan los bosques. 

Su follaje es deciduo. Tiene largas hojas verdes y lanceoladas, que surgen directamente del bulbo (que es comestible y muy nutritivo ya sea hervido, asado o transformado en harina tras dejarlo secar) formando una roseta basal. Los bulbos tienen un sabor parecido al de las batatas pero producen flatulencias si se los ingiere en elevadas cantidades o con poca cocción. Los tallos miden entre treinta y sesenta centímetros de alto. 

Hacia finales de la primavera da hermosas flores hermafroditas azules, provistas de seis pétalos ovales y seis estambres (insertos en sus bases) con anteras dorsifijas repletas de polen dorado, que se reúnen en inflorescencias terminales de tipo espiga. Los frutos son cápsulas que se vuelven dehiscentes al madurar. 

Hay varias sub especies que crecen silvestres en distintas regiones y por ello es que difieren en algunas características, pero la Camassia quamash sub especie Quamash es la más difundida y la que engalana hoy los muchos jardines en los que se la cultiva como ornamento. 

Para propagarla se emplean las semillas o bien se procede a la división de mata en el otoño luego de que las hojas se marchitan. Le agradan los suelos ricos en humus y con buen drenaje; la ubicación puede ir desde pleno sol hasta una media sombra y el riego debe ser regular, evitando los anegamientos.

El Cornus kousa

Conocemos por el nombre científico de Cornus kousa a un árbol caducifolio que mide de tres a diez metros de alto, originario del este de Asia (donde se lo encuentra formando bosques mixtos entre los cuatrocientos y los dos mil metros de altitud. Forma parte de la familia Cornaceae. Se lo emplea como ornamento en parques y jardines por la belleza y abundancia de sus flores. 

Ramifica pronto tiene una copa redondeada y extensa. La corteza es marrón-grisácea y lisa en el tronco; las ramas jóvenes están cubiertas por una fina pubescencia blancuzca, después se vuelven glabras y adquieren un tono marrón-rojizo, apareciendo lenticelas circulares en la superficie de la variedad de China, mientras que en la variedad de Japón y Corea las lenticelas tienden a ser más alargadas. 

Posee hojas verdes simples con aspecto papiráceo, son elípticas y muy acuminadas, con las nervaduras muy marcadas y el borde ligeramente festoneado, miden hasta diez centímetros de largo y se disponen en las ramillas de manera opuesta; la cara posterior es pubescente y generalmente está cubierta por tricomas deciduos; en el otoño se colorean de rojo antes de caer. 

En primavera aparecen sus diminutas flores amarillo-verdosas, reunidas en grupos de veinte a cuarenta, en inflorescencias axilares de tipo cima globosa (sostenidas por fuertes pedúnculos de hasta diez centímetros de longitud con un anillo engrosado en la base) y los que aparentan ser sus pétalos son en realidad cuatro grandes tépalos blancos, abiertos y libres, que las rodean para protegerlas. 

Sus frutos compuestos son bayas rojizas comestibles, de sabor dulzón, que miden de dos a tres centímetros de diámetro y se utilizan en algunas regiones para hacer vino.

El Bálsamo limón

Damos el nombre común de Bálsamo limón y el científico de Monarda citriodora a una planta anual, aromática y de consistencia herbácea, originaria de América del Norte (donde crece en estado silvestre en las extensas praderas y planicies soleadas). Es miembro de la familia Lamiaceae. En la actualidad se la emplea como ornamento en parques y jardines. 

Tiene largas hojas verdes lanceoladas, con los bordes serrados y aroma a limón, que se ubican de manera opuesta en tallos erectos que sobrepasan el medio metro de alto. Se las consume frescas en ensalada y también se puede preparar un delicioso té con ellas; sirven además para saborizar y aromatizar comidas, postres, tortas, vinos y licores. Dentro del marco de la medicina no tradicional se le atribuyen propiedades anti febriles, se dice que calma la tos, alivia los resfríos y ayuda en casos de problemas respiratorios. 

En primavera sus hermosas flores labiadas violáceas atraen con su gran cantidad de néctar a muchas abejas, mariposas y colibríes; aparecen reunidas en alargadas espigas terminales protegidas por fuertes brácteas. Los frutos son globosos y hay que esperar hasta que maduren bien y adquieran color amarronado para extraer las semillas. Su aceite esencial se usa como repelente de insectos, y se lo puede incluso rociar sobre otras plantas ya que previene la instalación de ácaros en ellas. 

Es de cultivo sencillo. Prefiere los suelos franco-arenosos o algo pedregosos y arcillosos. Tiene gran tolerancia a la sequía pero conviene regarla regularmente puesto que el agua ayuda a la calidad y cantidad de las flores; le agrada la luz solar directa (aunque puede adaptarse a algo de sombra parcial) y detesta el frío, muere apenas éste comienza, por lo que cada año hay que volver a sembrarla (las semillas germinan rápidamente dejándolas apenas en contacto con el sustrato).

