Posee un bulbo tunicado que puede variar en color desde blanco hasta marrón claro. Sus hojas basales son color verde oscuro, con forma de linear a lanceolada, con un ancho de entre 3 y 10 mm. Su apariencia es cerúlea y dan olor a cebolla; del centro de ellas emergen largos tallos florales terminados en una inflorescencia, la cual puede presentarse en racimo (como en el Ornithogalum nutans) o en corimbo (como en el Ornithogalum umbellatum).
Da hermosas flores con 6 tépalos, 6 estambres (con filamentos simples o tridentados, planos y con anteras amarillas o color marrón claro pegadas por el dorso); un pistilo simple y un ovario trilocular superior verde, cilíndrico o globoso; acostumbran permanecer abiertas por la mañana y se cierran por la tarde. La floración comienza casi al término de la primavera y dura aproximadamente unas dos semanas. Las polinizan las abejas.
Los frutos, de forma capsular, son dehiscentes (se abren solos) y están provistos de gran cantidad de semillas negras ovoides. Prefiere ubicaciones desde soleadas hasta con media sombra, el suelo debe ser mixto y bien fertilizado, con un buen drenaje. No tiene problemas con plagas y enfermedades. En su hábitat natural se distribuye por prados y pastizales bajos. En los jardines se la cultiva con fines ornamentales y la obtención de flores de corte.
De su bulbo principal nacen pequeños nuevos bulbos cada primavera y mediante ellos se la reproduce (se los almacena durante el invierno en lugares cálidos y aireados). Las variedades más frecuentemente vistas son la O. umbellatum, la O. arabicum, la O. saundersiae, la O. thyrsoides y la O. nutans.