La Rosa del desierto

Conocemos como Rosa del Desierto o Adenio (Adenium obesum) a un arbusto perenne y suculento que pertenece a la familia de las Apocináceas, es originario del este africano y el sur de la península arábiga, ambos lugares cálidos y secos. su altura oscila entre 1 y 3 metros según la variedad.

Crece lentamente. Tiene un grueso tallo tuberoso y ramas cilíndricas, crasas y cortas. Sus hojas, dispuestas en espiral, son coriáceas y brillantes, con forma oval y son semipersistentes, miden más o menos entre 8 y 12 cm. de largo. Florece durante el verano repetidas veces. Posee flores tubulares que se abren en cinco pétalos, se presentan solas o arracimadas, en tonos que van del blanco al rojo y también las hay bicolores; el centro suele ser amarillo, blanco o crema.

Puede utilizarse en interiores (en lugares bien iluminados y con un cambio de maceta cada dos años en primavera) y es apto para bonsái; hay que tomar resguardos cuando se efectúan las podas pues su savia produce irritación en la piel. Estando en exterior precisa suelos ricos, con buen drenaje y ubicaciones a pleno sol. No resiste para nada las bajas temperaturas y las heladas lo matan, así como también el riego excesivo. Durante el invierno es preferible no regarlo, el follaje caerá pero se mantendrá en descanso y volverá a brotar cuando las temperaturas suban. Debe abonarse al menos una vez al mes en el verano, lo más conveniente es emplear abono líquido especial para cactus y crasas.

Se lo reproduce mediante semillas o por injerto, el más usado se lleva a cabo sobre un pie de Laurel Rosa (hecho así tendremos una rápida floración pero perderá su tronco característico). Durante el verano se lo puede reproducir por esquejes de los tallos sin hojas, colocados en un compost con arena algo húmeda.

Lo atacan con frecuencia los pulgones y la mosca blanca, contra ellos es necesario emplear un insecticida sistémico.