La Sandía

Se denomina comúnmente Sandía a una planta herbácea anual perteneciente a la familia Cucurbitaceae, que responde al nombre científico de Citrullus lanatus. Tiene un alto contenido de agua y la ingesta de la pulpa de sus frutos (en la época veraniega) es muy refrescante, también es muy nutritiva y aporta muy pocas calorías. 

Posee un tallo verde, piloso, tanto rastrero como trepador (posee zarcillos bífidos o trífidos) que mide más de cinco metros. Cando ya emitió varias hojas se producen brotes secundarios en las zonas axilares, otra vez surgen hojas y vuelve a repetirse la brotación axilar, cubriendo cada planta, de esta forma, varios metros cuadrados. Las hojas cuentan con largos pecíolos, son palmeadas, suaves en la parte superior y ásperas en la posterior. 

Las flores solitarias, de color amarillo intenso, están formadas por cinco pétalos unidos en sus bases y atraen por la gran cantidad de néctar y su aroma a las abejas, que serán las que efectúen la polinización. Son unisexuales, pero en la misma planta hay tanto flores femeninas (con pistilo) como masculinas (con ocho estambres). 

El tamaño posterior de los frutos depende de la cantidad de flores que hayan sido fecundadas, a menor cantidad mayor tamaño, por lo que si se busca eso deberán sacrificarse algunas flores. Los frutos son bayas, en algunas variedades esféricas y en otras de forma oblonga (últimamente han aparecido en el mercado algunas triangulares y hasta cuadradas), el peso final de los mismos varía entre 2 y 15 kilos. 

Su cáscara puede presentar un color verde uniforme, como la de la variedad denominada “Sugar baby” o bien tener franjas o veteado en dos tonos como las “Crimson”. La pulpa puede ser amarilla, rosa o roja y puede contener semillas o no (en caso de que sean hibridaciones), pero la mayoría sí tiene y son de diferentes tamaños, miden de 0,5 a 2 centímetros y sus colores van desde el marrón claro al negro; con ellas se prepara una infusión que tiene efectos laxantes. 

Sufre mucho los cambios de temperatura cuando estos son muy amplios entre el día y la noche y no soporta las heladas; entre los 11 y los 13º su proceso de crecimiento se detiene; para germinar necesita entre 15 y 25º; florece entre los 18 y los 20º y para que sus frutos se desarrollen bien y maduren adecuadamente necesita temperaturas altas de entre 23 y 28º y bastante humedad. Cuando está injertada sobre un pie más fuerte aumenta su resistencia a las altas temperaturas, a las bajas y al ataque de hongos de tipo Fusarium. 

No es exigente en cuanto a suelos pero se da mejor en los que drenan bien, con adición de arena. Antes de plantar conviene regar profunda y abundantemente; luego efectuar riegos cortos pero más frecuentes hasta que enraíce; en la etapa de desarrollo y hasta que da flor se le deben proporcionar largos riegos espaciados. 

Durante la floración deberán ser cortos pero diarios; mientras los frutos vayan creciendo serán largos y frecuentes: cuando comiencen a madurar aumentaremos el agua y alargaremos los intervalos. Como fertilizantes debemos usar abonos solubles simples, nitratos, fosfatos y sulfatos, y por su tendencia a agotar la tierra es preferible emplear un régimen de rotación de cultivos.

Las Margaritas

Conocemos por el nombre común de Margaritas, y por el nombre científico de Bellis perennis, a una de las flores más populares del mundo, que forman parte de la familia de las Asteráceas. Son originarias de Europa y lucen a la vez humildes y delicadas pero distinguidas. 

Los tallos son altos, suaves, no poseen hojas en la parte superior y sostienen una sola flor compuesta por pétalos blancos, aunque a veces pueden ser de color rosa o salmón, con el centro amarillo. En realidad están compuestas por dos tipos de flores: Los flósculos de disco y los flósculos de rayo blanco que semejan pétalos. 

Los flósculos de disco están en el centro y los flósculos de rayo están en la periferia. Pero se unen para dar la impresión de ser una sola flor. Su nombre proviene de la lengua anglosajona “daes eage”, que significa “ojo del día”. En el lenguaje floral las margaritas son el símbolo de la inocencia, el amor leal y el secreto. 

Cuando abren al amanecer son visitadas por muchos insectos que obtienen de ellas alimento y les brindan polinización. Las hojas son comestibles y se las incluye en ensaladas o en sopas. Una infusión preparada con ellas estimula el apetito y por sus propiedades depurativas y diuréticas ayuda a purificar la sangre. En uso externo sirve para cicatrizar heridas y curar contusiones, y se aplica como compresas para tratar lesiones de la piel y bajar inflamaciones. 

Las margaritas se cultivan fácilmente, dado que son plantas perennes robustas que florecen durante casi todo el año, miden entre 50 centímetros y un metro. Si las cultivamos en zonas muy cálidas deben ser colocadas a media sombra y proveerles abundante riego. Comúnmente nacen de semillas pero pueden también propagarse mediante esquejes. 

Antes de la plantarlas conviene agregar cantidades generosas de abono y compost, para enriquecer el suelo y tener buen drenaje. Hay que colocarlas a más o menos medio metro unas de otras. Se las debe regar con regularidad en la época seca del año y aplicar algún fertilizante semanalmente durante su crecimiento y una vez al mes posteriormente. 

