El Árbol de las Ruedas de Fuego

Se conoce comúnmente como Árbol de las Ruedas de Fuego (por la forma y color de sus inflorescencias), al denominado científicamente Stenocarpus sinuatus, un árbol originario de los bosques húmedos de Australia. Forma parte de la familia Protaceae. 

Puede llegar a medir treinta metros de altura en estado silvestre pero bajo cultivo su porte es bastante menor. Aunque su hábitat natural de encuentra en zonas tropicales y subtropicales se adapta bien a distintos tipos de clima, si llegaran a ser muy secos basta con proporcionarle riego abundante. 

Su rugosa corteza es gris en el ancho tronco que sobrepasa ampliamente el medio metro de diámetro y marrón en sus ramas. Posee brillantes y grandes hojas, con forma de oblonga a lanceolada, apariencia coriácea y color verde oscuro, con bordes ondulados; se disponen de manera alterna y pueden ser enteras o irregularmente lobuladas, éstas casi siempre se ven en los ejemplares más jóvenes. 

Florece todo el verano y también en parte del otoño. Las flores suelen medir entre 3 y 3,5 centímetros de largo, son de color entre anaranjado y rojo con una punta globular amarilla, entre seis y veinte de ellas se agrupan en inflorescencias de tipo umbela que vistas desde lejos semejan ruedas, de allí recibe el nombre popular. 

El nombre científico menciona a sus frutos, puesto que “stenos” significa “delgados o angostos” y “karpos” quiere decir“frutos”; el epíteto “sinuatus” lo toma del borde sinuoso de las hojas. Se lo reproduce mediante semillas (siendo así florecerá después de los siete años) y esquejes (florece entre los tres y los cuatro años subsiguientes); gusta de ubicaciones que van desde sombra parcial hasta sol pleno; precisa suelos ricos y bien drenados. 

Cada tanto conviene aplicarle algún fertilizante a base de fósforo y un suplemento con micronutrientes para que luzca mejor.