De ser atacadas por insectos o enfermedades se las puede tratar con un fungicida o un jabón insecticida. Justo antes de que comience la floración es bueno suministrarles fósforo, así las flores crecerán grandes y con brillo. De estar en zonas muy frías se las debe proteger durante el invierno.

El Ciruelo silvestre

Damos el nombre común de Ciruelo silvestre, y el nombre científico de Prunus sargentii, a un árbol espinoso caducifolio de rápido crecimiento, originario de Asia, que pertenece a la familia Rosaceae. Mide entre cinco y diez metros de alto y su simétrica y densa copa es otro tanto de amplia. 

Se lo utiliza como ornamento en parques y jardines por la bella coloración de su follaje. Tiene varios troncos recubiertos por una corteza lenticelada de brillante color canela. Las ramillas nuevas tienen un tono rojo-amarronado. 

Sus hojas verdes simples son ovales y poseen el característico borde aserrado de las rosáceas, rondan los diez centímetros de longitud y se disponen de manera alternada; en el otoño, antes de caer, adquieren un color entre anaranjado y rojizo. 

En primavera se cubre de hermosas flores rosadas, solitarias, sostenidas por gráciles pedicelos, que en verano se transforman en oscuros frutos redondos de no más de un centímetro de diámetro que sirven de alimento a las aves. 

Podemos propagarlo mediante semillas, esquejes o injertos. Precisa ubicaciones con sol pleno y suelos con buen drenaje, de ácidos a ligeramente alcalinos; es bastante resistente a la sequía y a los fuertes vientos, no así a la salinidad del aire. Se lo poda para obtener ejemplares más fuertes y resistentes y mejorar su aspecto general. 

No presenta grandes problemas ni con plagas ni con enfermedades por lo que no demandará mucho mantenimiento. Hay una variedad obtenida bajo cultivo, bautizada como “Columnaris”, que posee la misma altura pero su porte es más estilizado.

La Calatea cascabel

Llamamos comúnmente Calatea cascabel y por el nombre científico de Calathea crotalifera, a una planta rizomatosa perenne de consistencia herbácea; es originaria de las zonas tropicales de América Central y Sur, y forma parte de la familia Marantaceae. Su epíteto latino hace referencia a la forma de crótalos o castañuelas (similar a los que tienen las serpientes de cascabel en la cola) que muestra su inflorescencia.

En su hábitat natural la encontramos en los bosques húmedos, cerca de corrientes de agua o bordeando aguas estancadas, desde el nivel del mar hasta los mil quinientos metros de altitud donde desarrolla densas matas de unos dos metros de alto. 

Cuenta con grandes hojas verdes, brillantes (aunque más claras en el reverso), de ovales a elípticas, con el ápice agudo, la nerviación muy marcada y los bordes enteros; las sostienen largos pecíolos de entre medio y un metro de longitud. 

Las flores nacen reunidas en inflorescencias erectas sobre un robusto pedúnculo de veinticinco centímetros; están protegidas por fuertes brácteas coriáceas imbricadas de color amarillo (bajo cultivo se han obtenido variedades en blanco, naranja y rojo); el cáliz es tubular y se abre luego en una corola de tres pétalos acuminados blanco-amarillentos. Las abejas son sus principales polinizadoras. 

Da frutos capsulares ovoides que conservan el cáliz que es persistente; contienen tres semillas oscuras rodeadas de un arilo blanco; se la reproduce mediante ellas o por división del rizoma. Es utilizada como ornamento en los jardines. 

Precisa ubicaciones con sombra parcial y protegidas de los vientos. El suelo debe ser rico en materia orgánica y tener muy buen drenaje, de todas maneras hay que mantenerlo húmedo para que la Calatea prospere. No le agradan las bajas temperaturas.

El Azufaifo

Responde al nombre común de Azufaifo, y al nombre científico de Ziziphus zizyphus, un arbusto caducifolio espinoso originario del sureste de Asia. Pertenece a la familia Rhamnaceae. De la humedad de la que haya disfrutado de pequeño depende el tamaño que tendrá cuando adulto, comúnmente no sobrepasa los tres metros pero se han encontrado ejemplares de hasta diez. 

Su tronco, densamente ramificado, es recto y está recubierto por una corteza rugosa. Las hojas, de cortos pecíolos y aspecto coriáceo, se disponen de manera alterna en las ramas; son de color verde claro, miden entre dos y siete centímetros, su forma fluctúa entre oval y lanceolada y el borde posee minúsculos dientes; en la base se localizan dos estípulas; tres nervaduras principales, muy marcadas, las cruzan longitudinalmente. 

Florece entre primavera y verano; da pequeñas flores pentámeras verdosas (nunca superan el medio centímetro de diámetro) que nacen agrupadas en inflorescencias axilares de tipo cima, sostenidas por un corto pedúnculo, con entre tres y cinco ejemplares cada una. 

El fruto, llamado azufaifa, es una drupa comestible similar a las aceitunas, que mide de dos a tres centímetros de longitud, tiene forma entre elipsoidal y globosa y una sola semilla en su interior; nacen de color verde y se oscurecen al madurar, cambiando su piel a marrón rojizo; la pulpa fresca es amarillo-verdosa y su consistencia es similar a la de las manzanas, el sabor es dulce. 

Mediante injertos se han obtenido variedades con frutos que alcanzan más de cinco centímetros de diámetro. De gran valor nutritivo aportan a nuestra dieta vitamina C, vitamina A, hierro, fósforo, potasio, azúcares y mucílagos. Se los consume tanto frescos como hasta el punto de pasa, al igual que las uvas. 

Dentro del marco de la medicina no tradicional se le atribuyen propiedades emolientes y expectorantes, es indicado en casos de faringitis y laringitis; la infusión de las raíces se emplea contra la fiebre. Otras variedades importantes son el Ziziphus lotus y el Ziziphus Mauritania, ambos del norte de África. Su fina madera fina se usa para confeccionar instrumentos musicales.

El Muérdago del roble

Recibe el nombre común de Muérdago del roble, y el nombre científico de Phoradendron villosum, una planta que parasita los bosques que se extienden por el sudoeste de América del Norte, desde el nivel del mar hasta los dos mil metros de altitud; principalmente se hospeda en robles, manzanitas y laureles. Forma parte de la familia Santalaceae. 

De su pie leñoso nacen múltiples ramificaciones, de color verde amarillento o verde-grisáceo, que alcanzan hasta un metro de largo, cubiertas por una fina vellosidad cuando jóvenes que desaparece con el paso del tiempo; poseen nudos cada cuatro centímetros aproximadamente. 

Las hojas verdes pubescentes (que nacen en dichos nudos), simples y de borde entero, con forma de oval a elíptica, a veces pecioladas y otras no, se distribuyen de manera opuesta, miden unos cinco por entre dos y dos y medio centímetros de ancho. 

Esta especie (hemiparásita en raíces o ramas) vive sobre los árboles de los que extrae el agua y los minerales que precisa, pero puede por sí misma realizar fotosíntesis y almacenar clorofila. Florece durante el verano y es dioica, por lo que encontramos individuos de distinto sexo en inflorescencias diferenciadas (las masculinas formadas por entre 25 y 30 flores y las femeninas por entre diez y quince), ambas agrupadas en alargados racimos. 

Los frutos son bayas esféricas, blancas o de color rosa pálido, que no sobrepasan al medio centímetro de diámetro. Toda la planta puede producir dermatitis si hay un contacto prolongado, por lo que conviene utilizar guantes al manipularla.

La Heleborina

Conocemos popularmente por el nombre de Heleborina a una orquídea perenne, de hábito terrestre y consistencia herbácea. Es originaria de Europa, donde la encontramos creciendo en los claros de los bosques entre los quinientos y los dos mil metros de altitud. Ha sido registrada científicamente como Epipactis atrorubens y forma parte de la familia Orchidaceae. 

Posee un tallo subterráneo, o rizoma, que es cilíndrico y cuenta con numerosas raíces delgadas pero carnosas. Los tallos aéreos son fuertes y rectos, miden cerca de medio metro de alto; son glabros en la base y los recubre una fina pubescencia en la parte superior. 

Sus hojas parcialmente envainadoras son de color verde claro; se disponen formando una roseta en la base y se van espaciando, alternando y disminuyendo de tamaño al llegar arriba. Todas son lanceoladas y tienen el ápice agudo pero las basales son mucho más anchas; las superiores se confunden con las brácteas florales. 

En primavera da pequeñas flores simétricas lateralmente, pediceladas y un tanto péndulas. Entre diez y cuarenta de ellas, nacen reunidas en apretadas inflorescencias terminales de tipo racimo de hasta veinticinco centímetros de largo. Emiten un agradable aroma a vainilla. Casi no se diferencian los sépalos y los pétalos, siendo todos ovales, del mismo tamaño y de un tono violáceo o púrpura. Poseen un receptáculo nectario que atrae a los polinizadores. Las anteras son triangulares y el polen amarillo; el ovario es ínfero y el estigma cuadrangular. 

Los frutos son cápsulas, de oblongas a elípticas, marrones al madurar, provistas de seis costillas; contienen gran cantidad de diminutas semillas. Prefiere ubicaciones a media sombra y climas moderados, aunque puede soportar fuertes variaciones de temperatura. Los suelos le agradan algo secos y alcalinos.

La Cholla

Conocemos popularmente como Cholla, y por el nombre científico de Cylindropuntia fulgida, a un miembro de la familia Cactaceae; es originario de la franja desértica que se extiende por el sudoeste de América del Norte, donde lo hallamos entre el nivel del mar y los mil doscientos metros de altitud. 

Hubo intentos de habituarlo a otros suelos y climas, como Sudáfrica y Australia, pero se volvió invasivo. Es de porte arborescente, con un tronco bajo del que parten numerosas ramas formadas por varios segmentos de color verde claro; puede alcanzar cuatro metros de alto por dos de ancho y suele cubrir varias hectáreas semejando vastos bosques. 

Sus hojas (de doce a dieciocho por aréola y con una longitud de dos a tres centímetros) están reducidas a brillantes y filosas espinas plateadas que reflejan la luz solar para prevenir el sobrecalentamiento y se tornan de un gris opaco al envejecer; cuando van cayendo, con el correr del tiempo, dejan ver una corteza áspera y escamosa debajo. 

Las flores miden alrededor de tres centímetros, suelen ser blancas y rosadas con rayas de color lavanda, y aparecen hacia mediados del verano. Gran parte de sus frutos con forma de pera, verdes, carnosos y comestibles, son estériles; miden unos cuatro centímetros de largo; sobre ellos nacen nuevas flores que dan a su vez fruto los cuales se suman a los anteriores formando largas cadenas. 

En épocas de sequía esta fruta se vuelve importantísima como alimento y fuente de agua para los animales del desierto. Partes de los tallos se desprenden con facilidad quedando enganchados en la ropa de las personas o en el pelaje de los animales (que así los transportan y dispersan), permanecen entonces debajo de la planta o caídos en las cercanías, entonces muchos de ellos enraízan dando origen a nuevos ejemplares.

El Ginkgo

Se conoce popularmente como Ginkgo a un árbol caducifolio, de elegante porte, que responde al nombre científico de Ginkgo Biloba y es el único miembro vivo de la familia Ginkgoaceae. Su original follaje lo ha convertido en una de las especies más buscadas para ornamentar jardines y parques públicos. Es uno de los árboles más antiguos sobre la superficie del planeta, que pasó por diferentes eras geológicas, quedando numerosos restos fosilizados del mismo para comprobarlo actualmente. 

Mide alrededor de treinta metros de alto. En la juventud su copa se presenta abierta y con ramas alargadas, tornándose cónica y densa al alcanzar la madurez. Las hojas en forma de abanico y con finas nervaduras que se destacan en ambas caras, poseen una hendedura profunda que separa en dos el limbo; su color verde metálico cambia a amarillo al llegar el otoño; permanecen así en la planta sólo por unos pocos días, para caer luego todas al mismo tiempo. 

Es una especie dioica, hay ejemplares que dan sólo flores masculinas y ejemplares que las dan sólo femeninas. Los frutos amarillos que producen éstas últimas (confundidos a veces con drupas, aunque en realidad son las semillas) destilan un aroma desagradable cuando maduran, ese es un detalle a tener en cuenta si se planea plantarlo cerca de alguna vivienda, por ejemplo, y se debe recordar también que precisa de mucho espacio. 

En cuanto a luminosidad acepta todo tipo de ubicaciones, desde sol pleno hasta sombra total; lo mismo ocurre con los suelos, mientras tengan un buen drenaje. Por ser de lento crecimiento habrá que mantenerlo vigilado en cuanto al riego, en zonas de clima cálido y ventoso donde el agua se evapora casi de inmediato, dado que aunque no tolera los encharcamientos sí necesita una adecuada humedad. 

Tolera bien la polución ambiental, por ese motivo es que ha sobrevivido tanto. Es apto para realizar bonsáis. Se le atribuyen varias propiedades terapéuticas, como la de evitar la formación de trombos en la sangre, facilitando la circulación; además neutraliza los radicales libres que están presentes en el proceso del envejecimiento celular.

El Acantolimón

Llamamos comúnmente Acantolimón a una pequeña planta herbácea, perenne y siempre verde, que responde al nombre científico de Acantholimon glumaceum; forma parte de la familia Plumbaginaceae y es originaria de la costa oriental del Mar Mediterráneo, donde su hábitat natural se extiende desde el nivel del mar hasta las altas montañas. 

Se la emplea como ornamento en los jardines de todo el mundo por la belleza de su floración, principalmente componiendo rocallas. Mide entre quince y treinta centímetros de altura y puede tapizar una amplia superficie de terreno. Sus hojas verdes son rígidas, simples, de lineales a lanceoladas (fuertemente acuminadas), se distribuyen de manera espiralada. 

Durante el verano da hermosas flores rosadas que se agrupan en espiguillas de pocos ejemplares (protegidas por brácteas verdes) insertas a su vez en una alargada panícula; el cáliz es un embudo compuesto por cinco sépalos blancuzcos soldados y la corola posee cinco pétalos unidos por sus bases. También cuentan con cinco estambres y cinco estilos libres. Las polinizan diferentes tipos de insectos. El fruto es capsular. 

Se propaga mediante semillas (aunque les cuesta bastante germinar y las plántulas crecen lentamente; si en el invierno aún no aparecen las primeras hojas se las deberá proteger con una capa de mulch) o por esquejes, ya sea al finalizar el verano o bien en la primavera cuando ya pasó el peligro de heladas. Prefiere condiciones climáticas más bien secas que húmedas y suelos alcalinos con mezcla de grava fina o arena. Debe estar ubicada en lugares con pleno sol o, en su defecto, en los que haya mucha luminosidad.

La Anacharis

Conocemos por el nombre común de Anacharis, y el nombre científico de Elodea canadensis, a una planta fanerógama dioica, de consistencia herbácea y hábitos acuáticos (aunque sólo de agua dulce), que pertenece a la familia Hydrocharitaceae. Es originaria de Canadá. 

Su sencillo sistema de propagación hace que se convierta en invasiva fuera de su hábitat natural. Se la emplea entonces en los acuarios porque allí podemos controlar su desarrollo. Su largo tallo ramificado suele medir entre uno y un metro y medio de largo. 

Prefiere las aguas estancadas o con poca corriente, comúnmente se fija en el fondo con raicillas blancas de tipo cabellera, pero puede vivir perfectamente flotando sin estar aferrada a ningún tipo de soporte. Necesita climas templados y mucha luminosidad para tener un mejor desarrollo. 

Sus hojas verdes, de aspecto traslúcido, se disponen de manera verticilada en los tallos; son sésiles, de ovales a lanceoladas y acuminadas, pueden llegar a medir diez centímetros. Da pequeñas flores actinomorfas unisexuadas, con tres pétalos que van del blanco al rosado, sostenidas por largos y delgados escapos de nacimiento axilar; en la primavera emergen del agua para ser polinizadas. 

Los frutos son cápsulas ovoides. Aunque se la puede reproducir mediante semillas, se emplea más el sistema vegetativo, dado que con una pequeña porción del tallo se genera una nueva planta en mucho menos tiempo. Precisa agua con varios nutrientes y base sedimentaria fangosa. Es de gran utilidad dentro de su ecosistema pues da albergue a pequeños anfibios e invertebrados acuáticos que en ella encuentran protección y alimento.

El Calicoma

Conocemos por el nombre popular de Calicoma, y por el nombre científico de Callicoma serratifolia, a un árbol de bajo porte endémico del sudeste de Australia. Es miembro de la familia Cunoniaceae. Mide de cinco a diez metros de alto, con un diámetro de copa de tres, y vive alrededor de cincuenta años. 

Tiene una corteza gris verdosa y suave al tacto cuando joven, que se torna gris-amarronada y rugosa con el paso del tiempo, para terminar cubriéndose de líquenes coloridos en los ejemplares más viejos. Precisa ubicaciones con abundante sol y se adapta a diferentes tipos de suelo siempre que cuenten con un buen drenaje. El riego debe ser abundante, pero una vez establecido puede soportar períodos de sequía. 

Posee hojas verdes, pecioladas y lanceoladas, con el margen aserrado y cortas estípulas en la base; la cara superior es glabra y brillante mientras que el revés se ve más claro y opaco por estar cubierto de una fina pubescencia, allí se ve además muy marcada la nerviación; miden aproximadamente doce centímetros de longitud por unos seis de ancho; se disponen de manera enfrentada en las ramas. 

Casi a finales de la primavera aparecen sus minúsculas flores amarillas, reunidas en inflorescencias globosas terminales de dos centímetros de diámetro, sostenidas por pedúnculos de ese mismo largo. Carecen de pétalos, las conforman cuatro o cinco sépalos hirsutos y numerosos estambres blancos alargados que le dan al conjunto un grácil aspecto. 

Los frutos son cápsulas, de color marrón claro, que maduran en otoño; de ellos se desprenden finas semillas que germinan con facilidad. Son persistentes y permanecen en el árbol mucho tiempo, secándose y oscureciéndose en la planta. Se lo puede propagar también mediante esquejes ayudados con alguna hormona de enraizar. 

Cada tanto debemos efectuarle una poda de forma. La fauna de los bosques y selvas lluviosas, que conforman su hábitat natural, se ven muy beneficiadas con el Calicoma, las larvas de mariposa se alimentan de sus hojas, las aves son atraídas por sus semillas y otras especies lo visitan para ingerir sus flores.

El Jazmín del Cabo

Conocemos como Jazmín del Cabo, o Celestina, y por el nombre científico de Plumbago capensis, a un arbusto perenne trepador, de consistencia leñosa, originario de Africa del Sur. Forma parte de la familia Plumbaginaceae. Es una planta ornamental que adorna los jardines pues posee la característica de estar en flor casi todo el año. 

Se lo utiliza en pérgolas o mediante el sistema de “emparrado” para cubrir lugares en los que se desea haya sombra, aunque también pueden armarse con él setos divisorios, empleándoselo a la manera de enredadera (sujetando las ramas a un soporte) o arbustiva (mediante podas de forma). Mide entre cincuenta centímetros y dos metros de alto. Tiene tallos largos, delgados y algo frágiles. 

Da hermosas y delicadas flores provistas de cinco estambres, un cáliz tubular (con cinco estigmas plumosos) y cinco pétalos color celeste (en la variedad Plumbago auriculata alba las mismas son blancas y en la Plumbago indica, rojo-anaranjadas), que miden unos dos centímetros y medio de diámetro; se agrupan en inflorescencias terminales de tipo umbela; para que de una floración exuberante lo ideal es ubicarlo a pleno sol, dado que a media sombra las flores no serán tan abundantes. 

Posee hojas simples, pecioladas, de borde entero y ubicación alterna; tienen forma de espátula alargada (las más de las veces son ligeramente espiraladas) y romas, según la variedad miden entre uno y diez centímetros de largo. En zonas de frío extremo conviene protegerlo en época de heladas por si llegaran a ser muy fuertes. Aunque si ocurriese lo peor no debemos preocuparnos, porque al regresar la temperatura cálida la planta volverá a brotar. 

Se multiplica mediante semillas sembradas hacia fines del invierno o principios de la primavera (germinan en poco más de una semana); también por estacas semileñosas, cubriéndolas con plástico o vidrio, y por división de mata. Precisa suelos livianos con agregado de arena para tener buen drenaje. El riego debe ser abundante mientras esté en flor. Si estuviera en maceta hay que abonarlo una o dos veces al mes; también debemos hacerle aportes de magnesio y hierro. Suele ser víctima de plagas tales como las orugas de las lepidópteras y los pulgones.

La Nemesia

Conocemos por el nombre común de Nemesia, y por el nombre científico de Nemesia strumosa, a una planta anual, de consistencia herbácea, originaria del sur del continente africano. Forma parte de la familia Scrophulariaceae. Ronda el medio metro de alto y se la utiliza como ornamento en los jardines por la belleza y el colorido de sus flores. 

Tiene hojas de color verde oscuro, lanceoladas y con el borde dentado, que miden alrededor de siete centímetros de largo y se disponen de manera opuesta en los tallos. En la primavera da flores de variado colorido y entre tres y cuatro centímetros de diámetro, reunidas en inflorescencias terminales de tipo racimo. Si quitamos las que se secan estimularemos una nueva floración. 

Se multiplica fácilmente por semillas sembradas casi al ras de la superficie, las que germinan en menos de quince días. Necesita suelos fértiles, ricos en materia orgánica y con buen drenaje, el riego debe ser moderado y sin mojar las flores. No le agradan las temperaturas extremas ni la sequía. Prefiere las ubicaciones a media sombra, que se obtienen plantándola debajo de algún árbol o arbusto que la proteja. 

También puede cultivarse en macetas en el interior de las viviendas, en lugares luminosos pero sin que reciba sol directo a través de los cristales. Ni las enfermedades ni las plagas le afectan demasiado, pero si hay que cuidarla del ataque depredador de los caracoles y las babosas que se ensañan con ella. Otro de los cuidados que debemos tener es el de cambiarla de contenedor a medida que crece para que las raíces se encuentren a gusto. Para abonarla se emplea extracto de algas.

La Laportea mooreana

Recibe el nombre científico de Laportea mooreana, o Fleurya mooreanauna planta originaria de África, donde crece en los ruderales y al pie de los bosques húmedos, entre los novecientos y los mil seiscientos metros de altitud. Pertenece a la familia Urticaceae. Mide entre uno y dos metros de alto. Con sus fibras se fabrican sogas y redes para pesca. El género Laportea comprende veintidós especies distribuidas por el sudeste del continente africano y la Isla de Madagascar. 

Tiene hojas de color verde claro, simples y pecioladas, con forma de oval a triangular, con el margen ampliamente dentado, distribuidas de manera alterna o formando un manojo en el tope de los tallos, se tornan comestibles al ser hervidas o cocinadas de otra manera; molidas se las emplea como condimento. 

Posee estípulas lanceoladas y pelos urticantes, de uno a dos milímetros de longitud, que producen dolor e irritación al entrar en contacto con la piel, por lo cual debe manipularse con cuidado o emplear guantes especiales para ello. Aunque es de consistencia herbácea los tallos son algo leñosos en la base. Su corteza externa es pálida, verdosa o amarronada, y se oscurece con el correr del tiempo. 

Da pequeñas flores que nacen reunidas en inflorescencias axilares solitarias de tipo panícula (unisexuales o bisexuales indistintamente) que miden treinta centímetros de largo por unos diez de ancho (sostenidas por pedúnculos de dos a cinco centímetros); están formadas por cuatro tépalos de los cuales uno muestra menor tamaño; las femeninas muestran un ovario superior con una sola cavidad y el estigma es linear. Los frutos son aquenios ovoides, de alrededor de dos milímetros, comprimidos lateralmente.

El Pinsapo

Damos el nombre común de Pinsapo, y el nombre científico de Abies pinsapo, a un árbol perennifolio miembro de la familia Pinaceae. Es originario de las costas del Mar Mediterráneo; lo hallamos en la actualidad en las sierras del centro y sur de la Península Ibérica y en el norte de África (en las montañas de Marruecos). 

Se lo puede ver entre los 1000 y los 2000 metros sobre el nivel del mar, en algunos lugares solo y en otros acompañado por quercus, arces y pinos. No le gustan las temperaturas extremas, prefiere el clima húmedo de montaña, con veranos frescos e inviernos fríos, bastantes lluvias primaverales y nieblas frecuentes; no es exigente en cuanto a suelos pero generalmente se lo encuentra sobre terrenos calizos. 

En condiciones óptimas vive centenares de años. Puede sobrepasar los treinta metros de alto; su copa es piramidal (las ramas se disponen en verticilos que se van acortando a medida que se acercan al vértice del árbol). El tronco es recto, aunque en algunas ocasiones se encuentran ejemplares con el mismo dividido en varios brazos, a los que poseen esa característica se los denomina “Pinsapo candelabro”. 

La corteza es fina y agrietada, de color gris. Sus verdes y minúsculas hojas (acículas cortas y acuminadas que viven aproximadamente diez años) se acomodan de manera imbricada sobre las finas ramillas que toman así aspecto foliar. 

Florece en primavera, las flores masculinas son oscuras y pequeñas, las femeninas son de mayor tamaño y verdosas; se reúnen ambas en inflorescencias o conos, las primeras (de forma ovoide y tonalidad rojiza) se distribuyen por la periferia de las ramas inferiores mientras que las segundas surgen hacia la punta (miden entre 10 y 15 cm, pasan del verde al pardo a lo largo de su proceso de maduración y su forma es cilíndrica). 

La diferencia de ubicación es útil a los efectos de que no se lleve a cabo una autopolinización. Las flores femeninas una vez fecundadas (fecundación anemófila) forman infrutescencias de tipo piña que al madurar liberan los piñones que darán origen a nuevos ejemplares. Como árbol de madera blanda no tiene prácticamente uso comercial, habiéndose sí usado en el pasado para hacer pulpa de papel. 

Es ideal para ornamentar tanto parques y paseos públicos como casas con grandes jardines acordes a las importantes medidas que alcanza la planta al llegar al estado adulto. El Abies pinsapo variedad “glauca” suma el encanto de poseer un follaje verde-azulado y se lo conoce popularmente como “Pinsapo azul”.

La Enamorada del muro

Llamamos comúnmente “Enamorada del muro” a una especie de ficus trepadora que responde al nombre científico de Ficus pumila y forma parte de la familia Moraceae. Es originaria del este de Asia y emplea las raíces adventicias que poseen sus largos tallos (de hasta dos metros de longitud) para fijarse a los muros por los que trepa. Presenta la característica de exudar un látex de aspecto lechoso al ser cortada. 

Posee hojas verdes pequeñas, de dos o tres centímetros de largo, con forma oval o acorazonada y aspecto coriáceo; en las variegadas, matizadas de blanco o amarillo, la diferencia de tonos les agrega encanto. Da flores minúsculas e inconspícuas. Los frutos, de ovales a esféricos, son verdes al principio y van de naranja a púrpura al madurar, miden cerca de medio centímetro y tienen un sabor desagradable. 

Puede ser cultivada en interiores, en maceteros o tiestos colgantes, dado su importante valor ornamental y allí estará protegida de los fuertes fríos en zonas que no le sean propicias (pues hay clima de tropical a templado en su hábitat natural) y no soporta las heladas. No necesita tampoco sol pleno, una media sombra es lo adecuado. 

Requiere de bastante humedad ambiente y admite el rociado de las hojas si hubiera sequía. Es sencilla su propagación mediante esquejes y acodos porque enraíza con facilidad. Prefiere los suelos sueltos con buen drenaje porque aunque le gusta que estén algo húmedos no tolera los estancamientos de agua. Si está en macetas se acostumbra colocar un plato con piedras y agua debajo de ellas para suministrarle algo de humedad extra. 

Precisa de abonos periódicos, cada quince días es lo recomendado, especialmente durante su crecimiento; y habrá que protegerla de la “Arañuela roja” que la ataca cuando el clima está seco. Precisa esporádicas podas de mantenimiento para quitar ramas y hojas que se hayan secado o cortar aquellas que se extendieron demasiado.

La Strelitzia

Recibe el nombre de Strelitzia un género que agrupa a varias especies de plantas monocotiledóneas perennes, originarias de Sudáfrica. Forman parte de la familia Strelitziaceae. Se las conoce popularmente con el nombre de "Ave del Paraíso". Se cultivan fácilmente en el jardín. 

Prefieren la semisombra, los riegos abundantes, el abono regular y el agregado de compost en la tierra. Son muy sensibles al frío y deben estar a resguardo en las zonas donde haya heladas. Miden entre 1,5 y 2 metros de alto. Sus hojas son verdes, grandes, ovales y tienen apariencia coriácea, las sostienen fuertes pecíolos.

Podemos propagarlas mediante semillas o por división. Para que una planta nacida de semilla dé flor habrá que esperar entre 3 y 5 años porque son de crecimiento y maduración lentos. Sólo la germinación ya demanda entre uno y dos meses. Los nuevos ejemplares se trasplantan cuando tiene 2 o 3 hojas, a un medio con buen drenaje y con semisombra para que las hojas no se quemen con el sol directo. 

Las flores emergen en los ejemplares adultos entre el abundante follaje, sostenidas por un largo tallo, durante nueve meses al año. La polinización es efectuada por los pájaros; dos pétalos modificados de la flor se unen formando un recipiente donde se junta agua, aquellos vienen a beber y sus patas quedan impregnadas de polen al posarse. 

Las variedades más conocidas son: Strelitzia alba , Strelitzia caudata, Strelitzia nicolai, Strelitzia reginae y Strelitzia juncea. Hay además un híbrido: la Strelitzia kewensis. Todas se usan también en la confección de arreglos florales y decoración.